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}}'''Presencia de Fidel en el municipio Artemisa.''' El [[27 de noviembre]] de [[1947]] llegó a [[Artemisa]], el joven [[Fidel Alejandro Castro Ruz]], estudiante de tercer año de Derecho, a quien algunos conocían por sus andares por Cayo Confite y la posición mantenida en relación con la hechos entorno a la Campana de [[La Demajagua]]. Ese día se produciría la primera de sucesivas visitas que haría al municipio de Artemisa el joven revolucionario y futuro líder del pueblo cubano.  
  
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El 17 de enero de 1959, con Fidel al frente, la Caravana de la Libertad llegó hasta la ciudad de Pinar del Río. Allí, desde una rastra que sirvió de tribuna, en la intersección de la calle [[José Martí]] y Rafael Ferro, en el corazón de la ciudad, dijo a los presentes:  
  
 
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El 17 de julio de 1977, el mismo día de la inauguración del Mausoleo de los Mártires de Artemisa se produjo la primera visita de Fidel a esta instalación. Entre otros altos dirigentes, lo acompañaron [[Jesús Montané]], Aidé Santamaría, [[Blas Roca]], [[Pedro Miret]], [[Armando Hart]], [[Julio Camacho Aguilera]], [[Osvaldo Dorticós]] y [[Ramiro Valdés Menéndez]], artemiseño, asaltante al Moncada y expedicionario del [[Granma]], entonces Ministro del Interior. Todos le rindieron guardia de honor a los restos de los caídos antes de que fueran conducidos a su destino final.
  
Representando a las máximas autoridades de la provincia se encontraba en el acto el compañero [[Luís Álvarez dela Nuez]], primer Secretario del Partido a ese nivel. Como invitado especial al homenaje asistió [[Jorge del Prado]], Secretario General del Partido Comunista peruano, acompañado de [[Guillermo Herrera]] y [[Mario Duarte]] miembros de la Comisión Política de esta organización.
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Representando a las máximas autoridades de la provincia se encontraba en el acto el compañero Luís Álvarez de la Nuez, primer Secretario del Partido a ese nivel. Como invitado especial al homenaje asistió Jorge del Prado, Secretario General del Partido Comunista peruano, acompañado de Guillermo Herrera y [[Mario Duarte]] miembros de la Comisión Política de esta organización.
  
 
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También participaron en la actividad inaugural varios integrantes de la Generación del Centenario y familiares de los caídos. Los restos de los moncadistas fueron velados en el antiguo Instituto de Segunda Enseñanza de Artemisa, convertido entonces en la Escuela Secundaria Básica Urbana “Eduardo García Lavandero”, muy próxima al mausoleo y desde allí, en peregrinación popular, bajo persistente llovizna<ref> «Resulta curioso que dos de las visitas realizadas por Fidel al Mausoleo de los Mártires de Artemisa, la primera y la tercera, estuvieron matizadas por la lluvia.» </ref> , a las seis y diez minutos de la tarde, fueron conducidos hasta el Mausoleo bajo los acordes de la banda de música del Estado Mayor del as Fuerzas Armadas Revolucionarias.
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También participaron en la actividad inaugural varios integrantes de la Generación del Centenario y familiares de los caídos. Los restos de los moncadistas fueron velados en el antiguo Instituto de Segunda Enseñanza de Artemisa, convertido entonces en la Escuela Secundaria Básica Urbana “[[Eduardo García Lavandero]]”, muy próxima al mausoleo y desde allí, en peregrinación popular, bajo persistente llovizna<ref> «Resulta curioso que dos de las visitas realizadas por Fidel al Mausoleo de los Mártires de Artemisa, la primera y la tercera, estuvieron matizadas por la lluvia.» </ref> , a las seis y diez minutos de la tarde, fueron conducidos hasta el Mausoleo bajo los acordes de la banda de música del Estado Mayor de las [[Fuerzas Armadas Revolucionarias]].
 
