Diferencia entre revisiones de «Pedro Téllez de Girón»

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'''Pedro Téllez Girón y Guzmán:''' Fue un noble militar español, más conocido por el Gran Duque de Osuna de los siglos  XVI y XVII. Virrey de Sicilia en 1610, y de Nápoles en 1616. Fue segundo marqués de Peñafiel y tercer duque de Osuna.
 
'''Pedro Téllez Girón y Guzmán:''' Fue un noble militar español, más conocido por el Gran Duque de Osuna de los siglos  XVI y XVII. Virrey de Sicilia en 1610, y de Nápoles en 1616. Fue segundo marqués de Peñafiel y tercer duque de Osuna.
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==Síntesis Biográfica==
 
==Síntesis Biográfica==
Pedro de Alcántara Téllez de Girón y Guzmán nació en Osuna, Sevilla  el [[17 de diciembre]] de [[1574]], hijo de Juan Téllez Girón, que era el primer marqués de Peñafiel desde [[1568]], además de segundo duque de Osuna y de  Ana María de Velasco, de la que quedó huérfano desde muy niño.  
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Pedro de Alcántara Téllez de Girón y Guzmán nació en [[Osuna]], [[Sevilla]] el [[17 de diciembre]] de [[1574]], hijo de Juan Téllez Girón, que era el primer marqués de Peñafiel desde [[1568]], además de segundo duque de Osuna y de  Ana María de Velasco, de la que quedó huérfano desde muy niño.  
Desde muy temprana edad su padre se lo llevó a Nápoles, donde era virrey su abuelo, el primer duque de Osuna. Allí tuvo como preceptor al prestigioso humanista italiano Andrés Savone; quien le enseñó latín y el joven Pedro demostró desde el principio unas muy buenas cualidades intelectuales así como una prodigiosa memoria que aplicaba en los estudios.  
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Desde muy temprana edad su padre se lo llevó a [[Nápoles]], donde era virrey su abuelo, el primer duque de Osuna. Allí tuvo como preceptor al prestigioso humanista italiano Andrés Savone; quien le enseñó latín y el joven Pedro demostró desde el principio unas muy buenas cualidades intelectuales así como una prodigiosa memoria que aplicaba en los estudios.  
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Poco antes de acabarse el tiempo del virreinato del viejo duque, este hizo que su nieto visitase la región de Calabria, además de otras provincias italianas. Cuando Pedro regresó a España, inició hacia el año [[1587]] sus estudios universitarios en la Universidad de Salamanca, pero a finales de [[1588]] regresó á [[Madrid]] donde se inició en ejercicios y estudios referentes a las actividades bélicas. Su abuelo vio que su nieto mostraba inclinación hacia las letras, así como a otras aficiones menos confesables, por lo que hizo que Luis Barahona de Soto, que era tanto buen poeta como cazador, compusiera en su obsequio la obra Diálogos de la Montería.
 
Poco antes de acabarse el tiempo del virreinato del viejo duque, este hizo que su nieto visitase la región de Calabria, además de otras provincias italianas. Cuando Pedro regresó a España, inició hacia el año [[1587]] sus estudios universitarios en la Universidad de Salamanca, pero a finales de [[1588]] regresó á [[Madrid]] donde se inició en ejercicios y estudios referentes a las actividades bélicas. Su abuelo vio que su nieto mostraba inclinación hacia las letras, así como a otras aficiones menos confesables, por lo que hizo que Luis Barahona de Soto, que era tanto buen poeta como cazador, compusiera en su obsequio la obra Diálogos de la Montería.
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El joven se caracterizaba por que tenía un genio muy vivo, se mostraba valiente, quizás hasta temerario, y muy amigo de bromas. Todo esto hizo que se formase en torno a su figura una leyenda, que fue recogida después de su muerte por Cristóbal de Monroy y Silva, en la comedia que tituló Las mocedades del duque de Osuna. En 1593 el joven contrajo matrimonio con doña Catalina Enríquez de Ribera, pero sin embargo esto no impidió que siguiera realizando correrías, ya que dos años más tarde fue desterrado de Sevilla, de tal forma que se tuvo que ocultar en la localidad de la Puebla de Cazalla. Tal situación continuó hasta mediados del mencionado año 1602 en que huyó a Francia, allí realizó graves disturbios en París, y desde allí se dirigió a los Países Bajos, donde sentó plaza de soldado raso en los ejércitos del archiduque Alberto.  
 
