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'''Relámpago.''' Es un fenómeno meteorológico consistente en descargas eléctricas engendradas en el interior de un condensador natural que se propagan a través de un dieléctrico como es el aire—un dieléctrico es una sustancia que es mala conductora de la [[electricidad]] y que amortigua la fuerza de un campo eléctrico que la atraviese— El relámpago es una descarga entre nubes mientras que el [[rayo]] es una descarga de nube a tierra.  
  
 
== Características específicas ==
 
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última versión al 15:28 1 sep 2019

Relámpago
Información sobre la plantilla
Relampago.jpg
Concepto:Resplandor vivo y de corta duración que se produce en las nubes por una descarga eléctrica


Relámpago. Es un fenómeno meteorológico consistente en descargas eléctricas engendradas en el interior de un condensador natural que se propagan a través de un dieléctrico como es el aire—un dieléctrico es una sustancia que es mala conductora de la electricidad y que amortigua la fuerza de un campo eléctrico que la atraviese— El relámpago es una descarga entre nubes mientras que el rayo es una descarga de nube a tierra.

Características específicas

Según el origen y destino de estas descargas en la atmósfera terrestre, se pueden clasificar en tres grupos:

  • Descargas dentro de una misma nube (intranubes)
  • Descargas entre una nube y otra nube (internubes)
  • Descargas entre una nube y la ionosfera

Estas descargas circunscriben su peligrosidad a los aviones, aunque es poco probable, podrían llegar a ser tanto más catastróficos por el número de pasajeros que pueden viajar en alguno de estos aparatos aeronáuticos. Los relámpagos por su parte no conllevan ningún otro tipo de peligrosidad asociada para el hombre, a excepción del caso mencionado de aviones en vuelo, calculándose que la aparición de estas descargas entre nubes es del 80% mayor que la de los rayos, que se derivan hacia tierra.

Con respecto a las descargas que se producen entre una nube y la ionosfera (disparo ascendente), ésta se conocen como “espíritus” o, más comúnmente, “duendes”.

Después que se ve el relámpago, se escucha un ruido muy fuerte, producido por la expansión del aire al paso de la descarga eléctrica, esto es lo que se conoce como trueno.

Todo esto ocurre prácticamente al mismo tiempo, sin embargo, primero se observa el relámpago y después se escucha el trueno, esto se debe a que la luz se transmite más rápido que el sonido. La velocidad de la luz es tan rápida que se ve el relámpago inmediatamente, pero como el sonido se propaga sólo algo más de 300 m por segundo, el ruido del trueno llega después.

Rayos, truenos y relámpagos en la mitología

Los rayos, truenos y relámpagos siempre han fascinado a los seres humanos, desde sus inicios, y por ello, siempre han estado presentes en las diferentes mitologías:

  • En la antigua Grecia, los relámpagos, truenos y centellas se asociaban a Zeus, el dios olímpico más poderoso. La mitología cuenta que cuando algo molestaba a Zeus, desde su trono de marfil ocultaba la cima del Olimpo con grandes y oscuras nubes e invadía la tierra con fuertes lluvias, relámpagos y truenos, demostrando su furia.
  • Dentro de la mitología vasca, en el siglo XII, el peregrino Aymeric Picaud escribió que los vascos llamaban Urci a Dios. Hoy en día no se utiliza esa palabra en ese sentido, pero se pueden encontrar algunos indicios que muestran que Urtzi/Ortzi era un dios: ostria, ortzadar, ostadar, orzaizki, ozkorri, oskori, oskarbi, ospel… En estas palabras relacionadas con el cielo vemos siempre el radical or/ost, de modo que utlizar el mismo nombre para llamar a dios y al cielo indica que habían deificado al cielo.Tiene dedicado un día de la semana: -ortzeguna/osteguna-, “día de Ortzi”, igual que la luna. Parece que era Ortzi también el que creaba los truenos y relámpagos, como los mismos nombres hacen ver: ortziri, ortots, ostroi, ostots, ortzantz,…
  • En la mitología nórdica, Thor lleva una barba rojiza, está dotado de un gran apetito, es truculento y de cólera fácil. Se le llama también Thor de los Ases (o: Thor el Ase, Asathorr) y Ökuthorr, es decir, aproximadamente: «Thor el Viajero» o «El conductor». Reina sobre el trueno y los relámpagos, el viento y la lluvia fecundadora, rasgo que ha sobrevivido en las creencias laponas. Etimológicamente Thor es el trueno, lo que se encuentra en los relámpagos y el ruido que acompañan el vuelo de su martillo Mjöllnir.
  • El Nubeiro existe en la mitología asturiana y se asocia, además de a las tormentas, truenos y relámpagos, a la niebla y a los aludes. Los nuberos parecen ser los legítimos descendientes de los hacedores de tormentas de los cultos animistas más antiguos. El control mágico de la lluvia es algo muy antiguo y se repite prácticamente en todas partes del mundo. Se viste con pieles y de vez en cuando baja a la tierra a ver el resultado de sus hazañas. Sale por las mañanas a facer la truena (hacer tormentas) y vuelve a media noche, con unos cuantos lagartos y culebras. Suele ser olvidadizo, pues se le escapan las nubes que le llevan de un lado a otro con relativa frecuencia; en tales casos, el nuberu, tiene que pedir asilo en las casas y cabañas que encuentre.
  • La mitología China representa el rayo con la colorida diosa Tien-Mu. Ella sostiene firmemente dos espejos para dirigir los destellos del rayo. Tien-Mu está rodeada por cinco dignatarios del “Ministerio de las tormentas”, existiendo en la imaginación china el jefe de aquellos: Lei Tsu, dios de los truenos y su ayudante Lei Kung, el tamborilero contador de rayos.
  • Para la cultura Azteca el rayo fue un fenómeno que dependía del dios de la lluvia Tlaloc (”el que hace brotar”). Era el dios que daba las lluvias, que regaba la tierra, mediante la cual crecían todas las yerbas, árboles y frutas. También era el quien enviaba el granizo, los relámpagos, los rayos, las tempestades y los peligrosos rios y mareas. El nombre completo es Tlaltecuhtli “Señor del lugar donde brota el vino (lluvia) de la tierra”. En ocasiones pintan a Tlaloc con el rayo en una mano y dos mazorcas de maíz en la otra, precipitándose hacia la tierra o en actitud de despeñarse desde lo alto de un templo que simboliza a los cerros.

