Parque Leoncio Vidal Caro

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Parque Leoncio Vidal Caro
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Ubicación Geográfica:Casco histórico, Santa Clara

Parque Leoncio Vidal Caro: ubicado en el Casco Histórico de la cuidad de Santa Clara, Villa Clara, Cuba.Es un símbolos de cultura e identidad de los villaclareños. Ha sido escenario político en las luchas revolucionarios. El 15 de julio de 1999 en conmemoración del 310 Aniversario de la fundación de la ciudad de Santa Clara, se declara Monumento Nacional.

Historia

Su nombre actual responde a un acuerdo que tomó el Ayuntamiento de Santa Clara el 4 de marzo de 1899, a propuesta de uno de sus concejales, Enrique del Cañal, y en honor al patriota cubano, Leoncio Vidal Caro, natural de Ceja de Pablo en Corralillo.

Vidal Caro murió en acción bélica la noche del 23 de marzo de 1896, en el hasta entonces llamado Parque “Plaza de Recreo”. Este nombre había sido decisión del Cabildo en 1871, también se consideró la necesidad de dotar al área de mejores condiciones y se dispuso su remozamiento ya que hasta entonces había sido un descuidado terreno, cubierto de plantas silvestres y pocos árboles en el que varias personas vieron arruinar, por el lodo acumulado, sus mejores galas al transitar por él en paseos cotidianos, fiestas y otras diversiones.

Con anterioridad, a este espacio abierto se le conocieron diversos nombres, tales como: Plaza de Armas, Plaza Mayor y Plaza de la Constitución, esta última denominación la tuvo mientras en España permaneció el régimen constitucional. A tal efecto fue construida en 1820, con el concierto de los vecinos y las autoridades del Cabildo, una pirámide que fue demolida al caer dicho régimen en la “Madre Patria”. No obstante el Parque siempre fue punto obligatorio de visita y tránsito no solo de sus pobladores sino de los que visitaban la localidad.

La reconstrucción

No es hasta 1848 que se le adicionan los jardines y se pavimenta. En 1881 se le practica una reconstrucción total que incluyó la adición de cuatro canteros, cada uno con una estatua en el centro, representativas de las estaciones del año, los cuatro seborucos, guardacantones, que demarcaban la zona y evitaban la entrada de medios de carga o transporte, fueron sustituidos por sendas cadenas, para muchos asociadas con el estatus colonial al que se estuvo sometido hasta 1899 en que cambiamos de dueño, al producirse oficialmente la injustificada ocupación norteamericana.

La demarcación de los límites para la construcción del Parque se hizo, como era la costumbre, inmediatamente después de la fundación de la Villa el 15 de julio de 1689; estableciéndose en un área inicial de 1600 metros cuadrados y en el interior del mismo se reservó un lugar para la construcción de la Iglesia, que fue en sus inicios de tabla y guano, y se erigió en 1692.

Hacia 1691 la población de la villa no sobrepasaba los 291 habitantes, no obstante, se hizo necesario el control y planificación del trazado urbano que se inició a partir de 1692 por orden del Capitán General de Cuba.

Las calles

Las primeras calles nacieron alrededor del Parque; entre estas tenemos: Los Crímenes que posteriormente tuvo las denominaciones de Calle de Buen Viaje, después Gerardo Machado y en la actualidad Rolando Pardo. Por tradición el pueblo la sigue identificando como Calle de Buen Viaje. Otras fueron, la Calle Paso Real que se conoce actualmente como Rafael Tristá, y la actual calle Marta Abreu, nombrada en sus inicios como Calvario y Amargura.

El trazado alrededor de la Plaza fue de acuerdo a la usanza española y se establecieron las llamadas cuatro esquinas con manzanas semirregulares. Es a lo que hoy llamamos cuadras.

Durante siglos el Parque ha sido sometido a variaciones diversas, que han impedido que hoy se conserven elementos de su estructura pasada; así tenemos la Parroquia Mayor demolida en 1923 con el objeto de ampliar el lugar y, la hermosa y añorada pérgola que estaba situada en la entrada hoy frente a la Secundaria Básica Osvaldo Herrera. También desaparecieron el Parque Chao y el Paseo Monteagudo construidos en 1900 y 1904, respectivamente.

Se conserva aún El Obelisco, inaugurado el 15 de julio de 1886, en el 197 aniversario de la fundación de la Villa, para perpetuar la memoria de los ilustres padres Juan Martín Concedo (1687–1761) y Francisco Hurtado de Mendoza (1724-1803), los que se consagraron a la instrucción de los niños de la Villa.

Obra del padre Conyedo fue también el primer hospital de Santa Clara y la Ermita de la Candelaria. Este monumento se construyó con granito gris de Boston, Filadelfia y se situó en el centro de la plaza, gran parte de su costo fue sufragado por la Benefactora.

Los Monumentos

Precisamente en 1895, a raíz de ser inaugurada la Planta de Electricidad, donada por Marta Abreu de Estévez, el citado monumento sirvió de base para la construcción de una réplica en madera de la Torre Eiffel de París, tenía una altura de 28 metros y se adornaba con flores y luces, para homenajear a la ilustre dama.

