Andrés de la Calleja

Andrés de la Calleja
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Datos personales
Nombre completoAndrés de la Calleja Robredo
Nacimiento6 de diciembre de 1705
Urdanta, Bandera de España España
Fallecimiento2 de enero de 1785
NacionalidadEspañol
OcupaciónPintor
Datos artísticos
ÁreaPintura

Andrés de la Calleja. Fue un pintor español, pintor de cámara de los primeros Borbones en España.

Trayectoria profesional

Se formó en Madrid bajo la dirección de Jerónimo Antonio Ezquerra y de Miguel Jacinto Meléndez. Su primer trabajo, según Ceán, fue la realización de dos cuadros, San Agustín conjurando una plaga de langosta y El entierro del señor de Orgaz, para la iglesia de San Felipe el Real de Madrid, siguiendo dibujos de Meléndez.

Protegido del príncipe de Asturias, futuro Fernando VI, fue nombrado pintor de cámara el 9 de julio de 1734, tras pintar un oratorio redondo portátil dedicado a la Sagrada Familia, conservado en el Palacio Real de Madrid. Unos meses más tarde, con motivo del incendio del Alcázar, actuó como restaurador junto al pintor Juan García de Miranda en la recuperación de los lienzos dañados.

En 1742 obtuvo la plaza de ayuda de la furriera y solicitó la de primer pintor de cámara. Preocupado por la renovación de las enseñanzas artísticas, fue nombrado por Felipe V, en 1744, director honorario para la preparación de la Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid que se inau­guraría en 1752 y de la que llegó a ser director general en 1778. Al tiempo que atendía las obligaciones que le imponían sus cargos, realizando obras para los palacios de Madrid, de La Granja de San Ildefonso y de Riofrío en Segovia (pequeños oratorios portátiles, cartones para tapices de la Real Fábrica de Santa Bárbara, etc.), redactó inventarios e hizo tasaciones de colecciones pictóricas.

Tras la muerte de Felipe V, en 1747, tasó novecientas trece obras pertenecientes a la colección del monarca. En 1750 actuó de tasador de la colección de Diego de Mudarra y Herrera, en 1751 de la de Julián Moreno de Villodas y, en 1764, de la de Francisco Sáez. Por estas razones apenas tuvo tiempo para dedicarse a la pintura, lo que explica la escasez de su obra. De ella destacan los cartones con destino a la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara, los retratos de José de ­Carvajal y Lancaster (Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Madrid) y de Carlos III (Gripsholm Slott, Mariefred, Estocolmo); entre las escenas religiosas, San Antonio, para la capilla de la iglesia de San Francisco el Grande de Madrid; y entre las mitológicas, la alegoría El Tiempo descubriendo la Verdad (Real Academia de San Fernando, ­Madrid). Su estilo es deudor del de los franceses Jean Ranc y Louis Michel van Loo y del alemán Anton Raphael Mengs.

Fallecido a causa de un accidente, fue enterrado en la iglesia madrileña de Santa María de la ­Almudena.

Fuente