Tucídides

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Tucídides
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OcupaciónHistoriador
PadresHijo de Oloro
Familiarespertenecía a una familia aristocrática ateniense

Tucídides. Tucídides sería un modelo de historiador ideal pues tuvo que escribir desde el destierro.

Biografía

Pocos son los datos que sobre la vida de Tucídides se conocen y casi todos los conocidos son gracias a lo que sobre sí mismo escribe en su obra. Sabemos que era hijo de Oloro y que pertenecía a una familia aristocrática ateniense, pues el mismo se llama ateniense (Tuc. I 1); por el nombre de origen tracio de su padre se ha querido ver una relación entre Tucídides y la familia de los Filaidas, a la que pertenecía Cimón -cuyo abuelo materno también se llamaba Oloro-, quien se oponía al imperio naval ateniense tal y como propugnaba Pericles. Como, según la ley ateniense, era preciso tener más de treinta años de edad para ser elegido estratego y debido a que Tucídides participó como estratego en el sitio de Anfípolis en el 424 a.C. (Tuc. IV 104), es preciso que Tucídides naciera con anterioridad al 454 a.C. Tal nombramiento para una acción en Tracia se debió a la influencia de Tucídides entre los personajes más destacados de Tracia -recordemos su posible origen-, donde además tenía adjudicada la explotación de unas minas de oro (Tuc. IV 105).

Tucídides historiador

Si bien ambos son considerados padres de la historiografía clásica y mundial, no obstante, son muy marcadas y notorias las características y diferencias por las cuales ambos merecieron tal título. Mientras Heródoto afirma que su obra es el fruto y resultado de sus investigaciones (historíe), Tucídides nunca llama así a su obra; el primero era heredero de la logografía jonia (también escribe en jonio), mientras que el segundo era heredero de los sofistas, de la escuela sofística ateniense (y por ello también escribe en ático). Por otro lado, si bien aquél se mueve en el terreno épico y religioso, ateniéndose a hechos antiguos, fiel a las tradiciones orales donde la especulación religiosa, la gloria del pasado de dioses y héroes, es reflejada para darles eternidad a modo de aedo primitivo que escribe en prosa, por contra Tucídides no da pie a la especulación religiosa, se atiene a la naturaleza humana para narrar unos acontecimientos contemporáneos a él, algunos incluso vividos por él mismo y otros que le fueron transmitidos, pero no por el fruto de una larga tradición oral: para él su obra tiene un valor ejemplar: "ktêma eis aeí" (tesoro para siempre);. Por su parte Heródoto se limitó al conflicto entre griegos y persas, pero con el recuerdo constante del pasado, recogida de datos sin criticarlos: antologías, genealogías, historias locales, geografía descriptiva y etnográfica (todo ello herencia de los logógrafos griegos), frente a Tucídides que innovará al introducir la crítica histórica de las ideas políticas, los acontecimientos, las causas profundas y los detonantes externos del conflicto entre griegos con una mezcla de objetividad.

  • La historia política

Si Tucídides recibió el título de padre de la historia fue en gran parte por culpa del enfoque político que le dio a su historia. Cuando trazó el programa de su historia ya definió que no pretendía narrar los acontecimientos de la guerra exclusivamente, sino que pretendió plasmar lo que para él era lo más importante: las ideas políticas de ambos bandos, de los protagonistas de la guerra, en cada momento de la guerra y de la paz -incluyendo aquí la paz de Nicias. Por ello, para dar una perspectiva política a su obra, utiliza dos recursos: la crítica que hace a lo largo de toda la obras y los discursos de los distintos dirigentes políticos de ambos bandos a cada momento; es así como dibuja los planteamientos políticos, aunque no sabemos, eso sí, con cuánta fidelidad a la realidad o si bien están hechos a posteriori en función de su propia subjetividad y de la finalidad de su obra (cf. infra). Es notorio que en los discursos se reflejan personajes favorecidos por la crítica de Tucídides -como Pericles- y que ello se debe achacar a la proximidad de ideas políticas de Tucídides y los distintos protagonistas.

  • La historia contemporánea

La madurez de Tucídides coincidió con el desarrollo de la guerra: al comienzo de ésta -431 a.C.- debía de rondar la treintena. Es gracias al destierro de 20 años cuando decide contar y analizar la historia de lo sucedido, ponerla por escrito con la intención de ser leída con espíritu crítico (xyngrafeîn), no para ser escuchada por un auditorio: contar cómo se han producido y quiénes fueron los participantes desde el punto de vista propio como partícipe durante un tiempo y después como observador de la misma y desde el punto de vista inmediato de gentes que participaron en los avatares de la misma y con el análisis del semblante psicológico y político de los grandes personajes de la misma mediante no ya la narración, sino mediante los discursos. Es la narración de la historia con información de primerísimo orden, tamizada eso sí por el filtro objetividad-subjetividad de Tucídides.

Tucídides escritor

  • Influencias

Como escritor Tucídides es heredero de la sofística ateniense y del espíritu de esta ciudad, así como de las corrientes científicas y filosóficas del momento. Cómo se muestran estas corrientes e influencias en el autor, es fácil de indagar. Una tendencia del espíritu filosófico y político ateniense de la época es la preocupación por el presente, de ahí el giro total de la concepción histórica de Tucídides respecto a la historiografía anterior. Al mismo tiempo, el gusto ateniense por la preocupación humana como ser social, por su conducta privada -su moral- y su conducta pública -su política-, se traduce en la búsqueda tucidídea de la historia política y humana alejada de toda influencia divina y de la historia legendaria.

