Octavio Hernández Domínguez

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Octavio Hernández Domínguez
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Octavio Hdez.jpg
Comandante del Ejército Libertador
Nacimiento1865
Quivicán , La Habana, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento23 de junio de 1896
Madruga, La Habana, Bandera de Cuba Cuba

Octavio Hernández Domínguez. Comandante del Ejército Libertador Cubano. Era miembro del Cuerpo de Voluntarios al servicio de España a la vez que conspiraba a favor de la independencia de Cuba. Se alzó en armas en los alrededores de Madruga antes de la llegada de las fuerzas de Antonio Maceo y Máximo Gómez, a las cuales apoyó a su entrada a La Habana. Murió en el asalto a un fortín español.

Síntesis biográfica

Nació en Quivicán en 1865, hijo de Lutgarda Domínguez Ferro y de Antonio Hernández quienes estuvieron identificados con la causa independentista. Por esa región actuó, durante la Guerra de 1868 la partida de Carlos García, comandante general de la Vuelta Abajo.

Al parecer, estos tuvieron algún tipo de relación con el jefe insurrecto; según investigaciones realizadas por Eladio Miguel Suárez Castillo, testimonios familiares refieren que Lutgarda fue detenida por las autoridades españolas y conducida al cuartel donde fue pelada al rape para quebrantar su moral (tal procedimiento se empleaba a las mujeres púbicas), estas razones, entre otras hace que la familia se traslade a Madruga.

En esta localidad, Octavio inició sus estudios en la Escuela No-1 de Varones, de la que era director Don Eusebio Núñez de Villavicencio, los ratos libres ayudaba al sustento familiar laborando como cargador de maletas en la terminal de trenes, para ese entonces Madruga se sumía en una profunda crisis que había visto disminuir el número de ingenios y trapiches, gran parte de los cafetales cedían su espacios a potreros situación que influye en toda la vida, de ahí que Núñez de Villavicencio presentaba a la alcaldía municipal la petición de cesión en la ocupación de la plaza de maestro y director tras varios meses sin cobrar sus haberes y ante el mal estado de su escuela.

Su vida en la etapa de 1887 a 1894

En 1887, Octavio Hernández había contraído matrimonio en San José de las Lajas con Matilde Noa de donde había nacido sus hijos nombrados Zoila Patricia, a quien Eladio Miguel Suárez Castillo presenta como prueba de su amor a la Patria, y Antonio, que si bien reitera el nombre familiar de su padre, tradición de la época, está relacionado con Antonio Maceo, el protagonista de Baraguá.

Para el sostenimiento familiar Octavio Hernández había logrado arrendar una finca en La Concordia con lo cual logró obtener algunos ingresos.

Según testimonio de un sobrino de Octavio que lo había acompañado a la manigua, éste destacó una interrelación entre éste el José María Pardiñas, y de éste con las partidas de “bandoleros” entre ellos la de Manuel García, apodado como el Rey de los Campos de Cuba, arribado a Puerto Escondido en una expedición que debía de iniciar el movimiento independentista.

Desde su establecimiento en la localidad, Lutgarda Domínguez se desempeñó como lavandera del Hotel San Carlos, colindante con su vivienda ubicada en la entonces calle San Juan, (hoy 30), existen referencias de que para 1894 existía en Madruga una Junta Revolucionaria encargada de la preparación de la guerra que desde los Estados Unidos promovía José Martí; en una fecha no determinada arribaron a Madruga el Delegado del Partido Revolucionario Cubano en la Isla Juan Gualberto Gómez y el general Francisco Carrillo quienes se hospedaron en este hotel.

La Junta Revolucionaria local estaba presidida por el Dr. José María Pardiñas Barreiro, quien había fijado los pormenores para garantizar la seguridad de los visitantes y el éxito de su misión, razón por la que Lutgarda sirvió de enlace entre los conspiradores y los visitantes.

La reunión debía de efectuarse en una vivienda ubicada en la periferia del casco urbano aunque próxima al San Carlos y contó con la participación de las juntas de Aguacate, Madruga, Catalina de Güines y Nueva Paz, además de Octavio Hernández Domínguez, quien con el consentimiento familiar había logrado infiltrarse en las filas del Cuerpo de Voluntarios del Ejército Español.

