Yateras (Presencia Francesa)

Yateras (Presencia Francesa)
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Presencia francesa. En los momentos actuales la presencia francesa en esta zona se demuestra a través de ruinas de las casas, secaderos, plantas para el despulpe y secado de café entre otras.

Llegada de los franceses
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A partir de la llegada de los colonos franceses que producto de la guerra de Haití a finales de 1791, quienes fomentaron numerosos cafetales e introdujeron las técnicas más avanzadas en la construcción y en los cultivos, así como la influencia directa de su cultura, tradiciones, costumbres y dialecto. Las primeras oleadas trajeron consigo vestigio de una cultura refinada y afrancesada, que propicio un ascendente desarrollo económico de la zona oriental, donde se aplicaron nuevos métodos en el cultivo del café, caña de azúcar, ganado, algodón y con menor cuantía el añil.Yateras no estuvo exento de este proceso que influyó positivamente en su desarrollo económico y social cuya basta superficie media 11,713 caballerías de tierras cuadradas. Hasta la llegada de los franceses era un municipio prácticamente despoblado, su población se llegó a encontrar principalmente en los 35 cafetales que estaban compuestos en su mayoría por diferentes edificios la casa vivienda, los secaderos, barracones de los esclavos, bastando, la casa donde se procesaba el fruto, siendo esta por lo general la más grande, algunos poseían sus propios cementerios mostrando gran conocimiento y dominio en las técnicas más avanzadas de la época, loas cuales eran verdaderas obras de arte por su estructura y arquitectura. En la actualidad haciendo un recorrido por esta zona montañosa nos encontramos con varias ruinas, las que en el siglo pasado fueron

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magnificas edificaciones mostrando el alto nivel de vida de los hacendados franceses, además de perdurar los apellidos Vegué, Gouleach, Preval, Chivas, entre otros cafetales como: El Jagüey, Los Naranjales, El Noelí, Campo Hermoso, Dios Ayuda, Monte Verde, El Silencio, Bella Vista, Santa Rita Perla, La Carolina, Felicidad, entre muchos más son parte de nuestra identidad y patrimonio local y nacional.

Principales cafetales franceses

Cafetal Bella Vista

Este fue fundado por Juan Vegué, natural de Francia, contaba con un área de 17 caballerías

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de tierra, es decir, 22.814 áreas, 35 centiáreas, de las cuales un 75% estaba dedicada al cultivo del café, contaba con una dotación de esclavos bastante numerosa constituyendo una de las mejores viviendas de la zona; pues contaba con agua corriente que llegaba por medio de un ingenioso acueducto por la gravedad, tenía bellos jardines con una fuente que tenía surtidor por donde brotaba además con varios barracones, secaderos, plantaciones de café y una caballeriza con piso de mosaicos de Guayacán negro, donde se cuidaban los caballos de las razas más selectas.
Estaban valoradas en 28. 800 pesos oro, después de la muerte de Juan Vegué este paso a sus hijos y nietos. Aproximadamente en 1916 la caballeriza, almacén y varios barracones se hundieron desapareciendo totalmente bajo tierra sin poder explicar hasta hoy la causa del siniestro.
Hasta 1956 la casa existió habitable y bastante buena hasta que descendientes de los antiguos dueños la destruyeron por temor a que se derrumbara y para aprovechar partes de los materiales.

Cafetal Caridad

Contaba con un área de 8 caballerías y era propiedad primero de Manet y Sagul, luego pasó a la mulata Juana Mena, luego fue adquirida por Juan Vegué y anexada al cafetal Bella Vista formando una sola propiedad, esta finca contaba con un gran batey con casas viviendas, molino, barracones y secadores, según la tradición popular existe una ruta por entre estas ruinas por donde pasó el General Antonio Maceo y su tropa cuando la invasión a Guantánamo en 1871, estas edificaciones no llegaron al siglo XX.

Cafetal Santa Rita

Contaba con un área de 5 caballerías de tierra equivalente a 67 hectáreas, 10 áreas y 10

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centiáreas propiedad de Juan Agustín Gouleach, natural de Francia, tenía una dotación de esclavos numerosa, estaba compuesto por los secaderos, casa vivienda, barracones, potreros y plantaciones de café y hasta hace pocos años se podía ver una rueda de aproximadamente 8 pies de alto que se empleaba para el despulpe del grano, actualmente habitan en este lugar descendientes del primer dueño.