   
 
   
 
Una vez que los restos de los moncadistas artemiseños fueron depositados en los nichos correspondientes, se realizó el acto central en la explanada aledaña al Cubo de la Victoria <ref> «El Cubo de la Victoria corona el Mausoleo de los Mártires de Artemisa. Está clocado encima de la Sala Museo y de la Cámara mortuoria interior. En la cara que se ve desde la entrada al monumento el cubo tiene la imagen de Fidel junto a sus compañeros en el Pico Turquino, durante la guerra revolucionaria, alzando los fusiles en señal de victoria. El Cubo de la Victoria es el símbolo de la provincia Artemisa y aparece en el extremo superior derecho de la primera página del periódico Granma.» </ref> , donde pronunció las palabras centrales el Comandante de la Revolución: Ramiro Valdés Menéndez, quien inicio su intervención reconociendo que se estaba materializando el anhelo de los artemiseños por tener de regreso a los que un día partieron a la inmortalidad en aras de la soberanía:
 
Una vez que los restos de los moncadistas artemiseños fueron depositados en los nichos correspondientes, se realizó el acto central en la explanada aledaña al Cubo de la Victoria <ref> «El Cubo de la Victoria corona el Mausoleo de los Mártires de Artemisa. Está clocado encima de la Sala Museo y de la Cámara mortuoria interior. En la cara que se ve desde la entrada al monumento el cubo tiene la imagen de Fidel junto a sus compañeros en el Pico Turquino, durante la guerra revolucionaria, alzando los fusiles en señal de victoria. El Cubo de la Victoria es el símbolo de la provincia Artemisa y aparece en el extremo superior derecho de la primera página del periódico Granma.» </ref> , donde pronunció las palabras centrales el Comandante de la Revolución: Ramiro Valdés Menéndez, quien inicio su intervención reconociendo que se estaba materializando el anhelo de los artemiseños por tener de regreso a los que un día partieron a la inmortalidad en aras de la soberanía:

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Presencia de Fidel en el municipio Artemisa
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Conversación de Fidel con combatientes moncadistas artemiseños en su visita al Mausoleo el 24 de julio del 2010.jpg
Conversación de Fidel con combatientes moncadistas artemiseños en su visita al Mausoleo el 24 de julio del 2010.
Fecha:27 de noviembre de 1947
Lugar:Artemisa
País(es) involucrado(s)
Bandera de Cuba Cuba
Líderes:
Fidel Castro
Organizaciones involucradas:
Partido Comunista de Cuba

Presencia de Fidel en el municipio Artemisa. El 27 de noviembre de 1947 llegó a Artemisa, el joven Fidel Alejandro Castro Ruz, estudiante de tercer año de Derecho, a quien algunos conocían por sus andares por Cayo Confite y la posición mantenida en relación con la hechos entorno a la Campana de La Demajagua. Ese día se produciría la primera de sucesivas visitas que haría al municipio de Artemisa el joven revolucionario y futuro líder del pueblo cubano.

En 1953 se reunió con jóvenes artemiseños encabezados por José Pepe Suárez Blanco para preparar la gesta del Moncada y participó en otras.

El 17 de enero de 1959, con Fidel al frente, la Caravana de la Libertad llegó hasta la ciudad de Pinar del Río. En su extenso periplo desde la capital, los caravanistas pasaron por Bauta, Caimito, Guanajay, Artemisa, Candelaria y San Cristóbal, actuales municipios de la provincia Artemisa.

Durante todos estos años realizó otras visitas que constituyen hitos para artemiseños y cubanos, entre ellas al Mausoleo de los Mártires de Artemisa; siendo la última el que realizara que el líder de la Revolución, el 24 de julio del 2010.

Primera visita

En el Instituto de Segunda Enseñanza (ISE) de Artemisa, municipio vueltabajero, que en aquel entonces formaba parte de la provincia pinareña, la Asociación de Estudiantes, que representaba lo mejor del estudiantado de su tiempo, convocó mediante “El Vocero Estudiantil” , órgano oficial de esta en el ISE, en su número del 25 de noviembre de 1947, al pueblo para que asista a una velada conmemorativa por el fusilamiento de los estudiantes de medicina, en la Sociedad Luz y Caballero del municipio artemiseño.

Edificio de la Sociedad Luz y Caballero, donde estuvo Fidel durante su primera visita a Artemisa

La recordación del fusilamiento de los estudiantes de medicina, tiene para los pobladores de la Villa Roja, un significado muy especial, pues en esa oportunidad tendría lugar la que ha pasado a la historia como la primera visita de Fidel Castro a Artemisa. Se afirma por testigos de aquel hecho, que Fidel fue localizado en una emisora de radio donde se transmitían sus comentarios políticos y luego de comunicársele el interés del estudiantado artemiseño por su participación en el acto mencionado, agradeció la invitación, alegando que pese a los compromisos trataría de asistir.

