Víctor Páez Rivero

Víctor Páez
Información sobre la plantilla
Victor Páez Rivero.jpg
Combatiente revolucionario cubano contra el régimen de Fulgencio Batista
NombreVíctor Manuel Páez Rivero
Nacimiento15 de junio de 1934
Los Palacios, Pinar del Río, Bandera de Cuba Cuba
ResidenciaCubana
NacionalidadCubana
CiudadaníaCubana
OcupaciónCoronel retirado de las FAR
Conocido porVíctor Páez
Partido políticoPartido Comunista de Cuba
PadresPatricio Páez
Víctor Manuel Páez Rivero. Incansable luchador de la clandestinidad y la guerrilla, coronel retirado de las FAR y fundador del Partido Comunista de Cuba, que ha dedicado su vida a la preservación de las conquistas de la Revolución.

Síntesis biográfica

Nació el 15 de junio de 1934 en la finca Paula, Barrio Sierra que hoy denominan El Pitirre, término municipal de Los Palacios, Pinar del Río. Hijo de Patricio Páez, mártir de la Revolución.

Su niñez transcurrió humildemente en fincas al norte de Los Palacios. Eran 10 hermanos, circunstancia que constituyó un factor desfavorable para el desarrollo sociocultural de una familia de escasos recursos financieros; sin embargo bajo el influjo del padre, que tenía 6to grado, y que leía cuanto periódico, revista o libro caía en sus manos, todos, excepto su hermana Hilda, lograron concluir la primaria, en la escuela pública era la No 6, José de la Luz y Caballero donde tuvieron una excelente maestra, Josefina Ochoa Linares, que vivía en la Calzada de la Coloma y que jamás faltaba a sus clases.

Su padre en 1952, después del Golpe de Estado del 10 de marzo de se afilió al Partido Ortodoxo. Fue opositor a Batista desde el 4 de septiembre de 1934 cuando el golpe de los sargentos. En 1940 guardó prisión durante tres meses en la cárcel de Pinar del Río razón que influyó en que fueran desalojados de una pequeña parcela que trabajan en la finca “San Braulio”. Se convirtió entonces el joven Víctor en cortador de caña y mozo apoderado de un campesino pudiente que por aquel entonces brillaba como un título. Significa algo semejante a un joven trabajador para quien el dueño, generalmente un hacendado, reserva especial afecto y determinados privilegios como el de sentarse a comer a la mesa principal.

Trayectoria revolucionaria

En la clandestinidad

En 1956, cuando trabajaba como obrero agrícola, se incorpora al Movimiento 26 de Julio, donde realiza diversas actividades como quema de cañaverales, casas de tabaco, redes eléctricas, repartición de propaganda y venta de bonos para la recaudación de fondos, fue una época en la que vivió en permanente espiral de tensión y vigilia. Durante mucho tiempo tuvo que fingir ser un manso trabajador para nada confiado lo que le garantizó no ser una de las víctimas del esbirro Jacinto Menocal.

En esa vorágine se mantuvo hasta noviembre de 1957 que por orden de la Dirección del movimiento 26 de julio, cuyo coordinador en Los Palacios era el Moro Heriberto Abay, fueron paralizadas las acciones, para comenzar con la organización del Frente Guerrillero de Pinar del Río. Hasta que en marzo de 1958, comandado por Juan Palacios Beltrán, se creó un frente guerrillero en la zona de “El Cacho” que llegó a contar con 52 combatientes, en su escalafón le correspondió a Víctor ser el número 5.

En la guerrilla

En ese frente su misión consistía en fungir como práctico y enlace entre la montaña y el llano, lo que lo exponía constantemente a ser detectado por el enemigo que contaba con su red de colaboradores conocido por el despectivo mote de chivatos.

Conocía esa geografía como las palmas de sus manos, en cientos de kilómetros cuadrados, sabía donde fluían las aguadas, el minúsculo arroyito, el manantial exiguo, cuáles sitios era propicios para la emboscada, dónde estaban diseminadas las cuevas y sus dimensiones, las antiguas veredas y las recientes, los caminos ciegos que no llegaban a ninguna parte, trampas mortales para una tropa agotada. Podía caminar sin dejar huellas verdaderas a través de un terreno fangoso haciéndolo de espaldas para despistar al perseguidor o arrastrarse silencioso por la hojarasca como un mudo majá.