El joven se caracterizaba por que tenía un genio muy vivo, se mostraba valiente, quizás hasta temerario, y muy amigo de bromas. Todo esto hizo que se formase en torno a su figura una leyenda, que fue recogida después de su muerte por Cristóbal de Monroy y Silva, en la comedia que tituló Las mocedades del duque de Osuna. En 1593 el joven contrajo matrimonio con doña Catalina Enríquez de Ribera, pero sin embargo esto no impidió que siguiera realizando correrías, ya que dos años más tarde fue desterrado de Sevilla, de tal forma que se tuvo que ocultar en la localidad de la Puebla de Cazalla. Tal situación continuó hasta mediados del mencionado año 1602 en que huyó a Francia, allí realizó graves disturbios en París, y desde allí se dirigió a los Países Bajos, donde sentó plaza de soldado raso en los ejércitos del archiduque Alberto.  
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===Trayectoria Política y Militar===
 
===Trayectoria Política y Militar===
 
En su humilde puesto de soldado en el que dio ejemplo de disciplina y valor, incluso recibió una grave herida de arcabuz, además había sido el primero en el peligro cuando logró sofocar uno de los numerosos motines de tropas en solitario y en medio de cinco mil soldados. Todo esto hizo que se le ascendiera y que se le encomendaran dos compañías de caballos. En las campañas de Flandes sus servicios fueron tantos y tan notables que finalmente [[Felipe III]], que además tuvo en cuante los servicios que prestó su abuelo, le nombró en [[1610]] virrey y capitán general de [[Sicilia]], estando ya el duque en la corte, adonde había regresado en [[1608]] y en el que casó a su entonces único hijo y heredero, que se llamaba igual que su abuelo, Juan Téllez Girón, con Isabel de Sandoval, que era la hija del duque de Uceda y nieta del duque de Lerma, el valido del rey. Fue igualmente por esta época cuando estableció amistad con el poeta Francisco de Quevedo, al que tomó bajo su servicio como secretario personal. También se mostró partidario de la Tregua de los Doce Años que se había alcanzado con los rebeldes de las Provincias Unidas tras la firma de la Paz de La Haya en [[1609]].
 
En su humilde puesto de soldado en el que dio ejemplo de disciplina y valor, incluso recibió una grave herida de arcabuz, además había sido el primero en el peligro cuando logró sofocar uno de los numerosos motines de tropas en solitario y en medio de cinco mil soldados. Todo esto hizo que se le ascendiera y que se le encomendaran dos compañías de caballos. En las campañas de Flandes sus servicios fueron tantos y tan notables que finalmente [[Felipe III]], que además tuvo en cuante los servicios que prestó su abuelo, le nombró en [[1610]] virrey y capitán general de [[Sicilia]], estando ya el duque en la corte, adonde había regresado en [[1608]] y en el que casó a su entonces único hijo y heredero, que se llamaba igual que su abuelo, Juan Téllez Girón, con Isabel de Sandoval, que era la hija del duque de Uceda y nieta del duque de Lerma, el valido del rey. Fue igualmente por esta época cuando estableció amistad con el poeta Francisco de Quevedo, al que tomó bajo su servicio como secretario personal. También se mostró partidario de la Tregua de los Doce Años que se había alcanzado con los rebeldes de las Provincias Unidas tras la firma de la Paz de La Haya en [[1609]].
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Permaneció en el cargo de virrey de Sicilia durante cinco años. Procedió en su gobierno con gran prudencia, además de otras buenas cualidades tanto en la paz como en la guerra. Sus buenas formas tuvieron eco y repercusión incluso en la corte de Madrid, de tal forma que se contaba que tanto el rey [[Felipe III]] como los miembros del Consejo de Italia dijeron en algunas ocasiones que en muchos años no había tenido Sicilia mejor virrey gobernador. Una de sus mayores preocupaciones era referida al estado de la flotilla de galeras y barcos con la que Sicilia colaboraba en la defensa del Mediterráneo. En una inspección encontró siete galeras mal armadas e igualmente ordenó la reforma de otras diez. Pero también actuó en el campo terrestre, ya que aumentó considerablemente la infantería e igualmente hizo importantes socorros en las guerras que se venían desarrollando en el Piamonte. En otro orden de cosas, remedió el daño que causaba la acuñación de falsa moneda en su territorio. Su gobierno dejó una muy buena impresión en la isla de forma que todos conocieron y confesaron que nunca había estado Sicilia mejor gobernada.
 
