Sanidad vegetal

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Sanidad Vegetal
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Concepto:Lucha contra plagas y enfermedades en la agricultura

Sanidad Vegetal. La lucha contra plagas y enfermedades en la agricultura urbana, se realizará mediante el manejo del sistema de producción, donde se unen, de forma armónica y balanceada, todos los elementos que inciden sobre las plantas. Sustrato, plantas cultivadas, resto de la vegetación, tecnología de cultivo, clima, plagas y enemigos naturales. Entre los medios y medidas que se deben utilizar en el manejo integrado de plagas, se hace énfasis en los no contaminantes del medio ambiente. Los plaguicidas químicos se utilizarán en casos extremos, autorizados por especialistas en sanidad vegetal.

Medidas generales de manejo de plagas

  1. Colocar puntos de desinfección de pies y manos en la entrada de las áreas de producción, en especial, en organopónicos y cultivos semiprotegidos.
  2. Las áreas de cultivo y sus alrededores deben estar libres de plantas indeseables (malezas), las que constituyen focos de insectos dañinos y enfermedades.
  3. Mantener un chequeo sistemático de la infestación por nemátodos y aplicar las medidas recomendadas.
  4. Se limitará la entrada de personal ajeno, no autorizado, a las áreas de producción.
  5. Garantizar que las semillas sean de alta calidad, validadas por una certificación.
  6. Se utilizarán posturas completamente sanas, producidas en la unidad o en áreas especializadas.
  7. Planificar la siembra según el calendario óptimo, teniendo en cuenta el programa de rotación de cultivos y evitar la colindancia con especies y variedades afines.
  8. Mantener un adecuado sistema de drenaje, para evitar los encharcamientos y el exceso de humedad.
  9. Eliminar, con rapidez, los residuos de cosecha, una vez concluida ésta.
  10. Se prohíbe fumar y manipular las plantas sin previo lavado de manos, fundamentalmente de tomate, pimiento, ají y otras susceptibles al ataque de virus del mosaico de tabaco (TMV).

Medidas para el manejo de plagas en semilleros

  1. Seleccionar el área que tenga las condiciones óptimas de calidad del suelo y drenaje.
  2. Aplicar medidas de desinfección del sustrato, antes de cada siembra, con Trichoderma viride o T. harzianum, a razón de 10 a 20 g/L de agua (de 4 a 8 kg/ha), o en polvo, en dosis de 1 g/m2, 48 horas antes de la siembra. Solarización e inversión del suelo o sustrato.
  3. El semillero debe estar alejado o protegido de la influencia de cultivos colindantes, mediante barreras naturales o plantas-trampa y repelentes y, preferiblemente, protegidas con tapado y malla.
  4. Realizar selección negativa de plantas y focos enfermos, y dejar un área limpia de 10 cm desde el borde de las enfermas.
  5. Las plantas enfermas se sacarán del área del semillero y serán destruidas.
  6. Eliminar todas las posturas pasadas de tiempo y los restos de posturas que nos se van a utilizar en el trasplante.
  7. Realizar una adecuada desinfección de semillas con Trichoderma harzianum o Trichoderma viride, en forma líquida, a 10 % (100 mL/L) volumen-volumen, o en suspensión 20 g/L, en polvo, por inmersión durante 10 min. Se seca la semilla al aire y se puede almacenar hasta 30 días antes de la siembra.
  8. Conocer el porcentaje de germinación de la semilla, para aplicar la cantidad adecuada por área y evitar el exceso de plantas.
  9. Almacenar la semilla en lugares frescos y secos, preferiblemente a temperatura de 20 ± 2 º C. #Utilizar semillas certificadas, libres de patógenos que ellas transmiten.

Rotación de cultivos y colindancia

Una adecuada rotación o alternancia de cultivos, así como el estricto cuidado de la colindancia, son medidas muy eficaces para disminuir los daños y pérdidas por el ataque de plagas y enfermedades. Para que cumplan su objetivo, es necesario tener en cuenta los siguientes elementos básicos: . Es necesario conocer cuáles plagas y enfermedades atacan a los cultivos q.ue se van a rotar. Conocer las plagas y enfermedades más importantes del organopónico o huerto intensivo, para determinar el programa de rotación. Un esquema de rotación puede ser muy efectivo para reducir el ataque de una plaga o e.nfermedad, pero es capaz de incrementar la presencia de otras. Sembrar en la época del año más adecuada para cada cultivo. De esta forma, se pueden obtener, unidos a los efectos de rotación, los beneficios d.el período óptimo de desarrollo.

