Parque El Carmen

Parque El Carmen
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Ubicación Geográfica:Santa Clara, Villa Clara,Cuba

Parque El Carmen (Parque del Tamarindo). Lugar histórico en lo alto de una colina donde se celebró la misa de fundación de la ciudad de Santa Clara bajo un frondoso tamarindo y que hoy lleva el nombre de Parque “El Carmen”.

Antecedentes históricos

Cuentan las leyendas populares que, ante el azote de corsarios y piratas a la Villa de San Juan de los Remedios, centenares de moradores de la villa emigraron tierra adentro en busca de un mejor lugar donde asentarse y al llegar a cierto paraje con bellos ríos y abundante vegetación decidieron quedarse allí, celebrando la primera misa bajo un frondoso Tamarindo.

No se conoce documento alguno que pruebe tales hechos y queda como una bonita leyenda que enriquece las tradiciones de Santa Clara, pero si hubo un tamarindo sembrado en el ala derecha de la iglesia de "Nuestra Señora del Carmen", muy próximo al edificio cuando no existía el atrio. Lo que sí está registrado es que el 7 de agosto de 1744 se mercedó, a instancias de Don José Surí Águila y por orden del Cabildo de la villa, con la correspondiente aprobación eclesiástica, el terreno, al pasar la cañada de los Almiquíes, en la colina, cerca del río "La Sabana" (hoy Bélico) donde en el siglo anterior se habían reunido las familias remedianas emigrantes para fundar la villa que llevaría el nombre de Santa Clara.

El objetivo era la fabricación de una ermita que recordara el significativo hecho de la fundación de la villa. La idea parte del Presbítero Don Juan de Conyedo, la nombró y se cree que la llamara así porque al día siguiente de la fundación es la celebración de la Virgen del Carmen. Al barrio que se inició se le denominó Barrio Nuevo. Posteriormente comenzó a llamársele “El Carmen”, nombre que aún mantiene. Esta ermita, que devino la actual parroquia, resume en su estructura arquitectónica elementos de estos tres Siglo XVIII, Siglo XIX y Siglo XX.

La iglesia Ermita Nuestra Señora del Carmen

En sus inicios fue una modesta construcción de madera y guano, característica de la época en la villa, que aún no había alcanzado niveles superiores de desarrollo. Se situó junto al lugar de la fundación, un poco más cerca de la ribera del río "La Sabana" (hoy Bélico) y se abrió al culto el 29 de julio de 1745. Esta primera construcción fue costeada por el padre Conyedo.

Posteriormente se desarrolló una campaña de recaudación de fondos mediante la limosna, aportada por los vecinos para la construcción de otro edificio, el que existe actualmente, situado a unos metros del primero, más alejado del río, en la cima de la colina, iniciado el 29 de agosto de 1749. En su entorno quedó un espacio abierto convertido en plaza que luego fue el Parque Conyedo, en honor al promotor de la obra, pero con el decursar del tiempo perdió esa denominación para quedarse con el nombre actual coincidente con el de la parroquia.

Esta obra concluyó el 22 de mayo de 1754. Las campanas, tres en total, fueron colocadas el 28 de mayo de 1848. En 1909, se construyó la casa parroquial al fondo de la iglesia, integrándose como parte de este edificio. En 1953 se remodeló este edificio, se le agregó el atrio que circunda el frente y los laterales de la ermita y se renovaron puertas y ventanas.

El tamarindo simbólico fue plantado allí hace cerca de 100 años para rescatar la idea original del Padre Conyedo de mantener la proximidad de la iglesia al sitio de la fundación. Talado en fecha cercana al 15 de julio de 1918, motivó la crítica del periodista Francisco López Silverio que reflejaba el descontento, por lo que la Sociedad de la Prensa lo repuso en el sitio que ocupa actualmente.

Monumentos y tarjas

En el lugar no sólo existe sentimiento religioso y belleza arquitectónica, sino también historia y patriotismo lo que se evidencia al llegar frente al edificio de la iglesia donde se observa una tarja colocada junto a la entrada principal para rememorar los hechos, durante la Guerra de los Diez Años, cuando sirvió de cárcel de mujeres en la que sufrieron prisión un grupo de patriotas santaclareñas: María Julia Ortegosa, Josefa Pérez Corcho, Pilar Mira Fragosa, Virginia Chaviano, Pastora González, Teresa Doménech, Teresa Mendoza, Isabel Velazco, Martina Lorda, Inés Murillo y Mercedes Valdés Consuegra.

Hay otros monumentos y tarjas que dignifican a figuras y acontecimientos históricos; allí están los bustos de los destacados pedagogos cubanos: José de la Luz y Caballero (1800-1862) y el de la santaclareña Carmen Gutiérrez Morillo (1854-l9l4), cuyos sitiales de honor se encuentran en el lado sur, a la izquierda de la iglesia.

El busto de José de la Luz y Caballero fue mandado a esculpir por los miembros de la Logia Miguel Jerónimo Gutiérrez 56 de la Orden Caballeros de la Luz, el 27 de septiembre de 1953. En el pedestal donde está colocado aparece una inscripción: A el sabio mentor Don José de la Luz y Caballero y el de Carmen Gutiérrez, develado el 15 de julio de 1925 como homenaje de sus discípulas.

En el cantero donde se encuentra el busto de José de la Luz, muy próximo a él, situó una tarja el "Grupo Los Mil", el 15 de julio de 1954, motivado por el Día del Villaclareño Ausente que se había instaurado el año anterior por el Ayuntamiento de Santa Clara y otra colocó la "Gran Logia de Cuba" al pie del árbol que sembraron para simbolizar la unidad y hermandad entre las logias de Cuba con fecha 9 y 10 de junio de 1950 cuando celebraban la 50 sesión de esta institución.

