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==Destacada labor como cuadro dirigente en Pinar del Río==
 
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El triunfo revolucionario del [[1ro de enero]] de [[1959]] fue el momento oportuno para que se expandiera plenamente las capacidades del joven pero ya maduro maestro y revolucionario. Con 34 años de edad y una sólida formación se entrega plenamente a las labores organizativas y directivas de la nueva educación. Entre [[1959]] y [[1976]] desempeñó funciones vitales que consolidaron su peculiar estilo de dirección y su maestría pedagógica: formó y educó a los inexpertos soldados y milicianos que desempeñarían labores de dirección en diversos frentes; participó en la [[Campaña de Alfabetización]] como miembro del Consejo Provincial en [[Pinar del Río]]; fue subdirector de la Escuela de Instrucción Revolucionaria “[[Marina Azcuy]]”; en [[1962]] es elegido Secretario General del Sindicato Provincial de los trabajadores de la Enseñanza y la Ciencia, en un momento decisivo en la formación política de la joven generación de maestros que formaba la revolución y en la toma de conciencia de aquellos que no abandonaron la patria; en esta tarea permaneció hasta [[1966]] cuando pasa a desempeñarse como Asesor Técnico de Educación de Adultos en la Regional [[Pinar del Río]], poco tiempo después como Subdirector y Director del propio nivel. En estas decisivas tareas, compartió con figuras legendarias del magisterio cubano, con los cuales entabló una firme y duradera amistad, tales fueron los casos de [[Gaspar Jorge García Galló]] y [[Raúl Ferrer]] que a la sazón desempeñaban labores de dirección nacional en la esfera señalada. La llegada de la década de los 70 fue crucial en la consolidación de este maestro y destacado pedagogo. La educación superior comenzaba a invadir todo el país, estaba muy ligada ahora a la gran tarea de choque de aquel momento: la materialización del [Destacamento Pedagógico “Manuel Ascunce Doménech. ” [[Fidel]] había lanzado la idea y el reto en el II Congreso de la [[UJC]] en abril de [[1972]], como solución a la necesidad de profesores de nivel medio que enfrentaron la docencia en el gigantesco proyecto de la Escuela en el Campo.
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El triunfo revolucionario del [[1ro de enero]] de [[1959]] fue el momento oportuno para que se expandiera plenamente las capacidades del joven pero ya maduro maestro y revolucionario. Con 34 años de edad y una sólida formación se entrega plenamente a las labores organizativas y directivas de la nueva educación. Entre [[1959]] y [[1976]] desempeñó funciones vitales que consolidaron su peculiar estilo de dirección y su maestría pedagógica: formó y educó a los inexpertos soldados y milicianos que desempeñarían labores de dirección en diversos frentes; participó en la [[Campaña de Alfabetización]] como miembro del Consejo Provincial en [[Pinar del Río]]; fue subdirector de la Escuela de Instrucción Revolucionaria “[[Marina Azcuy]]”; en [[1962]] es elegido Secretario General del Sindicato Provincial de los trabajadores de la Enseñanza y la Ciencia, en un momento decisivo en la formación política de la joven generación de maestros que formaba la revolución y en la toma de conciencia de aquellos que no abandonaron la patria; en esta tarea permaneció hasta [[1966]] cuando pasa a desempeñarse como Asesor Técnico de Educación de Adultos en la Regional [[Pinar del Río]], poco tiempo después como Subdirector y Director del propio nivel. En estas decisivas tareas, compartió con figuras legendarias del magisterio cubano, con los cuales entabló una firme y duradera amistad, tales fueron los casos de [[Gaspar Jorge García Galló]] y [[Raúl Ferrer]] que a la sazón desempeñaban labores de dirección nacional en la esfera señalada. La llegada de la década de los 70 fue crucial en la consolidación de este maestro y destacado pedagogo. La educación superior comenzaba a invadir todo el país, estaba muy ligada ahora a la gran tarea de choque de aquel momento: la materialización del Destacamento Pedagógico “Manuel Ascunce Doménech. ” [[Fidel]] había lanzado la idea y el reto en el II Congreso de la [[UJC]] en abril de [[1972]], como solución a la necesidad de profesores de nivel medio que enfrentaron la docencia en el gigantesco proyecto de la Escuela en el Campo.
  