Permaneció en el cargo de virrey de Sicilia durante cinco años. Procedió en su gobierno con gran prudencia, además de otras buenas cualidades tanto en la paz como en la guerra. Sus buenas formas tuvieron eco y repercusión incluso en la corte de Madrid, de tal forma que se contaba que tanto el rey [[Felipe III]] como los miembros del Consejo de Italia dijeron en algunas ocasiones que en muchos años no había tenido Sicilia mejor virrey gobernador. Una de sus mayores preocupaciones era referida al estado de la flotilla de galeras y barcos con la que Sicilia colaboraba en la defensa del Mediterráneo. En una inspección encontró siete galeras mal armadas e igualmente ordenó la reforma de otras diez. Pero también actuó en el campo terrestre, ya que aumentó considerablemente la infantería e igualmente hizo importantes socorros en las guerras que se venían desarrollando en el Piamonte. En otro orden de cosas, remedió el daño que causaba la acuñación de falsa moneda en su territorio. Su gobierno dejó una muy buena impresión en la isla de forma que todos conocieron y confesaron que nunca había estado Sicilia mejor gobernada.
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La misión de Francisco de Quevedo en la corte fue un completo éxito y las recomendaciones de Uceda y Aliaga, instigadas por Quevedo, ante Felipe III, fructificaron en el nombramiento de Téllez Girón como virrey de Nápoles. El duque desde antiguo ambicionaba al ascenso y no paró hasta que el [[26 de Septiembre]] de [[1615]] le fue dado en la localidad de Lerma el nuevo cargo. Para ello había empleado toda clase de medios pero sin embargo no tomó posesión hasta muy entrado el año siguiente, ya que enfermó de la antigua herida de arcabuz que había recibido durante el tiempo que prestó sus servicios en los Países Bajos. Su nombramiento había levantado entre la población de Nápoles grandes expectativas y esta esperaba con impaciencia la llegada del nuevo virrey, que venía precedido de fama de guerrero ilustre y además se contaban unos a otros lo acertado que había sido su período de gobierno en Sicilia. Esperaban los napolitanos que el nuevo virrey actuara de igual forma en su nuevo destino. Cuando llegó a su nuevo virreinato se dedicó de inmediato a reforzar la dotación naval del mismo, ya que tenía el objetivo de frenar la expansión de los turcos, pero igualmente a los venecianos y todos los enemigos de la monarquía hispánica. Entabló contacto con el marqués de Villafranca, que era el gobernador de Milán, y con el marqués de Bedmar, quien era el embajador en Venecia. Estos contactos se relacionaban con el propósito que tenía de dominar por completo Italia en provecho de [[España]] y contra [[Venecia]], Estado italiano con el que el gobierno de Madrid tenía más de un motivo de agravio, entre ellos su alianza con las Provincias Unidas de los Países Bajos, e igualmente los secretos auxilios, en alientos y dinero, que prestó a Carlos Manuel I de Saboya.
 