También al costado derecho se erigió una sencilla escultura en forma de relieve al joven capitán Roberto Rodríguez Fernández, jefe del Pelotón Suicida de la Columna 8 comandada por Ernesto Che Guevara, quien muriera en la azotea de la casa Nº 15 de la calle Garófalo entre Máximo Gómez y Luis Estévez y Romero, a cincuenta o sesenta metros de la entrada principal de la Jefatura de la policía de la ciudad, frente al parque. La obra fue del escultor José Delarra, que muestra al Vaquerito de frente a la calle Garófalo, muy próximo al lugar donde cayera, en el ala norte del parque, de pie con su uniforme militar y el fusil al hombro.

Monumento a las familias fundadoras

El monumento es un columnario esculpido en hormigón enchapado en mármol, procedente de la Isla de Pinos (hoy Isla de la Juventud). Construido en un área de diecisiete metros cuadrados, con tres peldaños que elevan la base para simbolizar el lema del, entonces, escudo de la ciudad: Patria, Religión y Familia. Sobre esta plataforma se alza una circunferencia con todos sus puntos equidistantes del tamarindo que se encuentra en el centro. Las dieciocho columnas representando a cada una de las dieciocho familias fundadoras están colocadas en forma de parábola, unidas en la parte superior por un remate en espiral para dar idea del desarrollo progresivo de la ciudad y su continua evolución hacia el futuro.

En cada columna, en su parte exterior se le colocaron, en letras de bronce, los nombres de las personas cabezas de familia. La más alta aparece rematada por una cruz que refleja la connotación religiosa del acto de fundación de la villa, iniciada con la celebración de una misa por un sacerdote de la iglesia católica, religión oficial del régimen colonial español. Debajo de esta cruz se colocó el escudo de la ciudad.

En el monumento está situada la tarja que refiere la fecha, los patrocinadores y el escultor del mismo. Esta sustituye a la que estuviera colocada por la Asociación de la Prensa desde 1923.

Cuidado y conservación

A finales de la década de los años setenta el gobierno, representado por las autoridades locales, acometió la tarea de remodelar el parque, proyecto dirigido por el arquitecto Carlos Pérez de Alejo Monteagudo, quien refiere haber tomado elementos del de Remedios tratando de mantener, con sentido simbólico, los vínculos históricos entre ambas ciudades. Sobresale el detalle del enrejado a las áreas verdes y al Monumento a las Familias Fundadoras, las rejas que bordean el parque repiten los detalles del que circunda al atrio de la iglesia que ya existía y que fue tomado como modelo para lograr con ello una unidad ambiental, los asientos que bordean los canteros forman parte del conjunto.

La plazoleta ovoidal frente a la fachada de la iglesia, construida con losas de barro semejando a las del atrio y a las del interior que en aquel momento tapizaban el piso del templo, esta plazoleta fue concebida con la idea de mantener la tradición de celebrar actos en la escalinata de la iglesia. En el proyecto consideró cuatro áreas fundamentales: descanso, actividades culturales, área histórica y la de recreación infantil, esta última se revitalizó y se mantuvo activa hasta que se inició la construcción del monumento al Vaquerito para lo cual se utilizó el área del parquecito infantil y éste desapareció.

En la jardinería se tuvo en cuenta el sembrado de plantas ornamentales y útiles por la sombra que prodigan a los asientos, pero además se trató de mantener la identidad nacional como ocurre con la presencia de la palma real y la ceiba que se encuentran al lado sur del parque.

En tiempos más recientes, el lugar vuelve a ser testigo de la solidaridad humana. Se escoge el monumento a las familias fundadoras, debajo del tamarindo, para celebrar el hermanamiento entre Mogán, Islas Canarias y Santa Clara. Si ayer las familias remedianas llegadas aquí fueron bien acogidas por los que habitaban estos parajes, hoy llegan otros de tierras mucho más lejanas, no para quedarse físicamente, pero sí espiritualmente y también son bien recibidos por los moradores de esta ciudad, para hermanarse en un gesto solidario y de apoyo espiritual y material.

Aunque son suficientes valores históricos y patrimoniales, no pueden obviarse las funciones sociales que cumple el parque, cuando cada día, los niños juegan, los ancianos del Círculo de Abuelos realizan sus actividades, los adolescentes de la escuela secundaria "El Vaquerito" participan en matutinos o reciben clases de Educación Física, cuando vecinos del lugar o cualquier transeúnte que desea descansar o refrescar del veraniego calor bajo las sombras de los árboles que cobijan los bancos, leen un libro, conversan con amigos, enamorados o simplemente contemplan el paisaje, los hay que duermen sus siestas allí y no falta algún que otro turista visitando el lugar interesado en conocer la historia o apreciar sus valores artísticos y culturales.

Este parque fue y continúa siendo el lugar donde se celebran tradicionalmente las fiestas de la Fundación de la Ciudad, el 15 de julio de cada año. En enero de 1998 se efectuó en la explanada, frente a la iglesia un inusual acontecimiento: la misa abierta, oficiada por el Obispo de Villa Clara como preparación de los feligreses para la visita del Papa Juan Pablo II a Cuba, la que contó con la participación masiva de la población católica de la ciudad y los principales dirigentes municipales y provinciales.

Fuentes

  • Revista “Amanecer”, No 32, Año VI, julio-agosto, 2000, pag. 20
  • Pérez Guevara, Reina Lilia y Cima Collera, Martha. Dos lugares históricos. 9 de junio del 2000.
  • Boletín Cartacuba No 57 julio de 2004, p9.