Nevos Melanocíticos

Nevos Melanocíticos
Información sobre la plantilla
Nevos Melanocíticos.jpg

Definición

Los nevos melanocíticos, nevus pigmentados o pecas, son lesiones cutáneas benignas muy frecuentes que se encuentran en la práctica totalidad de la población. Son proliferaciones (tumores) benignas de- rivadas de los melanocitos, las células responsables de la pigmentación normal de la piel. Pueden ser lesiones planas o bien sobreelevadas, y pueden tener un color variable desde sonrosado o color carne a morado, marrón oscuro o negro. El número de nevos melanocíticos que desarrolla una persona a lo largo de su vida es variable (con una media de 20 a 50) y se encuentra influenciada por factores genéticos y ambientales (especialmente el grado de exposición solar a que ha sido expuesta la piel). Son proliferaciones dinámicas que cambian a lo largo de la vida. Las pecas pueden oscurecer su color con la exposición solar o durante el embarazo. En la edad adulta tienden a perder progresivamente su pigmentación e incluso pueden desaparecer en edades avanzadas. Cuando aparece un nevo melanocítico, las células se localizan entre la epidermis y la dermis (unión dermo-epidérmica) y se denominan nevos junturales. Acostumbran a ser lesiones planas de coloración marrón oscuro o negro. A medida que pasa el tiempo, los grupos de melanocitos (tecas) proliferan y se extienden hacia la dermis, denominándose nevos melanocíticos compuestos. Ocasionalmente pueden perder el componente juntural y localizarse exclusivamente en la dermis (nevos melanocíticos celulares, dérmicos o intradérmicos). Estas últimas lesiones suelen ser sobreelevadas y pueden perder completa- mente el pigmento. El color de un nevo melanocítico se relaciona con la localización del pigmento (me- lanina). Si la mayoría de las células pigmentadas se encuentran en la epidermis (zona más superficial de la piel) la coloración será marrón, mientras que si se localiza en la epidermis y en la dermis superficial, marrón oscuro o negro y, si los melanocitos del nevo (nevocitos) se localizan en la dermis profunda, la lesión adopta un color azulado (nevo azul). De forma característica, los nevos melanocíticos son lesiones planas o sobreelevadas, asintomáticas, simétricas, de bordes bien delimitados, coloración regular y frecuentemente de diámetro pequeño (< 6 mm de diámetro).

Tipos de nevos melanocíticos

Existen dos tipos de nevos melanocíticos: unos que ya están presentes en el momento del nacimiento (nevos melanocíticos congénitos), que se detectan en un 1% de los recién nacidos, y otros (mucho más frecuentes) que aparecen durante la infancia o a lo largo de la vida (nevos melanocíticos adquiridos).

a) Nevos melanocíticos congénitos Pueden ser de tamaño muy variable y oscilan entre pocos milímetros hasta ocupar una gran parte de la superficie corporal. Se han dividido empíricamente en nevos melanocíticos congénitos de pequeño tamaño, de tamaño intermedio, y gigantes. Se ha descrito un riesgo aumentado para desarrollar un melanoma maligno especialmente en los nevos melanocíticos gigantes.

b) Nevos melanocíticos adquiridos Lesiones de tamaño, coloración, número y localización variable, habitualmente de características clínicas típicas (simétricas, bien delimitadas, coloración regular, etc.), que pueden ser planas o palpables. A lo largo de los años adoptan un aspecto no pigmentado, sobreelevado, cupuliforme y de coloración carne. Existen una serie de factores genéticos que condicionan el número de lesiones. Suelen ser más abun- dantes en las zonas expuestas al sol (no de forma exclusiva).

c) Nevos atípicos Los nevos atípicos son lunares con características clínicas poco convencionales, como bordes irregulares y/o de gran tamaño con algunos hallazgos que hacen sospechar la presencia o el desarrollo de una lesión maligna (melanoma), pero que histológicamente corresponden a lesiones benignas. Considerando su apariencia preocupante, los nevos atípicos con frecuencia son extirpados y los individuos con múltiples nevos melanocíticos con características clínicas atípicas pueden presentar un mayor riesgo para desarrollar un melanoma, especialmente si existen antecedentes familiares de melanoma maligno. Son individuos que precisan seguir controles clínicos y dermatoscópicos periódicos.

¿Qué nevos melanocíticos deben ser extirpados?

