Toma de Las Tunas

Toma de Las Tunas
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Calixto García Iñiguez y William Ludlow en Cuba en 1898 en el marco de la toma de la ciudad de Las Tunas
Fecha:28 de agosto de 1897
Lugar:Las Tunas
Descripción:
Entre los días 28 y 30 de agosto de 1897 fue atacada y tomada la ciudad de Las Tunas por fuerzas del Ejército Libertador, bajo el mando superior del jefe del Departamento Oriental y lugarteniente general de las fuerzas cubanas, Mayor General Calixto García Iñiguez
País(es) involucrado(s)
Bandera de Cuba Cuba vs Bandera de España España


Toma de Las Tunas. Por su privilegiada posición geográfico-estratégica, Las Tunas fue siempre una plaza a la que España le otorgó particular atención durante las guerras independentistas del siglo XIX. Por esa causa, la protegió hasta el detalle con sistemas defensivos interiores y exteriores, varios fuertes, fortines, fosos, alambradas y centenares de soldados bien armados y listos para entrar en acción. El Mayor General Calixto García estaba al tanto de todo y aún así, decidió propinar un golpe, y al amanecer del 28 de agosto de 1897 asaltó con sus fuerzas la ciudad. Contó con el apoyo de María Machado, agente secreta de los cubanos e hija del general español Emilio March. Ella le facilitó al insurrecto la información para llevar a cabo el ataque. Con esos datos, el capitán Mariano Lerma elaboró el plano de la ciudad que sirvió para dirigir la batalla.

Descrición del hecho

Ataque y toma de la ciudad por fuerzas del Ejército Libertador

Esta importante ciudad al noroeste de la antigua provincia de Oriente fue atacada y tomada por fuerzas del Ejército Libertador, bajo el mando superior del jefe del Departamento Oriental y lugarteniente general de las fuerzas cubanas, Mayor General Calixto García Iñiguez, entre los días 28 y 30 de agosto de 1897. En la época en que se realizó esta acción Las Tunas o Victoria de Las Tunas, como se le llamaba oficialmente, era una importante plaza militar, cuyo sistema defensivo lo constituían los cuarteles de infantería, caballería y artillería, los tres de sólida construcción y con todos los elementos necesario para su defensa, tales como fosos, aspilleras, tambores, alambradas y otras obras ingenieras.

Defensas complementarias de la ciudad

Además de estas fortalezas, que eran las más importantes, la ciudad contaba con otras defensas complementarias, entre ellas los fuertes Concepción, Provisional, Bailén, Victoria, Aragón No. 11, Veteranos y las posiciones fortificadas del hospital, la enfermería, la iglesia, la farmacia y el cementerio. La guarnición la componían el Batallón provincial de Puerto Rico No.2, una sección de artillería con dos piezas Krupp y unos 300 voluntarios, en total unos 800 efectivos.

Unidades y fuerzas de las tropas insurrectas

Las tropas insurrectas concentradas por Calixto en el campamento de Curana, a unos seis km. al Suroeste de Las Tunas, incluían las siguientes unidades y fuerzas:

  1. 300 hombres de la Brigada de Las Tunas;
  2. 300 de caballería y 50 infantes camagüeyanos;
  3. 290 de Guantánamo;
  4. 200 de Jiguaní;
  5. 200 de Bayamo;
  6. Regimiento Céspedes;
  7. 250 de Holguín;
  8. 109 de la escolta del Mayor General García y
  9. 50 de la escolta de caballería.

Contaban, además, con una batería de artillería de campaña, de tres piezas, una de 12 libras, otra más pequeña y un Simmis-Dudley neumático. El jefe de artillería era el Teniente Coronel Frederick Funston. En total, cerca de 1740 hombres de los que solo unos 750 tomaron parte directamente en el ataque, pues el resto cumplió misiones de bloqueo en los caminos de acceso. Entre los días 26 y 27 de agosto, ocuparon y condicionaron los lugares asignados y se prepararon las posiciones de fuego para la artillería. Todo fue hecho de forma oculta, pues, aunque el enemigo estaba alertado, no tenía datos precisos de la composición y números de las fuerzas insurrectas. En la altura conocida como Loma del Cura, al Suroeste de Las Tunas, fueron emplazados el cañón de dinamita y el de 12 libras. Este último fue el encargado de abrir el fuego, al amanecer del 28, contra el cuartel de caballería. El enemigo respondió con fuego cerrado sobre la Loma del Cura. Los hombres de la Brigada de Las Tunas, bajo el mando provisional del Teniente Coronel Carlos García Vélez, esperaron la orden para asaltar este importante bastión, que siguió recibiendo el fuego artillero. También el fuerte Aragón fue cañoneado y quedó fuera de combate.

