Ramón de Basterra

Basterra
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Datos Personales
NombreRamón de Basterra y Zabala
Nacimiento14 de marzo de 1888
Bilbao, Bandera de España España
Fallecimiento1928
Madrid, Bandera de España España
Causa de la muerteEnfermedad Mental

La voz del futurismo. A través de su poesía va manifestando Basterra su peculiar ideología: Su deseo de renovación española, su ideal de nuestra cultura vinculada a Roma, el concepto de la hispanidad, o sea de todos los pueblos de la Península y de América, hermanos en lengua, fe y tradición: la Sobreespaña.

Biografía

Se licenció en Derecho y entró en la carrera diplomática desempeñando cargos como el de agregado en Roma entre 1915 y 1917, Bucarest desde junio de 1918 y Caracas 1924. Allí padece una grave crisis de una enfermedad mental que padece desde hace años, a consecuencia de la cual es repatriado y más tarde reanuda sus trabajos diplomáticos en Madrid. En cada uno de esos tres destinos fraguó una obra, cuya matriz se encuentra en Roma, donde Basterra encuentra el sentido universal de España en la historia, según lo expresa en su obra poética Las ubres luminosas y Vírulo en dos partes: Las mocedades y Mediodía. En Rumanía estudia La obra de Trajano; en Caracas la Compañía Guipuzcoana de Navegación, de donde saldrá Los navíos de la Ilustración, una exaltación del carlotercismo español.

Escribió en la prensa local vasca Euzkadi, El Nervión, El Pueblo Vasco y El Liberal, además de algunos artículos y poemas en la afamada revista Hermes. Participó en la pomposamente llamada Escuela Romana del Pirineo, un grupo informal que no va más allá del voluntarismo del propio Ramón de Basterra y de las tertulias vespertinas del bilbaíno café Lyon D'Or en tomo a Pedro Eguillor, Jacinto Miquelarena, Pedro Mourlane Michelena, Fernando de la Quadra Salcedo, José Félix de Lequerica, Rafael Sánchez Mazas y Joaquín Zuazagoitia. Su primera obra lírica, Las ubres luminosas, 1923, se caracteriza por el sentimiento del paisaje, por las ideas humanísticas y por los problemas vascos.

En el poema Los labios del monte, paisaje y tradiciones vascas se funden en una amplia síntesis histórica. Es el creador de un mito: Virulo, cuyos cantos corresponden a dos momentos del estilo del autor. En Virulo, mocedades 1924, se muestra barroco, gongorino y virtuoso de la poesía pura. En Virulo, mediodía 1927, el poeta supera la etapa anterior y se anticipa a su época; de un salto se sitúa en las avanzadas de la Vanguardia. Con técnica del Futurismo canta la máquina y el destino fecundo de los pueblos hispánicos: la Sobrespaña, concepto que presagia el de Hispanidad. Su producción en prosa comprende La obra de Trajano 1921, que es un conjunto de impresiones del Basterra viajero por Rumanía, alternadas con evocaciones históricas que parten de los tiempos del emperador y llegan hasta el siglo XX. Se suceden repetidamente presente y pasado con la intención de ensalzar la misión civilizadora de Trajano en la Dacia rebelde. Los navíos de la Ilustración 1925, libro que completa la ideología de este original poeta.

Hacia 1924 el poeta tenía en el cajón o en proyecto, más o menos inacabadas, obras de todo tipo: ensayos y escritos históricos Dominio universal de España, Pirineo pensativo, poesía Llama romance y teatro Las alas de lino, Fátima y Las boinas rojas. Incluso comenzó a gestar una tercera parte de Virulo. Sólo dos de estas obras vieron la luz de forma póstuma.

Cultura y Clasicismo

Si en Domenchina la preocupación erótica es la clave interna de su poética, Basterra, diplomático, viajero infatigable, lleva siempre un poderoso lastre de historia. Este es uno de sus aspectos más interesantes y más logrados de su lírica: la de sus grandes ideas centrales de cultura y clasicismo, en formas violentas, pero elaboradas de un barroquismo unas veces métrico y limitado, otras rompiendo todos los moldes del verso tradicional.

