Niños tímidos

Revisión del 15:12 19 feb 2014 de Yamilet03022artjc (discusión | contribuciones) (Página creada con '{{Definición |nombre=Manifestación de timidez, inhibición o retraimiento en los niños |imagen= |tamaño= |concepto= Conducta pasiva de aislamiento. }} ‘’’Manifestaci...')
(dif) ← Revisión anterior | Revisión actual (dif) | Revisión siguiente → (dif)
Manifestación de timidez, inhibición o retraimiento en los niños
Información sobre la plantilla
Concepto:Conducta pasiva de aislamiento.

‘’’Manifestación de timidez, inhibición o retraimiento.’’’ Los niños con estas características son aquellos que mantienen una conducta pasiva de aislamiento y casi siempre pasan, ante la vista de los demás inadvertidos, “no dan que hacer”.

Elementos caracterizadores

Por lo general estos son niños de carácter débil, casi siempre necesitan de la ayuda de los demás para desenvolverse en su medio, son niños que tienen la condición de ser sociables por el rechazo que hacen a las situaciones violentas, carecen de iniciativas y con subordinados por excelencia. La comunicación con ellos se torna difícil, en tanto apenas hablan, ni manifiestan con suficiente claridad lo que ellos piensan o sienten son temerosos ante situaciones que deben enfrentar en público como leer en voz alta, recitar alguna poesía, responder preguntas, en fin dirigirse al colectivo, entre otras exigencias de la comunicación. Da la impresión a veces que no se entusiasman con nada y que la escuela para ellos no tiene significación. En comparación con los demás niños, su posición en el colectivo casi siempre es insuficiente. Puntualmente en algunos casos son rechazados por los demás, claramente porque no se comprende sus verdaderos sentimientos y otros son ignorados.

Son indefensos, demoran en desarrollar su validísimo, incapaces de defenderse ante una agresión, no hacen resistencia si le quitan algo y son capaces de soportar vejaciones e insultos, son cobardes.

En muchas oportunidades la tendencia al aislamiento de estos niños y su pasividad hace pensar que son simplemente niños buenos y educados y no se le atiende como tal. Esta alteración puede o no afectar el rendimiento docente de estos alumnos, por lo que tanto uno como los otros deben ser objeto de preocupación y ocupación.

Causas

Uno de los factores o causas naturales desencadenantes puede ser el temperamento que lo puede caracterizar por ser tranquilo, sereno, que se denominan “temperamento flemático” que si no se toma en cuenta refuerzan e internalizan el problema.

Por supuesto que un factor determinante es la educación que reciba de la familia. Una educación sobreprotectora, es como lo llaman algunos autores “incubadora de conducta pasiva”, cuando hay un exceso de atención, se está pendiente de él de modo contínuo, se le hace todo, bañarlo, vestirlo, darle la comida, cuando ya por su desarrollo están en capacidad de hacerlo solos. También puede ser que esos niños sean hijos de padres con esas características o pueden ser también en algunos casos padres exageradamente exigentes y autoritarios.

Pautas para la intervención

Ante estos casos el maestro debe estar atento para que en el grupo de alumnos no se vaya a crear un clima de sobreprotección porque esto no ayuda a la superación de sus dificultades. Estos niños deben ser objeto de constante preocupación del maestro para brindar la ayuda que necesitan, porque por lo general estos alumnos son los que más atención requieren.

El maestro y los demás docentes deben trabajar de forma constante para devolver a estos alumnos la confianza en sí mismo y con todos aquéllos que les rodean; para lo que inevitablemente hay que lograr el primero. Para la integración a las actividades que suponen relacionarse con los demás, manifestarse públicamente, etc. se debe hacer de forma paulatina, nunca se debe obligar hacerlo y mucho menos si no se han creado las condiciones previas para ello. Es decir la incorporación a esas actividades debe ser con mucho tacto y cuidado, tiene que prevalecer la estimulación, la estabilidad, la constancia y la intensidad.

Todo esto debe acompañarse con el reforzamiento mediante los elogios, premios, reconocimientos de todas aquellas conductas que van evidenciando mejoría, recuperación, por supuesto que esto debe tener un carácter permanente ya que su finalidad es fortalecer la confianza en sí mismo. Resulta importante tener en cuenta que estas recomendaciones que se ofrecen deben desarrollarse con mucha discreción y moderación para que estos no perciban que todo eso obedece a un plan concebido por el maestro, debe efectuarse en el marco de las actividades que se desarrollan y para ello puede apoyarse de otros alumnos que no presenten estas características.

Se insiste en que debe evitarse caer en la sobreprotección de estos niños, porque justamente depende de forma decisiva en la superación de sus dificultades, el valerse por sí mismos. En etapas superiores una vez que se vayan logrando estas habilidades se les deben ir dando responsabilidades para con el colectivo, con una vigilancia de apoyo muy discreta y mantenerla, aún coactivamente en la práctica de deportes fuertes y actividades similares.

Fuente

Actualidad psiquiátrica. Conductas irruptivas y trastornos por déficit de atención 2000.

Alonso Franco, J. Desorden de atención disminuida 2000.

Arias Beatón Guillermo y otros. La atención a los alumnos con trastornos de la conducta. UNICEF. Oficina Regional para América Latina y el Caribe.

Arruis Pérea, Ana. Dificultades del comportamiento. Capítulo 12 del libro Bases Psicopedagógicas de la Educación Especial.

Bachkavieva, Georgina. Particularidades psicológicas del escolar difícil y causas del retraso escolar. Editorial de libros para la educación MINED, 1997.

Colectivo de Autores. Factores pedagógicos, microsociales y biológicos que propician infracciones en la disciplina pro parte de los alumnos con trastornos de la conducta y el desarrollo psíquico. Gabinete metodológico-docente de las escuelas especiales de la República de Ucrania, Editorial Pueblo y Educación, Ciudad de La Habana, Cuba, 1983.