Reducida al silencio la artillería enemiga e inicio del asalto al cuartel de caballería

El fuego se trasladó para el cuartel de infantería, llamado de las 28 columnas, para acallar los españoles Krupp que estaban causando estragos en las posiciones cubanas, y después de 3 o 4 disparos la artillería enemiga fue reducida al silencio.

En esos momentos la Brigada de Las Tunas inició el asalto al cuartel de caballería, apoyada por la caballería bajo el mando del brigadier Mario García Menocal, quien fue herido y tuvo que ser retirado. Después de breve lucha cuerpo a cuerpo, los cubanos tomaron el cuartel. Mientras esto sucedía fue atacado y tomado el fuerte Aragón, en un asalto que duró unos 30 minutos, por las fuerzas del Teniente Coronel Ángel de la Guardia. Calixto García ordenó al brigadier Rabí que sustituyera en el mando a Menocal. Este dispuso que el brigadier José M Capote avanzara con sus fuerzas hacia la parte sur de la ciudad y esperara la orden para el asalto general.

El Mayor General García conminó a la rendición al jefe militar español, Teniente Coronel Civera, quien la rechazó, aunque estuvo conforme con permitir la salida de los civiles de la plaza. Esto aconteció alrededor de las 16:00 horas. Al anochecer de este primer día fue tomado el fortín Concepción, por los hombres del Regimiento Saladrigas, con la que quedaba libre todo el lado sur de la ciudad. Por esa brecha entraron los hombres de Las Tunas, bajo el mando de Capote, y al amanecer del 29 ya los cubanos eran dueños de de la mitad de la plaza. El cuartel de infantería quedó incomunicado, así como el de artillería, también llamado del Telégrafo, donde estaba el jefe de la plaza. El primero continuaba bajo los impactos de la artillería cubana, que seguía en sus posiciones de fuego en Loma del Cura. Varias veces los defensores del cuartel levantaron bandera blanca; pero se trataba de estratagemas para ganar tiempo, y Calixto no interrumpió el ataque.

Cae en poder de los cubanos el hospital militar, el fuerte No.11 y el fuerte provisional

Sucesivamente cayeron en poder de los cubanos el hospital militar, el fuerte No.11 y el fuerte provisional. En esos momentos resultó herido el Teniente Coronel Ángel de la Guardia, quien murió al día siguiente; el Teniente Coronel Gonzalo Capote lo sustituyó. En la noche del 29 fueron tomados, en audaces acciones, los fuertes Victoria y Guáimaro.

En la mañana del 30, cuando ya los hombres de Rabí iniciaban el asalto general sobre el cuartel de infantería, este se rindió. Allí ocuparon gran cantidad de armas y municiones. Se le envió un ultimátum al jefe de la plaza, que se mantenía en el cuartel Telégrafo, y a las 13:00 horas aceptó la rendición, con lo cual cesaba toda resistencia. También allí se ocupó gran cantidad de material de guerra. Las cifras totales del inmenso botín ascendieron a dos cañones Krupp, con 117 cargas y 50 granadas; 1163 fusiles; un millón de cartuchos; 10 carretas de medicamentos y equipos médicos, así como gran cantidad de provisiones de boca y equipos diversos.

Bajas españolas y cubanas

Las bajas españolas fueron 161 muertos, de ellos cuatro oficiales, y 176 heridos, incluidos tres oficiales. Los prisioneros enemigos fueron 12 oficiales y 397 clases y soldados. Las pérdidas sufridas por el Ejército Libertador fueron 29 muertos, entre ellos nueve oficiales, y 60 heridos de los cuales 19 eran oficiales, incluidos dos brigadieres. Los cubanos permanecieron en la ciudad hasta el 6 de septiembre. Antes de retirarse la redujeron a escombros.

Importancia

El doctor Rolando Rodríguez, un acucioso investigador del tema, ha dicho en un libro que en aquella acción

"los españoles se batieron bravamente y solo cuando les fue imposible continuar la lucha, sin haber obtenido apoyo ninguno del exterior, pactaron la rendición. Calixto García les garantizó la vida a todos y los trató con los honores que los cubanos dispensaban a los vencidos."
Rolando Rodríguez

La Toma de Las Tunas de agosto del año 1897 resultó, a la postre, una de las operaciones artilleras más importantes de la contienda bélica de 1895 y el declive estratégico de la dominación española en Cuba. Tuvo un tremendo impacto en la opinión pública internacional, al punto de que las autoridades coloniales perdieron la confianza en su hombre fuerte, Valeriano Weyler, y lo sustituyeron dos meses después por el general Ramón Blanco.

Fuentes

  • Colectivo de autores. (2004). Diccionario Enciclopédico de la Historia Militar de Cuba Tomo II. Ediciones Verde Olivo: Ciudad de La Habana.
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