Diferencia entre revisiones de «Universidad Católica Argentina»

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Revisión del 14:31 27 mar 2013

Universidad Católica Argentina
Información sobre la plantilla
Institución con sede en Bandera de Argentina Argentina
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Tipo de unidad:Centro tecnológico de formación
País:Bandera de Argentina Argentina

Universidad Católica Argentina. Es una de las mayores y más prestigiosas universidades privadas en Argentina. Se encuentra ubicada en Puerto Madero y constituye la principal empresa educativa del país.

Historia

En Argentina, y en el medio católico, comienza a hablarse insistentemente de la necesidad de una universidad confesional durante la segunda mitad del siglo XIX, en que se define la oposición al laicismo que caracterizó toda esta época.

La idea de la creación de la Universidad, aparece primeramente en el Congreso Eucarístico del año 1884. En esa Asamblea, efectuada en el mismo año de la sanción de la Ley 1420, se dio una resolución a favor de la libertad de enseñanza en el orden secundario y superior. Además se hizo votos por la fundación de una Universidad Católica, investida con el poder de conferir grados académicos en las diversas facultades, en la cual se enseñara la doctrina católica en toda su integridad.

Cuando a fines de ese decenio, los católicos reanudan el interrumpido movimiento, vuelve a exteriorizarse con entusiasmo el mismo anhelo. En las Asambleas de 1907 (Buenos Aires) y 1908 (Córdoba) el tema de la libertad de enseñanza ocupa un lugar preferencial. El primer Congreso de la Juventud Católica de 1908, señala la importancia de la formación integral de la juventud e insiste en que se lleven adelante las resoluciones que desde 1902 había adoptado el Episcopado en el sentido de fundar la Universidad Católica “en la que se prepare a la juventud para el ejercicio de las profesiones liberales y se enseñe en toda su integridad la doctrina católica”. Por fin la iniciativa se cumple en 1910 por decisión del Episcopado Argentino, que funda la Universidad Católica de Buenos Aires. Esta primera Universidad, había sido concebida exclusivamente con el fin de proporcionar a sus alumnos, dentro de una formación católica y de una cultura general, la capacidad requerida por el ejercicio de determinadas profesiones. No existiendo en aquel momento ley orgánica que amparara a las universidades privadas, y de acuerdo con los preceptos constitucionales que reconocen el derecho de enseñar y aprender, creyeron los obispos que la carencia de aquélla, no era razón para diferir la fundación de una universidad.

El Pbro. Luis Duprat fue designado Rector y el Consejo Superior por su parte, estaba compuesto por los Dres. Joaquín Cullen, Emilio Lamarca y Angel Pizarro entre otros. El segundo y último Rector –hubo solamente dos- fue Mons. Miguel De Andrea. Recién dos años después de su fundación comenzó a funcionar su única Facultad, la de Derecho. Los planes de estudio de esta Facultad, se organizaron conforme a los planes de la Universidad oficial y año tras año, completó hasta llegar a seis, todo el cuadro de las disciplinas exigidas a las que se agregaron los cursos obligatorios de Filosofía e Historia, destinados a integrar la formación de los alumnos. Sin embargo, la vida de esta primera Universidad Católica fue efímera: al no obtener el reconocimiento de sus títulos por parte del Estado, cerró sus puertas en 1922. Fueron inútiles todos los esfuerzos empeñados para salvar la crisis abatida entonces sobre la flamante Universidad. Pero la experiencia sin embargo dejó una gran enseñanza, reveló la posibilidad de constituir un cuerpo docente y una estructura adecuada, capaces de servir de base y preparación a un instituto independiente y de alta cultura.

Misión

La Iglesia impulsa con renovada fuerza la urgente misión de evangelizar la cultura y las culturas. La Pontificia Universidad Católica Argentina, constituida por el Episcopado de la República Argentina como persona jurídica pública canónica, se reconoce a sí misma instrumento privilegiado en este empeño evangelizador, según las claras enseñanzas del Concilio Vaticano II, el Código de Derecho Canónico, la Constitución Apostólica "Ex Corde Ecclesiae" y el decreto de la Conferencia Episcopal Argentina que reglamenta su aplicación, el documento "Presencia de la Iglesia en la Universidad y la Cultura Universitaria", entre otros documentos magisteriales. La misión de la Universidad es la constante búsqueda de la verdad mediante la investigación, la conservación y la comunicación del saber humano para bien de la sociedad (Ex Corde Ecclesiae, 30), en un marco de excelencia académica, liderazgo en el campo del conocimiento y compromiso con la comunidad.

