Psicoballet
| ||||||
Antecedentes
El Psicoballet se crea en Cuba el 21 de febrero de 1973, como un sistema integral de atención, concebido y por iniciativa de la Dra. Georgina Fariña García, bajo el patrocinio y promoción del eminente Psiquiátra Dr. Eduardo B. Ordaz, Director del Hospital Psiquiátrico de La Habana y la eximia bailarina Sra. Alicia Alonso Directora del Ballet Nacional de Cuba.
En 1984, luego de evaluar 11 años de aplicación exitosa comprobada y por la similitud de sus características con los principios y objetivos que la UNESCO promueve, la Comisión Nacional Cubana de la UNESCO constituye el Grupo UNESCO de Psicoballet de Cuba. En 1994, durante la Conferencia Internacional Psico-Habana 94 se constituye la Asociación Latinoamericana de Psicoballet integrada por 11 países del hemisferio. En la actualidad, el Centro Referencial del Grupo UNESCO de Psicoballet de Cuba viene funcionando en el Hospital Psiquiátrico de la Habana, bajo la dirección de la Dra. Georgina Fariña García, quien es Presidenta del Grupo UNESCO de Psicoballet de Cuba.
Aplicación
El Psicoballet se presenta como una efectiva terapéutica de rehabilitación mental y social, es un programa cubano de atención a personas con trastornos de conducta, enfermos mentales y niños con síndrome Down. De ninguna manera es un trabajo unipersonal e independiente. Por el contrario, es una estructura teórica, metodológica y técnica pluridisciplinaria, producto del trabajo de muchos/as. Este tipo de danza es muy compleja de practicar, por eso requiere de aquellos que lo practican, una gran disciplina para realizar los objetivos, entre ellos especialmente el de estimular la autovaloración y la autoestima.
Desarrollada en ciclos de ocho a nueve meses en diferentes etapas, las sesiones abarcan calentamiento físico, ejercitación técnica y expresión creativa, dirigidas por un psicólogo y el especialista de ballet o danza, donde cada caso es valorado previamente antes de iniciar el ciclo. Se inicia con sesiones en las que el médico comienza a familiarizarse con su paciente, y éste a su vez aprende, crea, recibe amor y respeto por el esfuerzo que realiza; lo que lo ayuda a recuperar su autoestima y aprender a ser lo más feliz posible aún en medio de sus limitaciones. Valorado y estudiado por un equipo médico multidisciplinario, el enfermo es ubicado en grupos acorde a su edad: sean niños, adultos y hasta ancianos, en diferentes categorías, catalogadas de prevención, curación, habilitación, rehabilitación, reeducación y atención primaria para pacientes proclives a algún trastorno de conducta. También es aplicable a desajustes emocionales, estrés, limitaciones físicas y mentales y hasta a embarazadas de alto riesgo y bebés con retardo psicomotor, entre otros.
Utilización del ballet
El baile proporciona placer, relajación y calma, ayuda a ganar conocimiento y eleva la cultura general; además de reportar orgánicamente mayor secreción de endorfina o morfina natural segregada a través de la hipófisis. En los primeros casos tratados, de niñas con cierta conducta agresiva, se observó la reacción favorable tras iniciar las primeras sesiones.
Los enfermos, aprenden elementos musicales, como los tiempos en el ritmo, y trabajan en demostraciones individuales con medios gimnásticos complementarios, como aros, cintas, cuerdas, pelotas y otros. Acompañados de música instrumental, en coreografías que incluyen salsa, [[merengues]] y representaciones de ballet elemental, el baile favorece la comunicación y el aspecto físico, la disposición y disciplina con cada ejecución, lo que evidencia el placer que sienten al ser reconocidos.