Su presencia en aquella conmemoración tuvo un significado diferente para la Asociación de Estudiantes, al ser ellos quienes directamente invitaron al orador principal, rompiendo la rutina anterior de solicitar a la presidencia de la FEU de la Universidad de La Habana la presencia de un dirigente para que hablara en el evento.

El joven estudiante de Derecho Fidel Castro junto a otros invitados al acto homenaje a los estudiantes de medicina, el 27 de noviembre de 1947 en Artemisa.

El 27 de noviembre de 1947 llegó a Artemisa, el joven Fidel Alejandro Castro Ruz, estudiante de tercer año de Derecho, a quien algunos conocían por sus andares por Cayo Confite y la posición mantenida en relación con la hechos en torno a la Campana de La Demajagua[1]. Ciro Redondo, en aquel entonces dependiente de la peletería La Revolución, en la propia esquina del lugar donde Fidel se dirigió a los estudiantes y trabajadores estuvo presente como parte de la multitud [2]

Fidel denunció con ejemplos la demagogia de Grau San Martín, sus vicios y lacras, enunciando las formas de erradicarlas.

Segundo encuentro con artemisa

Logia Evolución, donde se reunió Fidel con jóvenes artemiseños encabezados por José Pepe Suárez Blanco para preparar la gesta del Moncada.

A finales del año 1952, se lleva a cabo entre Fidel Castro, Abel Santamaría, Antonio López, Pastorita Núñez, Pepe Suárez, Ramiro Valdés y los representantes de las células o grupos de Occidente una reunión, la cual se desarrolló en la Logia Masónica Evolución de Artemisa, pasando a la historia de Artemisa por su peculiaridad, ya que se preparaba la acción que unos meses después se convertiría en el Grito del Moncada.

En las nuevas condiciones, donde se gestaba la estrategia revolucionaria insurreccional de lucha, la localidad recibía otra vez la visita del líder revolucionario de la futura acción del 26 de Julio. En ese encuentro donde participaron los revolucionarios artemiseños, planteó los lineamientos políticos del movimiento, así como especificó los puntos del programa por el que se iba a luchar, enumerando los siguientes aspectos: La tierra, La industrialización, La vivienda, El desempleo, La Educación, La Salud del pueblo [3]

Pastorita Núñez al referirse a lo allí acontecido señaló:

“….Era una reunión verdaderamente clandestina, con participación masiva de los complotados. Nos alumbramos con una vela, pues no se podía encender la luz (…) Aquella era una reunión de jóvenes idealistas. Se notaba el interés que ponían al escuchar los lineamientos que trazaba Fidel, y en aclarar algunos conceptos que no entendían bien(…) Otros jóvenes manifestaron también sus inquietudes(…), y entonces Fidel habló largamente sobre el programa que se iba a desarrollar cuando triunfara la Revolución”.[4]

En esa primera reunión clandestina que Fidel y Abel realizan en Artemisa con las particulares expuestas, luego de precisarse aspectos claves del programa de lucha, comenzaron las acciones en pos de seleccionar y preparar a los futuros combatientes, declarándose así el movimiento en plena etapa de profundización y selección de sus militantes, quedando a su vez identificados con su líder.

Luego de una intensa labor organizativa, de preparación, así como de seguimiento a las jornadas de entrenamiento de los jóvenes revolucionarios, y tras largos recorridos por casi toda la provincia, Fidel Castro evaluó de positivo el trabajo realizado en Artemisa, Guanajay, San Cristóbal y Pinar del Río y le exclamó a Pepe Suárez:

“Ya tenemos el instrumento para la acción armada”. [5]

Al frente de la Caravana de la Libertad

El 17 de enero de 1959, con Fidel al frente, la Caravana de la Libertad llegó hasta la ciudad de Pinar del Río. Allí, desde una rastra que sirvió de tribuna, en la intersección de la calle José Martí y Rafael Ferro, en el corazón de la ciudad, dijo a los presentes:

“No había venido a Pinar del Río porque tuve necesidad de permanecer en La Habana durante varios días (…). (…) y yo les respondía a esos compañeros: “No se preocupen, que a Pinar del Río no lo tenemos olvidado, que a Pinar del Río iremos”.
Concentración del pueblo artemiseño el 17 de enero de 1953 alrededor del Parque Libertad para recibir y escuchar a Fidel.

En Artemisa desde horas de la mañana numeroso público abarrotaba ambos contenes de la calle Maceo en espera de la visita del jefe rebelde.