La misión de Francisco de Quevedo en la corte fue un completo éxito y las recomendaciones de Uceda y Aliaga, instigadas por Quevedo, ante Felipe III, fructificaron en el nombramiento de Téllez Girón como virrey de Nápoles. El duque desde antiguo ambicionaba al ascenso y no paró hasta que el [[26 de Septiembre]] de [[1615]] le fue dado en la localidad de Lerma el nuevo cargo. Para ello había empleado toda clase de medios pero sin embargo no tomó posesión hasta muy entrado el año siguiente, ya que enfermó de la antigua herida de arcabuz que había recibido durante el tiempo que prestó sus servicios en los Países Bajos. Su nombramiento había levantado entre la población de Nápoles grandes expectativas y esta esperaba con impaciencia la llegada del nuevo virrey, que venía precedido de fama de guerrero ilustre y además se contaban unos a otros lo acertado que había sido su período de gobierno en Sicilia. Esperaban los napolitanos que el nuevo virrey actuara de igual forma en su nuevo destino. Cuando llegó a su nuevo virreinato se dedicó de inmediato a reforzar la dotación naval del mismo, ya que tenía el objetivo de frenar la expansión de los turcos, pero igualmente a los venecianos y todos los enemigos de la monarquía hispánica. Entabló contacto con el marqués de Villafranca, que era el gobernador de Milán, y con el marqués de Bedmar, quien era el embajador en Venecia. Estos contactos se relacionaban con el propósito que tenía de dominar por completo Italia en provecho de [[España]] y contra [[Venecia]], Estado italiano con el que el gobierno de Madrid tenía más de un motivo de agravio, entre ellos su alianza con las Provincias Unidas de los Países Bajos, e igualmente los secretos auxilios, en alientos y dinero, que prestó a Carlos Manuel I de Saboya.
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Téllez Girón gobernó Nápoles, sino con paz absoluta, cosa que no era posible con una nobleza levantisca, por lo menos teniendo la ciudad bien provista de recursos económicos, también se encargó de proteger los puertos e igualmente, como había hecho en Sicilia, mantuvo los mares limpios de corsarios enemigos. Solía recorrer en persona la ciudad e igualmente asistía a los tribunales y la celebración de juicios, donde oía las quejas de los encarcelados y hacia rápida justicia. Apercibía a los carceleros, multaba y procesaba á los escribanos, señalaba términos perentorios a los jueces que dictaba medidas relacionadas con la administración de la justicia. Por todo ello tuvo un amplio reconocimiento entre el pueblo.
 
Téllez Girón gobernó Nápoles, sino con paz absoluta, cosa que no era posible con una nobleza levantisca, por lo menos teniendo la ciudad bien provista de recursos económicos, también se encargó de proteger los puertos e igualmente, como había hecho en Sicilia, mantuvo los mares limpios de corsarios enemigos. Solía recorrer en persona la ciudad e igualmente asistía a los tribunales y la celebración de juicios, donde oía las quejas de los encarcelados y hacia rápida justicia. Apercibía a los carceleros, multaba y procesaba á los escribanos, señalaba términos perentorios a los jueces que dictaba medidas relacionadas con la administración de la justicia. Por todo ello tuvo un amplio reconocimiento entre el pueblo.
Pedro Téllez fue gobernador de la Isla de Cuba en el período comprendido entre el [[10 de mayo]] de [[1841]] al [[15 de septiembre]] de [[1843]]
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Pedro Téllez fue gobernador de la Isla de Cuba en el período comprendido entre el [[10 de mayo]] de [[1841]] al [[15 de septiembre]] de [[1843]].
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==Muerte==
 
==Muerte==
 
A su regreso a España Téllez Girón en 1620, y llegó a Madrid el 10 de octubre, pero cuando el monarca se disponía a recibir sus descargos de defensa, murió [[Felipe III]], y le sucedió su hijo, el rey [[Felipe IV]], y con él su nuevo valido, el conde-duque de Olivares. Éste buscaba popularidad, por lo que a los siete días del nuevo reinado mandó a detener a Téllez Girón. El fundamento de los cargos que se le hacían estaba en el lujo de que, tanto él como su esposa, descendiente de [[Hernán Cortés]], habían hecho una gran ostentación de riquezas. Aunque el duque de Osuna no ignoraba las acusaciones que contra su conducta se dirigían, presumió que su conciencia valía por todos los testigos y que su grandeza y servicios eran de satisfacción de todos, por lo que no hizo defensa alguna, remitiéndose al desprecio que hacia de estas persecuciones. Tal actuación fue vista por sus jueces como una muestra de culpabilidad. Nombró el rey una Junta para entender en su proceso, que le acusó de gastos innecesarios así como de malversación de fondos. Mientras su esposa la duquesa se trasladó a la corte para atender la defensa de su esposo y entregó al rey un memorial en el que la defensa de su marido se hacía de forma enérgica. Pero si lo que quería el conde-duque era popularidad, el pueblo llevó muy mal aquella prisión en concreto y se mostraba extrañando que no se tuviesen en cuenta, en descargo del acusado, los eminentes servicios que había prestado a la monarquía y el buen gobierno del que había hecho gala. Todo fui inútil ante las acusaciones de Olivares al duque, temeroso como estaba de que la popularidad de este fuera una amenaza para su poder.  
 
