Realismo socialista

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Realismo Socialista
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Concepto:El realismo socialista es una corriente estética cuyo propósito es llevar los ideales del comunismo al terreno del arte.

Realismo Socialista. Es una corriente artístico-literaria que cobró auge en el siglo XX en la ex Unión Soviética, pero también ha sido practicada en otros lugares del planeta y cuyo esencial objetivo es que el obrero, así como el comunismo como ideología se conviertan en protagonistas de las obras artístico-literarias.

Inicios

El Realismo Socialista es una tendencia artístico- literaria que surgió como una necesidad del arte de educar la personalidad socialista inicialmente en las obras del escritor Máximo Gorki, así como en páginas de Marx, Engels y Lenin. Sin embargo sus raíces datan de las tradiciones realistas de la literatura rusa del siglo XIX.

Según wikipedia

El realismo socialista fue, en cierto modo una reacción contra los estilos burgueses anteriores a la revolución, convirtiéndose en política oficial del Estado en 1932 al promulgar Iósif Stalin el decreto de reconstrucción de las organizaciones literarias y artísticas.

El Realismo socialista en la Wikipedia

Entre todos los métodos artísticos existentes, el realismo socialista ha sido históricamente uno de los menos comprendidos e incluso se tejen curiosas anécdotas a su alrededor. Pero si nos atenemos sólo a la versión que del realismo socialista nos regala la Wikipedia nos daremos cuenta de inmediato que está fuertemente impregnada de la ideología capitalista y por tanto dice que fue “una corriente estética cuyo propósito es llevar los ideales del comunismo al terreno del arte. Fue la tendencia artística predominante durante gran parte de la historia de la Unión Soviética, particularmente durante el gobierno de Iósif Stalin, en la República Popular China y, en general, en la mayoría de países socialistas”

Contradicciones del Realismo socialista en la antigua URSS

Lo cierto es que muchos autores creen que el realismo llanamente representa la realidad y minimizan la importancia ideológica del arte. Por supuesto, entre sus postulados se encuentra que el arte ante todo debe exaltar la lucha del proletariado, pero este criterio mal interpretado o llevado a tendencias extremas influyó negativamente en muchos creadores. Es que la idea esencial no era para nada indigna, dado que su objetivo era profundizar en la sociedad socialista, la lucha revolucionaria y la clase obrera. No obstante, el modo en que llegó a ser política oficial sí fue lamentable. Resulta que mientras Lenin pretendía con su auxilio lograr que el pueblo humilde se viera representado por primera ocasión en una obra artística y hasta de ese modo posibilitar la forja de “un hombre nuevo”, su sucesor Stalin describió a los practicantes del realismo socialista como ingenieros de almas y instituyó la tendencia como política oficial.

Ideales y dogma

Según el dramaturgo alemán Bertolt Brecht “reducir el realismo sólo al problema de la forma, vinculado precisamente a una sola forma (la vieja precisamente), significa hacerlo estéril. Por supuesto, el realismo con su intención de convertir en héroe al trabajador en la nueva sociedad tenía un noble prepósito, pero lamentablemente dogmáticos y oportunistas creyeron que podían utilizarlo en su beneficio y en el caso de Stalin declaró que este era “el único modo artístico autorizado para reflejar el proceso revolucionario”. Asunto este que generó muchas insatisfacciones y motivo por el cual muchos pintores representaron exclusivamente a campesinos y obreros, mientras por otra parte la ex Unión Soviética se llenó de retratos de Stalin. Incluso se llegó a insistir que los escritores sólo escribieran historias relacionadas con el marxismo y los compositores de música de igual modo debían crear una música que reflejara únicamente al proletariado.

Cómo es lógico al realismo socialista instituido de este modo extremista se le criticó y acusó de ser un verdadero obstáculo para la producción artística dado las presiones de índole político que sufrieron muchos artistas. En un contexto histórico en que se le llamó al proletariado “locomotora de la historia”, el realismo socialista se convirtió en la nueva voz de la revolución. A pesar de ello, la rígida y absurda manera de aplicar sus postulados hizo que durante más de 20 años la libertad de expresión de los artistas soviéticos fuera casi nula y que muchas voces talentosas fueran censuradas, ignoradas o marginadas.

Indudablemente en Cuba también existió mucha gente que quiso imponer el triste modelo soviético del realismo socialista, pero la intelectualidad cubana se resistió y los dogmáticos no pudieron ganar esa batalla.

