Proletariado

Proletariado
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Concepto:Clase social resultado del desarrollo de las relaciones capitalistas de producción

Proletariado. Clase formada por los obreros asalariados de la sociedad capitalista; carecen de propiedad sobre los medios de producción y, por ello, estar, obligados a vender su fuerza de trabajo a los capitalistas. La acumulación del capital va acompañada de la depauperación del proletariado.

Ley general de la acumulación capitalista

Todos los métodos de elevación de la productividad del trabajo se transforman en las condiciones del capitalismo en medios de incremento de la explotación de los productores directos, de aquellos que con su trabajo crean los bienes materiales. Y puesto que todos los métodos de producción de plusvalía son a la vez métodos de acumulación del capital, la situación de los obreros, señaló Marx, empeora independientemente de que su salario sea alto o bajo.

“Cuanto mayor es la riqueza social, el capital en funciones, las proporciones e intensidad de su crecimiento y, por consiguiente, cuanto mayor es la magnitud absoluta del proletariado y la fuerza productiva de su trabajo – subrayó Marx -, mayor es el ejército industrial de reserva. La fuerza de trabajo disponible se desarrolla por las mismas causas que la fuerza de ampliación del capital. Por lo tanto, la magnitud relativa del ejército industrial de reserva crece conjuntamente al incremento de las fuerzas de la riqueza. Pero cuanto mayor es este ejército de reserva respecto al ejército obrero activo, más amplia es la superpoblación permanente, cuya miseria es directamente proporcional a los tormentos del trabajo del ejército obrero en activo. Por último, cuanto mayores son las capas míseras de la clase obrera y el ejército industrial de reserva, mayor es el pauperismo oficial. Esta es la ley absoluta general de la acumulación capitalista.”

El incremento de la riqueza de los capitalistas, por un lado y la depauperación del proletariado por otro, son determinados ante todo por el hecho de que la acumulación del capital se basa en la intensificación de la explotación del trabajo, y el propio proceso de acumulación provoca inevitablemente la formación e incremento de la superpoblación relativa.las condiciones del capitalismo colocan a los obreros en tal situación que cuando más trabaja y mayor es la productividad del trabajo, más insegura se hace la posibilidad de que encuentren aplicación a su fuerza de trabajo. Ningún proletario puede tener la certeza de que el día siguiente no va a perder su trabajo y se va a quedar sin medios de existencia. Por cuanto la acumulación del capital aumenta inevitablemente la escala de la superpoblación relativa, la amenaza de desempleo, con todas sus consecuencias, se abre sobre masas cada vez mayores de proletarios. Solo una parte del proletariado carece siempre de trabajo, pero la amenaza de desempleo se cierne constantemente sobre toda la clase obrera. Por consiguiente, el capitalismo priva a los obreros de toda seguridad en el día de mañana, sin proporcionarle esperanza real de alguna clase en un futuro mejor. En cualquier momento el obrero puede ser despedido.

En la actual época se desarrolla de forma creciente la automatización de la producción. esta grandiosa conquista científico técnica ofrece ilimitadas posibilidades para suavizar las condiciones de trabajo y mejorar la vida de los obreros. Pero en las condiciones del capitalismo, la automatización es una verdadera calamidad para los obreros. En el siglo de la automatización, la situación material del proletariado se ha hecho más incierta que antes. La automatización implica inevitablemente el desempleo masivo, que se abre sobre las vastas capas del proletariado, condenándolas a una existencia mísera.

El desempleo es un verdadero azote que sufre la clase obrera y acarrea infinitas amarguras a millones de proletarios. Los desocupados se encuentran en la situación más desesperada. El subsidio que percibe durante un período limitado de tiempo una parte de los desocupados no altera sustancialmente la situación. La cuantía de ese subsidio es muy inferior al salario que percibía antes de perder la ocupación.

El aumento de la superpoblación relativa condena inexorablemente a una gran parte dl proletariado a unas condiciones míseras de existencia. La capa más pobre de desocupados vive permanentemente en la miseria. Esa capa está formada: primero por obreros aptos para el trabajo, sobre todo en los períodos de crisis y de depresión industrial; segundo por los huérfanos e hijos de los desposeídos, que son candidatos al ejército obrero de reserva, y tercero por los incapacitados para el trabajo, por los inválidos, enfermos, etc. “El pauperismo – escribió Marx – es el asilo de inválidos del ejército obrero en activo y el peso muerto del ejército industrial de reserva. Su existencia va implícita en la existencia de la superpoblación relativa, su necesidad en la necesidad, y con ella constituye una de las condiciones de vida de la producción capitalista y del desarrollo de la riqueza.”