La Glorieta construida en 1911 continúa siendo espacio reservado para la banda municipal y nuestros abuelos acuden a bailar al son de la música del cubanísimo danzón.

También nos encontramos la fuente del Chico de la Bota Infortunada que fue inaugurada en 1925; su inclusión entre las obras del Parque fue iniciativa del patriota Francisco López Leiva; Coronel de la Guerra de 1895. El costo de instalación ascendió a 731. 83 pesos. En 1959 fue destruida y transcurridos 11 años, Jesús Velazco Fernández rescató sus restos y los trasladó al Museo Provincial de Historia. Fue reconstruida en bronce por el artista José de Larra y situada en el lugar que hoy ocupa en el 300 aniversario de la fundación de la ciudad, el 15 de julio de 1989.

No puede faltar en esta síntesis, la referencia a la majestuosa presencia en Bronce de la insigne patriota Marta de los Ángeles Abreu de Estévez. Este monumento también rinde honores a su esposo Luis Estévez a través del libro que esta porta en una de sus manos, escrito por este último, “Del Zanjón hasta Baire”. La obra develada en 1924 y ocupa el lugar donde se encontraba situado el presbiterio de la Parroquial Mayor. Sentada, como vigilando nuestros rumbos y custodiando gran parte de su obra está y estará siempre presente en la cultura e historia de su ciudad.

Archivo:Parque vidal1.JPG
Monumento a Leoncio Vidal

Cinco años después fue descubierto un busto que se esculpió en Italia, dedicado al Coronel Leoncio Vidal Caro. Su viuda, amigos y pueblo en general asistieron a tan importante acto en el que se hizo un merecido homenaje al patriota, también se le recuerda en “La Farola”, que representa el lugar donde cayó luchando contra el colonialismo español. El eminente escritor, historiador, bibliotecólogo y patriota Manuel García Garófalo escribió la inscripción: “Aquí, en la noche del 23 de marzo de 1896 sucumbió heroicamente en defensa de la independencia de la Patria el Coronel Leoncio Vidal”.

A pesar de llevar el Parque el nombre de tan ilustre hombre, una de las desigualdades de aquella República tan lejana de los ideales de José Martí, fue la discriminación racial la que se evidenciaba en la existencia de dos paseos, unido a incidentes raciales ocurridos en el lugar; ejemplos palpables de la existencia de tan bochornosa segregación.

El parque escenario político

Durante los años treinta y hasta el triunfo de la Revolución, el Parque fue escenario de protestas y manifestaciones estudiantiles, obreras y de la población en sentido general, hasta el conocido Burro Perico portó carteles de protesta, inclusive escritos sobre su suave pelambre.

A finales de 1958 se produce la tercera acción para la toma de la Ciudad. Una vez más como herederos de la Guerra de los Diez Años y la Guerra de 1895 el parque sintió los pasos agitados y el sonido de los disparos de los mambises del siglo XX. Las acciones protagonizadas por el Che y sus hombres, unido al apoyo del pueblo llevaron irremisiblemente a que Santa Clara contribuyera de manera decisiva al Triunfo de la Revolución aquel luminoso 1 de enero de 1959. Cinco días después el Comandante Fidel Castro en su arribo triunfante a la ciudad dirigió la palabra a miles de santaclareños concentrados alrededor de la tribuna que se instaló frente al Palacio Provincial, hoy Biblioteca Martí. Sus palabras reafirmaron:“... que si este pueblo era invencible cuando apenas no había con que luchar ¿Qué no hará hoy que entra victorioso en la Historia de Cuba?

Durante siglos el Parque de Santa Clara, ha estado presente en los recuerdos tristes y alegres de varias generaciones. Niños, adolescentes, jóvenes y adultos han caminado o corrido sobre el pavimento, reafirmando su existencia, o se han sentado a la sombra de su flora a observar los bulliciosos totíes posar sobre las ramas. Los artistas plásticos, poetas y escritores le han dedicado su exquisita sensibilidad. En él se luchó por la independencia. Aquí han crecido y se han consolidado ilusiones, se han hecho realidad sueños, y no pocos han iniciado o experimentado esa fuerza que mueve al hombre: el amor. Otros han mirado con nostalgia hacia un punto buscando algo o a alguien que ya no está, o han elevado su vista al cielo en un acto de profesión de fe. Así, cada día al transitar sobre el pavimento que cubre parte de aquel primer espacio abierto, concebido como centro de la naciente villa, estamos, sin proponérnoslo, alimentando nuestra identidad y reafirmando la continuidad de la historia, resultado del heroísmo y la creación humana. Así el Parque Leoncio Vidal Caro está indisolublemente ligado a la vida y el corazón de todos los santaclareños.

Monumento Nacional

El 15 de julio de 1999 en conmemoración del 310 Aniversario de la fundación de la ciudad de Santa Clara, se realizó el acto oficial por la declaratoria de Monumento Nacional del Parque “Leoncio Vidal Caro” y su entorno.

Fuentes