Subproductos agroindustriales

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Subproductos agroindustriales
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Concepto:Son los materiales que quedan después de recoger el producto principal del cultivo.

Subproductos agroindustriales y los residuos de cosecha constituyen en los países agrícolas una fuente importante de alimento, y en la mayoría de los casos, por falta de conocimiento y voluntad técnica, no son aprovechados de manera adecuada. El principal problema que presenta la ganadería es el déficit de alimentos, que se agudiza en la época menos lluviosa cuando ocurren pérdidas de peso, disminuciones en la producción de leche e incluso muertes en la masa ganadera.

Subproductos agroindustriales

Los subproductos agroindustriales y los residuos de cosecha constituyen en los países agrícolas una fuente importante de alimento, y en la mayoría de los casos, por falta de conocimiento y voluntad técnica, no son aprovechados de manera adecuada. En los últimos años se han aumentado los esfuerzos destinados al estudio de las características nutricionales de los subproductos de la agroindustria, ya sea para la producción de carne o leche. El propósito es tratar de disminuir la utilización de granos que podrían ser destinados a consumo humano, teniendo en cuenta que aproximadamente la tercera parte de los cereales producidos en el mundo son consumidos por animales domésticos. Para un país exportador de granos, la utilización eficiente de los subproductos de la agroindustria permite aumentar los saldos exportables.
Por otra parte, las industrias que procesan los productos agropecuarios deben encontrar un destino final para los subproductos, que cumpla con dos requisitos mínimos. Por un lado, que no sea contaminante del ambiente y, por otro, que, los costos de procesamiento y transporte sean cubiertos por el precio de venta de los mismos.
Los subproductos de la agroindustria presentan una amplia gama de calidad, con muy baja o alta energía digestible como la cáscara y el afrecho de arroz, o con altos o bajos contenidos proteicos como las harinas de plumas y la pulpa de citrus, respectivamente.  De tal forma resulta imperioso conocer tanto los aportes de energía digestible, proteínas y fibra efectiva de cada suplemento, como la estabilidad del alimento y las condiciones en que se debe conservar.

Paja de caña de azúcar

Constituye el 10% de toda la caña de azúcar procesada; su composición física consiste en cogollos, vainas y pequeños trozos de caña. La paja de caña de azúcar es deficitaria en nitrógeno y predominan en ella los contenidos de materia seca y fibra bruta. La energía metabolizable se encuentra dentro de los límites medios, por lo que es necesario mejorar su valor nutritivo. Una de las vías más importantes y conocidas es la amonificación, proceso que se puede efectuar mediante el empleo de amoniaco gaseoso, agua amoniacal o urea.

Miel final

La combinación de miel final con NNP en forma de urea constituye una práctica establecida como paliativo a los déficit de nitrógeno que presentan los rumiantes, tanto para la producción de leche como para la ceba de toros. No obstante, el empleo del amoniaco también es una solución atractiva, pues los costos de producción disminuyen en virtud de su más bajo costo por tonelada de nitrógeno aportado. La problemática de este procedimiento radica en cómo incorporar el amoniaco, ya que en estado gaseoso se disuelve en muy bajas proporciones, y cuando se introduce mediante la elevación de la temperatura y la presión ocurre la formación de compuestos tóxicos. La EEPF “Indio Hatuey” halló una tecnología inocua, mediante la disolución previa del amoniaco gaseoso en agua para su posterior mezclado con la miel final, lo cual garantiza un producto integral desde el punto de vista proteico y energético.

Cachaza

La cachaza representa el 5% de todo el peso de la caña de azúcar procesada en la industria y constituye un residuo orgánico utilizable en la alimentación animal mediante dos formas: fresca o deshidratada. Por su composición bromatológica es considerada como un subproducto con mejores características energéticas que proteicas; no obstante, en estado fresco la cachaza presenta bajos por cientos de materia seca para ser mejorada mediante la amonificación, por lo que es recomendable realizar su deshidratación al sol antes de aplicar este procedimiento. La cachaza deshidratada puede ser utilizada como materia prima para la elaboración de concentrados no convencionales, de ahí la importancia de incrementar sus valores de proteína bruta a través de la amonificación. Las investigaciones de laboratorio efectuadas con diferentes dosis de amoniaco mostraron una alta fijación de NH3 en las paredes lignocelulósicas hasta 2,2%. Con las dosis mayores la eficiencia disminuyó con relación a la cantidad de NH3 añadido, por lo que esta concentración puede ser considerada como óptima ya que existe un límite máximo de fijación de nitrógeno en este subproducto. La cachaza fresca utilizada como suplemento en el período seco contribuye a cubrir los requerimientos de materia seca y aporta cantidades significativas de proteína bruta y fósforo. Los ensayos realizados con novillos de engorde mostraron ganancias superiores cuando se suministró 2 kg de miel-urea al 3% más 1 kg de cachaza, con respecto al empleo de miel urea al 3% sola. Sin embargo, en el tratamiento de 1 kg de miel- urea al 3% más 1 kg de cachaza, este subproducto no fue capaz de suplir el aporte de NNP de la miel urea. Estos resultados demuestran que hay un efecto asociativo beneficioso entre ambos subproductos, lo cual repercute en una mejor respuesta animal.