Al mismo tiempo, en la Universidad, en cuanto Católica, los estudios y enseñanzas se han de realizar e impartir a la luz de la Fe, es decir, del reconocimiento de la Verdad Revelada, de tal forma que la actividad sea presidida e inspirada por dicha verdad, que se encuentra en la Sagrada Escritura y en la Tradición, con la guía del Magisterio de la Iglesia que, por institución divina, es su maestra y custodia (ECE, 27). Por ello, la fe católica impregna:

  • la investigación y la enseñanza.
  • la formación de los miembros de la comunidad universitaria.
  • la misión de servicio y compromiso con la sociedad y la Iglesia.

La Universidad organiza la enseñanza y formación integral para preparar a la juventud y a todas aquellas personas con vocación universitaria, en la labor específica de la cultura, de la investigación científica, del ministerio de la docencia superior y en el ejercicio de las profesiones liberales, cuidando de promover tanto su especialización científica, profesional, artística o técnica, cuanto su cultura universitaria y superior, haciéndola capaz de ejercer su vocación con competencia y un recto sentido católico de los propios deberes y cumplir así un rol dirigencial en la sociedad.

Por su propia identidad, la Universidad Católica debe dar una respuesta adecuada a los graves problemas contemporáneos, particularmente de la realidad argentina y regional, en el complejo campo de la cultura intelectual moderna, descubriendo en la Palabra revelada por Dios una interpelación, un mandato y un sustento.

La Universidad procura lograr "una presencia, por así decir, pública, continua y universal del pensamiento cristiano en todo esfuerzo tendiente a promover la cultura superior y, también, a formar hombres insignes por el saber, preparados para desempeñar funciones de responsabilidad en la sociedad y a testimoniar su fe en el mundo" (Concilio Vaticano II, Gravissimum Educationis, n. 10).

Como institución dependiente de la Conferencia Episcopal Argentina, la Universidad Católica Argentina, conforme le fuera eventualmente solicitado por los Obispos diocesanos, en la medida de sus posibilidades y cumpliendo con las normas canónicas y civiles, podrá crear facultades en todo el país, salvadas las condiciones de razonabilidad y factibilidad académica y económica de cada proyecto.

Para todo ello, se ha de constituir como auténtica comunidad, es decir, espacio humano vitalizado por la fe que brinda un desarrollo equilibrado e integral de la persona. En su misión, la Universidad está animada por un espíritu evangélico misionero, de apertura y pluralismo. Por ello ha de proveer el ámbito donde se promueva el diálogo entre creyentes y no creyentes, sin renunciar a la verdad, en la mayor caridad.

En resumen, la Universidad Católica Argentina ha de brindar una formación integral, que realice la síntesis entre excelencia en el campo profesional y compromiso social desde una cosmovisión humanístico-cristiana.

Objetivos

La UCA se propone responder a los desafíos del mundo actual aportando lo que le es propio en cuanto a:

  • Universidad: Trabajando a través de la investigación, el pensamiento y la docencia al servicio del hombre.

Para ello, promueve el examen de la realidad con los métodos propios de las distintas disciplinas y las integra en el necesario diálogo entre fe y razón. Tal integración insertada en las ciencias no es una cuestión meramente epistemológica, es fundamentalmente una inserción en la realidad. La búsqueda constante de calidad y excelencia desde el punto de vista académico garantiza la formación de profesionales capaces, a cargo de docentes dispuestos a perfeccionarse y actualizarse permanentemente y volcados a la investigación que aporte soluciones a la problemática del país.

  • Católica: Como tal, procura guardar su identidad y mantener una presencia viva de la Iglesia y su mensaje de salvación en la universidad y en la cultura. Actuar conforme a los valores cristianos traducidos en una ética en el modo de relacionarse, significa un compromiso que se adquiere para toda la vida y se proyecta en lo personal y en lo social.