El aumento de la explotación del trabajo y el incremento de la superpoblación relativa están mutuamente condicionados. Debido al crecimiento de la explotación se hace mayor el contingente de desocupados, y el aumento de la superpoblación relativa permanentemente es aprovechado por los capitalistas para acrecentar todavía más la explotación de la parte ocupada de la clase obrera. Por un lado el trabajo excesivo de la parte ocupada de la clase obrera aumentan las filas de desocupados, haciendo mayores los sufrimientos y la miseria. Por otro lado, la existencia del ejército permanente de desocupados ejerce presión en todos los obreros ocupados en la producción. Bajo el temor de ser despedidos, la parte ocupada del proletariado se ve obligada a tensar al máximo sus fuerzas y a someterse a la voluntad del capital. Así una parte de la clase obrera se ve condenada permanentemente a la ociosidad forzosa. Al exonerarse de los tormentos del trabajo, los desocupados sufren la amargura de la miseria. La miseria de la parte dada de los obreros, según expresó Marx, es directamente proporcional a los tormentos del ejército obrero en activo. La parte ocupada del proletariado aunque tiene algunos medios de existencia, es constreñida a realizar un trabajo excesivo. Debido a esto se depaupera todo el proletariado en su conjunto.

El desarrollo desigual del capitalismo, que origina diferencias bastante grandes entre los países del mundo capitalista en cuanto al nivel de vida de la clase obrera, se refleja en el carácter de la acción de la ley general de la acumulación capitalista. El nivel de vida relativamente alto que tienen algunos países capitalistas más desarrollados se mantiene no sólo a base de la explotación incrementada de los trabajadores de esos países, sino también mediante el despojo de los pueblos de muchos países de Asia, África y América Latina. El carácter cíclico de la reproducción capitalista ejerce una sensible influencia en el proceso de empeoramiento de las condiciones de vida y trabajo del proletariado. En el período de auge de la producción puede mejorar la situación del proletariado, por ejemplo debido a la reducción del desempleo o al aumento de los salarios de una u otra parte de la clase obrera. En las épocas de crisis y de depresión industrial, cuando desciende la escala de producción y aumentan considerablemente el desempleo, se hace mayores los sufrimientos y calamidades de millones de personas.

Factores que se oponen a la depauperación

Los apologistas del capitalismo atribuyen al marxismo-leninismo la afirmación de que bajo el capitalismo nunca se eleva la situación material del proletariado, sino que desciende constantemente. Tal tipo d acusación aparece en el libro del laborista inglés Strachey “El capitalismo contemporáneo”. En realidad la ciencia marxista-leninista nunca hizo afirmación semejante.los clásicos del marxismo-leninismo advirtieron que la ley general de la acumulación capitalista no debe interpretarse como que la depauperación del proletariado tenga lugar incesantemente y en todas partes al mismo tiempo.

A la aspiración del capital a depauperar por todos los medios a los trabajadores se opone ante todo la lucha de clases del proletariado. Es conocido, por ejemplo que mediante una lucha tenaz prolongada durante muchos años el proletariado ha logrado la reducción de la jornada laboral y otras conquistas sociales. Al manifestarse contra la sobreestimación de la lucha económica, los clásicos del marxismo-leninismo hacían hincapié en que tal lucha es un medio importante de limitación del afán rapaz de los capitalistas y, a la vez, frena la tendencia del capital a depauperar al proletariado.

Al apreciar la lucha de los obreros como importante factor que se opone a la depauperación del proletariado, Lenin señaló: “Marx habló del aumento de la miseria y de la humillación, etc; pero, al mismo tiempo, señalaba la tendencia opuesta y las verdaderas fuerzas sociales que son las únicas capaces de hacer surgir esta tendencia.”

Al indicar la importancia de la lucha económica, Lenin escribió que no se habría podido incorporar a ampliar masas de explotados al movimiento revolucionario si estás masas no hubieran visto los ejemplos tangibles de cómo los obreros asalariados obligaba a los capitalistas a mejorar inmediata y directamente su situación.