Cafetal Las Gracias

Propiedad de Doña Josefina Monier y Monier, natural de Francia, que la compró a Don Víctor Savón, el 7 de mayo de 1875 luego fue adquirida por Juana Mena, estaba compuesta por vivienda y demás instalaciones, se pueden ver hoy las ruinas de este lugar donde se encuentran los tanques de lavar café, en este cafetal estaban también las ruinas de un gran horno de cal, por lo que es de suponer que en este sitio se extraía ese material de las construcciones de las edificaciones de las demás fincas de los alrededores, contaba con 10 caballerías de tierra equivalente a 134 hectáreas, 10 tareas y 20 centiáreas.

Cafetal Palmarito

Contaba con un área de 15 caballerías, equivalente a 75 áreas y 22 centiáreas, el 50% que era plantación de café, el resto de montes y potreros en la última década del siglo XlX fue propiedad de Juana Mena, la cual después de la destrucción del cafetal Las Gracias se la vendió a Juan Vegué y desapareció para siempre sin que jamás se supiera de su destino. La casa vivienda de esta finca se mantuvo habitable aproximadamente hasta 1972 - 1973 cuando sus habitantes la destruyeron por estar muy deteriorada.

Cafetal El Jagüey
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Propiedad de Jorge Preval y Landa contaba con 30 caballerías de tierra equivalente a 402 hectáreas, 60 áreas y 60 centiáreas, de las cuales 1/ 2 de labranza, tres de monte y l resto de sao, con una la casa vivienda, cocina del techo de zinc, casa de molino de Zyamon, movido por tracción animal, aguada natural y tenía 7 secaderos para el secado de café, además de poseer una característica envidiable, tenía dos plantas una era un molino y despulpadora y la otra un almacén, la casa vivienda con 6 cuartos, 4 grandes y dos pequeños, compuesto además por sala, saleta y comedores, al frente y a un lateral, está construida de piedras, maderas y tierra, Jorge Preval era además propietario de la finca El Silencio la que era administrada por Fidencio Preval.
Al morir el propietario queda como representante de la finca su hermano Fidencio, aprovechándose de que la esposa del fallecido (Adela) era de color negro y no sabía leer ni escribir, buscón un abogado y sin saber lo que afirmaba legalizó un documento donde le dio derecho a la finca y demás bienes es entonces que Fidencio se apodera de las dos fincas.
El jagüey poseía un cementerio del mismo nombre, hecho por los franceses para enterrar sus familiares donde todavía se observan lápidas que indican el nombre de algunos enterrados allí, la vivienda se encuentra habitable aunque transformada.
Fidencio Preval antes de morir le vende la finca de Jagüe Antonio Portillo de origen venezolano, antes de morir deja 7 hijos que heredan la finca, la cual dividen en siete partes iguales, ellos fueron: Antonio, Fernando, Emilia, Luís, Manuel y Octavio, las restantes tres caballerías fueron distribuidas a una parte de los esclavos, las que se llaman “La Congueria”.

Cafetal Los Naranjos
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Poseía una extensión de 25 caballerías de tierra compuestas por dos porciones, una con 19 caballerías, equivalente a 254 hectáreas, 98 áreas y 39 centiáres que contenía una casa vivienda de dos piso de tablas y de techo de tejas galvanizadas. Esta hacienda se dedicaba al cultivo del café compuesta por 6 secaderos, molino de café, barracones, batardó y cementerio. La segunda ubicada en Los Calderones compuesta por 6 caballerías de tierra propiedad del Francés Don Enrique Eduardo Chibás, conocido con el sobrenombre Eduardo Casado, fue construido en 1946 .

Cafetal Dios Ayuda

Llamada antes Dos Hermanas, compuesta por 10 caballerías que equivalen a 134 hectáreas, 20 áreas, 20 centiáreas, propiedad de Antonio Simón, luego pasó a Don Lorenzo quien la vendió a Lucila el 20 de febrero de 1861, al morir ésta pasó a su hija Doña Josefina, luego pasó a Don Cristóbal el 3 de diciembre de 1883 . En esta hacienda de café existía una casa vivienda, secaderos y otras identificaciones.

Fuente

Museo Municipal