Primeros pobladores de Cuba

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Primeros pobladores de Cuba
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Fecha:Siglo XV
Lugar:Bandera de Cuba Cuba
País(es) involucrado(s)
Bandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos, Bandera de Cuba Cuba

Primeros pobladores de Cuba. La vida de los indios era muy distinta hasta que llegaron los primeros españoles Cuba.

Cuba antes de la llegada de los españoles

Hace más de 500 años, en el siglo XV, Cuba era muy distinta a como es hoy. Crecía una vegetación muy abundante. Extensos y tupidos bosques de un verdor extraordinario cubrían toda la Isla. También vivían numerosos animales que hoy ya han desaparecido o quedan muy pocos, entre ellos, el almiquí, el manatí, el manjuarí, la jutía, el tocororo, el carpintero real y la cotorra.

Ocupaciones y formas de vida

Cuba estaba habitada hacía más de 4 000 años por personas que tenían la piel cobriza y los cabellos gruesos, lacios y muy negros; hablaban un lenguaje distinto al nuestro y sus costumbres también eran diferentes a las de hoy; estos eran los aborígenes, los más antiguos habitantes de la Isla.

Todo parece indicar que nuestros aborígenes procedían de la costa norte de América del Sur, desde donde en tiempos remotos habían venido cruzando, de isla en isla en sus canoas por las Antillas, hasta establecerse en nuestro territorio. Para demostrar que esto ocurrió en el pasado, en 1987 una expedición de científicos cubanos y de otros países latinoamericanos, llevó a cabo un viaje en canoas desde el Río Amazonas hasta el Mar Caribe.

Los investigadores han contado con dos fuentes fundamentales para conocer nuestro pasado más lejano: los escritos de los hombres que participaron en la conquista y colonización de Cuba y los instrumentos de trabajo u otros objetos utilizados por los aborígenes, que aparecen durante las excavaciones arqueológicas y nos dicen cómo vivían, cuáles eran sus costumbres, cómo trabajaban, de qué se alimentaban, etcétera.

Vida y costumbres de los aborígenes

Los aborígenes trabajaban en común y el producto de su labor era repartido entre todos a partes iguales. Esto se debía a que sus instrumentos de trabajo eran muy sencillos, y solamente unidos podían obtener lo que necesitaban para poder vivir; además, los instrumentos pertenecían a todo el grupo.

Sin embargo, existían entre las comunidades aborígenes que habitaban nuestro territorio algunas diferencias en cuanto a sus ocupaciones y formas de vida.

Grupos recolectores-cazadores-pescadores

Utencilios de los grupos

Algunas de las comunidades aborígenes para obtener los alimentos necesarios, realizaban distintas actividades, entre ellas: la recolección de frutos, hojas, tallos y raíces; la caza de animales, como majaes, jutías, iguanas, aves; y la pesca de cangrejos, tortugas, camarones y almejas. Es por ello que a estas comunidades se les denomina recolectoras-cazadoras-pescadoras.

Sus instrumentos de trabajo eran muy sencillos y toscos. Les sacaban lascas a las piedras duras, partían los caracoles y elaboraban la madera. Con las primeras hacían cuchillos y raspadores; con la concha, platos, vasijas y cucharas. Con el caracol llamado cobo, fabricaban las gubias (fragmentos de concha, generalmente triangulares, con filo en su extremo más ancho), que eran ampliamente utilizadas porque les servían para cortar y raspar.

También con piedra confeccionaban percutores, especie de martillos que les servían para machacar las semillas. La madera fue el material empleado para construir sus canoas.

Los recolectores-cazadores-pescadores sabían cómo hacer el fuego y lo usaban para cocinar sus alimentos y alumbrarse de noche y en las cuevas.

Estas comunidades, generalmente, vivían en cuevas ubicadas cerca del mar o de los ríos. En las paredes o techos de algunas cavernas se han encontrado pinturas en forma de, círculos en colores rojo y negro, que constituyen manifestaciones artísticas de los aborígenes cubanos. Ejemplos de ellas, son las que se localizan en la Isla de la Juventud y Varadero.

