Pedro Larrea Moustelier
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Pedro Larrea Moustelier. Fue un vivo ejemplo de figura austera de un gran dirigente obrero mediante su obra y su conducta en defensa de los humildes, las que están presente en las realizaciones de la Revolución Socialista, que ha reivindicado a plenitud todas las injusticias que se empeñara en erradicar en sus días con desvelos y entereza este querido hijo de la clase obrera.
Sumario
Síntesis biográfica
Nacimiento
Nació en Santiago de Cuba en el año 1864. Fue un dirigente obrero revolucionario con grandes y valiosas cualidades. Era de color pardo, delgado de estatura, erecto en el andar, muy fulero en el vestir y de trato muy cordial.
Vida laboral
Desde los primeros momentos de su juventud comenzó a trabajar como tabaquero y se caracterizó además por ser un decidido partidario de la independencia de Cuba.
Trayectoria Revolucionaria
Perseguido como todos los santiagueros que estuvieron contacto con Antonio Maceo en visita efectuada por este el local de Gremio Escogedores el 2 de agosto de 1890, logro emigrar a los Estados Unidos y se radicó en Cayo Hueso, donde continuó trabajando en su oficio de tabacalero conoció a José Martí y escuchó sus predicas revolucionarias.
Más tarde se incorporó a la expedición de patriotas que comandaba por los Generales Serafín Sánchez y Carlos Roloff arribó a las costas espirituanas por Punta Caney, cerca del puerto Tunas de Zaza en las primeras horas de la noche del 24 de julio de 1895 en un barco cuyo nombre expresaba todo un símbolo José Martí.
En la jurisdicción de Sancti Spíritus hizo la Guerra, que terminó con el grado de Capitán. De aquí no se marchó se casó con una espirituana Flora Covarrubia, con la que tuvo 4 hijos: un varón, Pedro, que murió joven de tuberculosis y 3 hembras América, Carmen y Concepción.
En la república mediatizada siguió trabajando en su oficio de tabaquero, como hombre de inflexible carácter palabra fácil y conversación amena que se revela ante cualquier injusticia, pronto se destacó entre sus compañeros por la pasión con que defendía los más elementales derechos de los obreros: El derecho a los obreros: El derecho al trabajo por parte de los patrones y las autoridades ensordecidas.
Figuró en la vanguardia de los primeros de protestas de los tabaqueros por las demandas de acatamiento a la legislación laboral de la época y a las tarifas acordadas por los propios obreros, tomó parte en la organización del Gremio de escogedores, fundado en el 1990, formó en su directiva y ocupó por tiempo su presidencia así mismo organizado y presidente de la Federación Provincial de Escogedores de Tabaco en Rama, de la antigua provincia de Las Villas.
No hay dudas que a Pedro Larrea se debe en gran medida la construcción del Edificio del Gremio de Escogedores de Sancti Spíritus y que se convirtiera en “Casa de los Obreros”.
Hombre de grande simpatías populares, fue electo en distintas ocasiones concejal de ayuntamiento cargo en ese tiempo honorario y sin ninguna remuneración.
Pedro, era como un patriarca del proletariado espirituano y los patrones también le respetaban y le ponían atención a sus racionamientos reconociéndolo como un dirigente insobornable enérgico y de probada autoridad moral.
Los problemas que frecuentemente se presentaban en los talleres lo iban a resolver en el mismo lugar, en asambleas con los trabajadores y patrones.
Ya en las postrimerías de su gloriosa vida, desgastando por la lucha del trabajo, sufrió la amargura de un acto injusto e ingrato por parte de un grupo de los que habían sido sus compañeros.
"Hermanos extraviados" quienes ignorantes del daño a que ellos mismos y a su clase se inferían, sirvieron de instrumento a despreciables divisionistas, para derrotarlo en una elecciones del Gremio 1932, la última en que participó echaron mano a todo tipo de recursos, entre ellos a la fuerza pública-política y soldados y al más escandaloso fraude.
Todavía un gran viejo pudo decir: "No es a mi a quién derrotan utilizando estos bajos procedimientos, sino a la unidad de la clase obrera, a la fraternidad y al propio Gremio de Escogedores", y efectivamente, la dirección del Gremio comenzó a padecer desde momento triste y bochornoso, en determinadas etapas y crisis profundas de corrupción e inmoralidades.
Muerte y trascendencia
El 15 de junio de 1941 a las 6pm. Dejó de existir en el Hospital de Sancti Spíritus el incorruptible dirigente obrero Pedro Larrea y murió tan pobre que en su casa no había un centavo para correr con los gastos del enterramiento. (Que República aquella).
Fue un gran oficial del Ejército Libertador, un mambí, un honrado y prestigioso dirigente obrero, que tuviera necesidad de una colecta pública para que sus venerables restos reposaran en la tierra por la que peleará para conquistar su libertad, cuando cualquier bergante se enriquecía de un día para otro con el latrocinio del dinero del pueblo. Pero su memoria honrada era blasón de dignidad y no mengua.
Sus restos fueron depositados no en el panteón de los veteranos, sino en el de Socorro Mutuo, junto al de sus modestos, queridos y generosos compañeros del Gremio.
Fuente
- Biografía archivada en la CTC Tabacalera Provincial de Sancti Spíritus.