Sin embargo, de aquel discurso de Fidel en la Villa Roja el 17 de enero de 1959 lo que más recuerdan los artemiseños son quizá las palabras pronunciadas para agradecer y reconocer a este pueblo la participación activa a lo largo del procesos revolucionario cubano y de forma especial el papel jugado en el período de lucha insurreccional:

“(...) porque este es el pueblo que más hijos ha dado a la Revolución.Los primeros mártires de la Revolución Cubana, los primeros combatientes de la Revolución Cubana, los fundadores del Movimiento 26 de Julio salieron de Artemisa”.
Fidel entre los artemiseños el 17 d enero de 19557, luego de arribar al territorio la Caravana de la Libertad.

“La nación cubana tiene mucho que agradecerle a esta ciudad. De los 12 combatientes que iniciamos la lucha de nuevo, después de los primeros reveses, tres eran de Artemisa: Ciro Redondo, Julito Díaz y Ramiro Valdés, el Vizcaíno, como lo conocen ustedes aquí. Dos de ellos cayeron: Julio Díaz, que murió a mi lado en el combate de El Uvero; y Ciro Redondo, Comandante del Ejército Rebelde, que murió en la batalla de Mar Verde. La Columna Invasora número ocho lleva su nombre (…)”

“(…)A juzgar por los hombres que ha dado a la causa de la libertad, a juzgar por el entusiasmo de todos los vecinos de este lugar, a juzgar por el espíritu patriótico que aquí vibra en todos los corazones, bien merece llamarse Artemisa el pueblo más revolucionario de Cuba”.

Tras el discurso, salió Fidel rumbo a la ciudad de Pinar del Río, dejando para el pueblo de Artemisa la jornada del 17 de enero de1959, como una de las más inolvidables de su historia.

Otras visitas que constituyen hitos para artemiseños y cubanos

Fidel y el inicio de la Tarea Álvaro Reinoso

La economía artemiseña sentó sus bases sobre valiosos cultivos fundamentales, entre ellos el azúcar, contando la Villa Roja desde el siglo XIX, con el central “El Pilar”, fundado en el año 1834.

En el contexto de la batalla económica librada por el país, luego de la experiencia del Período Especial, donde se puso a prueba la voluntad y resistencia del pueblo trabajador, se dan dos transformaciones trascendentales para la economía: la reestructuración del sistema bancario y la aplicación del Sistema de Perfeccionamiento Empresarial.

Dentro de esta última, una de las medidas más importantes es la relativa a la reorganización del sector azucarero, con el consiguiente cierre de aquellos centrales ya inoperantes, lo cual tuvo un significativo impacto en la sociedad, no sólo desde el punto de vista económico, sino también político social.

Sería la Tarea Álvaro Reynoso [6], la que nuevamente posibilitaría la visita del Comandante en Jefe Fidel Castro a tierra artemiseña el 21 de octubre de 2002. En esa oportunidad también se daba inicio al Curso de Superación para Trabajadores Azucareros, inaugurándose oficialmente con la presencia del líder de la Revolución en ese territorio ambos sucesos. El acto se desarrolló en el CAI Eduardo García Lavandero, ubicado en las afueras del territorio.

Un elemento que protagonizó aquella histórica jornada fue que Fidel en presencia de los artemiseños y para toda Cuba, anunciaba que 70 centrales cubanos dejarían de producir definitivamente. En el trascendental discurso, Fidel hace un pormenorizado recuento de la historia de la producción y la industria azucarera cubana en más de ciento cincuenta años.

Se adentró en la difícil situación del momento, donde agregado al incremento de los precios del petróleo en el mercado mundial, y a la disminución de los precios del azúcar, se sumaba el desplome de la URSS, con las conocidas consecuencias para nuestra economía, lo que permitía calificar el escenario que vivía el país de situación insostenible: "(…) precio del petróleo para arriba, precio del azúcar para abajo”, como él mismo señalara.

Agregó que la única cosa lógica a hacer, era reestructurar la industria azucarera, lo qué significaba según la visión del estadista, escoger los mejores centrales, con las mejores tierras, que producían o podían producir el azúcar a un costo por debajo, incluso, de los cuatro centavos; a lo que añadió que se seleccionaron, de los 155 centrales, los 71 que podían alcanzar esa meta, según los cálculos y los esfuerzos que se venían haciendo.

