Observatorio Pierre Auger

Observatorio Pierre Auger
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Institución con sede en Bandera de Argentina Argentina
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Observatorio Pierre Auger, Malargüe, al sur de la Provincia de Mendoza.
Fundación:noviembre de 2008
Tipo de unidad:Científica
País:Bandera de Argentina Argentina

Observatorio Pierre Auger. Instalado al pie de los Andes en la Argentina, reúnen a cerca de 500 científicos y técnicos, que provienen de 65 instituciones de más de una docena de países en busca de los rayos cósmicos.

Historia de los rayos cósmicos

En 1912, en un globo situado a una altura de cinco mil metros Victor Hess (premio Nobel de Física en 1936), padre de la investigación de los rayos cósmicos, descubrió una "radiación penetrante proveniente del espacio.

Treinta años más tarde, en 1932, se instala un debate sobre la naturaleza de los rayos cósmicos. De acuerdo con la teoría del físico estadounidense Robert Millikan, los rayos cósmicos eran rayos gama del espacio, sin embargo, la evidencia fue revelando que en su mayoría eran partículas energéticas.

En 1938, el físico francés Pierre Auger, quien había ubicado detectores de partículas en las alturas de los Alpes, notó que dos detectores colocados a muchos metros de separación indicaron la llegada de partículas exactamente al mismo tiempo. Fue así que Auger había descubierto los "chubascos aéreos extendidos, lluvias de partículas subatómicas secundarias causadas por la colisión de partículas primarias de alta energía con moléculas de aire.

Actualidad

En la actualidad, gracias a la tecnología del Observatorio que lleva el nombre del físico francés, los científicos podrán saber más acerca del origen y la naturaleza de esas partículas, las que llevan consigo valiosa información acerca de la evolución del Universo.

Instalación y colaboración del proyecto

Instalado al pie de los Andes en la Argentina, el Observatorio Pierre Auger es uno de los emprendimientos más ambiciosos de la era actual. Se trata de las energías más altas conocidas en la naturaleza que provienen del espacio exterior y que riegan la superficie de la Tierra con partículas que dan cuenta sobre la evolución del Universo. La información recolectada en este proyecto podría dar origen a una nueva rama de la ciencia, la astronomía de partículas cargadas.

Colaboración internacional

Dos ventanas al universo, una situada a los pies de los Andes en Malargüe, al sur de la provincia de Mendoza, en suelo argentino, y otra que será instalada en Lamar, Colorado, en los Estados Unidos, reúnen a cerca de 500 científicos y técnicos, de 65 instituciones de 14 países, entre los que figuran Alemania, Argentina, Brasil, España, Estados Unidos de América, Francia México, y el Reino Unido.

El objetivo de esta amplia colaboración internacional apunta a descifrar el origen y la existencia de los rayos cósmicos –que entrañan información sobre el Universo- mediante el empleo del imponente Observatorio Pierre Auger cuyos detectores y telescopios ocupan una superficie de tres mil kilómetros cuadrados en Malargüe. Ambos sitios fueron escogidos por tener una altitud adecuada y un cielo claro para detectar los rayos cósmicos. Además, con ambos observatorios, es posible cubrir toda la bóveda celeste.

Observatorio del hemisferio Sur

El Observatorio del hemisferio Sur está constituido por 1680 tanques detectores de superficie y 27 telescopios de fluorescencia, entre otros equipos. Los tanques contienen agua purificada cuyas moléculas descargan señales de luz que son detectadas cuando entran en contacto con los rayos cósmicos. Por otra parte, los telescopios captan la luz ultravioleta que producen las cascadas de rayos cósmicos al atravesar el aire de la atmósfera.

“Debido al muy bajo flujo de los rayos cósmicos de energías extremas, uno por año por kilómetro cuadrado y por centuria, el Observatorio se extiende a lo largo de tres mil kilómetros cuadrados”, señaló a la Agencia CyTA el doctor Alberto Etchegoyen, representante argentino del Proyecto Auger y director del Instituto de Tecnologías en Detección y Astropartículas de la Argentina.

Objetivo del proyecto

“El objetivo del Proyecto Auger es estudiar las energías más altas conocidas en la naturaleza que son los rayos cósmicos provenientes del espacio exterior que llegan a la superficie de la tierra con un flujo muy reducido. Los rayos cósmicos de mayor energía son mayoritariamente protones o núcleos atómicos, que al entrar en la atmósfera terrestre generan una lluvia o chubasco de partículas secundarias”, destacó Etchegoyen.

Progenitores del proyecto

El Nobel de física 1980, James Watson Cronin, de la Universidad de Chicago, es el padre y mentor del Proyecto Auger, junto a Alan Watson, del Departamento de Física y Astronomía de la Universidad de Leeds en el Reino Unido. Cronin vino a la Argentina por primera vez en 1995 cuando se puso en contacto con científicos y técnicos de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) de la Argentina con quienes construyó el Observatorio Auger.

Inauguración

Se inauguró en noviembre de 2008, desde 2004 se vienen realizando estudios con los equipos de detección y de observación de las instalaciones.

Contribución argentina

De acuerdo con el portal oficial del Observatorio Pierre Auger, los 14 países participantes aportaron un total de 50 millones de dólares para la construcción del observatorio Sur. La contribución argentina se canaliza a través de la CNEA –que lidera el Proyecto en Argentina–, y del gobierno de la provincia de Mendoza. `

Cooperación

Grupos participantes. Desde el comienzo en que la UNESCO prestó su apoyo a la idea, el intercambio de científicos entre países y grupos ha permitido extender y compartir el conocimiento de forma generosa.”

El doctor en física Adrián Rovero, del Instituto argentino de Astronomía y Física del Espacio, que participa de las actividades de Auger en estudios de la composición de los rayos cósmicos y, de modo principal, en la calibración de los telescopios de fluorescencia del observatorio Auger, estimó que “más allá de las bondades científico tecnológicas de un emprendimiento como el Observatorio Auger, cabe destacar la importancia económico social que representa para el país anfitrión. Todo el movimiento comunitario, la formación de recursos humanos, la especialización de mano de obra y todos los emprendimientos que surgen a partir de un polo científico, son algunos de los beneficios a destacar”.

Fuentes

  • Proyectos. Disponible en: www.cnea.gov.ar. Consultado el 4 de agosto de 2014.
  • Divulgación científica. Disponible en: www.oei.es. Consultado el 4 de agosto de 2014.
  • Observatorio Pierre Auger. Disponible en: es.wikipedia.org. Consultado el 4 de agosto de 2014.