Rubén Jaramillo Méndez

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Rubén
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Militar mexicano.
NombreRubén Jaramillo Méndez
Nacimiento1900
Estado de México , Bandera de los Estados Unidos Mexicanos México
Fallecimiento23 de mayo de 1962.
Xochicalco, Bandera de los Estados Unidos Mexicanos México
Causa de la muerteasesinato
Nacionalidadmexicana
Ciudadaníamexicana
Partido políticoPartido Revolucionario Intitucional, Partido Comunista
CónyugeEpifania Martínez y Epifania Zuñiga García
HijosEnrique, Ricardo, Filemón

Rubén Jaramillo Méndez. Campesino, militar y guerrillero mexicano.

Sintesís biográfica

Nació en 1900 en Real de Zacualpan, distrito de Sultepec, Estado de México, pero desde niño vivió en Tlaquiltenango. A los 14 años ingresó al Ejército Libertador del Sur y a los 17 fue capitán primero.

Trayectoria

En diciembre de 1918 dejó la lucha zapatista y trabajó en la hacienda de Casasano. A la muerte de Zapata, fue aprehendido y salió de Morelos. Trabajó en ingenios en San Luis Potosí y como obrero petrolero en Tamaulipas. Al triunfo de Obregón, regresó a Tlaquiltenengo para luchar por la tierra en forma pacífica.

En 1921 organizó el Comité Provisional Agrario de Tlaquiltenango que logró la dotación de tierras ofrecida por Obregón y el gobernador José G. Parrés. En 1926 constituyó la Sociedad de Crédito Agrícola de Tlaquiltenango e inició la lucha en contra de los acaparadores e industrializadores de arroz, pero los caciques lograron infiltrar a su gente y desbarataron la sociedad. En 1933, en la convención del Partido Nacional Revolucionario efectuada en Querétaro, Jaramillo apoyó la candidatura de Lázaro Cárdenas y le entregó un escrito en donde le proponía la instalación de un ingenio en Jojutla para liberar a los campesinos de los acaparadores de arroz y volver a sembrar caña, asimismo, le solicitó agua y electricidad para Puente de Ixtla. En 1936, Cárdenas comenzó la construcción del ingenio Emiliano Zapata en Zacatepec, y en 1938 inició su operación administrado por la Sociedad Cooperativa de Ejidatarios, Obreros y Empleados, de cuyo Consejo de Administración Jaramillo fue el primer presidente. El propio Adolfo López Mateos, entonces joven abogado, redactó las bases constitutivas de esa sociedad.

Epifania Ramírez fue su primera esposa y se cuenta que le enseñó a leer y a escribir y lo inició en la religión metodista. Jaramillo contribuyó a construir un templo en Tlaquiltenango y ahí fungía como predicador laico, a la vez que predicaba en pueblos vecinos como Galeana, Jojutla, Los Hornos, Palo Grande, y el Higuerón. Asimismo, ingreso a la logia del Valle de México. Según Valentín López González, su amigo, Jaramillo era un pastor protestante, proclive a tomar la palabra en toda ocasión y con frecuencia en sus discursos citaba la Biblia, la cual cargaba, paradójicamente, al igual que una pistola.

Al nuevo ingenio acudió gente de muchas partes, entre ellos su hermano Porfirio, acompañado de obreros comunistas que iniciaron a Rubén en la lectura de obras de Marx, Gorka y Flores Magón. Bajo su influencia ingresó al Partido Comunista por poco tiempo, ya que eran más fuertes sus creencias religiosas, las que mezcló con lo que le gustó de aquellos pensadores. Por otra parte, fue miembro del primer comité de la Unión de Productores de Caña de la República Mexicana.

Como dirigente campesino estalló una huelga en el ingenio el 9 de abril de 1942, que fue reprimida por el ejército y de la que resultaron despidos, detenciones y persecuciones. Ante la creciente hostilidad de las autoridades y por desavenencias con los gobernadores Elpidio Perdomo y Jesús Castillo López, por tergiversar los propósitos del ingenio y fomentar la corrupción en perjuicio de los campesinos, el 19 de febrero de 1943, Jaramillo volvió a las armas junto con un grupo de excombatientes zapatistas, proclamando en septiembre del mismo año, el Plan de Cerro Prieto (cerro ubicado a dos kilómetros de Tlaquiltenango), basado en el formato y las ideas del Plan de Ayala. El 24 de marzo de ese año, Jaramillo intentó tomar por sorpresa Jojutla, Zacatepec y Tlaquiltenango pero sólo se apoderó durante tres horas de esta última plaza y regresó a los cerros. En 1944, por intervención de Cárdenas, fue amnistiado por el presidente Ávila Camacho, al presentarse ante él, Jaramillo denuncia el cacicazgo y la corrupción y critica la intervención del ejército y el servicio militar obligatorio que considera “leva”. El presidente le ofrece tierras fértiles en el Valle de San Quintín en Baja California, oferta que es rechazada, pero acepta un trabajo en el mercado2 de abril de la Ciudad de México, que desempeña unos meses. A regresar a la legalidad, encuentra que Epifania había muerto temerosa, abandonada a su suerte y sumida en una gran depresión. Pronto encontró otra Epifania, de apellido García, católica, que lo acompañó el resto de su vida hasta morir junto con él.

