Ultramar (color)

Ultramar o Azul Ultramar
Información sobre la plantilla
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Coordenadas del color
HTML0A3F7A
RGB10 , 63 , 122
CMYK100,75,25,0
HSV(L)(212°,,92 %,48 %) -
Connotaciones comunes
Autoridad, decisión y liderazgo.

Ultramar, azul ultramar o azul ultramarino. Es el nombre dado a los pigmentos utilizados para obtener el color del mismo nombre. Entre estos pigmentos se distinguen el «azul ultramar natural» y el «azul ultramar sintético».

Al ser de uso frecuente, suele encontrárselo en catálogos de colores de pinturas, esmaltes, tinturas, telas, etc., a veces superponiéndose con el cromatismo del azul marino, que tampoco es específico. En el recuadro de la derecha se da una muestra de este azul ultramar pictórico, que en los catálogos de pinturas para artistas puede variar según el fabricante. El azul marino representa la noche y nos hace sentir relajados y tranquilos, como el inmenso y oscuro mar durante la noche.

Etimología

El nombre del color azul ultramar deriva del latín medieval ultramarinus, literalmente «de más allá del mar», en referencia a que el pigmento azul ultramar natural era importado de Asia por vía marítima.

Composición y propiedades

Su fórmula química es 3Na2O • 3Al2O3 • 6SiO2 • 2Na2S, y consiste básicamente en partículas de mineral azul extraídas de la piedra semipreciosa llamada lapislázuli. El lapislázuli suele incluir otros minerales, mayormente lazurita, pero también haüyna, sodalita y noseana, por lo que no es siempre uniformemente azul. Durante la fabricación del pigmento se procuraba separar los componentes indeseables (calcita, pirita, silicatos, etc.) del material azul, lo cual, junto con la dureza de la piedra, hacía difícil el procedimiento.

Historia

El azul ultramar natural o ultramarino verdadero es un pigmento azul transparentey sumamente estable que fue utilizado desde tiempos antiguos hasta alrededor del siglo XIX, pero que hoy se encuentra en desuso.

El azul ultramar natural fue apreciado por su color brillante y su resistencia a la luz del sol, al aceite y al agua dura. Es, sin embargo, extremadamente sensible a ácidos minerales diluidos y a vapores ácidos. El HCl, el HNO3 y el H2SO4 (aun estando diluidos) destruyen rápidamente su color azul, produciendo sulfuro de hidrógeno (H2S) en el proceso. El ácido acético ataca al pigmento en menor proporción que los ácidos minerales.

Este pigmento fue muy apreciado en Europa durante los siglos XIV y XV, ya que su brillo complementaba al bermellón y al oro de los manuscritos iluminados y de las pinturas italianas. Pero como el lapislázuli, que debía ser triturado para obtener el azul, es una piedra muy dura y además no cede el pigmento con facilidad, no sorprende que el azul ultramar natural fuera comparado con el oro. En textos bizantinos ya se advierte que, al tratar de separar el pigmento azul del lapislázuli simplemente pulverizando la piedra y enjuagando lo resultante con agua, solo se obtiene un polvo gris azulado pálido.

Alrededor del siglo XIII se mejoró el método de obtención, el cual fue descrito por Cennino Cennini a fines del siglo XIV. Este proceso consistía en moler finamente el lapislázuli y unirlo con cera, resinas, y aceites derretidos, envolver la masa resultante en un paño, escurrirla y luego amasarla con una solución diluida de sosa cáustica tibia. De esta manera las partículas azules se reunían en el líquido, mientras que las impurezas y los cristales sin color permanecían en la masa. Este proceso se repetía hasta que la masa ya no daba color.

Las soluciones de sosa cáustica con pigmento ultramarino se dejaban reposar, y luego se colaban a fin de dejar solamente el pigmento. Los pigmentos de las primeras extracciones eran de color más intenso y se consideraban sumamente valiosos, aunque se utilizaban los de todas las extracciones.

Los artistas del medioevo europeo usaron el azul ultramar natural principalmente en manuscritos iluminados y pintura sobre tabla, reservando frecuentemente el de mejor calidad y de color más intenso para las vestiduras de los personajes más importantes de una composición, como Jesús y la Virgen María. Debido al alto precio del pigmento, los artistas economizaban usando otro azul más barato, como la azurita, o bien ultramar de menor calidad, para dar color azul a zonas menos importantes de una obra. Otras veces se daban las primeras capas de azul con azurita y luego se las recubría con ultramar.

El ultramar natural solo fue usado para frescos cuando era aplicado secco, ya que su grado de absorción era tan alto que de otro modo resultaba prohibitivo utilizarlo. El pigmento era mezclado con algún medio pictórico como el temple al huevo y aplicado sobre yeso seco (tal como en los frescos de Giotto en la Capilla de los Scrovegni en Padua).

A comienzos del Renacimiento, tanto el pigmento ultramar como el pan de oro figuraban en los contratos que celebraban los pintores con sus patrones: estos asentaban la cesión de estos materiales de lujo como parte del pago a los artistas. Similarmente, la cantidad de azul ultramar utilizado en una pintura influía en el valor de esta.

Dado que el lapislázuli se extraía en las antiguas canteras de Badakhshan (situadas en la actual Afganistán) y se llevaba desde Medio Oriente hasta Venecia, Italia, el pigmento azul ultramar es rara vez visto en el arte alemán o en el de los países al norte de Italia.

Denominación en el Índice internacional del color

  • Pigment Blue 29, PB 29
  • CI 77007

Usos

El primer uso conocido del pigmento de lapislázuli data del siglo VI y VII d.C., en pinturas de templos zoroastrianos y budistas emplazados en cuevas en Afganistán, cerca de la fuente más famosa del mineral. El lapislázuli también ha sido identificado en pinturas chinas del siglo X y el siglo XI, en murales indios de los siglos XI, XII y XVI, e incluso en manuscritos iluminados anglosajones de alrededor del 1100.

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Fuentes