Pero bajo el capitalismo, las conquistas económicas del proletariado no pueden ser duraderas. Las crisis económicas y los períodos de depresión industrial. La elevación del costo de la vida y de las cargas tributarias y, sobre todo, las guerras hacen que desaparezca las concesiones parciales de la burguesía, logradas por el proletariado en largos años de lucha, y tanto por el nivel de vida como por las condiciones de trabajo, el proletariado vuelva otra vez a la situación en que se encontraba unos cuantos años antes en cuanto al nivel de vida y a las condiciones de trabajo.

Formas en que se manifiesta la depauperación

La depauperación del proletariado, que emana de la propia naturaleza del capitalismo, se caracteriza por todo el conjunto de las condiciones de vida y de trabajo de toda la clase obrera, incluidos los desocupados. La depauperación se manifiesta en toda una serie de formas concretas: elevación del grado de explotación, incremento de la intensidad del trabajo y empeoramiento de las demás condiciones del trabajo; crecimiento del número de desocupados, reducción del salario, crecimiento de la desigualdad social, de la miseria, etc.

Depauperación relativa del proletariado

Disminución de la parte que la clase obrera percibe de la renta nacional de la sociedad capitalista y correspondiente aumento de la parte que perciben las clases explotadoras. La parte de renta nacional que el proletariado obtiene es determinada por la relación entre la suma total de salarios de los obreros en un año (v) y la renta nacional (v+p). La parte de la clase capitalista es determinada por la relación entre la plusvalía creada durante un año (p) y la renta nacional (p/(v+p)). Poniendo al descubierto la esencia de la depauperación relativa del proletariado, Lenin indicaba que bajo el capitalismo se produce una

“depauperación relativa de los obreros es decir, una disminución de su parte en el ingreso social. La parte relativa de los obreros, en la sociedad capitalista que se enriquece rápidamente, se va haciendo cada vez menor, pues cada vez se enriquecen más rápidamente los millonarios”

La depauperación relativa de la clase obrera, lo mismo que la depauperación absoluta del proletariado es una consecuencia directa de la acción de la ley económica fundamental del capitalismo, la ley de la producción, de plusvalía, y de la ley general de la acumulación capitalista.

Como resultado del crecimiento de la productividad y de la intensidad del trabajo bajo el capitalismo, crece la explotación de los obreros y, por consiguiente, se elevan la cuota y la masa de plusvalía. Al mismo tiempo, el aumento de la productividad del trabajo disminuye el valor de los medios de subsistencia del obrero, es decir, el valor de la fuerza de trabajo y, por ende, se reduce la parte que perciben los obreros del nuevo valor creado. Resulta, pues que al crecer la acumulación del capital, disminuye la parte que la clase obrera percibe de la renta nacional y aumenta correspondientemente la parte de la clase capitalista. Sobre esta base aumenta la desigualdad social, se ahonda y ensancha la sima entre los explotadores y los explotados. Bajo el capitalismo, disminuye asimismo la parte que todos los trabajadores perciben de la renta nacional. Los elevados impuestos, directos e indirectos, que los obreros pagan al Estado burgués reducen aun mas su parte de la renta nacional, con lo que el empeoramiento relativo de su situación se acentúa.

Los apologistas del capitalismo, recurriendo a diferentes métodos de falsificación, intentan encubrir el volumen real de las ganancias de los capitalistas y, con ello, disminuir la verdadera parte de la renta nacional que éstos perciben. Al mismo tiempo, al calcular la parte que recibe la clase obrera, no toman en consideración los descuentos que, en concepto de impuestos, gravan los salarios, no desglosan el salario de la clase obrera del sueldo que perciben los empleados del Estado y el personal administrativo, altamente remunerados, ni de los ingresos de otras personas que trabajan a sueldo; todo esto hace que se presente sensiblemente abultada la parte de la renta nacional que el proletariado obtiene. Los economistas burgueses declaran que en los últimos tiempos se ha producido una “revolución de los ingresos” en los países capitalistas, es decir, que aumenta la parte de la renta nacional percibida por los obreros y otros trabajadores, y dis minuye la parte de los capitalistas. Los hechos, sin embargo, demuestran de manera irrefutable que bajo el régimen capitalista cada vez se hace mayor el abismo entre el nivel de vida de los capitalistas y el del proletariado. En los Estados Unidos, un pequeño número de capitalistas —el 1 % de la población— posee cerca del 60 % de la riqueza nacional, y a los trabajadores, que constituyen más del 87 % de la población, les corresponde menos del 8 % de dicha riqueza. El empeoramiento relativo de la situación del proletariado representa un factor importantísimo en el proceso de agudización de las contradicciones de clase en la sociedad capitalista.

