Quiste triquilemal

Quiste triquilemal
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Concepto:Aparecen en la superficie de la piel como una tumoración de forma redondeada de crecimiento lento.

Quiste triquilemal. Aparecen en la superficie de la piel como una tumoración de forma redondeada de crecimiento lento. El tamaño puede variar desde milímetros a 3 ó 4 cm, se localizan principalmente en el cuero cabelludo, y se presentan también en la cara, cuello, tronco y extremidades. Pueden presentarse como lesiones únicas o múltiples, apareciendo sincrónica o metacrónicamente.

En el Síndrome de Garner se presentan múltiples quistes en la cara y cuello cabelludo asociados a tumores del colon y otros órganos. La piel que recubre a estos quistes se afina, es lisa y brillante como consecuencia de la presión ejercida hacia fuera por el crecimiento quístico. Estas formaciones nodulares están íntimamente adheridas a la piel, a nivel del infundíbulo y cuello del conducto piloso, el cual puede apreciarse como un hoyuelo pequeño, a veces cubierto por una estructura de color negruzco denominada comedón. Estos quistes se desplazan del tejido celular subcutáneo subyacente.

Patogenia

El quiste triquilemal también denominado quiste pilar y para algunos sebáceo surge del istmo del folículo piloso y muestra una queratinización triquilemal (células capaces de producir keratina), se ha demostrado que tiene su origen a partir de la capa más externa del folículo piloso, donde se abre el conducto de las glándulas sebáceas (Figs. 12.1 y 12.2).

Fig. 12.1. Corte microscópico de un folículo pilosebáceo con todos sus anexos.
Fig. 12.2. Esquema de las partes constituyentes de un folículo pilosebáceo.

Anatomía patológica

Desde el punto de vista histológico es un quiste verdadero. La pared recuerda la capa externa de la raíz del folículo piloso, ella consta de una capa externa de células basaloides, una capa intermedia de células granulares y una capa interna múltiple de células escamosas que forman keratina. Su contenido es una mezcla homogénea de keratina alineada en láminas concéntricas y lípidos, por los cuales han sido denominados quistes sebáceos, con frecuencia contiene colesterol y puede presentar calcificación distrófica de su pared.

Sintomatología

Estos quistes son de crecimiento lento, asintomáticos, mientras no sufran complicaciones, su consistencia puede ser algo fluctuante cuando son grandes. Si se ejerce gran presión sobre estos, pueden dejar escapar su contenido de aspecto grasiento y de olor desagradable y rancio.

Pueden presentar dolor cuando al romperse su cápsula hay salida de la keratina, la cual produce una inflamación por reacción a cuerpo extraño, hecho este muy frecuente en los quistes infundibulares con los que son confundidos, provocan dolor, al igual que su infección.

Fig. 12.3. Quiste sebáceo de la región parotídea. Debe tenerse cuidado en no confundirlo con un tumor de la glándula parótida, que por lo general no están adheridos a la piel, a diferencia de los quistes que siempre tienen un punto de unión con la piel en la emergencia del folículo pilosebáceo.
Fig. 12.4. Quiste sebáceo del cuero cabelludo.

Estos quistes crean preocupaciones en el paciente, porque al presentarse en la cara o cuero cabelludo interfieren con su estética (Figs. 12.3 y 12.4).

Evolución y complicación

El quiste triquilemal evoluciona lentamente en su desarrollo.

Una complicación muy frecuente es la infección bacteriana de estos quistes, que pueden presentarse después de un traumatismo o de manera espontánea, originando una colección purulenta dentro del quiste con una reacción inflamatoria a su alrededor. Este proceso puede destruir la cápsula del quiste y el absceso extenderse a los tejidos vecinos que al ser incididos dan salida al pus unido a moldes de keratina y sebo. Los síntomas y signos son los clásicos de la inflamación, aumento de volumen o del tumor, aparición del dolor, rubicundez y calor local.

Los traumatismos de estos quistes pueden romper sus cápsulas, la extravasación de su contenido crea granulomas a cuerpos extraños y fibrosis de la región y producen un proceso inflamatorio que puede ser confundido con una infección. Rara vez puede ulcerarse confundiéndose con una úlcera maligna.

Diagnóstico

La forma nodular, la evolución lenta, su adherencia a la piel, facilitan el diagnóstico de estos quistes. La diferenciación con el Quiste Epidérmico es a veces difícil, pero la salida de contenido de olor rancio caracteriza al quiste triquilemal. La diferenciación con el Quiste infundibular o Quiste folicular, derivado del infundíbulo cuya pared está formada por células infundibulares o tipo epidérmico, que se forma como una ectasia del infundíbulo piloso, espontánea o por oclusión del orificio del folículo, debido a inflamación o excoriación. La mayoría de ellos son quistes por retención.

El Quiste infundibular, aparece como un nódulo coloreado en la piel o subcutáneo, de variable tamaño, generalmente de menos de 5 cm.

Pequeños quistes infundibulares primarios envuelven el vello de la cara y reciben el nombre de milia primaria que pudieran ser secundarios a excoriaciones traumáticas. El contenido con ausencia de lípidos y su histología lo diferencian. Deben diferenciarse del Quiste dermoide, que es de origen congénito, aunque su desarrollo puede ser tardío, por lo general no están unidos a la piel y se mueven libremente.

El lipoma es una tumoración que puede crear cierta confusión, pero su gran movilidad, su consistencia blanda y su independencia de la piel que lo recubre, puede ser suficiente para diferenciarlo.

La diferenciación con tumoraciones quísticas de las glándulas sudoríparas ecrinas y apocrinas, a veces es difícil y requiere estudios histológicos para su diferenciación.


El Quiste broncogénico cutáneo se diferencia porque aparece en la parte inferior de la línea media del cuello, sobre la horquilla esternal, su pared está formada por epitelio ciliado de origen bronquial congénito.

El Quiste epidermoide de la cola de las cejas es subcutáneo, fijo al periostio y de etiología congénita.

Fuente

  • Libro de Cirugía. Tomo I. Dr.Alejandro García Gutiérrez y Dr.Gilberto Pardo Gómez