Pictografias de los grupos

En las variadas labores que realizaban dichas comunidades para obtener sus alimentos y cocinarlos, así como cara fabricar sus instrumentos de trabajo, participaban todos los miembros del grupo. Los hombres se dedicaban a la caza y a la pesca; como las mujeres debían permanecer amamantando a sus crías, junto a los niños y los ancianos desarrollaban trabajos más sencillos como la recolección. El producto del trabajo colectivo era repartido entre todos a partes iguales.

Los miembros de las comunidades recolectoras-cazadoras-pescadoras andaban desnudos porque el clima de Cuba así se los permitía, y se adornaban con collares de conchas y vértebras de pescados. También, en ocasiones, se pintaban el cuerpo con sustancias colorantes.

Grupos agricultores-ceramistas

De los grupos aborígenes de Cuba, los que alcanzaron un mayor desarrollo fueron los agricultores-ceramistas.

Estas comunidades, además de recolectar, cazar y pescar, practicaban la agricultura de forma muy sencilla. La siembra consistía en hacer montones de tierra en los cuales abrían un hueco con un palo puntiagudo llamado coa. En ese hueco echaban la semilla. En los conucos (pequeñas extensiones de tierra cultivada) cercanos a sus viviendas, sembraban algunas plantas que les servían de alimento como el boniato, maíz, ají, yuca y otros; también sembraban el tabaco.

Un producto muy importante en la alimentación de los agricultoresceramistas era la yuca, porque con ella elaboraban el casabe. Para hacer el casabe se pelaba y rallaba la yuca; después, como era necesario extraerle el jugo, esa pulpa la echaban en un saco largo llamado sibucán donde la exprimían fuertemente; más tarde con esa pasta casi seca, hacían unas tortas que cocinaban sobre el burén (pieza plana de barro, generalmente redonda, utilizada para cocinar el casabe). Estas tortas llamadas casabe podían almacenarse por mucho tiempo sin echarse a perder, por eso lo podían consumir según lo necesitaran.

Estos grupos aborígenes confeccionaban objetos de barro como: cazuelas para cocinar, jarras para depositar líquidos y los burenes. Cuando hacían estos objetos, el barro lo utilizaban mojado, lo amasaban y le daban la forma deseada; luego lo ponían a secar al fuego hasta que alcanzara la dureza requerida.

Comunidades agricultoras ceramistas


El cultivo de la tierra y la elaboración de objetos de cerámica eran actividades fundamentales para estos grupos aborígenes, por eso se les denomina comunidades agricultoras-ceramistas.

Además de la agricultura y de la confección de utensilios de cerámica, estas comunidades se dedicaban también a la recolección, la caza y la pesca, con lo que lograban una mejor alimentación. En estas dos últimas actividades habían desarrollado gran habilidad y destreza.

Pescaban tanto en el mar como en los ríos y lagunas. Podían hacerlo de dos formas: con anzuelos de espinas de pescados, redes y arpones; o también empleando el pez pega o guaicán, al que ataban por la cola al extremo de un cordel, lo echaban al agua y cuando algún otro pez se le acercaba, se le quedaba pegado; entonces el pescador halaba el cordel y recogía la presa.

En la caza de aves habían desarrollado ingeniosos métodos, uno de ellos era sumergirse en el río o laguna hasta el cuello, cubriendo la cabeza con la mitad de una güira, de esta forma parecían piedras, las aves se posaban en ellas y, rápidamente, las agarraban por las patas.

Los agricultores-ceramistas construían sus viviendas. Las paredes eran hechas de varas de cañas o yaguas; los techos, de guano o ramas. El piso era de tierra apisonada, tenían dos puertas pequeñas, una en el frente y otra en la parte de atrás. Algunos de sus poblados llegaron a tener hasta 50 casas que generalmente adornaban con plumas. Todas estas construcciones se ubicaban alrededor del batey, que era un espacio central utilizado para las fiestas y reuniones.

Las formas de las viviendas eran muy variadas, las había circulares, llamadas caneyes, también rectangulares, conocidas como bohíos. Dentro del agua, en las costas y lagunas, construían las barbacoas que estaban apoyadas en pilotes (postes de madera).