La metodología

  • El programa: En Tuc. I 22 se dedica a exponer parte del método seguido para la elaboración de su obra, todo él emparentado con las ya vistas sofística, filosofía y ciencia. El método indica que la narración consta de dos elementos básicos: discursos y narración de hechos, con la mayor objetividad en la medida de lo posible para acercarse a la realidad de lo sucedido.
  • Los discursos: hay discursos que realmente Tucídides sí pudo oír, pero no son la mayoría (los de fuera de Atenas antes de su destierro y los de Atenas durante el mismo). Al mismo tiempo ofrecen un aspecto muy sintomático: presentan analogías de estilo y pensamiento con fórmulas que se repiten casi a modo de correspondencias. Al mismo tiempo, dicursos de personajes que no gozaban de la simpatía de Tucídides –Cleón, por ejemplo- son pesados, mientras que discursos de los personajes favoritos de Tucídides –Pericles o Alcibíades- son más amenos y ágiles. Por tanto, al margen de que fueran auténticos o reelaborados, han sufrido la actuación de un criterio estilístico al tiempo que están todos ellos escritos en ático, lo que hace sospechar en cierto modo de la objetividad de Tucídides. No obstante, hay que tener en cuenta que, como ha indicado de Romilly, el criterio de objetividad en Tucídides no se basa tanto en distinguir lo verdadero y lo falso, sino en distinguir con inteligencia y con elección lo que cuenta y lo que no cuenta, lo importante y lo insignificante.
  • Narración de los hechos: respecto a los hechos, Tucídides dice en su programa que se ha limitado a una crítica profunda recibida de los mejores testigos. Algunos eran de primerísimo orden y muy famosos como Alcibíades, pero siempre pasando por el tamiz de su objetividad. Tucídides selecciona lo que, a su juicio, es historiable de los hechos y lo acontecido, lo que siempre es importante para él y el objetivo de su obra, aunque en ocasiones también lo que calla es importante. No obstante, de lo que calla da parte por consabido y conocido y, al mismo tiempo, enfatiza lo que es de gran trascendencia.
  • El estilo tucidídeo: si Tucídides ha perdurado a lo largo de los siglos como modelo de historidor y de prosista debe gran parte de su éxito a la originalidad de su prosa y la peculiaridad de su estilo, en parte único y en parte modélico para la posterior prosa ática.
  • El léxico: el carácter del léxico tucidídeo, a pesar de ser historiador y prosista, se caracteriza por ser muy poético, aunque parezca paradójico; cómo lo hace y lo consigue es fácil, al menos para él: toma términos y construcciones típicas de la poesía, al tiempo que carga determinados pasajes con un dramatismo, plagados con un ritmo prosístico muy distinto del habitual, adoptando y adaptando para ello palabras de poetas como Homero y los dramáticos o tomando palabras y términos de la prosa jonia e incluso creando él mismo nuevos términos y expresiones. La lista de neologismos inventados y utilizados por Tucídides es tremenda: los sistemas de composición de palabras alcanzan con Tucídides unas de las mayores cotas de la lengua y literatura griega.
  • Figuras retóricas: Tucídides es un autor que usa de un modo prolífico distintas figuras retóricas y estilísticas; de los sofístas heredó el gusto por la antítesis, una antítesis exacerbada, ya que la usa no sólo para contraponer elementos de una oración, subordinadas u oraciones enteras, sino que también hace antitéticos los discursos: los discursos se contraponen unos a otros -a veces unos son respuesta a otros-, pero siempre cargados con el mayor retoricismo, a pesar de su brevedad, con un estilo recargado con largos períodos de subordinación.

El estilo tucidídeo

Al mismo tiempo el estilo de Tucídides brilla por una dureza de construcción (tò trachy tês harmonía), una falta de delicadeza en el estilo que junto a su amaneramiento presenta una gran violencia, lo que se ha dado en llamar inconcinidad (inconcinitas) de estilo y figuras: el autor une elementos que no coordinan entre sí normalmente. Relacionada con la inconcinidad de estilo hay una serie de figuras tales como la variatio ([metabolé]]), que actúa como verdadero motor estilístico de la obra tucidídea. Otro principio estilístico es la brevedad de sus expresiones, una concisión, que hace que a veces su prosa parezca un telegrama que provoca en el lector-traductor la necesidad de ejercitar constantemente la atención, debido a la tremenda economía sintáctica y léxica del autor: da muchas cosas por sobrentendidas en sus oraciones. Por ello brilla más la léxis katestramméne que la eiroméne.

La cuestión tucidídea

Tucídides no concibió su historia como una mera narración objetiva de acontecimientos bélicos; su posición como estratego procedente de una familia aristocrática y sus conocimientos de política no le permitieron dejar al margen de su historia su propia opinión sobre todo lo que envolvía ésta y sobre ella misma. A partir de aquí la investigación se encamina a determinar qué partes son nuevas y cuales están retocadas, así como cuándo comenzó a escribir. Ullrich, en 1846 descubrió que había diferencias entre las dos mitades de la obra (en el libro V aparece un nuevo prólogo casi paralelo al que da inicio a la obra tucidídea), y esto le hizo sospechar de un posible cambio de plan a la hora de escribir su obra. Para Ullrich la intención primera de la obra era escribir una narración de la guerra Arquidámica -hasta la paz de Nicias-, pero cuando de nuevo estallaron las hostilidades, se dio cuenta de que era la misma guerra y alargó su obra afirmando que la causa de la guerra era el temor lacedemonio al poderío ateniense. Durante muchos años los críticos se limitaron a retocar las teorías de Ullrich.

Fuente