Rogelio Fernández Güell

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Rogelio
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Se opuso abiertamente al gobierno de los hermanos Tinoco (1917-1919)
Nombre completoRogelio Fernández Güell
Nacimiento4 de mayo de 1883
San José, Bandera de Costa Rica Costa Rica
Defunción15 de marzo de 1918
Buenos Aires, Puntarenas, Bandera de Costa Rica Costa Rica
OcupaciónPolítico, Escritor
NacionalidadCostarricense
Períodosiglo XVIII
Lengua de producción literariaEspañol
Lengua maternaEspañol
GéneroPoesía, Ensayo
MovimientosPostmodernismo
Obras notablesEpisodios de la revolución mexicana (ensayo, 1915); La clave del génesis (ensayo, 1915); Plus ultra (ensayo, 1917); Lola (romance de costumbres nacionales, 1918); Poesías (1918);
Cónyugedoña Rosa Serratocó Soley
DescendenciaJuan Rogelio, Federico y Luis Fernández Serratocó
InfluenciasVictor Hugo, Miguel de Cervantes Saavedra.
InfluyóFederico Fernández Oreamuno

Rogelio Fernández Güell. Escritor, poeta, político y periodista costarricense. Hombre puritano, de principios, valiente y sincero con sus ideales políticos. Fue diputado al congreso y desde la curul y su periódico se opuso abiertamente al gobierno de los hermanos Tinoco (1917-1919), como a la pena de muerte. Fundó el periódico “El Imparcial”, que él mismo lo dirigió. Defendía el voto, la libertad de elegir y llamaba al pueblo a participar en las elecciones nacionales, que no fuera apático.

Síntesis biográfica

Nació en San José, Costa Rica, el 4 de mayo de 1883. Hijo de Don Federico Fernández Oreamuno, hermano del Presidente Próspero Fernández Oreamuno. Descendiente de la familia Fernández del Val, que fundó en Costa Rica Don Juan Fernández del Val en 1796l.

Estudios realizados

Estudió la primaria en la Escuela Anexa al Liceo de Costa Rica; la secundaria en el propio Liceo. Tuvo la oportunidad de leer todos los libros en la biblioteca de su padre, que contenía los más famosos autores franceses, como: Víctor Hugo, Alfonso de Lamartine y Chateaubriand. Aprendió de memoria centenares de pasajes y aforismos de Don Quijote de la Mancha, que recitaba cada vez que tenía ocasión. Incluso en los artículos periodísticos que escribió posteriormente, aparecen trazos del pensamiento de Miguel de Cervantes Saavedra.

Trayectoria intelectual

Su formación intelectual la recibió en España, donde vivió muchos años de su juventud y trabajó durante bastante tiempo. También residió en México. Tuvo gran amistad con el presidente Madero que lo nombró director de la Biblioteca Nacional. La revolución de Huerta, en México, lo hace regresar a Costa Rica. A su llegada fundó el periódico “El Imparcial”, que él mismo lo dirigió. En él se encuentra la mayoría de su obra de periodista. Escritor, poeta y caballero andante. [1] Fue diputado al congreso y desde la curul y su periódico se opuso a los hermanos Tinoco. Se opuso abiertamente a la pena de muerte. Era un hombre puritano, de principios, valiente y sincero con sus ideales políticos. Es posible que con él se iniciara en el espiritismo o filosofía esotérica de la cual es él el fundador y principal maestro en Costa Rica.

Carrera política

En 1901, Rafael Iglesias Castro, era el presidente de Costa Rica, en aquel momento, representaba a la oligarquía cafetalera y sufría una gran pérdida de popularidad: la caída de los precios del café, más el aumento de la deuda pública y la construcción del ferrocarril al Pacífico, eran los causantes de una fuerte crisis económica. El pueblo deseaba la expulsión del gobernante. Por aquel entonces, apareció uno de los primeros artículos de Fernández Güell, firmado con el seudónimo «Sansón Carrasco» ―célebre personaje del Don Quijote. El artículo se llamó «Los quijotes de mi tierra» y apareció en el periódico El Tiempo.