A su regreso a España Téllez Girón en 1620, y llegó a Madrid el 10 de octubre, pero cuando el monarca se disponía a recibir sus descargos de defensa, murió [[Felipe III]], y le sucedió su hijo, el rey [[Felipe IV]], y con él su nuevo valido, el conde-duque de Olivares. Éste buscaba popularidad, por lo que a los siete días del nuevo reinado mandó a detener a Téllez Girón. El fundamento de los cargos que se le hacían estaba en el lujo de que, tanto él como su esposa, descendiente de [[Hernán Cortés]], habían hecho una gran ostentación de riquezas. Aunque el duque de Osuna no ignoraba las acusaciones que contra su conducta se dirigían, presumió que su conciencia valía por todos los testigos y que su grandeza y servicios eran de satisfacción de todos, por lo que no hizo defensa alguna, remitiéndose al desprecio que hacia de estas persecuciones. Tal actuación fue vista por sus jueces como una muestra de culpabilidad. Nombró el rey una Junta para entender en su proceso, que le acusó de gastos innecesarios así como de malversación de fondos. Mientras su esposa la duquesa se trasladó a la corte para atender la defensa de su esposo y entregó al rey un memorial en el que la defensa de su marido se hacía de forma enérgica. Pero si lo que quería el conde-duque era popularidad, el pueblo llevó muy mal aquella prisión en concreto y se mostraba extrañando que no se tuviesen en cuenta, en descargo del acusado, los eminentes servicios que había prestado a la monarquía y el buen gobierno del que había hecho gala. Todo fui inútil ante las acusaciones de Olivares al duque, temeroso como estaba de que la popularidad de este fuera una amenaza para su poder.  
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En este estado de cosas enfermó Téllez Girón de calentura y gota por lo que fue trasladado a la casa de don Iñigo de Cárdenas. Cuando mejoró levemente su estado de salud volvió a ser encarcelado, llevándole a la huerta del condestable y trasladado por último a [[Madrid]], a las casas de Gillermón de la Mota, en las que murió. Pocos días después de morir en la cárcel el gran duque de Osuna, el rey Felipe IV escribía cínicamente a su hijo y sucesor dándole el pésame, mientras que Quevedo dedicó a su amigo y protector cuatro sonetos fúnebres.
 
En este estado de cosas enfermó Téllez Girón de calentura y gota por lo que fue trasladado a la casa de don Iñigo de Cárdenas. Cuando mejoró levemente su estado de salud volvió a ser encarcelado, llevándole a la huerta del condestable y trasladado por último a [[Madrid]], a las casas de Gillermón de la Mota, en las que murió. Pocos días después de morir en la cárcel el gran duque de Osuna, el rey Felipe IV escribía cínicamente a su hijo y sucesor dándole el pésame, mientras que Quevedo dedicó a su amigo y protector cuatro sonetos fúnebres.
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==Fuente==
 
==Fuente==
 
*http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=alcantara-tellez-giron-y-guzman-pedro-de-duque-de-osuna
 
*http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=alcantara-tellez-giron-y-guzman-pedro-de-duque-de-osuna
 
                                    
 
                                    
 
[[Category:Personajes_de_la_historia_de_España]][[Categoría:Gobernador_de_Cuba]]
 
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Revisión del 12:29 18 dic 2014

Pedro
Información sobre la plantilla
Osuna.jpg
NombrePedro Alcántara Tellez – Girón y Guzmán
Nacimiento17 de diciembre de 1574
Osuna, Sevilla
Fallecimiento25 de septiembre de 1624
Madrid
TítuloDuque de Osuna

Pedro Téllez Girón y Guzmán: Fue un noble militar español, más conocido por el Gran Duque de Osuna de los siglos XVI y XVII. Virrey de Sicilia en 1610, y de Nápoles en 1616. Fue segundo marqués de Peñafiel y tercer duque de Osuna.

Síntesis Biográfica

Pedro de Alcántara Téllez de Girón y Guzmán nació en Osuna, Sevilla el 17 de diciembre de 1574, hijo de Juan Téllez Girón, que era el primer marqués de Peñafiel desde 1568, además de segundo duque de Osuna y de Ana María de Velasco, de la que quedó huérfano desde muy niño. Desde muy temprana edad su padre se lo llevó a Nápoles, donde era virrey su abuelo, el primer duque de Osuna. Allí tuvo como preceptor al prestigioso humanista italiano Andrés Savone; quien le enseñó latín y el joven Pedro demostró desde el principio unas muy buenas cualidades intelectuales así como una prodigiosa memoria que aplicaba en los estudios.