La primera época de Basterra se caracteriza por la preocupación, por el paisaje, por las ideas humanísticas, por los problemas e historia del país vasco. Las ubres luminosas es el resultado de su entusiasmo por Roma, ciudad entre ciudades, y por la cultura latina, frente a la cual se prosterna el vasco sin perder su personalidad racial. Los labios del monte, es un amplio poema de la grandeza épica, captación de los símbolos esenciales. Los mitos históricos de la raza vasca desfilan en cortejo de grandes personajes de epopeya.

Futurismo en España

Ramón de Basterra puede tildarse de único representante del futurismo en España. Si el modernismo retornaba hacia un mundo no por irreal menos arcaico, el futurismo adelantaba un mundo no por real menos alejado de un presente problemático, tanto que daría lugar a una guerra mundial.

Si la permanencia del modernismo sonaba a pasado, el avance futurista resultaba extraño a su medio, se hallaba fuera de toda realidad; de ahí que pasase rápidamente, que en su lucha contra el pasado se lanzara a la declamación de invectivas en vez de preparar las bases de un sistema ideológico o poético. Cuando les llegó la hora de construir aquel futuro, se vieron de narices ante la pared del vacío humano. Cantaban la máquina, una nueva Venus de Milo, una nueva Victoria de Samotracia, personificada en aquellos tortugados coches de carrera de la época. Y cuando tuvieron que meterse en él, hasta entonces sólo habían hecho enfrentarlo a la samotracense alada, pudieron comprobar que en el fondo era una hojalata tan miserable como la piedra que había sido hecha la victoria griega.

La poesía no estaba en la materia pura, sino en la poiesis, un cierto modo de creación. A esta temática futurista se añadía una técnica, unos módulos formales: destrucción de la sintaxis, abolición del adjetivo, del adverbio, de la puntuación, sustituida por signos matemáticos, etc., que Ramón de Basterra apenas cumplió salvo en Vírulo mediodía, libro publicado en 1927 cuando ya había muerto el ultraísmo y había aparecido en París el Manifiesto surrealista de Breton.

Entre sus libros en prosa destacan La obra de Trajano, escrita en Rumanía, y Los navíos de la Ilustración, escrita en Venezuela, obras en las que medita sobre la España imperial, heredera de los valores de Roma. En 1970 se recogieron en un volumen sus Papeles inéditos y dispersos, con un prólogo de Guillermo Díaz-Plaja. En 1989, José Ignacio Tellechea Idígoras editó sus Cartas a Unamuno.

La creación más original de Basterra poeta es la de su mito: Vírulo, cuyos cantos corresponden a los dos momentos de estilo del autor. En el primer momento se halla Vírulo, mocedades, en que las formas métricas secentistas se amoldan en contorsión barroca al apunte de sistema, de alegorismo cultural del personaje. Vírulo, mediodía, publicado en 1927, a los tres años de la publicación de su Vírulo, mocedades, es el poema de la plenitud de Basterra, desigual y difícil, pero de superación de la etapa anterior, aún atada a motivos de forma tradicionales.

De un salto se planta Basterra en las avanzadas del vanguardismo, dando la mano a las metáforas de civilización y asépticas del Ultra, y hermano de la retórica italiana del futurismo de Marinetti, y a la vez con la dureza formal del vasco y su densidad intelectual. Vírulo, mediodía es un libro esencial e indispensable en la nueva literatura española. Una de sus partes más originales la constituyen una serie de fábulas, en que los motivos de civilización sustituyen a los viejos animales de los apólogos de Esopo y Fedro: Escuchad a las máquinas. La gran sabiduría está en las máquinas... Calla doña Raposa, don León, don Caballo. Avanza doña Grúa, don Cilindro, don Embolo.

Obras

  • Las ubres luminosas.
  • La sencillez de los seres.
  • Virulo. Poema de las mocedades.
  • Los labios del monte.
  • Vírulo. Mediodía.
  • Llama romance.
  • Poesía.

Teatro

  • Las alas de lino.

Ensayo

  • Una empresa del siglo XVIII.
  • Los Navíos de la Ilustración.
  • La obra de Trajano.

Varios

  • Papeles inéditos y dispersos de Ramón de Basterra.

Fuentes