Ridiculizaba a varios políticos que estaban en la palestra nacional. El resultado de «aquella irreverencia» fue la demanda penal que sufrieron el joven periodista ―de apenas 17 años de edad― y el director del diario. Un juez hizo encarcelar a Fernández y a su jefe en la prisión de San José. En lugar de amedrentarse, Rogelio Fernández Güell escribió desde la cárcel de San José una serie de artículos con el título de «Elecciones» ―que publicó el diario El Día, de San José―, donde defendía el voto, la libertad de elegir y llamaba al pueblo a participar en las elecciones nacionales, que no fuera apático.

Rogelio Fernández ―de 18 años― en marzo de 1902, publicó un libro que contiene el poema «El dolor supremo» y una égloga necrológica ante la muerte del escritor Manuel Argüello Mora. Tomó la presidencia el político Ascensión Esquivel Ibarra, el 15 de octubre de 1902, Rogelio Fernández se enfrascó en una disputa con el entonces diputado Ricardo Jiménez Oreamuno, acerca de la libertad de prensa y de la pésima presidencia que estaba desarrollando Esquivel.

Decepcionado tras este intercambio de cartas publicadas, Pascual (Fernández) se retira de las páginas del diario “El Derecho”. Se muda a una casa que su padre tiene en el pueblo de Atenas (a 40 km al oeste de San José) para continuar sus estudios de secundaria. Continuó colaborando con el diario, enviando artículos y editoriales.

Su familia estaba siendo perseguida por culpa de la política, y sus dos hermanos son expulsados de la capital ―San José de Costa Rica― y confinados uno a Nicoya y el otro a Golfo Dulce. Por eso Fernández decide marcharse a España. Un último artículo suyo aparecido en El Centinela, lo nombra «Adiós» y dice entre líneas:
”Nunca como ahora, el sentimiento patrio ha despertado en mí con mayor fuerza. Y es que, a medida que se acerca la hora de partir, los afectos me encadenan a la tierra, a la familia, a los amigos, al sepulcro de mis mayores y al teatro de mis luchas. Muy duro es desprenderme de lazos tan estrechos. [...] Al escribir, siempre he tenido ante los ojos la imagen de la Patria. Ella ha inspirado mis frases; ella ha guiado mis pasos y ella, en ocasiones, ha detenido el vuelo de mi pluma.”
Rogelio Fernández Güell

Vida en México y Estados Unidos

Conoció en Barcelona a la que sería su esposa, Rosa Serratocó Soley, con quien se casó el 15 de septiembre de 1906. La familia de la joven no estaba de acuerdo con esa boda. Ese mismo año los recién casados se marcharon a vivir a México. Utilizando sus influencias, consiguió trabajo en el Observatorio Astronómico de la ciudad de México. Siendo nombrado cónsul de México en la ciudad de Baltimore (en Estados Unidos). Se convirtió en un ferviente seguidor del espiritismo. Envió colaboraciones escritas a la revista El Siglo Espírita. Publicó su poema ocultista «La vida eterna»; y luego, «A Felipe Senillosa», un amigo suyo recién fallecido. En 1907 publicó otra composición de corte ocultista titulada «Gritos de angustia», en la que afirma sus creencias en la inmortalidad del alma y en la existencia de un dios único que rige al universo.

Fernández se introdujo cada vez más en el espiritismo y la masonería. En ese año escribió su obra Psiquis sin velo. El Gobierno mexicano le exigió que se nacionalizara mexicano (y perder así su nacionalidad costarricense); pero Fernández Güell se negó, por lo que tuvo que renunciar al consulado y regresar a México. El 20 de noviembre de 1910 comenzó la Revolución mexicana, escribió una crónica sobre estos sucesos históricos. Sentía verdadera admiración por el líder Francisco Madero ―quien se convertiría presidente de ese país―. Rogelio Fernández publicó su ensayo «El moderno Juárez. Estudio sobre la personalidad de don Francisco I. Madero», que primero fue publicado en entregas en el periódico bisemanal El Amigo del Pueblo.

Dictó en la ciudad de México varias conferencias sobre espiritismo y teosofía. Fundó el periódico La Época y la revista filosófica Helios, de la cual fue director en 1912. Publicó por entregas en la misma revista, su novela espiritista Lux et umbra. Otras obras suyas que vieron la luz en aquel tiempo fueron: el poema «A Dios»; el ensayo El espiritismo y la magia en las obras de William Shakespeare, de quien se formó un concepto totalmente distinto a los biógrafos del dramaturgo inglés.