Poco antes de acabarse el tiempo del virreinato del viejo duque, este hizo que su nieto visitase la región de Calabria, además de otras provincias italianas. Cuando Pedro regresó a España, inició hacia el año 1587 sus estudios universitarios en la Universidad de Salamanca, pero a finales de 1588 regresó á Madrid donde se inició en ejercicios y estudios referentes a las actividades bélicas. Su abuelo vio que su nieto mostraba inclinación hacia las letras, así como a otras aficiones menos confesables, por lo que hizo que Luis Barahona de Soto, que era tanto buen poeta como cazador, compusiera en su obsequio la obra Diálogos de la Montería.

El joven se caracterizaba por que tenía un genio muy vivo, se mostraba valiente, quizás hasta temerario, y muy amigo de bromas. Todo esto hizo que se formase en torno a su figura una leyenda, que fue recogida después de su muerte por Cristóbal de Monroy y Silva, en la comedia que tituló Las mocedades del duque de Osuna. En 1593 el joven contrajo matrimonio con doña Catalina Enríquez de Ribera, pero sin embargo esto no impidió que siguiera realizando correrías, ya que dos años más tarde fue desterrado de Sevilla, de tal forma que se tuvo que ocultar en la localidad de la Puebla de Cazalla. Tal situación continuó hasta mediados del mencionado año 1602 en que huyó a Francia, allí realizó graves disturbios en París, y desde allí se dirigió a los Países Bajos, donde sentó plaza de soldado raso en los ejércitos del archiduque Alberto.

Trayectoria Política y Militar

En su humilde puesto de soldado en el que dio ejemplo de disciplina y valor, incluso recibió una grave herida de arcabuz, además había sido el primero en el peligro cuando logró sofocar uno de los numerosos motines de tropas en solitario y en medio de cinco mil soldados. Todo esto hizo que se le ascendiera y que se le encomendaran dos compañías de caballos. En las campañas de Flandes sus servicios fueron tantos y tan notables que finalmente Felipe III, que además tuvo en cuante los servicios que prestó su abuelo, le nombró en 1610 virrey y capitán general de Sicilia, estando ya el duque en la corte, adonde había regresado en 1608 y en el que casó a su entonces único hijo y heredero, que se llamaba igual que su abuelo, Juan Téllez Girón, con Isabel de Sandoval, que era la hija del duque de Uceda y nieta del duque de Lerma, el valido del rey. Fue igualmente por esta época cuando estableció amistad con el poeta Francisco de Quevedo, al que tomó bajo su servicio como secretario personal. También se mostró partidario de la Tregua de los Doce Años que se había alcanzado con los rebeldes de las Provincias Unidas tras la firma de la Paz de La Haya en 1609.

Permaneció en el cargo de virrey de Sicilia durante cinco años. Procedió en su gobierno con gran prudencia, además de otras buenas cualidades tanto en la paz como en la guerra. Sus buenas formas tuvieron eco y repercusión incluso en la corte de Madrid, de tal forma que se contaba que tanto el rey Felipe III como los miembros del Consejo de Italia dijeron en algunas ocasiones que en muchos años no había tenido Sicilia mejor virrey gobernador. Una de sus mayores preocupaciones era referida al estado de la flotilla de galeras y barcos con la que Sicilia colaboraba en la defensa del Mediterráneo. En una inspección encontró siete galeras mal armadas e igualmente ordenó la reforma de otras diez. Pero también actuó en el campo terrestre, ya que aumentó considerablemente la infantería e igualmente hizo importantes socorros en las guerras que se venían desarrollando en el Piamonte. En otro orden de cosas, remedió el daño que causaba la acuñación de falsa moneda en su territorio. Su gobierno dejó una muy buena impresión en la isla de forma que todos conocieron y confesaron que nunca había estado Sicilia mejor gobernada.

