Taller Experimental de Gráfica de La Habana

Taller Experimental de Gráfica de La Habana
Información sobre la plantilla
Institución con sede en Bandera de Cuba Cuba
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Centro de experimentación en la formación de talentos en la esfera del grabado
Fundación:1962
Tipo de unidad:Unidad cultural
Director/a :Luis Ramón Lara Calaña
País:Bandera de Cuba Cuba
Dirección:Callejón del Chorro, Habana Vieja, La Habana.

Taller Experimental de Gráfica de La Habana. Centro de experimentación y forja de varias generaciones de grabadores en el país.

Historia

Antecedentes del grabado en Cuba

Los antecedentes de los grabados, relacionados con Cuba, se remontan al siglo XVIII, con estampas de santos, escudos, viñetas y descripción general de piezas de historia natural. En el siglo XIX los grabados se enriquecen con estampas costumbristas, ingenios azucareros y álbumes para viajeros. Ya a finales de ese siglo se utiliza el fotograbado.

Durante la primera mitad del siglo XX se desarrolló el grabado, con predominio de la representación figurativa y temas épicos. También paisajes, interiores y exteriores y retratos, que idealizaban al campesino y a la mujer. Junto al diseño, la improvisación formal y conceptual, se desarrollaron recursos creativos que permitieron convertir esta técnica en arte. En el año 1959 se introduce la enseñanza del grabado en el sistema de educación artística, y llega a convertirse en una especialidad independiente.

Creación del Taller

El Taller Experimental de Gráfica de La Habana fue creado el 30 de julio de 1962, sus fundadores habilitaron un taller litográfico a partir del reciclaje de piedras y maquinarias de impresión, desechadas por la antigua Compañía Litográfica de La Habana, dedicada a la decoración y divulgación de marquillas y vitolas de tabaco. Desde su apertura el taller comenzó a desarrollar proyectos netamente artísticos, en la técnica de la Litografía. Luego se vincularon al taller creadores graduados de las Escuelas de Arte, incorporando técnicas y procedimientos creativos novedosos, dentro del lenguaje del grabado.

Orlando Suárez, muralista que por aquellos años dirigía el consejo provincial de cultura fue, junto al pintor chileno José Venturelli, el principal instigador en la creación del Taller de la Plaza. El clan fundador contó con no más de diez artistas y con la experiencia técnica de los maestros litógrafos Amable Mouriño e Israel de la Hoya.

Al principio, bajo la guía de José Contino, las pretensiones eran sólo las de rescatar las tradiciones litográficas como medio de expresión artística. La preocupación esencial en esos años era dominar la técnica litográfica. Los pocos artistas que acudieron al principio lo hicieron por curiosidad. Sin embargo, muy pronto fueron atrapados por el misterio del grabado y el grupo de artistas asiduos al taller crecía a la par con nuevas y mayores tiradas de ediciones litográficas, cada vez más originales, y comenzaron a introducirse otros procedimientos gráficos, que fueron haciendo crecer las expectativas de lo que fuera bautizado popularmente como el Taller de la Plaza.

Década del setenta

La década del setenta marcó los efectos de uno de los propósitos principales en la creación del Taller: el vínculo estrecho entre sus fundadores y las crecientes escuelas de arte. En este espacio abierto a la creación se reunieron los primeros egresados de la Escuela Nacional de Arte (ENA) con sus maestros. Cada maestro traía a sus discípulos, los cuales fueron formando nuevos grabadores y éstos a otros, en un proceso ininterrumpido.

Década del ochenta

En el ochenta resultó más evidente aún la trascendencia nacional e internacional de esta fusión entre el Taller Experimental de Gráfica y las Escuelas de Arte. El grabado cubano ascendió de manera vertiginosa, teniendo como constante la búsqueda de nuevos caminos. Muchos de los artistas que formaron el núcleo del Taller durante estas dos décadas, estamparon su firma en la Historia del Grabado Cubano:

Del noventa a la actualidad

El la década del noventa, el antiguo taller había crecido tanto en número de artistas que su producción se desbordaba, reclamando un espacio mayor. Fue así como, cruzando la Plaza de la Catedral, se adueñó de un viejo almacén encerrado en el Callejón del Chorro. Instalado en un área considerablemente mayor, el taller cuenta ahora con un salón para impresiones que tiene espacio suficiente para más de diez prensas en uso, además de tener su propia Galería y un Gabinete de Estampas donde se conservan desde las primeras litografías realizadas en el Taller de la Plaza hasta las de más reciente producción.

A 50 años de su fundación, el Taller Experimental de Gráfica es un centro activo de creación. Entre sus asociados se encuentran artistas plásticos, diseñadores gráficos, fotógrafos y estudiantes de artes visuales, que tienen como punto de convergencia, el interés por la gráfica, sus procedimientos, desarrollo, experimentación y la contemporaneidad en la incorporación de nuevos medios y maneras para realizar sus obras.

Funciones

Además de los cursos que se imparten en su sede, cuenta con un espacio expositivo donde se promocionan y comercializan las obras de los maestros que realizaron sus obras en el Taller y de los egresados de sus cursos.

También se realizan ambientaciones por encargo, ediciones de tarjetas personalizadas y reproducción de obras artísticas. El Taller Experimental de Gráfica de La Habana es el sitio donde se imparte el curso práctico de Grabado incluido en los programas de las Escuelas de Arte. Es un espacio reconocido de promoción y desarrollo del grabado en Cuba.

Fuentes