Partido Republicano de Estados Unidos

Partido Republicano de EE. UU.[1]
US Republican Party
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Elefante-republicano.png
El elefante republicano, símbolo electoral de Partido Republicano
Presidente/aReince Priebus
Fundación20 de marzo de 1854
Ideología políticaCentroderecha, derecha, conservadurismo, conservadurismo liberal, conservadurismo neoconservadurismo, neoliberalismo.
Posición en el espectroDerecha
Sede310 1er Ave SE 20003, Washington D.C, Bandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos
Afiliación internacionalUnión Internacional Demócrata
Senadores
46 / 100
Representantes
66 / 264
Gobernadores
30 / 50
Sitio webgop.com

Partido Republicano de Estados Unidos (en inglés: US Republican Party) es un partido político estadounidense, considerado como uno de los partidos políticos más poderosos del mundo. Forma parte de conjunto con su gran rival, el Partido Democráta, del sistema político bipartidista de Estados Unidos. A lo largo de la historia política de ese país, 18 republicanos han ejercido como presidentes de esa nación, siendo el primero Abraham Lincoln en 1861 y el último fue el conservador George W. Bush quien gobernó del 2001 al 2009.

Historia

Antecedentes

El Partido Republicano aunque se conoce como tal a partir de 1854, es heredero de dos movimientos políticos enmarcados en la primera etapa política de Estados Unidos: el movimiento demócrata-republicano impulsado por el prócer Thomas Jefferson y el movimiento whig, el cual estuvo presente dentro del panorama político estadounidense de 1833 a 1854.

Partido Demócrata-Republicano

El expresidente estadounidense Thomas Jefferson, fundador del Partido Democráta-Republicano

El Partido Demócrata Republicano fue una organización política fundada por los expresidentes estadounidenses Thomas Jefferson y James Madison el cual sirvió como movimiento opositor a las ideas de George Washington. Según la concepción de Jefferson, el partido no se oponía directamente a Washington, quien había sido gran amigo de este, sino que se planteaba como defensor de las libertades populares y en contra de las políticas del entonces secretario del Tesoro, Alexander Hamilton. Durante varios años los demócrata-republicanos se enfrentaron a los federalistas de Hamilton y John Adams.

Cuatro presidentes estadounidenses (Jefferson, Madison, Monroe y Quincy Adams) pertenecieron a las filas del Partido. Tras varias divisiones internas, el partido desapareció dividiéndose en dos formaciones, la primera el Partido Nacional-Republicano (fundado por Henry Clay en 1825) y el Partido Whig de los Estados Unidos. A pesar de esto, varios historiadores resaltan el papel del Partido Demócrata-Republicano como el primero en enarbolar las ideas de separación de las funciones del gobierno y exponer la necesidad de dar mayor libertad al sector privado, ideas que serian enarboladas años después por los republicanos actuales.

Partido Whig de los Estados Unidos

El Partido Whig de los Estados Unidos fue la verdadera formación antecedente al Partido Republicano. Dicha agrupación política había sido fundada en el invierno de 1833 por varios exmiembros del Partido Demócrata-Republicano, tales como el expresidente John Quincy Adams y el antiguo líder y fundador del Partido Nacional-Republicano, Henry Clay. Los whig fueron grandes detractores del sistema presidencialista y abogaban por una mayor división de poderes entre el Congreso de Estados Unidos y el presidente además de ser grandes detractores de las políticas del entonces presidente, Andrew Jackson. Las fuertes divisiones internas, motivadas fundamentalmente por los nacientes conflictos entre el Norte y el Sur así como la derrota del candidato whig Winfield Scott ante el demócrata Franklin Pierce en las elecciones de 1852, derivaron en la disolución del Partido Whig el cual se habia mantenido como la segunda fuerza política de Estados Unidos de 1833 a 1852, solo superada por el Partido Demócrata.

Fundación

Tras la desaparición del movimiento whig, varios sectores descontentos con el rumbo político de la nación, principalmente provenientes del Partido Demócrata y del desaparecido Partido Whig, fundaron el 20 de marzo de 1854, en la ciudad de Ripon, en el estado de Wisconsin, la primera célula local del Partido Republicano. La acción de Ripon fue extendida a varios estados de la Unión, llegándose a celebrar el 6 de julio de ese mismo año la primera convención estatal. El nombre de Partido Republicano fue escogido como homenaje al ideal del expresidente Thomas Jefferson y su movimiento demócrata-republicano además de que resume la idea de una nación fuerte y con poderes separados.

Primeros pasos e ideal inicial

Primera alusión al elefante como símbolo republicano a través de las caricaturas de Thomas Nast en 1874.

Obviamente la mayoría de los miembros fundadores del Partido Republicano habían sido miembros del Partido Whig de los Estados Unidos, pero también algunos eran exmiembros del Partido Demócrata, y otra parte de los fundadores eran independientes o venían de formar parte de otros grupos (como el Partido del Suelo Libre).