Es fundamental conocer la demanda de nutrientes de todas las especies y su efecto sobre el estado físico del sustrato, para evitar los problemas de nutrición y degradación por mal manejo, que influyen en la salud de los c.ultivos. Una rotación adecuada es la que combina cultivos muy susceptibles a las plagas o enfermedades que hay que controlar, con otros medianamente resistentes y resistentes, teniendo en cuenta los 4 elementos básicos enumerados anteriormente. En el momento de planificar los cultivos que se van a sembrar en cada cantero, se debe tener en cuenta que se distribuyan de tal forma que no queden muy cerca de especies que son atacadas por las mismas plagas y enfermedades, o una misma especie con distintas fechas de plantación. La rotación o alternancia de cultivos, incluyendo a la colindancia, como uno de sus componentes básicos, debe ser una preocupación permanente de cada productor, tanto a la hora de planificar las siembras de la campaña o año, como al momento de la plantación, ya que es la base de todo el programa de manejo integrado de plagas y enfermedades (MIP).

Control cultural

Es el uso de prácticas agronómicas rutinarias para crear un agroecosistema menos favorable al desarrollo y sobrevivencia de las plagas o para hacer al cultivo menos susceptible a su ataque.

Control químico

Los productos químicos serán utilizados sólo en casos extremos, cuando las poblaciones de plagas alcancen densidades para las cuales los biopreparados no son efectivos, o en aquellos casos de plagas muy especiales y que no haya aún algún biopreparado para su control. Las aplicaciones de medios químicos con alta toxicidad serán únicamente autorizados y supervisados por un especialista en sanidad vegetal del territorio.

Manejo de nemátodos

Se conoce la existencia de un alto número de nemátodos en los organopónicos y huertos, pero sólo los formadores de agallas, en especial Meloidogyne incongnita K.W. Chitwood, son los de mayor importancia económica, tanto por las pérdidas que producen como por lo difícil de su control. Las medidas fundamentales que se deben aplicar para su control son: . El sustrato, suelo y materia orgánica que se vaya a utilizar para el llenado de los canteros del organopónico debe estar libre de nemátodos de las agallas. Para ello se evalúa, por medio de plantas indicadoras, la presencia o no del nemátodo. Si es positiva, se desecha el sustrato y se escoge otro, libre de p.lagas.

En el caso de los huertos, se aplica la misma técnica y se toma una decisión, de acuerdo con el grado de infestación del suelo. Si presenta un grado superior a 1, se decidirá si se monta el huerto o se aplica un conjunto de medidas, que se verán más adelante, antes de comenzar la siembra, las cuales son válidas también para el caso que tenga grado inferior a 2. La evaluación de la infestación de nemátodos de las agallas con plantas indicadoras: calabaza (Cucurbita pepo) y pepino (Cucumis sativus L.) se realiza mediante la siembra de estos cultivos en muestras, recogidas al azar, de los canteros y de las fuentes de materia orgánica y suelos que se utilicen en las mezclas en macetas, bolsas u otro recipiente. A los 35 ó 40 días, se extrae el sistema radicular y se determina, por análisis visual, el grado de infestación, de acuerdo con una escala de 6 grados.

Inversión del prisma del sustrato o suelo

En aquellos casos donde la infestación de nemátodos sea en extremo alta, se puede tomar una medida drástica que consiste en: dejar 2 veces, como mínimo, durante 15 días, el suelo o sustrato invertido, expuesto al sol, de manera que la acción del intemperismo colabore en la eliminación de los nemátodos. Esta medida, de mayor aplicación en los huertos intensivos y populares, aumenta su efectividad cuando se elimina el riego en los meses más calurosos del año. Se debe combinar con la rotación de cultivos, la extracción de las raíces infestadas del suelo y aplicaciones de materia orgánica.

Solarización del suelo o sustrato

Consiste en cubrir el sustrato con una manta de polietileno transparente, previamente humedecido a su mayor capacidad de campo, por períodos de 4 s, en los meses de mayor intensidad solar. Los nemátodos y otras plagas mueren con el efecto de la pasteurización a temperaturas medias y altas.

Control biológico

Se puede emplear el hongo Paecilomyces lilacius, en dosis de 50 a 100 g/m2 con título de 109 conidios/mL, después e utilizar los medios anteriores y cuando las poblaciones del nematodo se hayan reducido a grado 1. Se debe aplicar cada 6 m y mantener el sustrato con alto contenido de materia orgánica y buena humedad.

Siembra de variedades resistentes

El uso de variedades resistentes y tolerantes es la medida más efectiva para evitar las pérdidas por el ataque de nemátodos de las agallas, aunque no se cuenta con variedades resistentes de todos los cultivos que se necesitan sembrar.

Fuentes