Todo eso le evitó la muerte en muchas ocasiones. Una experiencia de alzado en armas que años después tendría que utilizar contra otros alzados conocedores de los mismos trucos.

La guerrilla, para sobrevivir, debió soportar penalidades muy duras. Tuvieron algunas escaramuzas con el ejército. Dos desertores resultaron ser espías que dejaron señales previamente acordadas del campamento y sus dependencias que guiaron a los aviones B-26 durante un combate muy intenso. Luego del bombardeo solo quedaron 13 hombres en el Frente Guerrillero de Pinar del Río, hubo varios heridos, pero la mayoría desertó. Entonces el comandante Palacios decidió desmovilizarlos, una retirada estratégica en la espera de mejores oportunidades pasando nuevamente a la clandestinidad.

El 25 de julio de 1958 partió nuevamente para el Abra de Caiguanabo y allí quedó conformado nuevamente el Frente Guerrillero de Pinar del Río, comandado esta vez por Dermedio Escalona Alonso. Poco después participó en el asalto al cuartelito de San Andrés y quema del chalet de Chucho Díaz, un latifundista pro batistiano de la zona y de ahí se traslada junto a sus 17 compañeros para “El Seboruco”.

El 10 de octubre participó en el ataque al cuartel de las Pozas que constituyó un éxito propiciándole alrededor de 20 bajas al enemigo y el aumento de armas al frente. Posteriormente el día 17 participó en el tiroteo al puesto militar en la “Loma del Toro”. Durante el mes de octubre permaneció en la comandancia del Frente en Seboruco como práctico y enlace con los grupos de combatientes y el llano. El día 21 recibió un golpe durísimo, fatal, al recibir la noticia del asesinato de su padre en el Salto del Venado, junto a varios compañeros que pertenecían a la retaguardia del frente guerrillero.

El triunfo revolucionario

Con el Triunfo de la Revolución pensó que se iniciaría un período de calma y descanso pero resultó todo lo contrario. Durante 1959 ascendido a Teniente fungió como jefe de los cuarteles de Santa Cruz, Candelaria y Los Palacios.

En 1960 ascendió tres veces al Pico Turquino al frente de un pelotón de la policía militar. En ese año se le ordenó organizar las milicias en Consolación del Sur, Conformar el Cuarto Batallón, armarlo y prepararlo militarmente en la zona de “La Leña”, batallón con el cual capturó al capitán Clodomiro Miranda que se había alzado por la costa norte. En 1961 parte con un batallón de 620 hombres hacia Topes de Collante, para participar en la limpia del Escambray.

Accionó por Topes, Cuatro Vientos, La Güira, Dos Arroyos, Güinía de Miranda, Barrao, entre muchos territorios, combatiendo contra las bandas contrarrevolucionarias de asesinos como Cesar Páez, Osvaldo Ramírez, Ramirín Quezada, los Ortegas y otros. Posterior a 1961 persiguió numerosas bandas en Pinar del Río como la de Pedro Celestino Sánchez, “Oriente”, El Lechonero, por la zona de Rangel; a Los Oliveras y Los Armenteros en San Diego de Tapia, a la de los tres Hermanos Arteaga, por la Sierra de los Órganos, la de Francisco Robaina Domínguez, alias machete, auxiliado por dos ex-tenientes de milicias nombrado Tite y Escaparate.

Para llegar a coronel hubo de cumplir numerosas misiones entre ellas preparar a los oficiales de la reserva del municipio en el arte de la vida en campaña y la lucha de guerrillas como parte de la preparación para la guerra de todo el pueblo.

En la actualidad

Luego de miles de vueltas, viajes y episodios que la vida le impuso, retornó al punto de origen donde nació, en la actualidad trabaja una pequeña parcela de cultivos varios, de vez en cuando viene al pueblo en su araña, saluda a familiares y amigos, y regresa a su paraíso: un entorno de vegas, palmares y arroyos, lejos del mundanal ruido.

Véase también

Fuente