Lo que tenían en común todos estos grupos que se unieron para formar al nuevo partido era su pertenencia ideológica al poderoso movimiento antiesclavista o abolicionista; que aglutinaba a todas las personas de piel blanca en los Estados del Norte de Estados Unidos que luchaban para abolir la esclavitud de las personas negras en los Estados del Sur del país norteamericano. También estaban de acuerdo en impulsar una política económica basada en dos aspectos fundamentales: una política comercial proteccionista, que disminuyera o impidiera las importaciones por medio de aranceles altos, para proteger la industria nacional de la competencia extranjera; y una política de «mejoras federales», por la cual el Gobierno Federal (Nacional) debía invertir mucho más dinero en obras públicas o de infraestructura (puentes, caminos, etc.) para estimular la economía.

El programa del partido lo hacía muy popular en el Norte del país (sobre todo por la política comercial proteccionista) pero intensamente odiado en el Sur (no solo por la abolición de la esclavitud, sino también por la política proteccionista que perjudicaba a unos Estados como los sureños que no tenían casi industria y que necesitaban el libre comercio para colocar sus productos agrícolas en Europa).

En las elecciones legislativas de noviembre de 1854 el Partido Republicano obtuvo unos buenos resultados en su primera gran prueba electoral, al ser elegidos Representantes (diputados) un total de 46 políticos republicanos. Estos cuarenta y seis parlamentarios republicanos representaban un 18,3 % de los miembros de la Cámara de Representantes del Congreso de los Estados Unidos (en aquella época la Cámara se componía de un total de 252 representantes o congresistas).

En el año de 1856 el Partido Republicano participó por primera vez en unas elecciones presidenciales, con su candidato John C. Frémont; pero este perdió las elecciones, quedando en un respetable segundo lugar (el ganador fue el presidente James Buchanan del Partido Demócrata). Sin embargo, el partido dominó las regiones de Nueva Inglaterra, el Estado de Nueva York y el Cercano Oeste norteño, demostrando que solo necesitaba ganar dos estados más del Norte para ganar unas presidenciales; además aumentó a 90 el número de sus Representantes en el Congreso (el 38 % de la Cámara) y lograron que las legislaturas estatales de varios estados nombraran hasta 20 senadores republicanos para el Senado de los Estados Unidos (su primera representación en esa Cámara del Congreso). Y en las elecciones legislativas de 1858 el Partido Republicano ganó 116 representantes, que equivalían al 48,7 % de la Cámara y que le daban la mayoría simple en dicha Cámara (que usó para dificultarle las cosas al presidente Buchanan); y aumentó a 26 el número de sus Senadores en la otra Cámara. En las siguientes elecciones presidenciales la suerte se inclinaría todavía más a favor de los republicanos.

El Partido de Lincoln

Abraham Lincoln, presidente de los Estados Unidos de 1860 a 1865 y primer presidente republicano

En 1860, los delegados a la Convención Nacional Republicana celebrada en la ciudad de Chicago, eligieron a Abraham Lincoln como su líder y candidato a la presidencia de los Estados Unidos. Lincoln ―quien había sido miembro de la Cámara de Representantes por el estado de Illinois y exmiembro del Partido Whig― era un ferviente luchador antiesclavista.

En las elecciones del 6 de noviembre de 1860 Lincoln obtuvo el 39,82 % de los votos populares (1 865 908 votos), mientras que el representante demócrata Stephen A. Douglas sacó el 29,46 % (1.380.202 sufragios) y John C. Breckinridge obtuvo el 18,10 % (848 019 votos). Su elección como presidente conduciría a la fracturación de las relaciones entre los estados del Norte y del Sur y por consiguiente el nacimiento de los Estados Confederados de América el 8 de febrero de 1861. El 4 de marzo de 1861, Lincoln asumió la presidencia durante una ceremonia realizada en las afueras del Capitolio de Washington, con su asunción se convirtiéndose en el primer presidente estadounidense miembro del Partido Republicano.

Durante su etapa como presidente, Lincoln tuvo que hacer frente no solo a los sucesos de la Guerra Civil sino también a las divisiones internas dentro de su partido. A pesar de ello, los líderes republicanos lograron cumplir los principales objetivos de su programa de gobierno: la libertad de los esclavos negros y la abolición perpetua de la institución esclavista, implantación de una política proteccionista sobre la economía asi como el aumento del gasto del Estado en «mejoras federales», además aumentaron los impuestos federales. Lincoln triunfó en la Guerra y salvó al país de la división; pero fue asesinado el 15 de abril de 1865, poco después de haber iniciado su segundo período de gobierno. Tras su muerte, lo sucedió el demócrata Andrew Jackson quien había forjado una alianza política con Lincoln.

Etapa post-Lincoln (1865-1869)

Durante el gobierno de Andrew Jackson, los republicanos entraron rápidamente en conflicto con este sobre todo por sus políticas de pasividad con el Sur. Los estados sureños no querían otorgarle la plena ciudadanía a los negros que habían sido esclavos y Johnson no deseaba obligarlos, por ello, el Congreso de Estados Unidos, dominado por los republicanos radicales fervientes seguidores del legado de Lincoln, pasó por encima de la autoridad del presidente y usó al Ejército para imponer Gobiernos provisionales en los estados exrebeldes. Además fueron aprobadas la Decimotercera, Decimocuarta y Decimoquinta Enmiendas a la Constitución de Estados Unidos para garantizar la igualdad entre blancos y negros (incluyendo el derecho al voto para los negros).