Al tratarse el problema de la escasez de las armas Octavio se comprometió armar al primer grupo de hombres que lo acompañaran a la manigua, indagado acerca de las posibilidades refirió que en su condición de voluntario las sustraería del cuartel, tal revelación provocó preocupación en el Delegado por lo que se hizo necesaria la intervención de Pardiñas.

Participación en la guerra

El 24 de febrero se da el inicio a la nueva contienda con el levantamiento simultáneo en varias regiones de Oriente, no obstante en el occidente este no pudo fracasó.

El mismo 24 de febrero de 1895, según el Registro de Defunciones del Municipio de Madruga, aparecieron varios ciudadanos ahorcados en los distintos barrios rurales del término. En las condiciones creadas, la situación de Octavio Hernández Domínguez podía tornarse peligrosa.

El 25 de abril de 1895 se alzó en armas Octavio. Las autoridades españolas trataron de silenciar el levantamiento de Octavio Hernández desplegando una tenaz persecución;.

Octavio aplicó la justicia revolucionaria al llevar acabo la ejecución, tras consejo de guerra, de dos individuos cuyos servicios servían a las autoridades españolas, después de cumplida la ley, hizo llegar a la localidad la noticia, el mando militar español comisionó al Cuerpo de Bomberos para que acudiera al lugar y trasladara los cadáveres al pueblo quienes realizaron la tarea a la vista de los insurrectos sin sufrir percance alguno.

Pudo mantenerse en los montes con el mínimo apoyo hasta la entrada, el 1 de enero de 1896, de Gómez y Maceo a La Habana, mientras las fuerzas invasoras atacaban y tomaban Las Vegas, sus fuerzas hacían lo mismo en el poblado de Pipían.

La estrategia seguida por Maceo y Gómez antes las condiciones propias de la guerra en las provincias habaneras, llevaron a crear partidas volantes en los principales núcleos poblacionales con el objetivo de hostilizar a las fuerzas españolas, Octavio Hernández obtiene el grado de comandante operando al frente de la guerrilla de Madruga.

En las condiciones propias de este término, la forma de operar se hacía sumamente difícil, los accidentes geográficos del norte de la población le brindaba protección al pueblo, el desplazamiento de cualquier fuerza en estos contornos no pasaba inadvertido para los vigías españoles de la Loma de la Gloria, mientras por el sur el gobierno colonial había logrado crear una fuerte línea defensiva compuesta por una zanja y varias palizadas alternando con fortines militares ubicados a una distancia aproximada de 500 metros unos de otros.

El 4 de marzo de 1896 las fuerzas mambisas acamparon en la finca Dolores en el barrio de Sabanas de Robles propiedad de la familia Delgado, próximo a las dos horas de encontrarse en el lugar, las patrullas de reconocimiento sostuvieron una escaramuza con la vanguardia de una columna enemiga, las inconveniencias del terreno, poco propicio para que la caballería operarse, obligó a pernoctar en Bayón, al sur de la localidad.

En este lugar, las fuerzas mambisas contaron con la colaboración de la población, la familia Ruíz García puso a disposición todo cuanto necesitaban, incluyendo los insumos de la bodega de su propiedad así como una de las viviendas donde fue instalado un hospital de sangre. En horas de la noche Maceo se entrevista con Octavio Hernández Domínguez y los hermanos Crispín y Miguel Valera Sardiñas, además con el coronel Eliseo Figueroa Mirabal que a la mañana siguiente lo conducen hasta los montes de Purgatorio, en la provincia de Matanzas.

Octavio Hernández mantuvo el acoso sobre las fuerzas colonialistas, José Miró Argentar refiere la satisfacción de Maceo ante la publicación de una noticia, en junio de 1896, en la prensa de la época, acerca de la aniquilación en San Miguel de la guerrilla de Madruga.

Octavio fue víctima de las quejas que el general Masó Parra, trasmitió a Maceo al que éste hizo caso omiso.

Muerte

El 23 de junio de 1896, en un intento de ataque a un fortín, cae en combate en la finca de Los Ojedas, Octavio Hernández Domínguez.

La proximidad de la guerrilla de Videa y las condiciones inapropiadas que brindaba el lugar, impidió el rescate del cadáver el cual fue arrastrado por las calles del pueblo y vejado.

Fuentes

  • Carlos Miguel Suárez Sardiñas
  • Historiador de la Localidad de Madruga