Diferencia entre revisiones de «Satan se divierte (pelicula)»

(Página creada con «{{Ficha Película |nombre = Satan se divierte (Película) |nombre completo = Satan se divierte |título original = Satan se divierte |imagen = Sat_n_se_divierte_Satan_s_se…»)
(Etiqueta: nuestro-nuestra)
 
(Etiqueta: nuestro-nuestra)
 
Línea 20: Línea 20:
 
}}
 
}}
 
<div align="justify">
 
<div align="justify">
''' Satn se divierte '''. [[Película]] del año  [[1907]] de producción  [[Española]]/ [[España|Española]]   
+
''' Satan se divierte '''. [[Película]] del año  [[1907]] de producción  [[Española]]/ [[España|Española]]   
 
== Espacio ==
 
== Espacio ==
 
La película transcurre en Francia  
 
La película transcurre en Francia  

última versión al 13:50 11 oct 2019

Satan se divierte (Película)
Información sobre la plantilla
Fantastico | Bandera de España España
Sat n se divierte Satan s se divierte C-305696884-mmed.jpg
NombreSatan se divierte
Estreno1907
DirectorSegundo de Chomón
Producción GeneralPathé Frères
Dirección de Fotografía(B&W).
PaisBandera de España España

Satan se divierte . Película del año 1907 de producción Española/ Española

Espacio

La película transcurre en Francia

Sinopsis

En el infierno, Satanás, representado como un esqueleto con cuernos y vestido con una capa, se entretiene realizando una serie de trucos de ilusionismo.

Reparto

• Segundo de Chomón • Julienne Mathieu

Críticas

Sin visionarios la civilización no avanza, y hasta en el arte, según en qué expresiones del mismo, siempre existió una ingeniería que clamaba por el progreso, y dentro de ella, genios como el que trataremos aquí, cuya mentalidad trabajaba a cien años por delante de la de sus contemporáneos. En estos tiempos donde el cine es ya un producto sobreproducido y la infografía ha acabado sitiando casi toda su naturaleza, es hora de que volvamos la vista atrás por un momento, no sólo para recrearnos en lo rudimentario e igualmente mágico, sino en los destellos futuristas que algunas de las técnicas primas del séptimo arte lucían sobre el blanco y el negro, o sobre aquellas primeras películas coloreadas a pulso, no a píxel. Esa mirada al pasado nos hace atravesar más de un siglo, en los albores del cine, hasta recaer sobre la figura de un español llamado Segundo de Chomón (Teruel, 1871 - París, 1929), uno de los primeros directores de cine mudo y virtuoso técnico de trucajes (los hoy llamados Efectos Especiales), prácticas en las que innovó tanto este cineasta que hoy en día resulta sobrecogedor verlas en movimiento a través de tan vetusto formato. Mientras sus coetáneos estrenaban maravillados ese novedoso invento del cinematógrafo filmando a la gente andando por la calle, él introducía hadas en botellas con la técnica de la doble exposición y la sobreimpresión, o conseguía dar vida a objetos inanimados creando la técnica del ‘paso de manivela’, hoy conocido como stop-motion. Algunas de esas prácticas del cine supuestamente ya existían, pero ésas que no creó, él las exploró, mejoró y explotó hasta hacerlas casi suyas, gracias a su buen uso de ellas por su creatividad al buscar situaciones para emprenderlas con el máximo sentido y efectividad, y por ese perfeccionismo y perseverancia para ejecutarlas, empleando meses de trabajo para filmar una escena de pocos segundos. Y ahí está el porqué del peso en oro que tiene cada fotograma de cualquier creación suya, bien sea como director o colaborando como técnico de efectos. Un maravilloso ejemplo es Satán se Divierte (Satan s'amuse, 1907), una producción franco-española dirigida por él que no dejaba de ser un número teatral de 9 minutos donde se van sucediendo trucos de magia e ilusionismo anclados a un único escenario y filmados con una sola cámara fija, pero es todo un espectáculo para disfrutar y entender hasta qué punto dominaba este señor esas artes casi herméticas por entonces, que parecerían pura brujería para muchos de los que se toparon con tal performance en aquellos años. En el filme, el mago y maestro de ceremonias es el mismísimo Satán (interpretado por Chomón), que aparece con negra capa y el hoy ya manido disfraz de esqueleto que en las noches de Halloween podemos ver atestando las calles mientras bostezamos, pero que en este arcaico rollo recupera ante nuestros ojos de hoy su poder aterrador, al tomar relieve esa osamenta y rezar como real en medio de ese entorno oscuro, difuso, de ritmo tembloroso y camballadas de montaje. Victoriosa la mentira al mimetizarse en el escenario idóneo. Es hipnótico ver cada acción que logra el Maligno en su macabra función, donde a la orden de Sus ademanes, objetos y personas aparecen, desaparecen, levitan, arden… También es de aplauso el tan elegante trato que le da a la pirotecnia para potenciar el efectismo de esos conjuros y para recrear su infierno animado (Chomón fue el que introdujo el escenario interior en el cine). Continuando en la aglomeración de tantos efectos en tan corto metraje, el también creador del travelling (dicho sea de paso) desarrollaba aquí la técnica de la marcha atrás, facilitando con ella que nuestro Lucifer de Teruel se autoemparedara con bloques caídos del cielo, formando un muro que luego servía de pantalla para proyectar una película dentro de otra película, un sueño dentro de otro sueño. Cualquier objeto era válido para exponer tales hologramas, por así llamarlo, y eso se da varias veces en esta obra. Por último y no menos importante, pues es su rostro mismo, sumado a los mecanismos ya citados está presente de forma continua el coloreado de fotogramas, hecho a mano sobre un celuloide especial que él diseñó y comercializó, ganando esta cinta (y muchas) una vivacidad que redimensionaba todo lo expuesto a una escala fabulosa, cobrando vida eterna el fuego de la antorcha que blande firme el esqueleto cornudo y el oro de los pebeteros que enciende la misma, reforzando así el poder de una estética perversa y sublime, y el gesticulante ardor teatral de su actor principal y director. En un punto remoto en el pasado ocurrieron cosas maravillosas que fueron inmortalizadas para siempre, para que los cinéfilos desenterrásemos una y otra vez los días en los que el Diablo le procuró las llaves del futuro a Segundo de Chomón, uno de los primeros arquitectos de sueños del celuloide. Entren al teatro de las fantasmagorías, el antro donde Satán se divierte.

Fuente