Errores que se cometieron al instaurar el Realismo Socialista

Conocido es el caso del escritor Mijail Afanasievich Bulgakov quien escribió su obra maestra El Maestro y Margarita prácticamente a escondidas, pero eso sí, la censura no sólo sería para los nacionales, si no que con mucha más fuerza los ejecutantes políticos a cargo de la custodia de la pureza del realismo impedirían el acceso al pueblo de la mayor parte del arte y la literatura extranjera por considerarlas “panfletos anticomunistas”. Del mismo modo, no todos los pensadores progresistas aceptaron la visión impuesta del realismo socialista soviético e insistieron en que su establecimiento como política de Estado estaba más relacionado con la política del Partido Comunista que con los ideales del marxismo clásico. Entre los mostraron su inconformidad estuvo el ensayista marxista húngaro Georg Lukács, y los intelectuales André Breton y León Trotsky, quienes incluso publicaron en el años 1938 un famoso escrito titulado "Manifiesto por un arte revolucionario independiente", donde se le hace una crítica profunda al llamado arte soviético.

Realismo socialista, como corriente artística

No es menos cierto que como potencia ideológica la antigua Unión Soviética promovió al mundo su propia versión del realismo socialista, con énfasis en los demás estados socialistas, como es el caso de Corea del Norte y la República Popular China donde esta corriente estética aún subsiste.

Claro, que también hubo países que imperaba otro régimen político y la doctrina ejerció algún efecto, tal es el caso de México donde artistas representantes del muralismo como Alfaro Siqueiros, Diego Rivera y José Clemente Orozco expresaron en sus obras un honesto compromiso social y una atracción por el régimen socialista que se hizo patente en los protagonistas de sus pinturas, los cuales eran coincidentemente indios, campesinos y obreros.

Cuba tampoco escapó al poderoso influjo del realismo socialista y hubo autores con magnificas propuestas literarias alejadas de todos dogmatismo ruso como es el caso del escritor Manuel Cofiño autor de la afamada novela La última mujer y el próximo combate. En esta obra ciertamente se muestran las vivencias de personas de poco nivel cultural que gracias a la Revolución cubana se convirtieron en las responsables del mayor cambio social que había sufrido la patria hasta esos momentos. La novela, representante del realismo socialista cubano, fue publicada en más de 10 países y fue traducida a 10 idiomas con ediciones de más de 200 ejemplares.

Otro dato curioso, el título de este libro proviene de una entrevista realizada al comandante Camilo Cienfuegos en plena Sierra Maestra cuando lo interrogaron en lo que pensaba cuando no estaba combatiendo y él respondió así: “en la última mujer y el próximo combate”.

La postura de Ernesto “Che” Guevara

Han sido muchos los intelectuales revolucionarios preocupados por el rumbo atroz del realismo socialista soviético, tal es el caso del Che que en el libro El socialismo y el hombre en Cuba planteaba: “¿por qué pretender buscar en las formas congeladas del realismo socialista la única receta válida? No se puede oponer al realismo socialista “la libertad”, porque ésta no existe todavía, no existirá hasta el completo desarrollo de la sociedad nueva…” El líder argentino- cubano era lúcido en extremo cuando expresaba que era imposible crecer como ser humano condenando al arte anterior al proceso Revolucionario y nos alertó del error que esto entrañaría.

Opiniones de los intelectuales cubanos

Las opiniones de intelectuales cubanos difieren en cuanto a la literatura cubana y el realismo socialista. Por ejemplo, el prestigioso ensayista Emilio Comas Paret considera injusto hablar de que esta tendencia fue exclusiva en nuestras artes literarias e incluso ilustra casos que coexistieron paralelamente con algunas obras representativas del género y con tal contenido metafórico e imaginativo por ejemplo los escritores Ezequiel Vieta, Enrique Labrador Ruiz y Miguel Collazo.

El cineasta Julio García Espinosa refiriéndose al tema reconoce que de manera innegable existió en la nación cubana un “afán de impedir el paso del realismo socialista (tendencia, como se sabe, que planteaba vaciar las formas clásicas y llenarlas de contenido proletario)”, o sea que los cubanos, a pesar de que comprendíamos la esencia original del realismo socialista, jamás nos dejamos conquistar con la reaccionaria política cultural que fomentaba su esquematismo.

El ministro de cultura Abel Prieto declara que el sentir del gobierno cubano sobre el término realismo socialista es que tristemente se convirtió en una aberración y por tanto, que se convirtiera en política oficial fue uno de los mayores errores que se cometieron en la Unión Soviética y recuerda cómo el Che con su obra El socialismo y el hombre en Cuba, es implacable con ese pensamiento.

Fuentes