Hollejo de cítrico

El procesamiento de las frutas cítricas lleva implícito la producción de residuos en forma de hollejos húmedos ricos en carbohidratos solubles, celulosa y proteína bruta, unido a una elevada digestibilidad, lo que hace de ellos un alimento de importancia para los rumiantes. Su conservación en forma de ensilaje tiene como objetivo disminuir los costos energéticos que implica su deshidratación, pero también favorecer el empleo de otros subproductos de menor valor nutricional.

Caracterización de ensilajes de producción

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La forma tradicional de confeccionar ensilajes de hollejos de cítrico consiste en depositar en silos sin paredes los componentes sólidos obtenidos directamente de la fábrica, los cuales se dejan expuestos al medio ambiente sin cobertura. Por la naturaleza del producto (12-20% de MS) ocurre un apelmazamiento espontáneo, pero que no es lo suficientemente hermético como para evitar la penetración del aire y con ello el desarrollo de microorganismos indeseables.

En los silos confeccionados de esta forma se pueden diferenciar cinco zonas con diferentes estadios de fermentación y conservación.

a) Capa superficial del silo

La capa externa se convierte con el tiempo en materia orgánica en descomposición e incrementa su grosor de manera permanente. Esta capa de color negro, muy deshidratada, es propensa a desarrollar mohos y hongos, y no presenta valor nutricional.

b) Segunda capa del silo

Los hollejos en esta fase muestran un color carmelita oscuro, tienen poca humedad, permiten la proliferación de larvas de insectos y mantienen el olor a cítrico y un pH bajo.

c) Capa central del silo

El contenido de materia seca es menor con respecto al de la capa anterior y se producen cambios hacia el color crema; los hollejos tienen un olor agradable a cítrico y un pH bajo. Presenta valores inferiores de proteína bruta, atribuibles a un proceso de lixiviación de las proteínas solubles.

d) Capa final antes del fondo

Puede ser considerada como un ensilaje y su color es amarillo intenso; los hollejos son muy húmedos y tienen olor a cítrico y un pH bajo.

e) Capa final del fondo

Carece de potencial para ser ofertada a los animales y su dimensión parece estar en concordancia con la capacidad de escurrimiento que tenga el terreno. Presenta un color crema, una textura muy húmeda y olor a putrefacción. No es aconsejable conservar de forma directa los hollejos de cítrico, debido a su bajo contenido de MS, ni exponerlos a las condiciones meteorológicas sin una protección impermeable; si no se toman en cuenta sus peculiaridades fermentativas, el producto final obtenido será de mala calidad y quedará sin resolver la acción contaminante de los efluentes generados durante la conservación.

Paja de frijol

Una vez recolectado el grano de frijol, queda como desecho aproximadamente 1 t de paja de frijol por hectárea, alimento que posee un buen potencial nutritivo. La paja de frijol ofertada como único alimento a los ovinos puede ser considerada como un subproducto de calidad. Su tratamiento con urea al 3% mejora todos los indicadores nutricionales, excepto el consumo. La respuesta más integral se alcanzó cuando la paja de frijol fue suplementada con 10 y 20% de concentrado comercial, mediante el cual la ingestión se incrementó en 51 y 72%, respectivamente; hubo un efecto notable en la DMO y la DPB, no así en la DFB, en la cual no se halló respuesta o fue negativa. Los resultados muestran que el aprovechamiento óptimo de la paja de frijol está vinculado con un aporte adicional de nutrientes a las bacterias ruminales, pero que cuando se emplea una suplementación por encima del 10% ocurre un efecto sustitutivo y cambios en el patrón de fermentación ruminal que afectan sobre todo a la digestibilidad de la fibra bruta.

Pulpa de henequén

Este subproducto, obtenido a partir de la extracción de las fibras presentes en la planta, constituye un ejemplo de los efectos adversos que ocurren en la utilización de los subproductos por la acción de la conservación directa como ensilaje cuando no se adoptan tecnologías adecuadas. El bajo contenido de materia seca limita la efectividad de los procedimientos, lo que significa que la pulpa de henequén requiere de la incorporación de materiales absorbentes para perfeccionar su utilización.

El uso de estos materiales permite a los sistemas de alimentación disponer de nutrientes importantes capaces de paliar los déficit que ocurren durante el período seco del año.

Se ha comprobado la efectividad de las tecnologías que permiten mejorar el valor nutritivo de los subproductos, por lo que solo es necesario determinar cuál es la más apropiada para cada uno.

Fuente

Ojeda, F. & Cáceres, O. 2002. Principales avances en la utilización de los subproductos agroindustriales. Pastos y Forrajes. 25(1):21

Garciaarena, A.D. 2011. Subproductos en la alimentación de rumiantes. Artículos técnicos de Ganadería. Nota 5. http://www.aianer.com.ar/ganaderia/nota5.htm