Úlcera por contacto

Revisión del 06:30 23 may 2019 de Javiermartin jc (discusión | contribuciones) (Texto reemplazado: «<div align="justify">» por «»)
(dif) ← Revisión anterior | Revisión actual (dif) | Revisión siguiente → (dif)
Úlcera por contacto
Información sobre la plantilla
Úlcera de contacto.jpg
Pequeña ulceración superficial que se desarrolla en la superficie interna del aritenoides, en respuesta a una aposición en exceso forzada de los dos cartílagos aritenoides, durante la fonación.

Úlcera por contacto. Son el desenlace de una presión mantenida en una zona de piel que causa lesiones superficiales y en los tejidos situados debajo de ésta. Al mantenerse una zona presionada constantemente por un tiempo largo, esta zona queda desprovista de irrigación de arterias y venas, luego no recibe nutrientes adecuados para sobrevivir. Por ello con el tiempo los tejidos se mueren formándose una úlcera o llaga por presión.

Etiología

La úlcera por contacto es una lesión rara, que se presenta de forma casi exclusiva en varones adultos, con mayor frecuencia durante la cuarta década de la vida. El abuso vocal es, sin duda, el factor etiológico más importante.

La enfermedad se observa generalmente en predicadores, oradores, entrenadores deportivos y abogados, que se ven obligados a un uso forzado de la voz. El hábito de fumar y la tos persistente pueden ser asimismo, factores etiológicos. Con frecuencia, el comienzo de los síntomas se relaciona con una infección respiratoria superior aguda.

Anatomía patológica

Los vértices de las apófisis vocales sufren un traumatismo por aproximación recíproca durante el habla forzada, con el resultado consiguiente de que se lesiona la delgada mucosa suprayacente y se denuda una zona de cartílago.

A medida que prosigue el traumatismo, se presenta una respuesta inflamatoria, con hiperemia y producción de tejido de granulación, que da lugar a la tumefacción e inflamación de los rebordes de la úlcera. El cráter de la úlcera se rellena con restos necróticos. Si se produce una cantidad excesiva de tejido de granulación, puede aparecer un pólipo granulomatoso sésil compuesto de tejido fibroso y células inflamatorias que aparece recubierto por una gruesa membrana blanca y necrótica. Esta forma de granuloma tiende a conservar su aspecto sésil y por lo general no se epiteliza. Puede observarse pericondritis de la apófisis vocal.

El Granuloma por contacto debe diferenciarse del granuloma traumático, que por lo común es solitario, pediculado, vascular y epitelizado. El granuloma traumático puede desaparecer de forma espontánea, mientras que es rara la remisión del granuloma por contacto.

Manifestaciones clínicas

Los síntomas varían ampliamente según la incidencia y el tipo. La voz puede ser casi normal, aunque suele existir una discreta disfonía, que aumenta con el uso de la voz y que puede acompañarse de odinofonía. La voz sufre otras alteraciones, tales como la afonía silábica, la voz monótona y el tono bajo.

El dolor, originado en las estructuras profundas del cuello e irradiado a la zona lateral del mismo o al oído, es típico de esta afección. Pueden presentarse también punzadas persistentes en la garganta, tos irritativa improductiva, una necesidad permanente de aclararse la garganta, hemoptisis, sensación de ocupación de la garganta y sequedad.

El aspecto de la laringe varía según la fase de desarrollo de las úlceras, inicialmente pueden observarse pequeñas úlceras pálidas en la superficie interna de la apófisis vocal y cartílago denudado en su centro. Más adelante la úlcera se recubre con una membrana necrótica.

En una fase más activa, los rebordes ulcerosos se vuelven hiperémicos, con lo que la lesión adquiere el aspecto de un halo rojizo.

Aún más tarde, en el lugar de la úlcera puede aparecer un granuloma pálido y sésil, es generalmente unilateral y puede adaptarse a una depresión en forma de taza en el aritenoides opuesto, produciendo la típica deformidad de la jícara y el plato. Otras alteraciones laringoscópicas son el edema de las eminencias aritenoides, la formación de bandas mucosas entra las apófisis vocales y la persistencia de una hendidura, durante la fonación, entre los cuerpos aritenoides por detrás de las apófisis vocales. El diagnóstico se basa en el aspecto único y la localización de las lesiones.

Tratamiento

Cuando las úlceras se hallan en la fase aguda, es imperativo el reposo absoluto de la voz, que debe continuarse durante varias semanas hasta la curación de las úlceras, pero esto rara vez es absolutamente factible, por tanto, es conveniente un corro período de reposo vocal, seguido de un programa de reeducación gradual de la voz. En la fase aguda pueden ser útiles los antibióticos y debe prohibirse el tabaco.

Como el aspecto de las úlceras y de los granulomas por contacto es típico, rara vez es necesaria la biopsia de las úlceras, que debe evitarse siempre que sea posible debido a la cicatrización retardada o a la formación de una cicatriz exuberante, consecutivas a la biopsia, sin embargo, puede ser necesaria la extirpación de una gran masa granulomatosa.

La biopsia debe practicarse apara descartar el carcinoma o una enfermedad granulomatosa infecciosa, si el aspecto clínico es atípico. En raras ocasiones la úlcera puede persistir a pesar del tratamiento, debido a la pericondritis de la apófisis vocal, en cuyo caso será necesario proceder a un legrado conservador con una pequeña pinza de biopsia.

En ocasiones, la odinofonía y la odinofagia graves y persistentes, pueden aliviarse con pequeñas dosis de irradiación (75 a 100 R), aunque el empleo de la irradiación para las lesiones benignas está sujeto a discusión. Cabe destacar el valor del reposo de la voz y la reeducación vocal, ya que constituyen la base del tratamiento de esta enfermedad.

Fuentes

  • John Jacob Ballenger. Enfermedades de la nariz, garganta y oído (en línea). Tomo 1 Pág. 409. Edición Revolucionaria. La Habana. Cuba. 1981.
  • Información sobre Úlcera por contacto (en línea). Consultado: 02 de septiembre de 2014. Disponible en: www.tuotromedico.com