 
==La Pedagogía, razón máxima de su entrega profesional==
 
==La Pedagogía, razón máxima de su entrega profesional==

Revisión del 12:21 23 oct 2012

Sergio Llinás Quintáns
Información sobre la plantilla
Llinas.jpg
Pedagogo cubano
NombreSergio Llinás Quintáns
Nacimiento30 de agosto de 1925
Pinar del Río, Pinar del Río, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento19 de febrero de 1997
Pinar del Río
NacionalidadCubana
Otros nombresLlinás
CiudadaníaCubana
OcupaciónMaestro

Sergio Llinás Quintáns. Es de aquellos maestros en los que se puede aplicar el calificativo martiano de “sembrador de hombres”; dejó huellas profundas en las generaciones de maestros y profesores que educó; sobre todo, inculcó modos de actuación, actitudes ante lo novedoso de la ciencia pedagógica, ante la vital tarea de dirección del proceso de enseñanza-aprendizaje que atañe al maestro, ante la apropiación de modernas técnicas y métodos que estimulen el protagonismo del estudiante. Toda su parsimonia pedagógica constituyó un modelo para quienes tuvieron el honroso privilegio de ser sus discípulos y compañeros de labor.

Formación del maestro revolucionario

Entre 1940 y 1944 cursó estudios en la Escuela Normal, su desempeño fue brillante. Se destacó sobre manera por su intensa actividad socio-política y en las tareas del centro. Estaba en plena gestación el maestro revolucionario, de pensamiento divergente, crítico y de ideales avanzados. Su participación como directivo de la Federación Estudiantil Normalista le permitió abrazar conceptos de gran justeza y arraigo popular, a tono con un período donde los supuestos libertadores constitucionales daban cobertura a estas manifestaciones.

A la par desarrolla una notable actividad deportiva y cultural. Se gradúa en 1944 entre los más destacados de esa promoción. Desde entonces transitó por varias escuelas rurales de barrios colindantes a la ciudad pinareña, enfrentó los males característicos de aquella escuela: el multígrado, la carencia de recursos materiales, las difíciles condiciones físicas de las escuelas y del traslado hacia zonas montañosas apartadas.

De ese período, no olvidó jamás su escuelita del barrio del Guayabo, la miseria de aquellos niños y el amor con que aprendían, todo lo cual le hizo esforzarse mucho más por ayudarlos. Después de aproximadamente dos años y medio de graduado logra uno de sus sueños anhelados, matricular en la Facultad de Pedagogía de la Universidad de la Habana.

Con gran sacrificio estudia por la modalidad dirigida la carrera, trasladándose los fines de semana a la capital, alternando su trabajo en la escuela primaria rural. Poco tiempo después unos familiares lo acogen en aquella ciudad y se presenta a oposiciones obteniendo la plaza de maestro en la escuela urbana No 6 del Distrito Escolar de Guanabacoa.

Durante estos años finales de los 40 y primeros de los 50, en plena juventud, está inmerso activamente en las principales problemáticas sociales y políticas de su patria, forma parte de la generación rebelde que se gesta en la Universidad y a la par se destaca por sus notables adelantos en lo más avanzado del pensamiento pedagógico y psicológico del período. Tal es así, que en 1950, es seleccionado y participa en un Simposio Internacional de Medios Audiovisuales de Enseñanza de la Unión Panamericana en la ciudad de Washington, Estados Unidos. En 1952 obtiene el título de Doctor en Pedagogía, de hecho es uno de los poquísimos que lo logra en nuestra provincia en ese momento; se traslada a Pinar del Río, convirtiéndose en un activista notable del Colegio de Maestros de esta ciudad, expresando sus agudas ideas por medio de su órgano oficial la Revista “Proa”. En 1954 participa de forma protagónica, como parte de la junta directiva de la “Cruzada Alfabetizadota” promovida por el ministro de educación del batistato, la cual resultó una burla a los maestros de entonces y a todo el pueblo ávido de aprendizaje. Su recta actitud y firme moral lo identificaban ya como un educador revolucionario; ello, más su profunda preparación lo llevó a ser seleccionado, de nuevo, para representar a Cuba, ahora en el Evento Internacional sobre Técnicas Curriculares celebrado en la Florida Estados Unidos, en 1955.

En los años finales de los 50 realizó múltiples actividades, vinculadas a la lucha clandestina revolucionaria que lo hacían frecuentar la ciudad de La Habana y otros territorios en tales funciones. En estos años une su vida a quien sería su fiel y abnegada esposa, Julieta Carrillo, con la que conformó una ejemplar familia de donde provinieron sus dos hijos Sergio y Carlos Llinás Carrillo.