Gracias a las reformas, y a la prohibición impuesta a los blancos del Sur para que no pudieran votar hasta que no fuera perdonada su pasada rebeldía y aceptaran los cambios legales; los republicanos ganaron el control de los estados sureños con los votos de los negros, y eso sumado a su mayoría en los estados del norte les garantizó el control del poder (casi como un partido único).

El partido regresó al poder en 1869 con la elección del héroe de guerra y líder republicano, Ulysses S. Grant como presidente estadounidense, iniciando un período llamado como «El predominio», que se extendería de 1869 a 1933, en el cual los republicanos controlarían políticamente la nación.

El predominio (1869-1933)

El republicano Theodore Roosevelt fue el más grande representante del llamado «Predominio».

Durante el llamado «Predominio» todos los presidentes de Estados Unidos fueron republicanos, con solo dos excepciones: los demócratas Grover Cleveland que gobernó de 1885 a 1889 y de 1893 a 1897, y Woodrow Wilson que gobernó entre 1913 y 1921. Es decir, que restando los 16 años que gobernaron estos dos demócratas, fueron 48 años de gobierno republicano (y un control mayor y casi ininterrumpido del Congreso).

Durante esta etapa de hegemonía, el país vivió una gran expansión económica. Los altos aranceles logrados gracias a la política proteccionista de Lincoln, permitieron el desarrollo de la industria estadounidense sin competencia extranjera; aunque el enorme tamaño del mercado interno era casi igual al tamaño del mercado formado por el resto del mundo de aquella época. En la década de 1860, el país se convirtió en uno de los países más ricos del mundo y su gente disfrutaba de la mejor calidad de vida ya para aquel entonces la economía estadounidense tenía vínculos con todos territorios debido a su condición de neutral. Durante el gobierno de los republicanos, Estados Unidos se consolidó como una potencia económica y militar, hecho que se concretó tras la victoria en la Guerra Hispano-Cubano-Estadounidense en la cual supieron vencer a una potencia como España y obtener el control sobre los territorios de Puerto Rico, Guam y Filipinas así como el establecimiento de un régimen aliado en Cuba.

A comienzos del siglo XX varios políticos (entre ellos el republicano Theodore Roosevelt) lucharon para reducir el poder de las grandes empresas privadas convertidas en monopolios y oligopolios, y las obligaron a renunciar a su posición dominante en favor de la libre competencia.

El dominio logrado durante casi 50 años, cayó a finales de la década del 20, a causa de la llamada Gran Depresión. Durante esa etapa, el país se hundió en la peor crisis económica y social de su historia. Las masas hambrientas llevaron al poder al candidato demócrata a la presidencia Franklin Delano Roosevelt, en las elecciones de 1932, y con ello llegó a su fin «el Predominio».

1953-1981

Tras 20 años como oposición (1933-1953) a la sombra de los gobiernos de los demócratas Franklin Delano Roosevelt y de su sucesor Harry S. Truman, los republicanos regresaron al poder en 1953 tras la victoria del ultraconservador Dwight Eisenhower. Con Eisenhower se consolidó el papel de la nación en temas internacionales y se iniciaron los enfrentamientos con el bando comunista liderado por la Unión Soviética. Durante los años 50, el Partido Republicano se convirtió en abanderado de las ideas conservadoras y anticomunistas frente a un Partido Demócrata tildado de liberal, centrista y dialogador.

En la década de los 60, con los demócratas de nuevo en el poder, gracias a la victoria popular de John F. Kennedy, se intensificó la intervención del Estado en la economía y se aumentó el gasto público en programas sociales. Los republicanos se plegaban a las políticas demócratas y no ofrecían cambios sustanciales.

El escándalo de Watergate y la renuncia de Richard Nixon en 1974, fueron un gran golpe contra el partido.

El cambio que sufrió el Partido Demócrata, que pasó de ser refugio de los racistas del Sur y enemigo de los derechos de los negros, a ser defensor de la igualdad entre blancos y negros y protector de los derechos de estos últimos, causó un cambio en el Partido Republicano. Los blancos del Sur empezaron a abandonar al Partido Demócrata y a mudarse al Republicano; el centro geográfico de los republicanos pasó del nordeste del país al sur, mientras los demócratas ganaban el nordeste. Pero también provocó que la población negra le diera la espalda a los republicanos (a quienes apoyaban por haberlos liberado de la esclavitud); y se cambiaran mayoritariamente a los demócratas.

El desastroso final del gobierno de Richard Nixon debido al Caso Watergate, y el papel gris de Gerald Ford, dejaron al partido debilitado en los años 70, por lo que el país entró en una grave crisis económica con altos índices de desempleo e inflación bajo el gobierno del demócrata Jimmy Carter.

Reagan y la Revolución conservadora (1981-1993)

El 4 de noviembre de 1980, tras cuatro años sin ocupar la presidencia, los republicanos regresaron a la Casa Blanca tras la victoria en las urnas del conservador y exestrella de la televisión, Ronald Reagan frente a un débil Jimmy Carter. Este hecho marcó el inicio de la tristemente célebre Revolución Conservadora,[2][3] la cual influyó en aspectos como la economía, la política exterior y la defensa.

Enero de 1981 marca la llegada a la Casa Blanca del actor Ronald Reagan y la tristemente célebre Revolución Conservadora.