La misión de Francisco de Quevedo en la corte fue un completo éxito y las recomendaciones de Uceda y Aliaga, instigadas por Quevedo, ante Felipe III, fructificaron en el nombramiento de Téllez Girón como virrey de Nápoles. El duque desde antiguo ambicionaba al ascenso y no paró hasta que el 26 de Septiembre de 1615 le fue dado en la localidad de Lerma el nuevo cargo. Para ello había empleado toda clase de medios pero sin embargo no tomó posesión hasta muy entrado el año siguiente, ya que enfermó de la antigua herida de arcabuz que había recibido durante el tiempo que prestó sus servicios en los Países Bajos. Su nombramiento había levantado entre la población de Nápoles grandes expectativas y esta esperaba con impaciencia la llegada del nuevo virrey, que venía precedido de fama de guerrero ilustre y además se contaban unos a otros lo acertado que había sido su período de gobierno en Sicilia. Esperaban los napolitanos que el nuevo virrey actuara de igual forma en su nuevo destino. Cuando llegó a su nuevo virreinato se dedicó de inmediato a reforzar la dotación naval del mismo, ya que tenía el objetivo de frenar la expansión de los turcos, pero igualmente a los venecianos y todos los enemigos de la monarquía hispánica. Entabló contacto con el marqués de Villafranca, que era el gobernador de Milán, y con el marqués de Bedmar, quien era el embajador en Venecia. Estos contactos se relacionaban con el propósito que tenía de dominar por completo Italia en provecho de España y contra Venecia, Estado italiano con el que el gobierno de Madrid tenía más de un motivo de agravio, entre ellos su alianza con las Provincias Unidas de los Países Bajos, e igualmente los secretos auxilios, en alientos y dinero, que prestó a Carlos Manuel I de Saboya.

Téllez Girón gobernó Nápoles, sino con paz absoluta, cosa que no era posible con una nobleza levantisca, por lo menos teniendo la ciudad bien provista de recursos económicos, también se encargó de proteger los puertos e igualmente, como había hecho en Sicilia, mantuvo los mares limpios de corsarios enemigos. Solía recorrer en persona la ciudad e igualmente asistía a los tribunales y la celebración de juicios, donde oía las quejas de los encarcelados y hacia rápida justicia. Apercibía a los carceleros, multaba y procesaba á los escribanos, señalaba términos perentorios a los jueces que dictaba medidas relacionadas con la administración de la justicia. Por todo ello tuvo un amplio reconocimiento entre el pueblo.

Pedro Téllez fue gobernador de la Isla de Cuba en el período comprendido entre el 10 de mayo de 1841 al 15 de septiembre de 1843.

Muerte

A su regreso a España Téllez Girón en 1620, y llegó a Madrid el 10 de octubre, pero cuando el monarca se disponía a recibir sus descargos de defensa, murió Felipe III, y le sucedió su hijo, el rey Felipe IV, y con él su nuevo valido, el conde-duque de Olivares. Éste buscaba popularidad, por lo que a los siete días del nuevo reinado mandó a detener a Téllez Girón. El fundamento de los cargos que se le hacían estaba en el lujo de que, tanto él como su esposa, descendiente de Hernán Cortés, habían hecho una gran ostentación de riquezas. Aunque el duque de Osuna no ignoraba las acusaciones que contra su conducta se dirigían, presumió que su conciencia valía por todos los testigos y que su grandeza y servicios eran de satisfacción de todos, por lo que no hizo defensa alguna, remitiéndose al desprecio que hacia de estas persecuciones. Tal actuación fue vista por sus jueces como una muestra de culpabilidad. Nombró el rey una Junta para entender en su proceso, que le acusó de gastos innecesarios así como de malversación de fondos. Mientras su esposa la duquesa se trasladó a la corte para atender la defensa de su esposo y entregó al rey un memorial en el que la defensa de su marido se hacía de forma enérgica. Pero si lo que quería el conde-duque era popularidad, el pueblo llevó muy mal aquella prisión en concreto y se mostraba extrañando que no se tuviesen en cuenta, en descargo del acusado, los eminentes servicios que había prestado a la monarquía y el buen gobierno del que había hecho gala. Todo fui inútil ante las acusaciones de Olivares al duque, temeroso como estaba de que la popularidad de este fuera una amenaza para su poder.

En este estado de cosas enfermó Téllez Girón de calentura y gota por lo que fue trasladado a la casa de don Iñigo de Cárdenas. Cuando mejoró levemente su estado de salud volvió a ser encarcelado, llevándole a la huerta del condestable y trasladado por último a Madrid, a las casas de Gillermón de la Mota, en las que murió. Pocos días después de morir en la cárcel el gran duque de Osuna, el rey Felipe IV escribía cínicamente a su hijo y sucesor dándole el pésame, mientras que Quevedo dedicó a su amigo y protector cuatro sonetos fúnebres.

Fuente