Destacada labor como cuadro dirigente en Pinar del Río

El triunfo revolucionario del 1ro de enero de 1959 fue el momento oportuno para que se expandiera plenamente las capacidades del joven pero ya maduro maestro y revolucionario. Con 34 años de edad y una sólida formación se entrega plenamente a las labores organizativas y directivas de la nueva educación. Entre 1959 y 1976 desempeñó funciones vitales que consolidaron su peculiar estilo de dirección y su maestría pedagógica: formó y educó a los inexpertos soldados y milicianos que desempeñarían labores de dirección en diversos frentes; participó en la Campaña de Alfabetización como miembro del Consejo Provincial en Pinar del Río; fue subdirector de la Escuela de Instrucción Revolucionaria “Marina Azcuy”; en 1962 es elegido Secretario General del Sindicato Provincial de los trabajadores de la Enseñanza y la Ciencia, en un momento decisivo en la formación política de la joven generación de maestros que formaba la revolución y en la toma de conciencia de aquellos que no abandonaron la patria; en esta tarea permaneció hasta 1966 cuando pasa a desempeñarse como Asesor Técnico de Educación de Adultos en la Regional Pinar del Río, poco tiempo después como Subdirector y Director del propio nivel. En estas decisivas tareas, compartió con figuras legendarias del magisterio cubano, con los cuales entabló una firme y duradera amistad, tales fueron los casos de Gaspar Jorge García Galló y Raúl Ferrer que a la sazón desempeñaban labores de dirección nacional en la esfera señalada. La llegada de la década de los 70 fue crucial en la consolidación de este maestro y destacado pedagogo. La educación superior comenzaba a invadir todo el país, estaba muy ligada ahora a la gran tarea de choque de aquel momento: la materialización del Destacamento Pedagógico “Manuel Ascunce Doménech. ” Fidel había lanzado la idea y el reto en el II Congreso de la UJC en abril de 1972, como solución a la necesidad de profesores de nivel medio que enfrentaron la docencia en el gigantesco proyecto de la Escuela en el Campo.

La Pedagogía, razón máxima de su entrega profesional

El impulso que tomó la educación superior en Pinar del Río a partir de los años 70 fue significativo, a ello aportó mucho este abnegado educador, sobre todo al fundarse la Sede Universitaria en 1976, a la cual estaba asignada la atención de la Filial Pedagógica “Rafael María de Mendive” del municipio Sandino. Ambas instituciones fueron el germen de dos grandes centros: la primera, de la Universidad “Hermanos Saíz”, y la segunda del Instituto Superior Pedagógico “Rafael María de Mendive”; en este último se desempeñó Llinás. Tuvo la tarea de organizar la enseñanza de la disciplina pedagogía, aglutinando a su alrededor un valioso grupo de profesores donde se combinaba la experiencia y la juventud.

Aquel colectivo irradió la enseñanza de la Pedagogía, impulsado por su guía y principal promotor Sergio Llinás Quintáns; fundó y desarrolló plenamente el departamento de Pedagogía, organizó la superación y preparación de los cuadros científico-pedagógicos de este centro y de la educación en la provincia; fue promotor de intercambios con universidades pedagógicas de otros países, fundamentalmente de la antigua Unión Soviética y España; estuvo al tanto e introdujo en la preparación de sus discípulos los aspectos más novedosos de esta ciencia en el mundo, adelantó conceptos, teorías y principios mediante diversos cursos de postgrado que impartía en el instituto y fuera de este. Su basta experiencia de dirección, su profunda cultura integral y su metódica exquisita fueron encausadas sabiamente por los directivos del Pedagógico; al proponerle pasar a desempeñarse como asesor técnico docente de la Vicerrectoría de Pregrado a partir del comienzo de los años 90.

Esta nueva tarea pondría a prueba su inmenso caudal creativo, en momentos en que la educación comenzaba a enrumbarse hacia una profunda revolución, la llamada Tercera Revolución Educacional Cubana. Su labor de asesoría abarcó todos los frentes educacionales al fundirse las acciones del Pedagógico y de la Dirección Provincial de Educación, en el llamado proceso de integración. Numerosos son los documentos que elaboró al respecto, los cuales son verdaderos tratados pedagógicos con novedosas propuestas y prácticas recomendaciones; en algún momento habrá que sacar a la luz esta etapa prolífera de su creación intelectual. En estas funciones lo sorprende la muerte, un 19 de febrero de 1997, en plena facultad productiva, a los 71 años de edad, producto de una penosa enfermedad. Sembró en varias generaciones de maestros, sentido del deber, comprometimiento con la causa revolucionaria, compromiso con la profesión pedagógica y con el desarrollo de la Pedagogía como ciencia.

Bibliografía

  • Buenacilla Recio, Rolando: Acerca del estudio de las personalidades pedagógicas. Facultad de Ciencias de la Educación , ISA EJU., 1999.
  • Torres Pedroso, Dianelys y Greter Rodríguez Blanco: Sergio Llinás Quintáns, forjador de generaciones. Trabajo de Diploma, 2000.
  • Rodríguez Cruz, Pedro Pablo y otros: Monografía sobre Historia de la Educación en Pinar del Río. Departamento FPG, ISP “Rafael María de Mendive”, Pinar del Río, 1995.

Fuentes

  • Revista Cientifica Pedagógica "MENDIVE", Año 3 / No. 12 / julio - septiembre / 2005 / RNPS-2057 / ISSN 1815 – 7696

Enlaces externos