Reinado de Isabell II

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María Isabel Luisa
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Isabell.JPG
NombreMaría Isabel Luisa
Nacimiento10 de octubre de 1830
Madrid España
Fallecimiento9 de abril de 1904
Paris Francia
Ocupación.

María Isabel Luisa fue Reina de España entre 1833 y 1868 tras la derogación de la Ley Sálica

Síntesis Biográfica

María Isabel Luisa nació el 10 de octubre de 1830, recibiendo en el bautismo los nombres de María Isabel Luisa. El historiador José Luis Comellas la describe como Desenvuelta, castiza, plena de espontaneidad y majeza, en el que el humor y el rasgo amable se mezclan con la chabacanería o con la ordinariez, apasionada por la España cuya secular corona ceñía y también por sus amantes. Hija primogénita del último matrimonio del rey Fernando VII con María Cristina de Borbón, con la que había contraído matrimonio en 1829 tras enviudar de su tercera esposa, María Josefa de Sajonia, su nacimiento plantea el problema sucesorio pues sus derechos dinásticos son cuestionados por su condición de mujer

Vida y Obra

El heredero al trono había sido hasta ese momento su tío Carlos María Isidro y, tras tres matrimonios de Fernando VII sin descendencia, parecía que era él el llamado a sucederle. Sin embargo, el nuevo matrimonio del rey y el embarazo de la reina abren una nueva posibilidad de sucesión. En marzo de 1830, seis meses antes de su nacimiento, el rey publica la Pragmática Sanción de Carlos IV aprobada por las Cortes de 1789, que dejaba sin efecto el Auto Acordado de 1713 que, a imitación de la Ley Sálica francesa, excluía la sucesión femenina al trono. Se restablecía así el derecho sucesorio tradicional castellano, recogido en Las Partidas, según el cual podían acceder al trono las mujeres en caso de morir el monarca sin descendientes varones. En virtud de esta disposición, el 14 de octubre de 1830 un Real Decreto hacía pública la voluntad de Fernando al nombrar a su hija princesa de Asturias por ser mi heredera y legítima sucesora a su corona mientras. Una situación que no se modificará al dar a luz la reina María Cristina a otra niña, la infanta Luisa Fernanda. El evidente deterioro físico del rey hacía improbable que pudiese tener nueva descendencia por lo que quedaba abierto el pleito sucesorio con el rechazo del hermano de Fernando a aceptar la sucesión de su sobrina y el comienzo de toda una intriga palaciega que culminará en el verano de 1832 en los sucesos de La Granja. Aprovechando el deterioro de la salud del monarca, una camarilla de cortesanos y políticos, próximos a Carlos María Isidro, logró con presiones y bajo la amenaza de una guerra civil que Fernando derogase la Pragmática, anulando de nuevo la sucesión femenina. Sin embargo, el rey se recuperó, restableció otra vez la Pragmática e Isabel fue ratificada por unas Cortes como Princesa de Asturias el 20 de junio de 1833. Pocos meses después moría su padre, dejando a su hija el trono español bajo la regencia de María Cristina. La negativa de Carlos a aceptar, como reina, a su sobrina, desató la primera guerra carlista.

El destronamiento de Isabel II

Con la caída de O'Donnell en 1863 entramos en la última etapa del reinado de Isabel II marcada claramente por la descomposición del sistema político y la deslegitimación de la Corona. Se sucedieron gobiernos siempre de corte moderado mientras el exclusivismo y el carácter represivo del régimen se acentuaban a medida que la oposición aumentaba y partía cada vez de mayores frentes. Por otra parte, la vida amorosa de la reina y los escándalos de palacio, aireados o utilizados por su propio esposo, Francisco de Asís, y miembros de la camarilla y del Gobierno, contribuyeron notablemente a desprestigiar la imagen de la monarquía. El ambiente político se enrareció todavía mucho más a partir de 1865, con la destitución de Castelar como catedrático de la Universidad y la represión contra los estudiantes en la llamada Noche de San Daniel, ordenada por Luis González Bravo. El sistema moderado se hundía y arrastraba consigo a la monarquía. Ante el deterioro de la situación política, los progresistas y los demócratas se retraen de la vida política inclinándose una vez más por la vía insurreccional. Un nuevo Gobierno de la Unión Liberal intentó, en último término, atraer de nuevo a los progresistas con una tímida reforma política que ampliaba el censo electoral pero no lo consiguió, como demostraron los intentos de pronunciamiento de Prim en enero de 1866 y del Cuartel de San Gil en el mes de junio de ese mismo año. El retorno de Narváez aceleró los preparativos de la conspiración que se consolidó con la firma del Pacto de Ostende de agosto de 1866, que agrupó también a los demócratas y más tarde, al morir O'Donnell en 1867, a la Unión Liberal. Ya no se trataba de luchar sólo por un relevo gubernamental sino que se exigía el destronamiento de la reina. La conspiración pronto rebasó los círculos militares y contó con una extensa trama civil a través de los clubes y asociaciones progresistas y demócratas. La coincidencia con una coyuntura de crisis económica y de subsistencias y el endurecimiento del régimen dirigido de nuevo por González Bravo, contribuyeron a crear un contexto favorable a la revolución. El 18 de septiembre de 1868, la Armada, surta en la bahía de Cádiz, se pronuncia al grito de ¡Abajo los Borbones! ¡Viva España con honra!». Tras el triunfo de la revolución, Isabel II, que se encontraba de vacaciones en Guipúzcoa, era destronada y marchaba al exilio en Francia,iniciándose en España un período de seis años, conocido como el Sexenio Democrático, en el que se ensayarán diversas alternativas políticas: una nueva monarquía con Amadeo de Saboya y la Primera República.

Fallece

Muere en París en el año 1904

Fuente