Los republicanos hicieron profundas reducciones a los impuestos para acercarse cada vez más al pensamiento de un estado proteccionista y controlador, ideas planteadas por los demócratas de Carter. Pero fueron más allá: los republicanos hicieron de la reducción de impuestos una filosofía, al igual que la reducción del gasto público del Estado y de la burocracia del Gobierno. Se plantearon además reducir o eliminar los programas sociales que estimulaban a la gente a vivir con dignidad. Dichas medidas lograron crear brechas sociales en Estados Unidos, dividendo la hasta entonces simbólica clase media en dos: clase media alta y clase media baja. Los republicanos liderados por Reagan propugnaban un regreso al espíritu individualista de los pioneros estadounidenses, defendían a la economía de libre mercado frente a la intervención excesiva del Estado que frenaba la especulación y el enriquecimiento de las corporativas.

Esta «revolución conservadora» propició un despegue económico de las megacompañías sin precedentes, pero por el contrario las desigualdades sociales se vieron acentuadas sobremanera, dejando fuera del avance económico a las clases menos pudientes.

El ideario de Reagan y posteriormente el de su sucesor George H. W. Bush en materia de economía, política internacional y defensa, marcaría el proceder del ideario republicano. Es por ello que muchos consideran a Ronald Reagan como el padre del «Nuevo Partido Republicano», más centrado en apoyar el libre mercado frente al proteccionismo y las políticas sociales.

Años 90

Tras el resultado de las elecciones de noviembre de 1992, en las que el demócrata Bill Clinton derrotó al entonces presidente George H. W. Bush, los republicanos cayeron en un período de estancamiento en el cual se mantuvieron solo con el control del Congreso. El gobierno de Clinton, trabajó de conjunto con los republicanos en la consolidación de leyes en temas como defensa, economía, política internacional aunque tuvieron grandes desacuerdos sobre todo en temas como la Ley de Sanidad de 1994 y el Escándo Lewinsky. Tras un intento en las elecciones de 1996 que culminaría en fracaso, los republicanos no regresarían hasta la muy criticada victoria de noviembre del 2000 en la que el republicano y exgobernador del estado de Texas, George W. Bush se convirtió en el décimoctavo presidente republicano de Estados Unidos.

Actualidad y futuro del partido

La sociedad estadounidense tradicionalmente ha sido muy conservadora, y hasta hace poco se vivía un auge del conservadurismo; esto le daba al Partido Republicano una relativa ventaja sobre su rival, el Partido Demócrata. Pero la posición relativamente ventajosa de los republicanos está perdiéndose por la realidad demográfica de los Estados Unidos.

La mayoría de los republicanos pertenecen al grupo étnico de los blancos no hispanos (Non-Hispanic Whites), una subcategoría reconocida por la Oficina del Censo de los Estados Unidos con fines estadísticos oficiales para identificar a todos los estadounidenses blancos descendientes de europeos que no tienen ascendencia latina o hispana; esta subcategoría constituye junto con la de los blancos hispanos o latinos (las personas de piel blanca que si son de sangre o ascendencia latina o hispana) la categoría mucho más amplia de los blancos estadounidenses. Más aún, muchos republicanos son de los llamados WASP (white anglosaxon protestants: ‘blancos anglosajones y protestantes’, según sus siglas en inglés) el tipo racial y religioso que durante mucho tiempo fue el más poderoso de Estados Unidos. Los blancos no hispanos son todavía la mayoría de la población estadounidense, pero gradualmente van reduciendo su tamaño mientras las minorías étnicas aumentan el suyo.

George W. Bush sus políticas fueron duramente criticadas por amplios sectores de su propio Partido Republicano, especialmente su política económica tan alejada de la disciplina fiscal y del control del gasto público que exige el conservadurismo fiscal, la doctrina económica dominante en el partido. Al final de su mandato la mayoría del partido se había distanciado de él.

Como ya vimos el Partido Republicano contó con las simpatías de los habitantes de raza negra estadounidenses hasta los años sesenta; pero cuando en esa década los presidentes demócratas John F. Kennedy y Lyndon B. Johnson lograron imponer una serie de reformas legales que hicieron realidad las normas de la Constitución que garantizaban la igualdad de razas, los blancos del Sur (enemigos de los afroestadounidenses) se sintieron traicionados por el Partido Demócrata por el que siempre votaban, y muchos de ellos comenzaron a votar por los republicanos. El Sur demócrata se convirtió en el Sur republicano, lo que trajo como consecuencia que el Partido Republicano dejara de defender los derechos de los afroestadounidenses, y que estos se convirtieran en demócratas.

La minoría negra afroestadounidense (llamada así, entre otras razones, para diferenciarla de los negros hispanos o de los latinos en las estadísticas oficiales) es el grupo étnico más comprometido con un solo partido; en todas las elecciones, sobre todo en las presidenciales, más del 90 % vota por los candidatos del Partido Demócrata. Los afroestadounidenses republicanos, aunque existen, son una minoría casi insignificante.