Cuentos, mitos y leyendas

El trueno y el relámpago

Un día en el paraíso estaban Dios y el ángel más hermoso, quien quería dominar toda la tierra, y así se le ocurrió un plan para engañar a Dios.
Lucifer dijo: Señor tu sabes que soy el ángel mas bello y quiero gobernar la tierra. Dios muy dulcemente le contestó: Bueno podrás tenerlo, pero solo aquello que tus ojos vean tierra negra.
El ángel se fue pensando... Que ingenuo es Dios, dejarse engañar tan fácilmente por un pobre diablo!! Y se fue muy seguro a descansar porque había visto que todo era tierra negra.
A la mañana siguiente Lucifer fue a la tierra y descubrió que todo estaba blanco, el buen y sabio Dios había hecho nevar!!
El diablo furioso, creó el trueno para asustar a todos los seres vivos. Dios mas inteligente creó una luz blanca para avisar a sus hijos que no tuvieran miedo, así creó el relámpago.

Peligrosidad y vulnerabilidad

Una descarga eléctrica originada por una tormenta puede viajar hasta 30 Km. de distancia de su origen (menos de 1,5 Km. en el caso de los rayos y hasta 30 Km. en el caso de los relámpagos), a una temperatura de 25.000º a 30.000º C, con una potencia de 100-150 millones de voltios, una intensidad de 20.000 amperios y una velocidad de 140.000 km/sg. Si además se producen descargas sucesivas, éstas caen a una media de 1,8 Km. de distancia de separación entre ellas, siendo de 40 mts la extensión que pueden llegar a afectar.

Por otra parte, las horas de mayor peligrosidad son entre las 12 del mediodía y las 4 de la tarde (12’00 a 16’00) y el mes de mayor riesgo, julio.

La caída de rayos se concentra en lugares como el Himalaya, en África Central —donde prácticamente hay tormentas durante todo el año—, en la República Dominicana y Estados Unidos (sobre todo en Florida, Georgia, Carolina del Sur, Nueva York y Oklahoma). En este último país muere una media de 87 personas al año por este motivo, cuando la media en España es de 12.

Las antenas, conducciones metálicas, vallas y alambradas, líneas telefónicas, tendidos eléctricos y, en general, los elementos metálicos, además de los árboles, sobre todo los más altos y aislados, ejercen un elevado poder de atracción sobre los rayos. Curiosamente, esto supone un riesgo insospechable para los golfistas, cuyos palos ejercen como pararrayos.

Prevención contra impactos de rayo o relámpago

El resplandor del rayo o del relámpago, como luz que es, viaja a la velocidad de 300.000 Km./sg, mientras que su sonido, es decir, el trueno, lo hace a una velocidad muy inferior, 330 m/sg. Esa es la razón por la que siempre vemos el destello antes de percibir su estruendo. Quiere decir esto que, por cada segundo que transcurre entre el destello y el sonido, la distancia entre el rayo y el sitio en el que nos encontramos es de 330 mts, o, dicho de otro modo, cada 3 segundos transcurridos entre ambos momentos implica una distancia de 1 km. Por tanto, para calcular la distancia existente entre el rayo y nosotros hay que contar el número de segundos que transcurren entre el fogonazo y el trueno y dividirlo entre 3,30 o, si nos resulta más fácil, entre 3.

Por ejemplo, si pasan 9 segundos entre fenómeno y fenómeno, la distancia existente será de 3 kms o, más exactamente, 2,72 kms. Si las descargas eléctricas siguientes van reduciendo el intervalo del primero, significará que la tormenta viene hacia nosotros y que la probabilidad de exposición al rayo aumentará. Si sucede lo contrario, la tormenta se aleja. En el primero de los casos debemos buscar protección inmediatamente, localizando un refugio adecuado hasta que el peligro haya pasado totalmente. Un dato muy importante a tener en cuenta para el cálculo de los tiempos y la toma de decisiones es que el trueno puede oírse a más de 10 kms de distancia en condiciones orográficas no abruptas y según algunos especialistas hasta un máximo de 24 kms, aunque suponemos que con viento favorable, orografía totalmente llana y ruido ambiental nulo.

El sonido del trueno, que suele durar entre décimas de segundo y 2 ó 3 segundos, es producto de la brusca expansión del aire, al calentarse súbitamente hasta los 25.000 ó 30.000º C, cinco veces más temperatura que la existente en la superficie del sol (5.800ºC). Esto genera una onda de choque, cuyo recorrido percibimos en parte más los ecos ocasionados por sus rebotes contra los perfiles orográficos y las construcciones.

Véase además

Fuentes