Agua dura

Agua Dura
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Concepto:Se conoce como agua dura aquella que contiene un alto nivel de minerales.

Agua dura Se conoce como agua dura aquella que contiene un alto nivel de minerales, concretamente de sales de magnesio y calcio. Este tipo de aguas suelen ser las subterráneas en suelos calcáreos, que elevan los niveles de cal y magnesio, entre otros.

Agua dura y Agua blanda

Seguro que más de una vez has oído hablar del agua dura y el agua blanda, ¿verdad? La diferencia entre ambas deriva de los niveles de cal que contiene: el agua dura es la que mayor cantidad de cal contiene, mientras que en la blanda se concentran en menor proporción. Este hecho deriva, principalmente, de la naturaleza geológica del suelo y el área geográfica de donde provenga el agua. Las aguas más duras pueden generar problemas, ya que la cal del agua afecta a nuestro hogar y puede generar problemas. Estos minerales son los que dificultan que otras sustancias se disuelvan correctamente en el agua, como puede ocurrir en el caso del jabón a la hora de lavar la ropa. Asimismo, las aguas duras dejan más residuos, por ejemplo la cal en desagües y tuberías, provocando así problemas en el hogar. Es por este motivo que en las zonas geográficas con aguas duras, se recomienda usar productos que eviten la formación de cal.

Agua blanda

Por el contrario, el agua blanda es el agua en la que se encuentran disueltas mínimas cantidades de sales. Suelen corresponder a las aguas de pozo o aquellas que proceden de aguas superficiales El agua más blanda es el agua destilada, por el hecho de no poseer ningún mineral y no es apta para el consumo humano.

Agua media

Aunque el agua dura y el agua blanda son las más conocidas popularmente, también podemos encontrar una dureza media del agua. Será aquella que se sitúa en los niveles intermedios entre la considerada dura y la blanda en base a la cantidad de minerales que posee.

Cómo afecta la cal

Aunque a simple vista pueda parecer que la cal del agua no está afectando a ningún aspecto de nuestro hogar, no es así. Y es que sus efectos son "invisibles" pero muy dañinos, tanto a nivel material como económico. Algunos de los efectos adversos del agua dura son:

  • Obstrucción y oxidación de las tuberías.
  • Marcas y rastros blancos en lavabos, bañeras, grifos...
  • La cal modifica el sabor del agua.
  • Estropea electrodomésticos, como lavadoras y lavavajillas.

Dureza del agua y sabor

La dureza influye en el sabor o en las propiedades organolépticas del agua. En las aguas potables, la dureza suele oscilar entre 10 y 500 miligramos de equivalentes de carbonato de calcio por litro. Para la OMS, el umbral de tolerancia habitual oscila entre 100 y 300 miligramos, aunque señala que muchos consumidores aceptan sin problemas cifras superiores (hasta 500 mg/litro). De hecho, también es habitual hallar a personas que prefieren cifras situadas por debajo de los 100 mg/litro.

Dureza del agua y salud

Según la OMS, el agua con una dureza superior a 200 mg/l puede formar incrustaciones en tuberías o depósitos. Si es inferior a 100 mg/l, puede corroer las tuberías a largo plazo. Es una cuestión que abordó en 2005 el artículo "Dureza del agua", publicado en EROSKI CONSUMER.

Pero el ser humano ni es un electrodoméstico ni está formado por tuberías, por lo que cabe preguntarse si es cierta la creencia popular de que es peligroso (o "corrosivo") para la salud consumir de forma habitual aguas duras. En 1984, la OMS no halló evidencias científicas convincentes de que la dureza del agua cause efectos adversos en humanos. Tampoco las halló en 2003, 2008, 2009 o 2011, en los sucesivos informes que ha dedicado a esta cuestión.

Aunque muchos padres dan a sus bebés o niños pequeños aguas blandas, el Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría considera en su libro 'Manual Práctico de Nutrición en Pediatría' que existe una falta de evidencias que prueben una asociación entre la dureza del agua y la salud infantil.

Dureza del agua y cálculos renales

Una revisión científica publicada en agosto de 2013 en la prestigiosa revista International Journal of Preventive Medicine coincidió con lo descrito hasta ahora, pero dedicó un apartado específico a la supuesta relación entre la dureza del agua y la formación de cálculos renales. En este trabajo se detalla que el impacto de la dureza del agua en esta patología es "poco clara", dado que los estudios disponibles no han observado ninguna asociación entre la dureza del agua y la formación de cálculos urinarios. En cualquier caso, es posible que en pacientes que ya padecen cálculos renales (que en muchos casos tienen un origen desconocido) sea útil no beber a menudo aguas duras. En el artículo 'Análisis de las aguas embotelladas y de grifo españolas y de las implicaciones de su consumo en la litiasis urinaria', disponible de forma gratuita en Internet, existe amplia información al respecto.

Calcio y magnesio en el agua

La OMS indica que las aguas duras pueden contribuir a la ingesta de calcio y de magnesio, minerales relacionados con la prevención de la osteoporosis y los eventos cardiovasculares. De hecho, señala que beber a menudo aguas duras podría proteger a largo plazo del riesgo cardiovascular, mientras que consumir aguas blandas podría ejercer efectos negativos sobre el balance mineral del organismo. No obstante, las pruebas científicas no son de alta calidad, por lo que esta entidad no ha emitido ninguna recomendación al respecto. El último informe de la OMS 2009 sobre la relación entre el calcio y el magnesio en el agua con la salud detalla que, según las evidencias disponibles, el agua debería contener un mínimo de entre 25-50 mg/L de magnesio, para prevenir la arteriosclerosis. En cualquier caso, el beneficio del magnesio solo sería claro en personas con muy bajas ingestas de magnesio en su dieta habitual (algo que sucede con frecuencia en los países con una baja renta per cápita).

Métodos para ablandar el agua

Existen dos métodos básicos de ablandamiento de agua: uno utiliza resinas de intercambio iónico y el otro, la llamada "ósmosis inversa". La mayoría de los ablandadores de agua para uso doméstico (como las jarras con filtro) utilizan el intercambio iónico. En la investigación de Vitoria y colaboradores, antes citada, se indica que no tenemos pruebas de los hipotéticos beneficios para la salud de estos métodos, pero se añade algo más: el intercambio iónico puede eliminar hasta el 89,4% del calcio del agua, mientras que la ósmosis inversa elimina entre el 94% y el 98% del calcio y el magnesio del agua.

En suma, no hay pruebas científicas que confirmen la extendida creencia de que las aguas duras son perjudiciales para la salud. Faltan estudios que confirmen los posibles efectos beneficiosos que ejercerían las aguas duras sobre la salud ósea y cardiovascular, pero sí sabemos que pueden contribuir a cubrir los requerimientos de calcio y magnesio.


Fuentes