Tamborito Santeño (Baile)

Tamborito Santeño
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Tamborito Santeño. El tamborito es una danza cantada a base de palmas y tambores que data del siglo XVII. En la provincia de Los Santos se cultiva el llamado tamborito santeño, de mayor influencia española, con rico colorido, belleza coreográfica y ritmo mesurado.

Descripción

Se baila este tamborito con un grupo máximo de tres figuras: paseo, tres golpes y vuelta o seguidilla.

El paseo es el momento de despliegue y gracia y lucimiento para la mujer, mientras el hombre la corteja con ademanes, genuflexiones, vueltas individuales, etc.

La mujer termina el paseo partiendo hacia los tambores a un repique de estos, el hombre se coloca a su izquierda y la sigue, retroceden ambos a unos pasos y avanzan de nuevo (saludo) para finalmente marcar los tres golpes junto con el tambor, de ahí con un giro se inicia la seguidilla, en esta se hace la entrega entre la pareja, ambos mirándose fijamente a los ojos giran una o dos vueltas en torno a un centro, a veces el hombre queda casi estático y es la mujer quien gira alrededor de él, ella entonces parte de nuevo a paseo, para repetir la danza o para retirarse y que entren otros bailadores.

Por momentos puede unos de los dos quedarse solo en la rueda, pero no por mucho tiempo; entonces otro bailador entra y continúa el tamborito.

Se acostumbra que empiecen los tamboritos con una invitación que uno de los hombres hace a la “cantalante” a partir de ahí entran a bailar sin ordenamiento fijo, siempre una pareja cada vez.

Figuras

Paseo

El paseo, con el cual se inicia el tamborito más común, se realiza avanzando los dos bailadores, el varón alrededor del cetro del círculo y la mujer describiendo también una circunferencia, más al exterior, los dos en dirección contraria a las manecillas del reloj. Excepcionalmente alguna bailadora acostumbra la dirección contraria.

El hombre verifica gestos de pleitesía, vueltas individuales, genuflexiones, desquites, se acerca o se aleja de la mujer y ejecuta lances o pasos libres, guardando siempre el ritmo. La mujer es más discreta, no hace otros gestos que el de los pasos de avance y de vez en cuando una vuelta individual, invitando o respondiendo al varón con un gracioso manejo de la amplia falda de su pollero o traje.

Tres golpes

Con paso de paseo ambos bailadores, ella a la derecha de él, avanzan hacia los tambores, retroceden unos pasos y avanzan nuevamente para entonces marcar los “tres golpes”. Este se hace trasladando los talos de ambos pies a derecha-izquierda y derecha, el cuerpo cae un poco hacia atrás hacia la dirección de los pies.

El hombre también acostumbra a hacer variaciones como marcar tres pequeños pasos hacia detrás, o uno al frente, uno en el lugar y otro hacia detrás. Se rematan los tres golpes con una caidita hacia la izquierda y un giro sobre hombro derecho cruzando el pie izquierdo por delante. El hombre puede hacer también la caidita hacia la derecha y la vuelta sobre hombro izquierdo cruzando pie derecho delante. Esta vuelta o giro se remata a su vez con otra caidita con pie derecho detrás para entrar en seguidilla.

Vuelta o seguidilla

Consiste en virar ambos frente a frente sobre un jeje imaginario, o con el hombre como eje. Este giro entre ambos es en contra de la manecilas del reloj y el paso que se utiliza es el de “seguidilla”, que consiste en ir marcando alternativamente con uno y otro pie pasos laterales (el derecho punteado detrás).

Los brazos van desplegando la pollera en la mujer, y en alto en el hombre, e actitud de abrazo. El cuerpo muy erguido en ella y algo inclinado al frente en el hombre, él puede también echarle fresco a ella con el sombrero. Termina la danza cuando la mujer sale de la seguidilla con paso de paseo.

Coreografía

La disposición que tienen los que intervienen en la danza es la siguiente: los músicos en el centro, a la derecha de ellos se colocan las mujeres en semicírculo, empezando por la “cantalante”; a la izquierda de los músicos van los hombres que pueden estar de pie o en cuclillas. Las mujeres palmotean y cantan marcando pasos-cierra laterales, los hombres animan a los bailadores con sus “salomas”.

Fuentes

  • Chao Carbonero, Graciela. Folklore Latino. Edición Consejo Nacional de Casas de Cultura. 2002. ISBN 959-7169-27-4.