Todas las casas estaban limpias y eran muy amplias. En ellas solamente utilizaban las hamacas, ya que el fogón lo ponían fuera.
En las distintas labores que realizaban, los agricultores-ceramistas utilizaban variados instrumentos de trabajo. Confeccionaban algunos de piedras, otros de conchas y también de madera, al igual que los recolectores-cazadores-pescadores, pero estos estaban mejor elaborados.

Entre los instrumentos de piedra empleados por estas comunidades se distingue el hacha, que se ataba con una cuerda a un palo. Estas hachas de piedra se pulían hasta dejar uno de sus bordes muy liso y cortante. Con madera construían coas, guayos, canoas, macanas (especie de mazas de madera, usadas como armas para golpear y machacar) y dujos(especie de asientos de madera para uso ceremonial).

También estas comunidades hacían cestas de yarey, y con cuerdas de algodón tejían hamacas, redes y el sibucán.

Los miembros de las comunidades agricultoras-ceramistas vivían semidesnudos; las mujeres usaban unas sayitas cortas llamadas naguas, las cuales se tejían con hilos de algodón, los hombres andaban en taparrabos. Para adornarse, utilizaban pendientes y collares de piedrecitas y adornos de oro, así como plumas de aves que se ponían en la cabeza.

En las fiestas y ceremonias se pintaban el cuerpo con rayas y círculos.

Todos los miembros del grupo en las comunidades de agricultores-ceramistas participaban en los distintos trabajos que se realizaban. Las mujeres se destacaban en la confección del casabe, de objetos de barro y el tejido de cestas y fibras de algodón, mientras que los hombres se ocupaban de las labores que exigían alejarse del grupo por varios días. Los productos obtenidos con este trabajo colectivo era repartido entre todos por igual.

En estas comunidades todos sus miembros eran considerados iguales, pero por la variedad y complejidad de las actividades que realizaban existía una persona que dirigía la vida del grupo, ese era el cacique. El cacique organizaba y distribuía las distintas actividades y el fruto del trabajo colectivo. Este jefe era querido y respetado por todos los miembros del grupo, por su autoridad, sabiduría y experiencia.

Otra persona muy importante en el grupo era el behíque, una especie de brujo o hechicero. Este hombre tenía una gran experiencia, daba consejos y utilizaba hierbas y otras plantas, como el tabaco, para tratar de curar las enfermedades, por eso le atribuían poderes sobrenaturales.

Asimismo, daban un sentido mágico a los fenómenos de la naturaleza; la lluvia, el viento, el rayo, la vida y la muerte, no tenían explicación para ellos. Por esta razón, surgieron entre los aborígenes ideas que se pueden considerar religiosas. En honor a esas fuerzas y para alejar los males del grupo celebraban fiestas y ceremonias.

Entre las ceremonias, la más importante era la que conocemos como el rito de la cohoba, y de las fiestas, la más vistosa y alegre, el areíto; ambas eran presididas por el cacique y el behíque. En el areíto todos los miembros del grupo daban pasos hacia delante y hacia atrás tomados de la mano, al compás de la Música que producían las flautas, las maracas, los silbatos y el golpear con palos un tronco ahuecado. Al mismo tiempo entonaban cantos en los que reproducían acontecimientos significativos en el grupo.

A veces, en sus fiestas desarrollaban el juego de batos o de pelota. Los equipos formados por hombres y mujeres, debían mantener en el aire la pelota golpeándola con alguna parte del cuerpo como la cabeza, los hombros, los puños, las caderas y las rodillas.

Ceremonia religiosa

Todos nuestros aborígenes utilizaban el lenguaje articulado. Muchas palabras que empleamos actualmente como Cuba, Guaniguanico, Cuyaguateje, Guanahacabibes, etcétera, eran nombres dados por ellos a lugares geográficos; y otras como batey, canoa, guayaba, barbacoa y hamaca, también provienen de su lenguaje.

Los aborígenes cubanos vivían en comunidad primitiva, pues como has visto todos los miembros de la sociedad trabajaban en común y repartían entre todos, a partes iguales, el producto de su trabajo. Sus costumbres, sus instrumentos de trabajo y su forma de vida eran muy sencillos. No había entre los miembros del grupo marcadas diferencias sociales. Estas características son propias de la comunidad primitiva, que es la primera etapa de desarrollo por la que atraviesan las colectividades humanas.

Fuente