Pilar Gómez Cossio

Revisión del 20:23 30 may 2019 de Javiermartin jc (discusión | contribuciones) (Texto reemplazado: «<div align="justify">» por «»)
(dif) ← Revisión anterior | Revisión actual (dif) | Revisión siguiente → (dif)
Pilar Gómez Cossio.
Información  sobre la plantilla
Pilar gomez cossio.jpg
Datos personales
Nacimiento1950
Santander, Bandera de España España
ResidenciaParís, Bandera de Francia
NacionalidadEspañola
OcupaciónPintor y diseñador
Datos artísticos
ÁreaPintura, dibujo
EducaciónUniversitaria

Pilar Gómez Cossio. Pintora y diseñadora española, que como un signo que marca a tantos artistas cántabros, su labor creativa la desarrolla principalmente fuera de su tierra.

Síntesis biográfica

Nació en Santander en 1950. Da mucha importancia a la preparación intelectual a la hora de desarrollar su trabajo, ha recibido una sólida formación que comenzó en 1976, año en que se licencia en Filosofía y Letras por la Universidad de Barcelona. Posteriormente fija su residencia en Florencia (Italia) donde comienza estudios de pintura en la Escuela de Bellas Artes de la ciudad, que culminan en 1981 cuando obtiene la licenciatura en el apartado de Pintura en el taller de Silvio Loffredo y Giancarlo Caldini.

En 1984 se inscribe en los cursos de grabado de la Escuela Santa Reparata de la capital de la Toscana. Continuará viviendo en Italia hasta el año 1999 residiendo en Turín, Nápoles, Florencia o Roma, pero entre los años 1989 y 1991 obtiene una beca en la prestigiosa Fundación Delfina Estudios Trust por lo que se traslada a Londres. En el año 2000 se traslada a vivir a París donde reside y trabaja actualmente.

Trayectoria artística

Aparecerá en Italia como integrante de un grupo denominado Virus que lo forman Giancarlo Savino, Salvatore Ravo, Dino Izzo, Gino Geraldi y Gabrielle Perretta define, en junio de 1987, al grupo como ejemplo del citazionismo. El nacimiento de este movimiento lo explica desde la base de que el arte a finales de los setenta y comienzos de los ochenta ha cambiado, las manifestaciones conceptuales están agotadas y el pintor retorna al lienzo y al pincel. Se presentan dos grandes áreas lingüísticas y creativas: una representada por el retorno a la pintura, la otra es la continuación de la experimentación con los más media, que partiendo de aspectos y elementos puramente pictóricos, desemboca en nuevas técnicas.

Su formación se complementará en la Universidad de El Cairo donde pasa algún tiempo para la preparación de la Tesis Frescos Omeyas en el Palacio Califal de Qusair’Amra, del Desierto de Jordania. Sus exposiciones, tanto individuales como colectivas, son incontables y en el apartado de exposiciones se relacionan algunas de ellas. Pese a que su estudio lo tiene fuera de España, sus obras se exponen en Cantabria con relativa frecuencia desde que lo hiciera por primera vez en 1978 en el Museo Municipal de Bellas Artes de Santander. Su presencia se puede ver en Santander (Galería Siboney) o en el exclusivo Palacete del Embarcadero, en Torrelavega (Sala Mauro Muriedas), en Miengo, etc.

En 1984, fue seleccionada junto con Uslé, Celestina Cuevas, Xesús Velasco y otros para representar a la comunidad cántabra en la Bienal Nacional de Arte Ciudad de Oviedo celebrada en noviembre. Se dice que su obra ha quedado marcada por la fructífera estancia italiana, pudiéndose apreciar en sus lienzos ecos del clasicismo, así como un gusto por lo íntimo y cotidiano. A principios de los noventa, cuando regresa a Italia después de su estancia en Londres, sus obras reflejan la influencia del futurismo italiano y de la pintura metafísica de Giorgo De Chirico. Desde una perspectiva poética sus lienzos manifiestan las experiencias de sus numerosos viajes, la visión de la ciudad, de la arquitectura urbana, el paisaje melancólico de puentes y vías de ferrocarril, y las estructuras industriales que le sirven para transmitir la idea de movimiento.

Utiliza una gama tonal escueta, de grises, azules, y rojos apagados, y resuelve rítmicamente sus composiciones, reafirmándose en la pintura como medio de transmitir emociones aunque ha evolucionado hacia una forma de collage de materiales variados, la instalación, la fotografía o combinaciones de cualquiera de estas técnicas. Hay en su trabajo una presencia reiterada de determinados iconos que remiten a las vanguardias históricas como puede ser el uso de zapatos como objetos simbólicos. Con frecuencia es la misma figura la que aparece en diferentes obras como si aquella imagen elegida, dentro del amplio repertorio posible, se elevara a la categoría de genérica, lo que vendría a indicar que a la autora le interesa sobre todo su valor semántico, o mejor, el significado alcanzado tras su conversión en imagen metafórica.

Regresa a la galería Siboney con una exposición titulada «Alto Mare», en la que ha reunido una pequeña serie de piezas de exquisita ejecución, en torno a una instalación central, que vertebra la exposición, «Suite 2000», formada por zapatos tirados por el suelo, como huellas de un camino, pintados, intervenidos con diversos materiales y con elementos marinos, conchas adheridas, sobre un fondo de rinocerontes dibujados sobre la pared, en diversas posiciones y de distintos tamaños.

Los zapatos son elegantes signos fetichistas de sexualidad femenina, zapatos perdidos por el erotismo de Cenicienta, cubiertos por valvas de mariscos, formando rastros, un recorrido erótico desparramado por el suelo de la galería, en una quietud que expresa absoluta movilidad, bajo el signo de Eurídice, la ninfa no rescatada de los infiernos. El rinoceronte, coprotagonista que le da respuesta antagónica, aparece solo como línea vacía, ser mítico, animal de sueños, signo de la potencia sexual masculina, presente como paisaje, como fondo sobre el que se desarrolla la escena.

Su obra actual ha evolucionado de la pintura y el dibujo hacia una forma de collage expandido, de variados materiales, integrado fundamentalmente por transparencias, en las que se superponen las imágenes emblemáticas que actúan como signos de un lenguaje particular, iconos selectivos inscritos en su recuerdo, en su imaginario simbólico oculto, como ocurre con ese fotograma de Mae Marsh, rescatado de la película «Intolerancia», lleno de energía poética. Es una obra generada a base de secuencias, series, encuentros, repeticiones, urdida en torno a las claves de nomadismo y hospitalidad.

Nos ofrece una propuesta realizada en un espacio sin direcciones preferentes, en el que se producen esos encuentros por superposición, de imágenes intensamente escogidas, singularizadas, potenciadas por su mezcla, con las que busca la construcción de lugares icónicos, en los que habita la autora, encuentros en diferentes planos organizados en niveles de transparencia y de contingencia, caos aparente y cosmos particular, invitación para el paseante a compartir espacios como lugares de hospitalidad, lanzándoles anclajes recurrentes, reconocibles hitos sobre los que traza las coordenadas de su biografía sentimental.

El tiempo de estas obras es un presente eterno, construido en función de la simultaneidad, de la posibilidad de encuentro dinámico, tiempo sin transcurso, en el que se enraízan los mitos.

Premios

Fuente