En aquel momento histórico, el presidente Madero nombró a Rogelio Fernández Güell como jefe del Departamento de Publicaciones del Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnología de la ciudad de México. Fue nombrado director de la Biblioteca Nacional de México. Fue el primer y último extranjero que dirigió esa biblioteca.

El 22 de febrero de 1913, el embajador estadounidense Henry Lane Wilson hizo que el ministro de Guerra, Victoriano Huerta hiciera asesinar al presidente Francisco Madero. Rogelio Fernández y su familia huyeron vía marítima hacia Costa Rica. Fernández perdió propiedades en la ciudad de México y perdió para siempre varios poemas inéditos, entre ellos «Los Andes y otros poemas», «María» y «Apocalipsis».

Revolución Mexicana

Rogelio Fernández -como periodista y escritor- fue también testigo de primera línea y vivió una experiencia tanto o más intensa que a él le tocó convivir con el iniciador de la revolución, el llamado “apóstol de la democracia”, Francisco I. Madero. Dos testimonios. Como producto de esa vivencia, Fernández Güell, además de conocer también a Villa, dejó dos textos para la posteridad.

El primer escrito es un breve ensayo que defiende a Madero de sus detractores, quienes lo consideraban incapaz de reemplazar a Díaz; por el contrario, Fernández Güell pasa revista a pasajes de la vida del revolucionario mexicano para concluir que Madero tenía las cualidades suficientes para ser considerado un verdadero estadista, de la talla del presidente indígena Benito Juárez. Este texto lleva justamente el título El moderno Juárez. Estudio sobre la personalidad de Francisco I. Madero.

El segundo texto es mucho más amplio y narra las impresiones de Fernández Güell obtenidas durante los años que pasó al lado de Madero; además, relata el desarrollo de la Revolución Mexicana desde los postreros años del régimen porfirista, incluidas las fiestas por el primer centenario (1910) de la independencia, hasta el asesinato de Madero, ya presidente de México, por los esbirros del traidor general Victoriano Huerta. Su título original es Episodios de la Revolución Mexicana. Ambos escritos fueron luego publicados en 1973 en un solo volumen por la Editorial Costa Rica y con una introducción de Víctor Manuel Arroyo.

Vida matrimonial

Se casó en España con doña Rosa Serratocó Soley y de ese matrimonio nacieron tres hijos: Juan Rogelio, Federico y Luis. Nació su primer hijo, En 1907, todavía cónsul en Baltimore, Estados Unidos, Juan Rogelio. En 1915 nace su segundo hijo Federico, en Costa Rica. Regresa a España durante la Primera Guerra Mundial, donde nace su tercer hijo Luis.

Muerte

Llegó con su familia a San José, donde fue recibido por parientes y amigos ―entre quienes están Federico Pelico Tinoco (quien sería el responsable intelectual de su asesinato en 1918), Máximo Fernández, Isaac Zúñiga Montúfar y otros―. Fue recibido en su casa por su madre en una escena realmente conmovedora. En ese año el presidente de la República era Ricardo Jiménez, que había derrotado a Rafael Iglesias con una mayoría aplastante. Murió asesinado en un pueblecito cerca de la población de Buenos Aires de la ciudad de Puntarenas el 15 de marzo de 1918. Él se opuso abiertamente al gobierno de los hermanos Tinoco (1917-1919).

Obras realizadas

Escribió contra la pena de muerte que se practicaba en Costa Rica, especialmente fomentada por los militares que componían al ejército, y a los que Rogelio Fernández les era tan antipático como su oposición a «matar como castigo». Fue un erudito de muchas facetas lo cual queda demostrado en la diversidad de libros de narraciones, poesías, ensayos y crónicas: Lux et umbra (novela, 1911); Psiquis sin velo (filosofía esotérica, 1912); Tratado de filosofía esotérica (ensayo, 1912); Episodios de la revolución mexicana (ensayo, 1915); La clave del génesis (ensayo, 1915); Plus ultra (ensayo, 1917); Lola (romance de costumbres nacionales, 1918); Poesías (1918); Europa monumental (crónicas de viaje, 1955); Un viaje azul (crónicas viajera, 1961); Verdaguer y su obra (ensayo, s.f.); Los Andes y otros poemas (poesía, s.f.).

Referencia

  1. Datos biográficos de Rogelio Fernández Güell. Disponible en: heredia-costarica.zonalibre.org. Consultado el 23 de febrero de 2017.

Véase también

Fuentes