El presidente George W. Bush en un intento por cambiar esta situación, se rodeó de varios colaboradores negros afroestadounidenses, como Colin Powell, el primer secretario de Estado afroestadounidense de la historia de los Estados Unidos y Condoleeza Rice, la primera mujer afroestadounidense en ocupar el mismo cargo, quien había sido antes también la primera en ocupar el puesto de Asesora de Seguridad Nacional; Rice fue la consejera más importante durante su presidencia. Pero más allá de los intentos de Bush, el Partido Republicano no ha logrado que dicha minoría se acerque al partido.

El candidato presidencial John McCain, a pesar de sus grandes desacuerdos con George W. Bush, no pudo convencer a los electores de que encarnaba una alternativa distinta y perdió ante Barack Obama. Su derrota dejó al Partido Republicano sumido en la confusión, desorientado y sin un liderazgo claro; lo que desató un amargo debate interno.

Aun así, en el 2010 se dio un nuevo paso en el acercamiento del Partido Republicano a los afroestadounidenses cuando por primera vez desde finales del siglo XIX dos afroestadounidenses republicanos ganaron en las elecciones escaños a la Cámara de Representantes del Congreso por distritos ubicados en el Sur profundo de Estados Unidos, tradicionalmente la región más racista del país. Fueron ellos Allen West, que ganó en un distrito de Florida, y Tim Scott, que ganó en un distrito de Carolina del Sur; la victoria de este último además es más importante ya que previamente había derrotado en las elecciones primarias internas del Partido Republicano de su distrito al hijo del antiguo dirigente segregacionista Strom Thurmond. Ellos fueron 2 de los 32 candidatos al Congreso afroestadounidenses que presentó el Partido Republicano en esas elecciones. El 17 de diciembre de 2012 la gobernadora republicana de Carolina del Sur, Nikki Haley (una estadounidense hija de inmigrantes Sijes de la India), nombró a Tim Scott senador por ese estado al Senado de los Estados Unidos para cubrir la vacante dejada por Jim DeMint, que renunció a su escaño para ser presidente de la Fundación Heritage; con su toma de posesión el 2 de enero de 2013 Scott se convirtió en el primer afroestadounidense en el Senado estadounidense desde que Roland Burris (sucesor de Barack Obama como senador) terminó su mandato en 2010, y un hito al ser un afroestadounidense republicano. Pero al mismo tiempo que Scott entraba al Senado, Allen West abandonaba la Cámara de Representantes porque perdió en su intento de ser reelegido, por lo que actualmente no hay ningún afroestadounidense republicano en esa Cámara del Congreso.

El caso de los hispanos o latinos es más importante aún. Desde hace unos años la población hispana o latina es ya la minoría más numerosa del país, y seguirá creciendo para ser un porcentaje cada vez más importante de la población total estadounidense; así que para ganar las elecciones un partido requiere de su apoyo. Tradicionalmente la gran mayoría de los mexicano-estadounidenses (los latinos más numerosos en USA), puertorriqueños, dominicanos, y otros grupos latinos votan siempre por los demócratas. Solo los cubano-estadounidenses votan mayoritariamente por los republicanos.

Pero George W. Bush logró cambiar esa tendencia en sus elecciones. Ya en su época de gobernador de Texas logró una hazaña, al conseguir el 49 % del voto hispano o latino en su reelección en la Gobernatura (en un Estado donde la mayoría de los hispanos son mexicanos). Y como presidente consiguió establecer otro récord al obtener aproximadamente el 40 % de los votos de los hispanos en todo el país en su reelección a la presidencia en el año 2004, un hecho inimaginable para un republicano hacía solo unos años.

En su Gobierno no hubo una figura hispana de la talla de Rice, pero sí algunos Secretarios (Ministros) de origen latino. Entre ellos, el octogésimo primer Secretario de Justicia, Alberto R. Gonzales y el exsenador en el Congreso de Estados Unidos, el cubano-estadounidense, Mel Martínez (exsecretario de Vivienda y Desarrollo Urbano).

Cada vez hay más funcionarios electos (Representantes federales y estatales, senadores estatales, concejales, etc.) del Partido Republicano que son de origen Latino; sobre todo en Estados de fuerte presencia hispana como Florida, California y Texas. En las elecciones legislativas, estatales y locales de mitad de período realizadas en el año 2010, varias prominentes figuras latinas del Partido Republicano obtuvieron victorias que los proyectaron al primer plano nacional. Los más famosos fueron Susana Martínez (electa gobernadora de Nuevo México), Brian Sandoval (electo gobernador de Nevada) y Marco Rubio (electo senador por Florida al Senado de los Estados Unidos). Además otros cinco latinos republicanos fueron elegidos para su primer período al Congreso, y sumados ellos y Rubio a los dos hispanos republicanos que ya eran congresistas (Ileana Ros-Lehtinen y Mario Díaz-Balart) sumaban ocho latinos republicanos en el Congreso estadounidense frente a veinte congresistas hispanos que pertenecían al Partido Demócrata. En las elecciones legislativas celebradas simultáneamente con las presidenciales del 6 de noviembre de 2012 fueron elegidos siete latinos republicanos al Congreso de los Estados Unidos, uno menos que en los comicios anteriores; pero ahora hay otro latino o hispano republicano en el Senado de los Estados Unidos, Ted Cruz (senador por Texas), con lo que junto a Marco Rubio son ya dos los senadores latinos republicanos del Congreso estadounidense (de un total de solo tres senadores latinos, el otro es el demócrata Bob Menéndez). Los otros cinco latinos republicanos son congresistas de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos (hubo 16 candidatos republicanos latinos o hispanos a la Cámara de Representantes, pero solo resultaron elegidos en sus respectivos distritos esos cinco); sin embargo los siete legisladores republicanos de etnia latina todavía son bastante menos que los 24 legisladores latinos demócratas que fueron electos en los comicios del 2012.

