Sankin kotai

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Sankin kotai
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Concepto:Edicto de Tokugawa que obligaba a los daimyō a mantener una residencia en Edo, en la cual permanecerían en estancias alternas entre su feudo y la ciudad del bakufu.

Sankin kotai (en japonés "servicio alternado") fue una política gubernamental durante la Dinastía Tokugawa, en el cual los shogunes trataban de controlar a los daimyō de las provincias obligándolos a residir periódicamente por un año en su respectivo han y al año siguiente la ciudad de Edo, capital del shogunato.

El edicto del bakufu Tokugawa

A partir del período Edo, existió un motivo político por el cual se creaban a lo largo y ancho de Japón columnas de samuráis que cubrían la distancia entre su feudo y la ciudad de Edo. Este fenómeno se denominaba sankin kōtai, un edicto que promulgó el bakufu Tokugawa en 1635 para los tozama daimyō (señores feudales alejados de Edo), y en 1642 para los fudai daimyō (señores feudales cercanos a Edo) – shin-pan daimyō (señores feudales familiares de los Tokugawa/Matsudaira).

Residencias obligatorias en Edo

Este decreto obligaba a los daimyō a mantener una residencia en Edo, en la cual permanecerían en estancias alternas entre su feudo y la ciudad del bakufu. Las razones principales del gobierno para imponer este decreto eran:

  • mantener un control sobre los daimyō
  • disponer de un gran contingente de samuráis en Edo
  • generar para los grandes señores un alto gasto que mermara sus arcas con los grandes costes de los traslados y de la doble residencia, y por tanto minimizara su amenaza.
  • impedír que incurrieran en gastos bélicos (construcción de castillos o fabricación de armas) que implicara una rebelión contra el shōgun.

Efectos colaterales

A pesar de ello, los efectos colaterales del sankin kōtai sobrepasaron las expectativas del gobierno, favoreciendo la creación de caminos y vías, así como estimulando la economía de los pueblos de paso, posadas y paradas en el camino. A modo de ejemplo, cada vez que la familia Yamauchi de Tosa se trasladaba a su residencia de Edo, movilizaba entre 1500 y 3000 vasallos, de los cuales, más de la mitad eran samurái.

En el trayecto hacia Edo muchos guerreros aprovechaban para observar las características de la vestimenta, la tipología y la decoración de los sables de las diferentes áreas por las que pasaban. Ya una vez en Edo, pese a que cada residencia era como un pequeño feudo del que era difícil escabullirse, aprovechaban las ocasiones de que disponían para comparar tanto sus conocimientos culturales, como habilidades marciales y vestimentas/complementos, con los samuráis llegados de otras partes del país, contribuyendo a una suerte de globalización de los feudos de Japón entorno a Edo.

Viajes con todo tipo de fines

Los samuráis estaban muy acostumbrados a realizar viajes con todo tipo de fines: religiosos, de ocio, marciales, culturales y por obligaciones políticas. Si bien la mayor aspiración de un samurái era la vida sedentaria en un castillo o residencia sirviendo a su señor, no dejaban de ser personas acostumbradas a una vida errante cubriendo grandes distancias a pie o caballo.

Abolido en 1862

Ante el creciente descontento con las políticas shogunales, el sistema sankin kotai fue virtualmente abolido en 1862. Un intento de restablecerlo en 1865 fracasó, y el shogunato fue derrocado poco tiempo después.


Fuentes