En 1945, creó el Partido Agrario-Obrero Morelense PAOM, precursor de la lucha feminista y en alianza con el Partido Reivindicador Popular Revolucionario de Enrique Calderón, contendió por la gubernatura de Morelos. Su campaña comprendió 180 poblaciones de Morelos y logró grandes concentraciones en Jojutla, Zacatepec, Talquiltenango, Cuautla, Emiliano Zapata y Tepalcingo. Ofrecía crédito popular, escuelas rurales, becas, desayunos escolares y renovación del ingenio. El triunfo del candidato oficial Ernesto Escobar Muñoz, fue cuestionado por los jaramillistas, por lo que algunos de sus seguidores fueron aprehendidos y torturados.

Perseguido, Jaramillo volvió a la clandestinidad, y apoyó a los campesinos en contra de la aplicación indiscriminada del rifle sanitario, a los jóvenes para que el servicio militar no lo hicieran acuartelados sino en sus municipios, y a los obreros y ejidatarios contra la explotación y los abusos de los ingenios de Zacatepec y Atencingo. En 1948, apoyó la huelga en el ingenio de Zacatepec por aumento salarial y contra la corrupción.

Con el gobierno deMiguel Alemán, se acelera la industrialización y la urbanización de Morelos. El ingenio de Zacatepec alcanza su mayor nivel de producción y la autopista a Cuernavaca estimula el mercado inmobiliario, por lo que surgen grandes fraccionadores como Agustín Legorreta, Donald M. Storner, Ambrosio Sustaeta, Carlos González Palma y los hermanos Estrada, En 1951, reavivó su partido e hizo alianza con el general Miguel Henríquez Guzmán, candidato a la presidencia por la Federación de Partidos del Pueblo Mexicano y fue nuevamente candidato a gobernador. Durante la campaña, Jaramillo logró organizar concentraciones de hasta 20,000 personas en Cuautla y de 15,000 en Cuernavaca, así como de miles en los poblados cercanos a Zacatepec. Así mismo, fomentó la participación de las mujeres en pro de su derecho al voto en elecciones federales.

Además, dos mujeres fueron sus guardaespaldas. El 20 de marzo de 1952 tuvo lugar la elección y resultó vencedor Rodolfo López de Nava del PRI. Los jaramillistas denunciaron fraude electoral y solicitaron el apoyo de Henríquez Guzmán, pero los simpatizantes de ambos fueron reprimidos, algunos torturados y desaparecidos. Jaramillo y su esposa huyeron a ocultarse. Junto con henriquistas dirigidos por Celestino Gasca, Jaramillo participó en la preparación de una revuelta nacional que estallaría el 4 de octubre en los estados de Chihuahua, Michoacán, Sonora, Querétaro, Hidalgo, Veracruz, Oaxaca, Guerrero y Morelos, en donde Jaramillo tomaría Cuernavaca.. Pero la insurrección abortó y los jaramillistas se quedaron plantados.

El 7 de marzo de 1954, al frente de una partida de 30 hombres disfrazados de militares, Jaramillo tomó Ticumán, Morelos; en la acción resultaron muertos los comerciantes Cándido y Diego Ortíz y el regidor Hermelindo Barbei; dejó herido al policía Antonio Castillo, y secuestró a Antonio Cabrera, consejero del ingenio de Zacatepec, saquearon tiendas para abastecerse de comida. El ejército lo persiguió con perros sabuesos y le hizo muchas bajas. En Jojutla exhibieron los cadáveres de dos de sus seguidores para ejemplo de los campesinos. Cerca de Chinameca, emboscan a los soldados y ahí le perdona la vida al capitán José Martínez Sánchez. Después secuestró a Ángel Abundis, inspector del ingenio mencionado, por el que obtuvo un rescate de treinta mil pesos.

