Tristeza

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La Tristeza es una de las emociones básicas (no natales) del ser humano, junto con el miedo, la ira, el asco, la alegría y la sorpresa. Estado afectivo provocado por un decaimiento de la moral. Es la expresión del dolor afectivo mediante el llanto, el rostro abatido, la falta de apetito, etc. A menudo nos sentimos tristes cuando nuestras expectativas no se ven cumplidas o cuando las circunstancias de la vida son más dolorosas que alegres. La alegría es la emoción contraria.

Otros de los factores que inciden inversamente en la tristeza es la autoestima, como la percepción y sentimientos de valor que el sujeto mantiene de manera acostumbrada en relación a sí mismo. El sentir que se está marginado también conlleva una sensación de tristeza. Cuando la tristeza dura mucho tiempo, es demasiado intensa e impide que una persona disfrute de las cosas buenas de la vida, se denomina depresión. Por lo tanto, la severidad, la duración y la presencia de otros síntomas son lo que diferencian la depresión clínica de la tristeza. Puede presentar variados síntomas, amén del sentirse mal, que pueden ser además paradójicos, incluyendo insomnio pero también la necesidad de permanecer en cama todo el día, la falta de apetito, pero también el comer demasiado e incluso dolores y molestias que parecen producirse sin causa aparente.

Etimología

La palabra española tristeza viene del latín, trístĭtĭa.

Otras tristezas

La tristeza puede ser un síntoma de la depresión, que se caracteriza, entre otras cosas (abatimiento general de la persona, descenso de la autoestima y sentimientos de pesimismo, desesperanza y desamparo), por una tristeza profunda y crónica.

En psiquiatría se habla de tristeza patológica cuando hay una alteración de la afectividad en que se produce un descenso del estado de ánimo, que puede incluir también pesimismo, desesperanza y disminución de la motivación. La tendencia alternativa entre las emociones de alegría y de tristeza es la labilidad emocional.

Tristeza de los cítricos

Es una enfermedad virótica que afecta a los cítricos y que produce el decaimiento más o menos rápido y que es transmitida por pulgones (insectos hemípteros de la familia de los áfidos).

Tristeza en el invierno

Muchas personas se ven afectadas por la tristeza propia de los meses de invierno. De hecho, algunas de ellas sufren una dolencia denominada desorden afectivo estacional, cuyos síntomas comienzan al final del otoño. Los síntomas más comunes de la melancolía invernal son: falta de energía y letargo; aumento del apetito y aumento de peso (debido a un ansia por consumir hidratos de carbono), apatía sexual y cambios repentinos en el estado de ánimo de la persona, etc. No se conocen las causas, pero es posible que se deba a la reducción de luz natural y las bajas temperaturas propias del invierno.

En el invierno, oscuro la mayor parte del día, el cuerpo produce en mayor cantidad una hormona llamada melatonina, y esto causa adormecimiento. Los centros de control del [cerebro]], que determinan los cambios de humor y el ritmo diario del organismo, están gobernados en parte por la luz que entra por los ojos. Los niveles del neurotransmisor dopamina aumentan cuando la luz golpea el fondo del ojo. Se piensa que la dopamina mejora la concentración y el estado de alerta, de modo que en los meses oscuros, cuando los niveles de dopamina bajan, se producen el letargo y la falta de energía propios del desorden afectivo estacional. El Desorden Afectivo Estacional afecta a más o menos medio millón de personas cada año en el Reino Unido solamente, entre los meses de septiembre y abril, aunque los meses de sufrimiento más intenso suelen ser diciembre, enero y febrero.

La depresión clínica no exime a nadie; no distingue entre sexos, edades, razas, entornos socioeconómicos. Sin embargo, las cifras que componen las estadísticas confirman que las mujeres son dos o tres veces más propensas que los hombres a sufrir de depresión clínica. Una compleja combinación de factores (psicológicos, sociales, ambientales, culturales, hormonales, biológicos y fisiológicos) contribuye a que haya mayor incidencia de depresión entre las mujeres.

Tipos de depresión

  • La exógena, en la que la causa es externa y definida, por ejemplo el dolor por la muerte de un ser querido, una pérdida afectiva o un trauma. La depresión exógena puede tratarse exitosamente con asesoramiento psicológico.
  • La endógena, en la que no hay una causa o factor externo discernibles, te sientes terriblemente mal y no sabes por qué. Este tipo de depresión puede ser más difícil de tratar ya que puede tener diferentes causas, desde alergias a desequilibrios químicos del organismo.