La mayoría de lunares son totalmente benignos y no poseen ningún riesgo de malignización. A pesar de esto, debe plantearse la extirpación de un nevo melanocítico cuando:

. Se evidencien cambios clínicos de sospecha (regla ABCDE): Crecimiento rápido, coloración y bordes irregulares, sangrado, etc. . Un nevo melanocítico que experimenta irritación o que se irrita a menudo (afeitado, ropas, etc.). . Nevos melanocíticos muy pigmentados en zonas de difícil control clínico (región genital, perianal, cuero cabelludo, etc.) . Motivos cosméticos (relativo)

Clínica

Los NM deben definirse por el tipo de lesión elemental, morfología, color, tamaño, localización y cambios clínicos. Pueden ser máculas (lesiones de superficie lisa y plana, no palpable) y pápulas o placas (lesiones de superficie palpable de menos o más de 1 cm de diámetro, respectivamente). Todas estas lesiones elementales pueden alterarse, de manera espontánea o traumática, y presentar erosiones, fisuras, ulceraciones y cicatrices. Cronológicamente los NM suelen presentarse en la infancia como máculas. Durante el crecimiento del niño los NM crecen de tamaño en diámetro, en relación proporcional al mayor volumen corporal. Este hecho también se observa en la pubertad y en el embarazo. En el adulto suelen crecer en grosor y pasan a ser pápulas o placas. En el anciano acostumbran a perder relieve, involucionan, y a veces hasta llegan a desaparecer. Los NM suelen presentarse como una lesión marrón cuya intensidad (oscuro o claro) depende del tipo de nevus, la pigmentación basal del paciente, su localización anatómica, la edad, y los antecedentes de exposición a radiaciones ultravioletas. Con el paso de los años los NM pueden perder color y acabar presentando el color de la piel normal. El tamaño de los NM es un rasgo muy importante. Los congénitos de mayor tamaño y los adquiridos mayores de 6 mm de diámetro o que aumentan de tamaño en pocos meses son los que tienen más riesgo de degenerar en melanoma maligno. Por estos motivos, cuanto mayor es un NM más debe ser controlado. Los NM pueden presentar cambios clínicos. Pueden darse cambios de forma, color, simetría o diámetro, así como erosión, ulceración, foliculitis subnévica, hemorragia, trombosis, halo inflamatorio, halo hipocrómico y haloeccematoso entre otros.

Tratamiento

Los NM sin signos clínicos atípicos son lesiones benignas, que no requieren en principio tratamiento médico ni quirúrgico alguno. Existen, sin embargo, determinadas circunstancias que nos inducen a iniciar medidas terapéuticas. En nuestro medio, por motivos geográficos y socioculturales, los pacientes sufren una exposición solar intensa, que, como ya se ha comentado anteriormente, es uno de los desencadenantes de la aparición del melanoma maligno. Es por tanto fácil de entender que la fotoprotección sea la medida preventiva más eficaz frente a la malignización de NM a melanoma maligno. Esta fotoprotección se consigue fundamentalmente evitando la exposición solar en las horas de máxima insolación, junto con el uso de ropa adecuada, gorro, parasoles y productos solares con índices de protección frente a rayos ultravioletas (UVA y UVB) que ofrezcan una protección suficiente, adaptada al fototipo de la persona y a las condiciones de exposición (en ningún caso el FPS debe ser inferior a 15 en referencia a los UVB). En determinadas ocasiones el NM deber ser objeto de exéresis quirúrgica. Esto es recomendable en los NMC medianos y gigantes, NCA, NM que sangran, pican o producen malestar al paciente, NM traumatizados repetidamente (frecuentes en el cuero cabelludo), NM plantares de difícil control clínico y, en general, en cualquier lesión que por sus características clínicas (asimetría, bordes irregulares, coloración variada o abigarrada) o evolución plantee un posible diagnóstico de melanoma. La exéresis quirúrgica de los NM será excisional y con posterior análisis histopatológico siempre que sea posible. Debe evitarse la exéresis superficial (en afeitado) de los NCA, dado que esta técnica quirúrgica no permite el estudio de la parte más profunda de la lesión. Cada vez con mayor frecuencia los pacientes solicitan la exéresis de NM clínicamente benignos por motivos estéticos. Cada caso requiere una evaluación individualizada, y se debe emplear el tratamiento quirúrgico más adecuado para que el resultado final sea óptimo.

Fuente

6 de Diciembre del 2018