Los valores morales tradicionales y conservadores (los llamados «valores familiares») de los republicanos son muy populares entre personas como los latinos, provenientes de sociedades relativamente conservadoras y muy religiosas, y es uno de las principales «armas» utilizadas por los republicanos para obtener el voto hispano. Por otro lado, la reducción del dinero destinado a programas sociales (planteada siempre por este partido) suele ser impopular entre muchos Latinos que dependen de estas ayudas del Estado.

El principal obstáculo para los esfuerzos de Bush y otros líderes para atraer militantes y simpatizantes Latinos al Partido Republicano, es el discurso fuertemente anti-inmigrante de varios representantes partidarios radicales e influyentes. Las medidas que pretenden tomar estos políticos contra los extranjeros indocumentados (la mayoría provenientes de América Latina) les hacen ganar votos entre algunos sectores (los de los ciudadanos estadounidenses que lo son desde hace varias generaciones y que creen que los inmigrantes solo ocasionan problemas), pero alejan a los hispanos del partido. De hecho, algunas derrotas electorales de los republicanos en comicios estatales y locales se han debido en buena parte al enfado de los Latinos con políticos republicanos que han tomado demagógicas medidas anti-inmigrantes. Otras minorías étnicas (judíos, asiáticos, etc.) son también mayoritariamente demócratas. La idea a futuro del Partido Republicano, poder atraer a las minorías, hasta hoy claramente inclinadas hacia el Partido Demócrata, sin perder el apoyo de sus aliados tradicionales y manteniendo su condición de «fuerza conservadora».

En otros aspectos, la presidencia de George W. Bush marcó el comienzo de una etapa difícil para el partido; su política económica fue duramente criticada por los sectores mayoritarios del Partido Republicano por ir en contra de los postulados del conservadurismo fiscal.15 16 Aunque Bush hizo enormes rebajas a los impuestos federales, algo ajustado al conservadurismo fiscal, por otro lado también fue responsable de masivos aumentos del gasto público, y por lo tanto rompió con la disciplina fiscal, causando gigantescos déficits. Esto tanto ocasionó el rechazo y el enfado de la mayoría de los republicanos. Otros aspectos de su gestión, como la política exterior, también causaron críticas en el interior del partido, por lo que al final de su gobierno todos los precandidatos presidenciales republicanos guardaban distancia de él y el candidato electo, John McCain, era su mayor rival dentro del partido.

Pero McCain no pudo convencer al electorado de que representaba una ruptura con Bush y fue finalmente derrotado por el actual presidente, el demócrata Barack Obama; en su nuevo rol como partido opositor, el Partido Republicano se hallaba confundido y carente de liderazgo. Posteriormente se desató una polarización interna entre moderados y conservadores; estos últimos han revitalizando la oposición con su dura y radical campaña contra Obama, simbolizada en el Tea Party Movement, al precio de ocasionar un amargo enfrentamiento con los moderados que temen que esa radicalización a la derecha, aunque sirva para movilizar a la opinión pública contra Obama, al final pueda alejar a los electores independientes de centro.

Sin embargo, el creciente descontento popular con la gestión de Obama y el éxito del Tea Party para canalizarlo, consiguieron que el Partido Republicano obtuviera la victoria en las elecciones de mitad de período del 2010. Los republicanos recuperaron el control de la Cámara de Representantes del Congreso, redujeron la mayoría demócrata en el Senado y ganaron la mayor parte de las gobernaciones de los estados que convocaban elecciones estatales. Aunque esta serie de victorias aumentó el poder del Partido Republicano y le infundió renovadas fuerzas; el presidente Barack Obama logró ganar la reelección apenas dos años después, en gran parte por el apoyo de las minorías, a quienes el Partido Republicano no pudo convencer y por el contrario terminó alejándolas.

Con la intensión de derrocar a Obama y con el precedente de la victoria electoral en las elecciones de medio término de 2010, la maquinaria republicana se enfrenta en el año de 2012 a un importante reto: las elecciones presidenciales de 2012. Tras la derrota de John McCain ante Obama en 2008, el partido había quedado seriamente dividido y sin la ausencia de un líder que pudiera unir a las diferentes tendencias partidistas. A inicios del año 2011, una encuesta nacional realizada a activos miembros republicanos seleccionó como favoritos a la exgobernadora de Alaska y candidata vicepresidencial en 2008, Sarah Palin, la cual contaba con un fuerte apoyo en las bases ultraconservadoras, ligadas principalmente al Tea Party además dentro del listado fueron incluidos el exgobernador de Arkanzas, Mike Huckabee y el gobernador de Luisiana, Bobby Jindal, este último con el apoyo favorable del llamado «establishment» republicano quien lo consideraba una carta de triunfo segura contra Obama. Otro de los grandes favoritos aunque con menor nivel frente a figuras como Huckabee o Jindal, era el multimillonario Mitt Romney quien había quedado en segundo lugar durante la carrera por la nominación republicana en 2008.

El candidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos, Mitt Romney.

Las dudas se comenzaron a despejar luego de que se comenzaran a anunciar las candidaturas presidenciales a inicios de marzo de 2011, una fecha demasiado temprana para un proceso que con regularidad comenzada en los meses de agosto y septiembre. Los primeros republicanos en presentar sus candidaturas fueron Mitt Romney, quien se presentó como una alternativa clara para vencer a Obama, la congresista Michelle Bachmann, vinculada al Tea Party y el exportavoz de la Cámara de Representantes, Newt Gingrich[4] Además de estas candidaturas, a la batalla se sumaron el gobernador de Texas, Rick Perry,[5] el moderado Ron Paul, el congresista Rick Santorum y el multimillonario afroestadounidense, Herman Cain. La contienda fue extramendante agotadora ya que a diferencia de los demócratas quienes ya tenían a Obama, los republicanos debieron elegir al candidato que más lograra el apoyo de las bases partidistas. No fue hasta abril de 2012 en que el exgobernador Mitt Romney se convirtió en el candidato virtual, condición que le otorgada de manera oficial durante la convención republicana celebrada a finales de agosto en la ciudad de Tampa (Florida).[6][7]

El día 6 de noviembre de 2012, el exgobernador y candidato por el partido republicano perdió las elecciones ante el candidato y presidente Barack Obama, sumando este una mayoría de electores superior a los 270 necesarios para asegurar la presidencia, quedando en segundo lugar con la mayor votación.

Tea Party

Nació en los primeros meses del año 2009 como respuesta al paquete de estímulo fiscal, oficialmente conocido como «American Recovery And Reinvestment Act of 2009» (en español: Ley de Reinversión y Recuperación de Estados Unidos de 2009). El movimiento originó protestas en contra de los impuestos y surgió en gran medida en respuesta al paquete de estímulo fiscal del año 2009 así como en las elecciones del 2008[8] y las posteriores revelaciones de los bonos pagados a los ejecutivos de AIG. El movimiento cobrado visibilidad debido a una serie de protestas, que han ocurrido desde los inicio del año 2009. Los manifestantes también utilizan las redes sociales, entre estas Facebook, Twitter y MySpace, así como también blogs en medios de comunicación de carácter centroderechista y conservador para promover sus eventos.

Manifestantes del ultraconservador Tea Party, protestan en contra de las políticas del presidente Barack Obama, a las que consideraban «comunistas».

El nombre Tea Party hace referencia al movimiento anticolonialista de finales del siglo XVII llamado Motín del Té de Boston o («Boston Tea Party» en inglés), que protestaba por la aprobación de los impuestos al té sin tener representación en el parlamento Británico. Los miembros de las marchas del Tea Party han tratado de evocar estas antiguas marchas usando imágenes, consignas y temas de este periodo de la historia estadounidense.

El Movimiento ha declarado tener 15 principios no negociables, los cuales considero importante conocer para poder evaluar el nivel de conservadurismo existente en aquellos que se unen al mismo. Los puntos son:

  1. Los inmigrantes ilegales están aquí ilegalmente.
  2. El empleo total domestico es indispensable.
  3. Es esencial tener unas fuerzas armadas fuertes.
  4. El interés especial debe ser eliminado.
  5. La propiedad de armas es sagrada.
  6. El gobierno debe ser reducido.
  7. El presupuesto de la nación debe estar balanceado.
  8. Deben terminar los gastos que provocan el déficit.
  9. Los planes de financiamiento y estímulo son ilegales.
  10. Deben reducirse los impuestos personales sobre ingresos.
  11. Es necesario reducir los impuestos a los negocios.
  12. Cualquier ciudadano podrá ocupar un cargo público.
  13. Las intrusiones gubernamentales deben cesar.
  14. Se requiere que el inglés sea el idioma preponderante.
  15. Se promoverán los valores familiares tradicionales.

El Tea Party fue trascendental para garantizar la victoria del bando republicano en las elecciones de medio término de 2010 en las cuales el partido se agenció con el control de la Cámara de Representantes,[9][10] la cual habían perdido durante la presidencia de George W. Bush. Estas elecciones, marcadas por la crisis económica,[11] dejaron en evidencia la volatilidad de la situación política en Estados Unidos, que pasó de George Bush a Barack Obama para devolver dos años después parte del poder al partido. El movimiento marcó el ascenso de varias figuras a la política interna tal el caso de los políticos Marco Rubio (electo senador por el estado de Florida) y Paul Ryan[12] (representante por Wisconsin) así como también a servido para apuntalar varias figuras ultraconservadoras tal el caso de la exgobernadora de Alaska y excandidata republicana a la vicepresidencia de Estados Unidos en 2008 Sarah Palin.[13]

