Anselmo Aieta

Anselmo Aieta
Información sobre la plantilla
Anselmo aieta.jpg
NombreAnselmo Aieta
Nacimiento5 de noviembre de 1896
Buenos Aires, Argentina
Fallecimiento25 de septiembre de 1964
Buenos Aires, Argentina
NacionalidadArgentina
OcupaciónBandoneonista, compositor y director

Anselmo Aieta es un bandoneonista, compositor y director de tango argentino. Es tío del actor Roberto Aita y tío abuelo de las actrices Fiorella y Estefanía Aita.

Síntesis biográfica

Anselmo Aieta nace en el barrio de San Telmo, el 5 de noviembre de 1896, se inicia muy joven, a los 10 años, con una antigua concertola que es de su hermano mayor, Ricardo.

Sus comienzos profesionales podemos ubicarlos alrededor de 1913. Suele citarse sus actuaciones en el café La Buseca, de Avellaneda, donde suple al bandoneonista Graciano De Leone, en el terceto típico que completan, "El Chino" Agustín Bardi en piano y Ricardo González, (Muchila), como guitarrista. En alguna ocasión, integra el conjunto de Genaro Espósito.

Conoce, y es amigo ferviente admirador de Arolas con quien también toca. Actúa con los más importantes músicos de esa década: Rafael Iriarte (El Rata), Carlos Marcucci, José Servidio, Luis Bernstein, Rafael Tuegols, Roberto Goyheneche.

Trayectoria

Prominente figura de la generación de tanguistas del período 1910-1925, al producirse hacia esos años el cisma de los estilos interpretativos del tango, Aieta se constituye en el más significativo baluarte que el tradicionalismo opuso a las nuevas formas evolutivas, concebidas y lideradas por Pedro Maffia y Pedro Laurenz en la ejecución del bandoneón.

Genuino producto de una época, Aieta tipifica al músico esencialmente intuitivo y autodidacta, cuyo privilegiado oído musical e innato talento, suplen generosamente sus falencias académicas.

Como intérprete resalta su natural buen gusto, la llamativa facilidad en la improvisación de sorprendentes e irrepetibles variaciones de sugestiva belleza y ese particular acento orillero, con innegables reminiscencias del fuelle compadre de su admirado Eduardo Arolas, que volcaba al tocar sus tangos o aquellas milongas corraleras que tan bien había conocido.

No obstante, es al amparo de su imponente obra de compositor donde la llama de su genialidad cobra mayor lumbre, tanto por lo frondoso de su producción como por ese derroche de originalidad, belleza y vigor que late en cada una de las melodías surgidas de su inagotable venero creativo, que lo han ungido como uno de los máximos rapsodas del pueblo. Es un pintor de alegrías y tristezas, que cambia los colores por los sonidos.

En 1919, ingresa a la orquesta de Francisco Canaro donde permanece hasta 1923. Por aquella época es su tango “El huérfano”, el primero de su serie con Francisco García Jiménez, joven poeta que le fuera presentado por su amigo Tuegols.

Luego de Canaro, forma su orquesta y desplega una intensa actividad en cafés, cines y clubes. Llega a tener tanta actividad que arma tres o cuatro formaciones que tocan simultáneamente.

En 1925, integra la Orquesta Típica Paramount, que debuta en el cine del mismo nombre, junto a Alfredo Mazzeo y Juan D'Arienzo (violines), [ Ángel D'Agostino]], primero y Alfonso Lacueva, después (piano) y José Puglisi (contrabajo).

Por su orquesta pasan nombres rutilantes del tango: Luis Moresco, Luis Visca, Nerón Ferrazzano, Daniel Alvarez, Gabriel Clausi, Jorge Argentino Fernández y las voces de Carlos Dante y del poeta Armando Tagini.

Se ubica, sin dudas, entre los más fecundos y jerarquizados compositores del tango, a través de todas sus épocas.

Desde su página inaugural: “La primera sin tocar”, allá por el año 1912, se halla presente en toda su obra el desbordante caudal de su inventiva y el elevado vuelo lírico que habría de caracterizar a su producción de modo integral, sea en los temas concebidos para su ejecución puramente orquestal, como en aquellos destinados a ser cantados, que constituyen la fracción más numerosa de su obra.

Dentro de esta tesitura se cuenta entre los compositores predilectos de Carlos Gardel, quien le lleva al disco 16 de sus títulos.

En esta cuerda de su quehacer artístico, cuenta con importantes colaboradores, tales como Enrique Dizeo, Lito Bayardo, Santiago Adamini, Cátulo Castillo, Vicente Planells del Campo, Francisco Laino, Mario Battistella, Francisco Bastardi, Nolo López, pero es con Francisco García Jiménez con quien consolida la más feliz conjunción autoral.

Además de tangos, compone valses, pasodobles, zambas, milongas e incluso temas fuera del ejido de la música típica.Y en todas y cada una de sus composiciones es dable percibir la fresca fragancia de la espontaneidad con que fueron pergeñadas, esa pronta y genuina inspiración de los iluminados, que lo consagran como uno de los más grandes melodistas del género.

Es que Aieta poseía un innato donde componer con asombrosa facilidad, con un notable repentismo que queda reflejado en sus propias palabras tomadas por Horacio Ferrer: «Me levanto todos los días a las 7 de la mañana y, a las 8, ya estoy sacando alguna cosa en el bandoneón».

Componía indistintamente en el bandoneón o en el piano que domina perfectamente. Como desconocía la escritura musical, debía recurrir obligadamente a otros músicos para que llevasen sus creaciones al pentagrama. Muchas de ellas son transcriptas por el notable cantor y músico, Charlo, gran amigo de Aieta, quien concurría al domicilio de éste, a fin de que le prestara el piano para componer.

Su momento cumbre de inspiración es en el transcurso de la década del veinte y los primeros años del treinta: “El huérfano” 1921. “Príncipe” 1922, “La mentirosa” 1923, “Suerte loca” 1925, “Siga el corso”, “Bajo Belgrano” y “Tus besos fueron míos” 1926, “Carnaval” y “La chiflada” 1927, “Entre sueños”, “Alma en pena” y “Yo me quiero disfrazar” 1928, “Prisionero”, “Palomita blanca”, “Chau ingrata”, “Tras cartón”, “Tan grande y tan zonzo” y “Qué fenómeno”, 1929, “Primero campaneala” y “Bajo tierra” 1930, “Ya estamos iguales” 1934.

Con posterioridad, hay una suerte de receso en su tarea de compositor hasta los años 40, cuando se produce dos fulminantes destellos: “Mariposita” 1940 y “Color de barro” 1941. Además, la vigencia de su repertorio se revitaliza continuamente, merced a las estupendas versiones de sus temas, a cargo de los más encumbrados nombres del período: Aníbal Troilo, Osvaldo Fresedo, Alfredo De Angelis, Miguel Caló, Ricardo Tanturi, Osvaldo Pugliese, Francisco Canaro, Juan D'Arienzo, etc.

En los 50 impone dos temas: “Estampa tanguera” y “Escolaso” que graba Edmundo Rivero.

Muerte

Anselmo Aieta fallece el 25 de septiembre de 1964 en Buenos Aires, Argentina.

Fuentes