Hegemonía del proletariado

La hegemonía del proletariado es la dirección, por parte de la clase obrera, de las amplias masas trabajadoras en la lucha por la transformación revolucionaria de la sociedad, una de las leyes fundamentales de la transición del capitalismo a la formación económico-social comunista.

La estructura social de la sociedad capitalista comprende, además de la clase obrera y de los capitalistas, otras clases y sectores de la población (campesinos, granjeros, pequeña burguesía y elementos semiproletarios de la ciudad, funcionarios, diferentes grupos de intelectuales). Objeto de la opresión capitalista, estos sectores también están interesados, en su inmensa mayoría, en la supresión del capitalismo y en el afianzamiento del socialismo, pero no siempre tienen conciencia de sus intereses de clase o no los perciben clara y completamente. Estas clases y capas sociales en su mayor parte están aisladas por las condiciones de vida y de trabajo; muchas de ellas se someten fácilmente a la influencia de conceptos e ideas triviales, frecuentemente son cautivos espirituales de la burguesía, revelan inestabilidad y vacilación en la lucha de clases. En virtud de su situación en el sistema de producción social, de su espíritu revolucionario, de su organización y de su conciencia, la clase obrera comparece como aliado natural y guía de todas las capas de la población oprimidas, desamparadas y perjudicadas por el capitalismo. La clase obrera agrupa a su alrededor a todas ellas en las luchas por los intereses tanto inmediatos como mediatos, ayuda a proporcionar una firme línea política en las actuaciones de los trabajadores, y a dirigirlas por el cauce común de los combates contra el gran capital, contra el imperialismo y contra la reacción.

En los países donde se ha formado como clase y ha llegado a ser una fuerza política independiente, el proletariado es capaz de desempeñar también el papel hegemónico en movimientos de masas que no se proponen la transformación socialista de la sociedad: en las revoluciones democrático-burguesas y de liberación nacional; en el movimiento de la paz; en las acciones por las libertades democráticas, etc., lo cual dota a estos movimientos de mayor profundidad y envergadura, multiplica su radicalismo y crea las condiciones para transformar las revoluciones democrático-burguesas y de liberación nacional en revoluciones socialistas. La clase obrera atrae al movimiento revolucionario a otros segmentos del pueblo trabajador contagiándolos con el ejemplo propio y respaldando activamente sus manifestaciones revolucionarias. La clase obrera es la iniciadora de organizaciones de masas de los trabajadores que se convierten en órganos de lucha revolucionaria (Soviets, organizaciones del frente popular, del frente patriótico, del frente nacional, de los partidarios de la paz, organizaciones democráticas femeninas y juveniles, etc.). Incorporadas al movimiento revolucionario, las capas democráticas del pueblo adoptan también los métodos de combate proletarios (por ejemplo, las huelgas).

Como subrayó Lenin, el terreno más importante de la lucha por la hegemonía del proletariado es la política. La renuncia a la política, como predican los “economistas” y los anarcosindicalistas, socava la base de la hegemonía del proletariado. De cara a una radical reestructuración estatal, la clase obrera plantea temas de nivel nacional, actúa como representante de todo el pueblo. Sólo dinámicas acciones políticas y la defensa de los intereses de todo el pueblo por parte de la clase obrera son capaces de atraer al lado de ésta a las masas pequeñoburguesas indecisas e inestables, de substraerlas a la influencia de la burguesía. La principal fuerza dirigente en la conquista de la hegemonía del proletariado y de su realización consecuente es un partido marxista-leninista. Este partido representa a la clase obrera en sus relaciones con las otras clases y capas sociales, elabora sobre una base científica la estrategia y la táctica de la lucha de clases, educa políticamente a las masas, organiza y coordina la actividad política de la clase obrera y de sus aliados. Ahora bien, los partidos comunistas no imponen la hegemonía del proletariado a otras fuerzas y partidos sociales, sino que combaten por la hegemonía del proletariado agrupando a todas estas fuerzas alrededor de la clase obrera con respeto hacia su independencia política y organizativa. El Documento Final de la Conferencia de Berlín de los Partidos Comunistas y Obreros de Europa señala que los comunistas “se manifiestan por un diálogo constructivo con todas las fuerzas democráticas –conservando éstas totalmente su originalidad e independencia–, para lograr una colaboración fructífera en la lucha por la paz, por la seguridad y por el progreso social”.