Finalizó afirmando que en aquellas condiciones era imposible producir el azúcar como se venía produciendo hasta ahora, ratificando al mismo tiempo, la certeza de que ningún trabajador quedaría desprotegido, ni sin sus ingresos, y, por el contrario, se beneficiarían considerablemente. Por último se refirió a la posibilidad de que cada central se convirtiera en una sede universitaria, ratificando el inicio de las clases para ochenta y cuatro mil y tantos compatriotas.

Existen otras visitas del líder de la Revolución al territorio artemiseño, como por ejemplo su participación el 26 de julio de 1987 en el acto central con motivo del XXXIV Aniversario del Asalto al Cuartel Moncada, donde pronuncia el discurso central en la Plaza de Artemisa.

Encuentros con Fidel en el Mausoleo de los Mártires de Artemisa

a) El primer encuentro:

El 17 de julio de 1977, el mismo día de la inauguración del Mausoleo de los Mártires de Artemisa se produjo la primera visita de Fidel a esta instalación. Entre otros altos dirigentes, lo acompañaron Jesús Montané, Aidé Santamaría, Blas Roca, Pedro Miret, Armando Hart, Julio Camacho Aguilera, Osvaldo Dorticós y Ramiro Valdés Menéndez, artemiseño, asaltante al Moncada y expedicionario del Granma, entonces Ministro del Interior. Todos le rindieron guardia de honor a los restos de los caídos antes de que fueran conducidos a su destino final.

Representando a las máximas autoridades de la provincia se encontraba en el acto el compañero Luís Álvarez de la Nuez, primer Secretario del Partido a ese nivel. Como invitado especial al homenaje asistió Jorge del Prado, Secretario General del Partido Comunista peruano, acompañado de Guillermo Herrera y Mario Duarte miembros de la Comisión Política de esta organización.

Cubo de la Victoria que corona el Mausoleo de los Mártires de Artemisa. Debajo de la losa reposan los restos de los moncadistas caídos en las acciones del 26 de julio, en días posteriores o a lo largo de la lucha revolucionaria.

También participaron en la actividad inaugural varios integrantes de la Generación del Centenario y familiares de los caídos. Los restos de los moncadistas fueron velados en el antiguo Instituto de Segunda Enseñanza de Artemisa, convertido entonces en la Escuela Secundaria Básica Urbana “Eduardo García Lavandero”, muy próxima al mausoleo y desde allí, en peregrinación popular, bajo persistente llovizna[7] , a las seis y diez minutos de la tarde, fueron conducidos hasta el Mausoleo bajo los acordes de la banda de música del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas Revolucionarias.

Una vez que los restos de los moncadistas artemiseños fueron depositados en los nichos correspondientes, se realizó el acto central en la explanada aledaña al Cubo de la Victoria [8] , donde pronunció las palabras centrales el Comandante de la Revolución: Ramiro Valdés Menéndez, quien inicio su intervención reconociendo que se estaba materializando el anhelo de los artemiseños por tener de regreso a los que un día partieron a la inmortalidad en aras de la soberanía:

“Era justo -aseguró el combatiente artemiseño -,el deseo del pueblo de Artemisa de reunir algún día los restos de estos diecisiete hijos caídos en la lucha y erigir un lugar donde pudiera rendirles el reconocimiento y la gratitud que su heroísmo merece. “Este mausoleo es un símbolo de la historia combativa de Artemisa y representa un patrimonio revolucionario que debemos cuidar celosamente. Él será como un centinela vigilante que nos recuerde siempre que la revolución es un relevo de hombres y de generaciones, y que por los ejemplos de los que se sacrificaron ayer, otros cubanos se sacrifican hoy, y habrá otros que deberán sacrificarse mañana.”

b) Segundo encuentro:

Con Fidel se rompe el protocolo[9] , afirma con evidente emoción Mabel Martínez Deulofeu,Licenciada en Historia del Artey directora del Mausoleo a los Mártires de Artemisa, al rememorar las dos últimas visitas del líder de la Revolución a ese complejo histórico.

Acostumbrada a recibir visitas de alto nivel, entre ellos: presidentes, embajadores y otros miembros del cuerpo diplomático, y renombrados científicos y artistas, cada una de las cuales exige determinado protocolo, afirma que con Fidel:

“se rompe en cuanto pronuncia la primera palabra, por su gentileza, modestia, sencillez, amor al prójimo, y el gran calor humano que transmite en todo momento”.

Esta segunda visita del Comandante en Jefe Fidel Castro al Mausoleo de los Mártires de Artemisa se produjo el 23 de noviembre del año 2001 y formó parte de un amplio recorrido que realizara ese mismo día por varias instalaciones del municipio, entre ellas la Escuela Primaria “Carlos Rodríguez Careaga”, otrora cuartel de la guardia rural y por el Joven Club de Computación y Electrónica ubicado en un área aledaña al mausoleo.