Tendencias internas

  • Derecha religiosa o derecha cristiana (teoconservadores): desde la década de 1980 ha cobrado fuerza en el partido este gran movimiento formado por activistas fundamentalistas de diversas Iglesias cristianas (principalmente evangélicas). Basan su política en sus conceptos de religión. Se oponen radicalmente al aborto, los matrimonios homosexuales, el libertinaje sexual, etc. Varios pastores cristianos evangélicos se han convertido en dirigentes republicanos; y los feligreses representan una gran parte del electorado del partido. Sus críticos los acusan de ser fanáticos religiosos y de ser una amenaza para la libertad individual y para el principio de la separación entre la Iglesia y el Estado. Los teoconservadores republicanos operan por medio de una organización política llamada National Federation of Republican Assemblies (Federación Nacional de Asambleas Republicanas) que ofrece su apoyo a los republicanos comprometidos con su visión moral y denuncia a aquellos que por moderados o liberales se alejan de ella.
  • Conservadores sociales: son personas de mente conservadora en temas sociales, y por eso tienen posiciones parecidas a las de los derechistas cristianos en asuntos como el aborto, el sexo, etc.; pero con la diferencia de que no son necesariamente militantes religiosos como los anteriores y por lo tanto no necesariamente trabajan bajo la dirección de sus Iglesias. Son gente mayormente de clase media que también desean un regreso a los valores morales de antaño (los «valores familiares») pero sin exagerar en la mezcla de religión con política (son un poco más seculares); y simpatizan con la política económica republicana. Sin embargo, algunos observadores prefieren no hacer distinciones entre esta tendencia y la de los derechistas religiosos refiriéndose también a aquellos como conservadores sociales.
  • Conservadores fiscales: su principal razón para ser republicanos es su apoyo a la política económica tradicional del partido; el conservadurismo fiscal (llamado liberalismo económico en otros países). Menos gasto público, menos regulaciones y menos impuestos es su objetivo; defienden con pasión el libre mercado y desean un Estado más pequeño y menos intervencionista. También defienden el equilibrio fiscal, y por lo tanto, la reducción o eliminación del déficit fiscal. Promueven el pago de la deuda nacional, la privatización del Seguro Social mediante cuentas individuales y el libre comercio internacional. No están tan interesados en el tema de la moral como los anteriores.
    Los republicanos conservadores fiscales tienen una poderosa organización política llamada Club for Growth (Club para el Crecimiento); una organización que se dedica a apoyar en las elecciones internas del partido (entre otras cosas recaudando fondos para ellos) a los aspirantes más comprometidos con sus políticas económicas, mientras que al mismo tiempo la organización ataca y denuncia a aquellos republicanos que ellos consideran que se alejan del conservadurismo fiscal al no recortar lo suficiente los impuestos y al apoyar un gasto público muy alto.
  • Republicanos «de nombre solamente» (RINO por sus siglas en inglés): es el término despectivo con el que los conservadores llaman a los que anteriormente se conocían como «republicanos liberales». Sin embargo, también muchos conservadores usan este término para referirse a los republicanos moderados, ya que para ellos no existe diferencia entre los unos y los otros; y de esta manera descalifican también a los moderados.
  • Republicanos moderados: intentan representar la moderación entre los extremos del partido. Los republicanos moderados se organizan en grandes grupos de presión, pensamiento y cabildeo; esos grupos son: el Republican Main Street Partnership (Alianza Republicana de la Calle Main) y el Republican Leadership Council (Consejo del Liderazgo Republicano). También hay grupos republicanos pro-abortistas y ambientalistas que son considerados aliados naturales de los grupos republicanos moderados y liberales.
  • Republicanos neoconservadores: son defensores de un mayor gasto social y de una política exterior agresiva e intervencionista. Están más dispuestos a gastar dinero del Estado en grandes proyectos y programas dirigidos a crear una sociedad más conservadora en temas sociales (como programas para los pobres financiados por el Gobierno pero administrados por instituciones religiosas); pero sin renunciar a las reducciones de impuestos (lo que puede traer desequilibrios fiscales). Chocan con los conservadores fiscales o tradicionales que se oponen al mayor gasto. En política exterior creen fervientemente en el papel de «pueblo elegido» de Estados Unidos y que por lo tanto este país debe extender la democracia por el mundo; están convencidos de que solo una política exterior agresiva puede proteger a la nación de sus numerosos enemigos extranjeros, y para ello Estados Unidos debe usar su fuerza en cualquier parte del mundo, de forma unilateral sí es necesario. Piensan que el país debe ejercer de forma activa su papel de única superpotencia en un mundo unipolar sin sacrificar los intereses nacionales por la búsqueda de consensos internacionales.

Figuras republicanas

Presidentes republicanos

Otros republicanos destacados

Bibliografía

  • Holt, Michael (2003): El Partido Whig de Estados Unidos, ascenso y declive. Londres: Oxford University, 2003. ISBN 0-19-516104-1.
  • Irwin, Alan (1997): The Republican History. Estados Unidos: Point, 1997.
  • Johnson, Paul (1997): Estados Unidos. La historia. Buenos Aires: Ediciones B, 1997. ISBN 950-15-2143-5.

Fuentes

―Hablando de los derechos políticos, ¿en Cuba hay nada más que un partido?
―Sí, igual que ustedes, tenemos un solo partido.
―¡No, pero nosotros tenemos dos: el Partido Demócrata y el Partido Republicano!
―Correcto, eso es correcto: eso es igual que si en Cuba tuviéramos dos partidos, y que uno lo dirigiera Fidel, y el otro lo dirigiera yo.