Remedios Naturales

  • Como se ha mencionado, una de las posibles causas de la tristeza es la ausencia de melatonina, por lo que una mayor exposición a la luz solar. En la terapia de luz se usa un cubículo con luz suficientemente poderosa como para imitar los efectos del sol. Las personas que sufren este tipo de depresión también pueden beneficiarse de pasar tiempo al aire libre en la luz natural. El tratamiento puede incluir también medicación antidepresiva y terapia psicológica.
  • Los ácidos grasos Omega 3, que se encuentran principalmente en las nueces y el pescado, pueden ayudar a combatir la tristeza y los bajones anímicos y físicos, según un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Harvard, los cuales descubrieron que las personas propensas a la depresión que aumentan la ingesta de este nutriente tienen unas expectativas vitales más optimistas y menos altibajos emocionales. Según el doctor Andrew Stoll, autor del estudio, los Omega 3 previenen los descensos de las hormonas que elevan el ánimo, como la dopamina.
  • La depresión también puede ser causada por alguna intolerancia alimenticia o ambiental. Según diferentes campos, así se tienen diferentes soluciones. Los médicos herboristas pueden prescribir diferentes hierbas que son seguras y sumamente efectivas. La homeopatía por su parte tiene una excelente foja de servicios en el tratamiento de la depresión, del mismo modo que la Medicina Tradicional China (incluyendo la acupuntura). Los ejercicios terapéuticos, como el yoga y el Qi Gong (una antigua forma china de hacer ejercicios suaves, similar al Tai Chi) son beneficiosos, ya que el movimiento aumenta la producción de las endorfinas, las sustancias químicas que nos hacen sentir bien.

Mundialización de la Tristeza

La tristeza, se ve afectada por el poder adquisitivo. Un estudio realizado en Bangladesh muestra que la gente se siente feliz al cultivar sus relaciones personales, al dedicarse a su familia, y al sentirse respetado e influyente en su propia comunidad. Los especialistas intentaban analizar con este trabajo de campo las razones por las que las ayudas al desarrollo suelen resultar fallidas en numerosas regiones deprimidas de nuestro planeta.

La mundialización de la tristeza es uno de las grandes paradojas de nuestro tiempo y, desde luego, uno de los negocios más lucrativos. En 1990, sólo en Estados Unidos, la depresión supuso un coste en torno a los 43 billones de dólares, entre directos, por los costes médicos del tratamiento, e indirectos, por el descenso en la productividad y absentismo.

Consejos para cuando estés triste

  • Cuando la tristeza se apodera de nosotros nos entra ganas de llorar. Podemos desahogarnos escribiendo y recordando cosas que pensamos que han sido olvidadas, pero no es así, nunca se olvidan, los recuerdos siempre viven latentes en nosotros.
  • Por eso se llaman “recuerdos“, siempre están junto a ti.
  • Muchas veces nos sentimos tan solos que la única compañía es nuestro computador, allí escribimos lo que quizás en palabras no logramos decir en vivo.
  • Las tristezas del alma son las mas difíciles de sanar porque son algo que se levanta con nosotros y también se acuesta en nuestra cama.
  • Siempre que escribimos algo, es para que otra persona nos lea y sienta que necesitamos algo de ellos, quizás una llamada o simplemente unas palabras de aliento.
  • Cuando llegue el día triste, cuando nada salga bien en nuestras vidas, cuando sintamos que sólo hay cabida para la tristeza… recordemos los momentos alegres que también tuvimos, puede haber muchas razones para sentirnos así.
  • Saquemos partido a nuestra tristeza, escribamos lo que sea, cualquier cosa, algo que nos trajo mucho dolor, quizás el separarnos de ese ser que un día amamos mucho y hoy nos cuesta olvidar, o quizás la distancia de nuestras familias que están en otros países, o la perdida de un ser amado.
  • La vida es difícil, nada es fácil, debemos reflexionar qué nos causa tanto dolor. Pero estoy segura que siempre que estamos tristes es porque no estamos al lado de la persona que amamos, o quizás estamos al lado de alguien que no tiene que ver ya con nuestros sueños y no somos capaces de decirle que ya no lo amamos, no tenemos valor para enfrentar esa situación, de allí nace la tristeza de nuestra alma.
  • No olvidemos que la pena y la tristeza son vacíos de nuestras vidas, algo que queremos y no tenemos, ese algo que nos hace espertar queriendo estar en otro lado y en otro momento. Aunque yo soy una convencida de que la felicidad son pequeños trozos de tiempo que nos regala la vida, que no esa una constante, pero lo que dure es bueno, porque no hay nada más lindo que despertar contenta al lado de la persona que amas, que no existen distancias, no existen problemas…
  • Tenemos diferentes estados de ánimo cada día, hoy es la tristeza, mañana será la felicidad.
  • “Sólo las peores tristezas son las que te enseñan lo que es la verdadera felicidad.”

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