Agricultura boliviana

Agricultura boliviana
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Concepto:Se define como “el arte de cultivar la tierra” proviene del latín ager, agri (campo) y cultura (cultivo). Es una actividad que se ocupa de la producción de cultivo del suelo, el desarrollo y recogida de las cosechas, la explotación de bosques y selvas (silvicultura), la cría y desarrollo de ganado.

Agricultura boliviana. Bolivia posee una estratégica ubicación geográfica que hace de las tierras bolivianas una verdadera joya. Con los más variados tipos de paisajes, recursos y fértiles espacios, la agricultura en Bolivia se caracteriza por una gran riqueza que la convierte en uno de los países más ricos del mundo en diversidad biológica.

Agricultura de Bolivia

Se cataloga en dos sectores. Por un lado está el sector de la agricultura clásica o tradicional; la cual se desarrolla mayoritariamente en las regiones central y oeste, en departamentos como La Paz, Oruro y Cochabamba, y por otro lado el sector de la agricultura moderna o comercial; cuyo desarrollo se da sobre todo en regiones del departamento de Santa Cruz de la Sierra y Tarija, hacia el este y sur del territorio andino respectivamente.

  • La agricultura tradicional boliviana refiere a aquella en la que se utilizan herramientas de cultivo clásicas (tales como la hoz o el azadón), la tracción a sangre y los períodos de siembra y cosecha naturales (una sola cosecha anual). Además, la utilización del riego artificial es prácticamente inexistente, se rota la tierra y se emplean abonos naturales, como dicta la tradición. Estos procedimientos dan como resultado una producción agrícola natural, sin alteraciones artificiales de ningún tipo y con un valor muy especial.
  • La agricultura moderna boliviana, el factor tecnológico e industrial marca la diferencia. Este tipo de producción agrícola surge a partir de la expansión de los plantíos hacia nuevos terrenos y paisajes, atendiendo así a nuevos desafíos y exigencias. En este sentido, la moderna agricultura de Bolivia incluye la utilización inteligente y amistosa con el medio ambiente de maquinaria y tecnología de punta, sofisticados sistemas de riego artificial, fertilizantes, semillas y sistemas de control de plagas, entre otras cosas. Dentro de la producción agrícola de esta categoría destaca la constante exportación de la soya, el algodón y el sésamo, entre otros productos.

Cultivos

En Bolivia se cultiva una gran variedad de productos agrícolas, destacándose sobre todo los cereales y los resultantes de los cultivos industriales. Entre los cereales, la quinua representa la mayor y mejor producción, de hecho, Bolivia es el mayor productor de quinua del mundo, exportando unas sorprendentes 25.000 toneladas al año, recaudando más de 150 millones de dólares anuales. Otros cereales fundamentales que se cultivan en Bolivia son el arroz, maíz, avena, trigo y avena.

Entre los cultivos industriales, la soya y la caña de azúcar son los dos productos más importantes. Tanto es así que Bolivia ha recaudado más de 251 millones de dólares en exportación de soya en 2013 y el año siguiente rompió un récord mundial al exportar 3,1 millones de toneladas de este producto.

Otros productos agrícolas significativos de Bolivia son los tubérculos; destacándose las patatas, la yuca y el camote; las verduras y hortalizas, entre las que destacan las arvejas, habas y frijoles; frutas tan variadas como bananas, piñas, mangos, chirimoya, papaya, achachairú o maracuyá; y estimulantes naturales como el cacao, café, té y coca.

Planes de la agricultura boliviana

El plan del gobierno para 2021-2025 en relación a la agricultura nacional se enmarca en dos vertientes principales: fomentar polos de desarrollos productivos para a la sustitución de importaciones garantizando la seguridad alimentaria e incrementar una producción agropecuaria para abastecer el mercado interno y la industrialización con miras a la exportación. Respecto a la seguridad alimentaria, el PDES propone que Bolivia deje enteramente de importar (e incluso comenzar a exportar) tres cultivos estratégicos: trigo, hortalizas y frutales. Sin embargo, los datos estadísticos del INE reflejan que las metas propuestas están por encima de las tendencias productivas históricas de los últimos años. Bolivia posee alrededor de 8,9 millones de hectáreas de superficie total disponible para el desarrollo de actividades agrícolas. De estas, 4,3 millones de hectáreas estaban cultivadas, en barbecho o en descanso y otras 4,5 millones contaban con potencial agrícola; dicho de otra forma, solo el 8% del total del territorio nacional está disponible para el desarrollo de la actividad agrícola[1]. No obstante, actualmente el avance de la frontera agropecuaria se lleva a cabo en tierras no aptas para la agricultura, sacrificando valiosos ecosistemas como bosques y montes.