En ambos lugares fue recibido por una multitud enardecida que, más que una bienvenida, le expresaba al líder de la Revolución su desbordante cariño y admiración.

c)Tercer encuentro:

Posterior a los primeros resultados positivos de la recuperación de su salud en el 2010, comenzó Fidel a visitar algunas escuelas y centros de investigación dentro de la capital del país y a intercambiar son su personal, dando muestras de su espíritu de combate y de su vocación por mantenerse informado y en contacto con el pueblo.

Fue en este contexto que el pueblo artemiseño recibió al líder histórico de la Revolución en el barrio La Matilde. Para el personal técnico y demás trabajadores del Mausoleo de los Mártires de Artemisa no fue menor la sorpresa, en especial para su Directora Mabel Martínez Deulofeu, con varios años laborando en la institución y quien se encargó de recibir y atender a Fidel en su visita del 2001.

Tal y como lo había prometido en aquella ocasión, regresaba a Artemisa para rendir tributo a sus camaradas de lucha. En el diálogo sostenido entre Fidel y la directora del mausoleo artemiseño durante esta tercera visita, el líder de la revolución le expresó:

“(…) Me puse la camisa verde olivo y vine a visitar el Mausoleo”.

Fueron esas las primeras palabras que el líder de la Revolución dirigió a Mabel, el 24 de julio del 2010. En la Sala de Protocolo, acompañado entre otros por el Comandante de la Revolución Guillermo García Frías, Fidel sostuvo un encuentro con tres artemiseños moncadistas: Ramiro Valdés Menéndez, Ramón Pez Ferro y Gelasio Fernández Martínez. Rememoró momentos importantes de las acciones del 26 de julio de 1953y en especial la actitud del artemiseño Ricardo Santana Martínez, combatiente que le salvó la vida cuando se produjo la retirada del Moncada y el jefe de la acción quedó a merced de la soldadesca que lo perseguía al bajarse del automóvil en que viajaba para dar su espacio a un compañero herido.

Especial énfasis puso Fidel en ratificar que ningún artemiseño lo había traicionado a lo largo de la lucha revolucionaria. Mientras esto sucedía, el pueblo, reunido frente al mausoleo, a pesar de la lluvia, no abandonaba su posición a la espera de ver de cerca a Fidel. Una vez que el líder se encontró fuera de la instalación protegido con una sombrilla, saludó a quienes desde la calle no dejaban de aplaudir y repetir emocionadamente su nombre.

Un momento inolvidable para Mabel resultó la lectura que hiciera Fidel en la Sala de Protocolos, de un documento de carácter histórico. Todos los presentes de pie, escucharon de pie el “Mensaje a los combatientes revolucionarios de Artemisa y de toda Cuba”

Referencias

Fuentes

  • Colectivo de Autores: Historia del Movimiento 26 de Julio en Pinar del Río, Edición digital, UNHIC Artemisa.
  • Felipa Suárez y María de las Nieves Galá. Transcripción completa de un artículo publicado en el sitio Web del periódico Trabajadores, el 7 julio de 2013
  • Fidel Castro Ruz. Discurso en el acto inaugural de los Cursos de Superación para Trabajadores Azucareros, central “Eduardo García Lavandero”, municipio de Artemisa, 21 de octubre del 2002. Versiones Taquigráficas. Consejo de Estado.
  • José Trujillo Fuentes: Julito Díaz González un revolucionario ejemplar. Editorial Oriente. Santiago de Cuba.
  • Leandro Rodríguez Calzadilla. Historia de Artemisa en tres Tomos. Versión Digital. UNHIC Artemisa.
  • Manuel Isidro Méndez: La Historia de Artemisa. Editorial Artes Gráficas. La Habana, 1973.
  • Mario Lazo Pérez. Mario Lazo Atala: Ciro Redondo Capitán del pueblo. Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 2012.
  • Mario Mencía: EL MONCADA LA RESPUESTA NECESARIA. Edición Ampliada y Modificada. Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado, La Habana 2013.
  • Ramón Pez Ferro: El único Sobreviviente. Editorial José Martí. La Habana, 2013.
  • Ulises Rosales del Toro, Ministro de la Industria Azucarera. Entrevista, Periódico Granma, 12 de enero de 2004.