Hilario

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Hilario
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Papa de la Iglesia católica
19 de noviembre del 461 - 29 de febrero del 468
SAN HILARIO DE ARLÉS.jpg
PredecesorLeón I
SucesorSimplicio
Información personal
Nombre religiosoHilarius
NacimientoDesconocida
Cerdeña, Bandera de Imperio Romano Imperio Romano
Fallecimiento29 de febrero del 468
Bandera de Imperio Romano Imperio Romano

San Hilario o Hilario (en latín: Hilarius). Obispo de Roma entre el 19 de noviembre del 461 y el 29 de febrero del 468. Nacido en Cerdeña, Imperio Romano, fue elegido para el cargo de vicario de Cristo en los tiempos finales del Imperio, durante su mandato se encargo de unificar los Iglesias que se encontraban bajo el Imperio con el objetivo, de que una vez disueto este, la Iglesia Católica no se fragmentaran.

Datos biográficos

Hilario era hijo de Crispinus y había nacido en Cerdeña, Imperio Romano. Ocupaba el cargo de archidiácono cuando fue elegido: se pretendía que fuese el más fiel continuador de san León. Se trata del mismo legado que informara a este último del «latrocinio» de Efeso. En aquella ocasión corrió grave peligro y salvó la vida refugiándose en la Casa de San Juan el Evangelista, lo que explica que después dedicara a este santo una de las capillas en el baptisterio de Letrán. Hombre de gran carácter y energía, se le atribuye una importante decretal que, sintetizando la doctrina de Nicea, Efeso (431), Calcedonia y el Tomus Leonis, fijaba definitivamente las expresiones que debían utilizarse para definir la doble naturaleza en una sola persona de Jesucristo.

Desde el año 456 un bárbaro, hijo de suevo y nieto por su madre del rey de los visigodos, Walia (415-418), convertido en magister militum, ejercía el poder, deshaciendo y creando emperadores: se trata de Ricimero, que, como sus antecesores, era arriano. Lograría incluso que uno de sus títeres autorizara la existencia de una Iglesia arriana en Roma. Hilario se enfrentó con ese emperador, Antemio (467-472), y le hizo jurar que nunca, bajo ninguna circunstancia, consentiría que dicha Iglesia dispusiera de templos y lugares de asentamiento en la ciudad.

Con la dictadura militar de Ricimero (t 472), el Imperio se fragmentaba: España, las Galias y Dalmacia, aunque siguieran invocando la legalidad de su soberanía, estaban separadas. África, Germania, Britannia, se habían perdido. Era, por tanto, urgente para el papa afirmar la cohesión de estas Iglesias con la de Roma, por encima de circunstancias políticas. San Hilario apoyó a Leoncio de Arles para que siguiera ejerciendo la primacía sobre las Galias, aunque el interesado respondió mal. El 19 de noviembre del 465 reunió un sínodo en Roma, el primero del que se conservan actas, a fin de ordenar el esquema jerárquico de la Iglesia. En él se trataron una denuncia contra Silvano de Calahorra, que consagraba irregularmente obispos impuestos por los notables de la región, y una demanda de los de la provincia Tarraconense para que se permitiese a Nundinario, que ya era obispo, pasar a la sede de Barcelona. El papa resolvió ambos asuntos y, afirmando su autoridad, designó al subdiácono Trajano para que vigilara el cumplimiento de los decretos; se insistía en la negativa a que los obispos pudieran «recomendar» un sucesor.

Fuente