El plan del gobierno para 2021-2025 en relación a la agricultura nacional se enmarca, a grandes rasgos, en dos vertientes: por un lado, fomentar polos de desarrollos productivos con miras a la industrialización con sustitución de importaciones y garantizando la seguridad alimentaria con soberanía y, por otro lado, diversificar e incrementar una producción agropecuaria para abastecer el mercado interno y la industrialización con miras a la exportación. De las vertientes del plan del gobierno para 2021-2025 parte de potencializar la producción agrícola y con ello consolidar una seguridad alimentaria con soberanía. Para lograr esto, se plantea un apoyo al sector productivo que fortalezca los procesos de innovación tecnológica, asistencia técnica, manejo fitosanitario, comercialización y producción agrícola en torno a tres productos agrícolas clasificados como estratégicos: trigo, frutales y hortalizas.

Agricultura familiar en Bolivia

La agricultura familiar incluye todas las actividades agrícolas de base familiar y está relacionada con varios ámbitos del desarrollo rural. La agricultura familiar es una forma de clasificar la producción agrícola, forestal, pesquera, pastoril y acuícola gestionada y operada por una familia y que depende principalmente de la mano de obra familiar, incluyendo tanto a mujeres como a hombres. La agricultura familiar tiene un importante papel socioeconómico, ambiental y cultural. De acuerdo al Viceministro de Desarrollo Rural Agropecuario, Victor Hugo Vásquez se identificaron 775.000 unidades productivas en todo el país, de ellas, el 94% comprende a la agricultura familiar y el 6% a los medianos y grandes productores ubicados principalmente en Santa Cruz.

Población, migración y empleo agropecuario

La mano de obra agraria estaba concentrada en el área andina y las relaciones laborales se caracterizaban por la coexistencia de un sistema hacendal con comunidades originarias tradicionales. Las haciendas usufructuaban la mano de obra indígena a través de prestaciones de trabajo gratuito y controlaban los circuitos de abastecimiento de bienes agrícolas. Las relaciones de servidumbre al interior de las haciendas inmovilizaban a los colonos en sus pequeñas parcelas e impedía que los mismos pudieran relacionarse con los mercados de consumo final. A partir de la Reforma Agraria (1953) el cambio en la distribución de la tierra producto de la reforma, implicó importantes transformaciones en el uso de la mano de obra. El trabajo que antes era apropiado por las haciendas empezó a ser retenido por los pequeños parceleros para el desarrollo de sus propias actividades productivas. Al mismo tiempo, se eliminaron las barreras institucionales que impedían la libre movilización de la mano de obra, favoreciendo la estructuración de mercados regionales de trabajo y la aparición de una dinámica migratoria más intensa. Dada la nueva estructura agraria establecida a partir de las reformas, la escasez de tierras en áreas densamente pobladas de occidente, exacerbadas por la excesiva parcelación, el deterioro de la tierra y la lenta transformación estructural del sector agropecuario, constituyeron las causas principales para la búsqueda de alternativas de producción agrícola en otras regiones del país. Así, la colonización se constituyó en una alternativa importante de desemboque, logrando desarrollarse durante más de tres décadas posteriores a la Reforma Agraria, importantes zonas de colonización en el norte de Santa Cruz, las inmediaciones de las carreteras y caminos de penetración de Cochabamba, regiones del Beni y los Yungas paceños. Estos flujos migratorios iniciados en los 70’s permitieron por una lado, la ampliación de la frontera agrícola, principalmente destinada a la producción de caña de azúcar, arroz, maíz, algodón y soya en el Departamento de Santa Cruz y, por el otro, la producción de coca en el Chapare. Los procesos migratorios junto a otros factores demográficos, ocasionaron cambios de magnitud y estructura en la población del país. Los últimos 50 años la población rural en Bolivia se redujo porcentualmente del 73% al 38%, a pesar de haberse incrementado numéricamente en algo más de un millón de personas, mientras que la población urbana aumentó del 26% al 62% en el mismo periodo, pero con un incremento numérico de casi cuatro millones y medio de personas.

Agricultura familiar en Bolivia

La agricultura familiar incluye todas las actividades agrícolas de base familiar y está relacionada con varios ámbitos del desarrollo rural. La agricultura familiar es una forma de clasificar la producción agrícola, forestal, pesquera, pastoril y acuícola gestionada y operada por una familia y que depende principalmente de la mano de obra familiar, incluyendo tanto a mujeres como a hombres. La agricultura familiar tiene un importante papel socioeconómico, ambiental y cultural. De acuerdo al Viceministro de Desarrollo Rural Agropecuario, Victor Hugo Vásquez se identificaron 775.000 unidades productivas en todo el país, de ellas, el 94% comprende a la agricultura familiar y el 6% a los medianos y grandes productores ubicados principalmente en Santa Cruz.

Importancia de la agricultura familiar

La agricultura familiar y a pequeña escala están ligadas de manera indisociable a la seguridad alimentaria mundial. La agricultura familiar rescata los alimentos tradicionales, contribuyendo a una dieta equilibrada, a la protección de la biodiversidad agrícola del mundo y al uso sostenible de los recursos naturales. La agricultura familiar representa una oportunidad para dinamizar las economías locales, especialmente cuando se combina con políticas específicas destinadas a la protección social y al bienestar de las comunidades.

Fuentes