Paseo del Prado de Cienfuegos


Paseo del Prado
Paseo del Prado
País:
Cuba
Tipo:
avenida
Longitud:
900 metros



El Paseo del Prado. Sitio referencial y de invaluable valor para Cienfuegos, La Perla del Sur.

Sus inicios

El Paseo del Prado, de la ciudad portuaria de Cienfuegos, ubicada a unos 255 kilómetros de La Habana, resulta uno de los corredores urbanos más importantes de Cuba, no solo para los pobladores de la urbe, sino para los visitantes nacionales y extranjeros.

Es la vía de su tipo más extensa del país. Hacia su amplio entorno se han desplazado comercios de variadas características en la medida en que crece el tránsito de vehículos y peatones. La gente busca allí el descanso en sus típicos bancos, bajo la sombra acogedora del arbolado y de la fresca brisa que alivia los calores del verano.

Desde la época de su fundación ha recibido diferentes denominaciones. Primeramente fue Paseo de Vives; posteriormente lo identificaban por Paseo de la Independencia, y por último, el nombre conocido por todos: Paseo del Prado.

Ubicado en el centro histórico, su belleza y la magnificencia del entorno que le rodea, fueron factores importantes para que Cienfuegos fuese declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad el pasado año. El trabajo constante y la preocupación de muchos funcionarios del Gobierno local posibilitan mantener la vía en excelentes condiciones de preservación.

Su construcción primaria se debió al donativo de uno de los fundadores de la villa, Félix Bouyón Turner. Por supuesto, que entonces no era más que una calle de lodo, flanqueado por dos zanjas en las que se arrojaban los desechos que se vertían hacia el mar.

Pero, los cienfuegueros deseaban un paseo exclusivo, de mayor realce. El once de noviembre de 1911, en el Teatro Luisa, se hizo una velada artística-literaria con el objetivo de recaudar fondos para realizar la obra. Los arquitectos Julián y Carlos Rafael Sanz, unidos a Isaac Puga fueron los realizadores de la bella avenida que, en poco tiempo, desplazó el hábito de pasear dando vueltas en el parque Martí. Caminar, evidentemente, resultaba más divertido.

Uno de los momentos de mayor trabajo de conservación (el primero fue en 1960), ocurrió en 1987, cuando se le logra devolver su antiguo esplendor, se le incorporan nuevas áreas verdes, se restituyen pavimentos y mobiliario urbano.

A partir de aquel momento, cada año se le da atención a los componentes del Paseo y a su entorno. Una peculiaridad de esta noble tarea de restauración se realizó en 1991, cuando la ciudad cumplió el aniversario 172 de su fundación.

En la ocasión, se rescató el tratamiento pictórico original de cada inmueble a lo largo de los 600 metros de protección del paseo. Unas 338 edificaciones resultaron beneficiadas con la restauración y pintura, las que representan el 99,41% de las situadas en el área.

Sitio de intercambio por excelencia, el Prado cuenta con un portal público que constituye una galería techada, propicia para la conversación y el juego de los niños.

Su entorno

Biblioteca Provincial

En torno al Paseo del Prado se ubican numerosas construcciones de gran valor cultural e histórico. Entre ellas se encuentran la Casona de los Leones, cuya entrada está protegida por dos estatuas de esos animales salvajes, la biblioteca provincial Roberto García Valdés, el majestuoso Obispado, y numerosas residencias que guardan las reminiscencias de un pasado de opulencia y bienestar, con amplios balcones y suntuosos portales. Edificaciones exponentes del eclecticismo arquitectónico prevaleciente en la localidad, donde armonizan los estilos mudéjar y bizantino con el veneciano, el gótico y el barroco.

Sencillo, pero con la potencialidad de su belleza, el Paseo del Prado de Cienfuegos es testigo del paso del tiempo, camino obligado de las damas y caballeros de los siglos pasados, y ahora de una población que gusta de andar por su bien trazada vía peatonal, conversar en sus recodos o intentar una conquista amorosa.

En la zona que ocupa el Paseo del Prado de Cienfuegos existe un constante accionar para la reparación de las calles, las aceras y el área central, medida que abarcó recientemente a unas 338 edificaciones a las que se aplicaron labores de restauración y pintura, cifra que representa el 99,41 por ciento de los inmuebles de toda el área.

Llaman la atención el bello templo bautista, en el cruce con la calle 62, o el conglomerado de residencias de amplios balcones que, cuadra a cuadra, sin interrupción, custodian ambas aceras. Bajo ellas, los portales de columnas unifican y resguardan todo el conjunto arquitectónico. Se trata de los más auténticos y mejor conservados del país.

A la Perla del Sur, como llaman con justeza a la ciudad fundada por un grupo de colonos franceses en 1819, acuden muchos turistas. Vienen atraídos por el trazado de sus calles, por sus monumentos y por la tonalidad verde azul del entorno marino. Llegan hasta el Prado, se toman fotos sentados en los bancos o caminan largas cuadras por el largo paseo.

Fuentes