La hegemonía del proletariado con respecto a las masas trabajadoras subsiste incluso después de la conquista del poder político por la clase obrera: actúa bajo la forma de dirección estatal y política de la sociedad por parte de la clase obrera con el fin de construir el socialismo. Los demócratas revolucionarios de los países liberados del colonialismo resultan capaces de llevar a cabo transformaciones económico-sociales progresistas de carácter transitorio que crean la base para el avance de estos países por un camino de orientación socialista.

Uno de los resultados de las conquistas históricas mundiales de la clase obrera internacional es la ampliación de los componentes de las fuerzas multitudinarias de la izquierda que combaten por la democracia y por el socialismo, cosa que testimonian las masivas acciones anticapitalistas de la juventud, de los estudiantes, de las capas de la pequeña burguesía urbana y de diferentes grupos de intelectuales progresistas. Interpretando falsamente estas tendencias, los ideólogos del reformismo y del revolucionarismo de “izquierda” sostienen que la hegemonía en el movimiento revolucionario ha pasado de la clase obrera a estas capas y grupos, a las denominadas “nuevas izquierdas”; que la clase obrera ha perdido el espíritu revolucionario y se ha disuelto en una denominada “clase media”. Pero la experiencia real de la lucha revela frecuentemente el amorfismo político y organizativo, la inestabilidad, la vaguedad ideológica de las acciones de los grupos radicales de la pequeña burguesía, la juventud, los estudiantes y los intelectuales. Aisladas del movimiento obrero de masas, estas acciones, como regla general, se convierten en motines anarquistas, en corrientes nacionalistas, en aventuras extremistas armadas sentenciadas a una inevitable derrota, o degeneran en vulgares corrientes reformistas.

Las fuerzas no proletarias de izquierda se transforman en un importante factor del movimiento revolucionario sólo unidas a la clase obrera, la cual comunica al movimiento estabilidad y carácter de masas y le organiza un rumbo político estable y realista. El aumento del peso relativo y de la influencia de los funcionarios, del personal técnico-científico y de los estudiantes en la estructura social de la sociedad capitalista, lejos de reducir, amplía notablemente la base clasista de la hegemonía del proletariado. Por su situación, intereses y posiciones, estos sectores y capas intermedias de la sociedad burguesa se acercan cada vez más a la clase obrera. La alianza de la clase obrera con las capas no proletarias en favor de profundas transformaciones democráticas se convierte en una de las condiciones más importantes de realización de la hegemonía del proletariado en la lucha por el socialismo.

Inevitabilidad de la desaparición del capitalismo

La acumulación del capital es un proceso complicado y profundamente contradictorio que trae innumerables calamidades y sufrimiento al proletariado. A la vez, la acumulación capitalista hace avanzar objetivamente a la sociedad. En contra de la voluntad y los deseos de los capitalistas prepara las condiciones objetivas y subjetivas para la desaparición del capitalismo, para su sustitución por un nuevo régimen social, libre de las lacras y vicios de la sociedad capitalista.

Agudización de su contradicción fundamental

El carácter social del proceso de producción está en flagrante contradicción con la propiedad privada capitalista y con las relaciones de producción. en esto consiste la contradicción fundamental del capitalismo. Debido a la acumulación del capital se agudiza inevitablemente la contradicción fundamental del capitalismo.

El capitalismo es un régimen en el que las leyes objetivas rigen espontáneamente y se manifiestan en los resultados imprevistos de la actividad dispersa de la gente. Al desarrollarse las fuerzas productivas y socializar el trabajo, los capitalistas, naturalmente no prevén los resultados sociales finales que originan sus acciones. Los capitalistas aplican una nueva técnica y perfeccionan la tecnología y la organización de la producción en aras de sus intereses egoístas de la obtención de la plusvalía extraordinaria.