Finalmente fue derrotado y regresó a la sierra. Sorpresivamente, un juez dio entrada a una demanda de amparo presentada a favor de Jaramillo por Sadot R. Arósqueta, estudiante de leyes de la UNAM, a petición de unos cañeros sindicalizados de Morelos. El juez requirió su presencia y la prensa aguardó su llegada al juzgado, pero no se presento, siguió en la oscuridad aunque logró notoriedad pública. Se cuenta que el presidente Ruiz Cortines se entrevistó con él en una cantina y después también López Mateos.

Ya como candidato presidencial, López Mateos le ofreció garantías para volver a la legalidad. Pero Jaramillo actualizó su Plan de Cerro Prieto y volvió a preparar una rebelión. El 14 de mayo de 1958, lo entrevistó la prensa y logró publicar sus demandas. Antes de las elecciones lo recibió en su casa López Mateos. El 11 de julio, el nuevo gobernador Norberto López Avelar (de quien se dice aparece como joven soldado guajardista en una foto junto al cadáver de Zapata) le concedió una amnistía a los levantados y se entrevistó con Jaramillo, quien fue nombrado delegado de la Confederación Nacional Campesina CNC.

Los años siguientes, regresó a Tlaquiltenango, intentó nuevamente revivir su partido y trató de democratizar la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos de la CNC; además, logró la destitución del gerente corrupto del ingenio de Zacatepec, apoyó a los comuneros de Ahuatepec y a los ejidatarios de Acapatzingo contra los fraccionadores; luchó por las tierras de los Llanos de Michapa, se solidarizó con las luchas de ferrocarrileros y maestros de 1959-60, apoyó la Revolución Cubana y coordinó acciones con el Movimiento de Liberación Nacional. Además, se cuenta que ya era compadre de Cárdenas, quien le había presentado al joven Fidel Castro y que había afiliado al Partido Comunista a más seiscientos campesinos de la región para fortalecer su base. Llegó a la conclusión que en Morelos la lucha campesina ya no era contra los hacendados sino contra los fraccionadores, políticos, y burócratas y generales enriquecidos.

El 5 de febrero de 1962, ante la negativa de las autoridades agrarias de atender sus peticiones de dotación de tierras, grupos de campesinos organizados como centro de población “Otilio Montaño”, encabezados por Jaramillo, se apoderaron de los terrenos de “El Guarín”. Durante un mes sobrevivieron como una organización comunal hasta que fueron desalojados por el ejército y la policía judicial. Se cuenta que en esos terrenos tenía intereses el expresidente Alemán. Jaramillo no abandonó la lucha e intentó entrevistarse con el presidente López Mateos para que esas tierras fueran adjudicadas a los campesinos que las demandaban. Pero perdió el contacto con el presidente y en la prensa se difundieron rumores de que Jaramillo volvería a levantarse en armas.

Su casa fue violentada y saqueada, por lo que el21 de mayo denunció los hechos a la Procuraduría General de la República y responsabilizó de los mismos al gobernador López Avelar.

Secuestro y asesinato

El 23 de mayo siguiente, Rubén Jaramillo, su esposa Epifania Zúñiga García y sus hijos Enrique, Ricardo y Filemón, fueron secuestrados por soldados vestidos de civiles al mando del capitán José Martínez Sánchez, hombre moreno cuya mejilla cruza una cicatriz, guiados por el exjaramillista Heriberto Espinosa, alias “el pintor”, y trasladados en vehículos militares a las inmediaciones de las ruinas de Xochicalco, en donde horas después fueron ultimados con armas reglamentarias del Ejército Mexicano. La operación fue presenciada por los vecinos y Rosa García, anciana madre de Epifania.

Post mortem

Los cadáveres fueron llevados a Tetecala. Después de haber recibido el culto de funeral en el templo metodista, con la asistencia de miles de campesinos, la familia Jaramillo fue sepultada en el panteón de Tlaquiltenango, acordonado por soldados, a las seis de la tarde del 25 de mayo.

La sospecha ensombreció la imagen de Adolfo López Mateos, a pesar de que se dijo que el presidente había recibido con gran disgusto la noticia del múltiple asesinato. Sin embargo, ninguna autoridad pudo articular una versión creíble de lo sucedido, aunque existían testigos del secuestro que podían identificar a los responsables materiales; tampoco se emprendieron investigaciones ni se realizaron aprehensiones. Pocos meses después, el 9 de septiembre siguiente, el capitán José Martínez y el matón Heriberto Espinosa fueron ejecutados en el estado de Guerrero, sin que tampoco se investigara a los posibles culpables.

Fuentes