La Universidad Católica es una universidad abierta que busca enriquecerse en la diversidad y en el diálogo respetuoso, que trata de formar no solamente al profesional eficiente que aporta soluciones técnicas a los problemas de la comunidad, sino también al ciudadano y al dirigente honestos.

  • Argentina: Se propone dar respuesta a las necesidades del hombre de hoy, con rostro visible, inserto en la nación y en el mundo. La Universidad debe estar presente en los más diversos ámbitos ofreciendo respuestas desde la docencia, la investigación y la reflexión y no perdiendo jamás de vista que ellas cobran verdadero sentido cuando pueden aplicarse a los desafíos concretos.

Líneas de acción

Para cumplir su misión, la Universidad Católica Argentina, en el marco del Proyecto Institucional 2001-2006, ha fijado diversas líneas de acción, entre las que se destacan:

  • La misión de la Universidad ha de impregnar vitalmente toda su estructura y reflejarse en cada una de sus actividades, de tal manera que se constituya como un centro de altos estudios, según la más rigurosa concepción de una auténtica Universidad, mediante equipos de investigación, enseñanza y servicios de excelencia constituidos por profesores y estudiosos calificados que preparen a los jóvenes para que ejerzan su vocación con competencia y un recto sentido católico de sus deberes.
  • El diálogo entre ciencia y fe, señalado como prioritario por la Iglesia, se ha de asumir en toda la Universidad, ante todo, en el ejercicio ordinario de la docencia y la investigación, y mediante acciones concretas que fomenten una efectiva integración del saber. Particularmente, se promoverán cursos, conferencias, jornadas y trabajos de investigación, fundamentalmente a través del Instituto de Integración del Saber y de cada una de las Facultades. Las Facultades de Teología y Filosofía han de desempeñar un papel fundamental en este campo.
  • Las asignaturas filosóficas y teológicas deberán implementarse y articularse en conjunción con las disciplinas específicas, de modo que respondan a la unidad del saber y la formación integral del alumno. Estarán presentes en los planes de estudio de las diferentes carreras de manera tal que sean realmente formativas. Con motivo de la renovación de los planes de estudio, el Instituto de Cultura y Extensión Universitaria formará una comisión que estudie esta temática y eleve sus conclusiones al Consejo Superior.
  • Para la conformación de una auténtica comunidad universitaria han de promoverse encuentros y actividades espirituales, pastorales, culturales, sociales y recreativas destinadas a alumnos, docentes, graduados, directivos y administrativos. Una especial atención merece la integración de los alumnos que estudian en la sede de Capital Federal y provienen del interior del país. Para tal fin, se ha de procurar una acción convergente del Instituto de Espiritualidad y Acción Pastoral y de las unidades académicas, especialmente a través de los tutores de los primeros años de estudio y del diseño de actividades comunes de integración, como los cursos de ambientación, las actividades realizadas por el Centro Cultural de la Universidad, etc.
  • Las actividades deportivas y artísticas serán promovidas como valiosos instrumentos para un desarrollo integral de la persona y la integración de la comunidad universitaria.

Escuela de Negocios

En la Escuela de Negocios forman personas que sepan gestar, dirigir y administrar buenos negocios. Saben que el éxito en los negocios es producto de la capacitación científica y técnica de excelencia aplicada en la práctica junto a la intuición, la imaginación y la creatividad desplegadas en toda su envergadura. Para integrar estos recursos eficazmente es preciso contar con una formación humanista que valore los diversos enfoques para entender la realidad y aborde con solvencia la problemática de relaciones interpersonales, propias del quehacer empresario y del mundo de los negocios.

Se proponen servir al bien común y a una mejor calidad de vida para las personas. Facilitar la creación de más y mejores negocios y empresas, trabajando y creando trabajo. Se encuentran llamados vocacionalmente conocer las necesidades insatisfechas de su sociedad que son un severo límite para su crecimiento, justicia y bienestar. La acción que les corresponde en éste ámbito se manifiesta en el desarrollo de organizaciones solidarias y el énfasis en la formación en la Responsabilidad Social Empresaria.

Fuentes