El desarrollo de las fuerzas productivas y la socialización del trabajo por el capitalismo se desenvuelven en una forma sumamente contradictoria y espontánea, en forma de incremento de la composición orgánica del capital, de la acumulación del capital, de su concentración y centralización. Bajo la influencia del progreso técnico Crecen las proporciones mínimas de los capitales necesarios para la construcción y equipamiento de nuevas empresas. Por ello la capitalización creciente de plusvalía se convierte en necesidad cada vez más imprescindible del funcionamiento ulterior de cada capital. En caso contrario, el capitalista no resistiría la competencia. La acumulación asegura la concentración del capital, la creación de grandes capitales capaces de poner en funcionamiento los medios de producción en desarrollo. La centralización el capital actúa en el mismo sentido. La concentración y centralización del capital son formas capitalistas concretas del desarrollo de las fuerzas productivas y de socialización del trabajo. A su vez el incremento de las fuerzas productivas hace que se incrementen los procesos de concentración y centralización del capital. Sobre esta base se desarrollo la contradicción fundamental del capitalismo.

Debido a la concentración y centralización del capital se sigue desarrollando el carácter social del proceso de producción. Tiene lugar una enorme concentración de la producción, es decir, la concentración de la fuerza de trabajo y de los medios de producción en las empresas y el desarrollo ulterior de la división social del trabajo. Crecen además las proporciones del capital, de la propiedad capitalista, concentrada en manos de personas particulares que explotan el trabajo de miles de personas. La incompatibilidad de las relaciones de producción capitalista con el carácter social de las fuerzas productivas se hace cada vez más evidente y es más imperativa la necesidad de la propiedad social.

La propiedad privada capitalista niega la propiedad privada de los pequeños productores de mercancías, que está basada en el trabajo personal. La propiedad capitalista privada surgió como consecuencia de la expropiación de los pequeños propietarios por medio de los métodos de la acumulación originaria. La expropiación de los pequeños productores se realiza constantemente en las condiciones del capitalismo desarrollado por medio de su ruina, empleando para ello métodos económicos. La propia naturaleza del modo de producción capitalista basado en la explotación del trabajo ajeno, es opuesta a la naturaleza de la pequeña producción.

En sustitución de la propiedad capitalista llega la propiedad social, cuya necesidad surge de la propia naturaleza de las fuerzas productivas, desarrolladas por el capitalismo. Esta exigencia de las fuerzas productivas se realiza en cierta forma específica ya que en el seno del capitalismo mediante la centralización del capital. Los grandes capitalistas devoran a los pequeños y parte de los capitalistas se arruinan en la competencia. Pero la centralización del capital no es capaz de resolver la contradicción fundamental del capitalismo; por el contrario origina su agudización.

El proletariado revolucionario

En el curso de la acumulación del capital, la agudización de la contradicción fundamental del capitalismo se manifiesta en el creciente antagonismo existente entre el trabajo y el capital, entre el proletariado y la burguesía. Esto se manifiesta concretamente como resultado directo de la ley general de la acumulación capitalista. El incremento de la riqueza en un polo, el aumento de la explotación, el crecimiento del desempleo y la desigualdad social y la miseria en el otro polo, provocan inevitablemente la creciente indignación de la clase obrera y el auge de su lucha revolucionaria por el derrocamiento del poder del capital. La depauperación d la clase obrera es un factor trascendental del incremento de la lucha de clases en la sociedad burguesa. A la vez que el propio capitalismo contribuye a la organización del proletariado al concentrar a las masas de obreros en grandes centros industriales, en grandes empresas.

Conjuntamente con el desarrollo de la industria moderna, crecen y se fortalecen las filas del proletariado. La propia historia lo coloca bajo las banderas del socialismo científico a fin de asaltar la fortaleza del capital. Pero así como el capital, al consolidar su dominio, expropió a masas de productores, la tarea consiste ahora en que las masas expropien al puñado de opresores. “La centralización de los medios de producción y la socialización del trabajo – escribió Marx – llegan a un punto en que se hacen incompatibles con su envoltura capitalista. Esta salta hecha añicos. Ha sonado la hora final de la propiedad privada capitalista. Los expropiadores son expropiados.”

En esto consiste la tendencia histórica de la acumulación capitalista. Al desarrollar las fuerzas productivas y socializar el trabajo, el capitalismo cava su tumba y crea a su sepulturero, el proletariado revolucionario.

Fuentes

Enlaces externos