Asfixia traumática

Asfixia traumática
Información sobre la plantilla
Af.jpg

Asfixia traumática. Es un cuadro clínico que se produce por el aumento brusco de la presión venosa en el territorio de la vena cava superior, debido a una compresión violenta del tórax. También recibe el nombre de máscara equimótica cervicofacial.

Manifestación

Este síndrome se explica por la gran elasticidad de la pared torácica en los niños y por la ausencia de valvas en el sistema venoso de las venas cavas. Si el tórax sufre una compresión súbita el aumento de la presión intratorácica se transmite a través de todo el sistema venoso hacia los órganos sólidos y se acompaña de ruptura de los capilares venosos. Los órganos afectados son el cerebro, el corazón, el pulmón y los riñones. El paciente puede presentarse desorientado (edema cerebral), con dificultad respiratoria, edema y petequias en cuello, tórax y cara, y hemorragias subconjuntivales y retinianas. El diagnóstico es clínico; es frecuente observar los estigmas del trauma en la región del tórax. Una vez el paciente se ha estabilizado la radiografía del tórax mostrará la contusión pulmonar. Si hay compromiso neurológico está indicado realizar una tomografía cerebral. Es recomendable monitorizar estos pacientes durante las primeras 48 horas en una unidad de cuidado intensivo.

Si el tórax sufre una compresión súbita el aumento de la presión intratorácica se transmite a través de todo el sistema venoso hacia los órganos sólidos y se acompaña de ruptura de los capilares venosos. Los órganos afectados son el cerebro, el corazón, los pulmones y los riñones.


Características

Se caracteriza por una coloración violacia intensa de la piel de cabeza cuello hemorragia bilateral conjutival y varios grados de edema facial . Como resultado de una compresión severa del torax con reflujo de sandre de las cavidades derechas del corazon derecho a las venas de cabeza cuello presión masiva que se trasmite a los capilares . Causando atonia y dilatación del capilar y estasis.

En el momento de la lesión, cuando la glotis está cerrada y los músculos toracoabdominales tensos, se transmite el incremento de la presión intratorácica a través del sistema venoso central a órganos sólidos como cerebro, hígado, bazo y riñones. Por lo general, el paciente está

desorientado, con taquipnea, hemoptisis e insuficiencia respiratoria. La cara y el cuello están cianóticos, con petequias en cabeza, cuello y tórax. Muchas veces hay hemorragia subconjuntival y retiniana. Es posible observar hepatomegalia aguda secundaria a la presión transmitida por la cava. Si el individuo muestra un grado considerable de contusión pulmonar, quizá se requieran intubación endotraqueal y ventilación mecánica con presión positiva al final de la espiración.

Etiología

Será provocada por traumatismos severos cerrados que produzcan compresión torácica, fundamentalmente en el plano anteroposterior, que por su forma súbita condicionen una hipertensión en el sistema venoso mediastinal. Aquí se destacan los traumatismos por aplastamiento y onda expansiva aérea o líquida.

Fisiopatología

Como es sabido, en las grandes venas del mediastino no existen válvulas, o estas son muy débiles, y por tanto cualquier aumento brusco de la presión en este territorio se trasmite hacia las venas periféricas. Por esta razón, cuando el tórax es comprimido violentamente, la sangre se proyecta en sentido retrogrado, dando lugar a extravasaciones en los capilares de la piel, conjuntivas y encéfalo, creando equimosis a estos niveles.

Cuadro clínico

Se caracteriza por un color rojo, cianótico, de la parte superior del tórax, cuello y cara, con presencia de petequias y equimosis.

Estas pequeñas hemorragias también se presentan en el encéfalo, pudiendo provocar lesiones en los centros nerviosos (circulatorios y respiratorios), que eventualmente podrían llevar al enfermo a la pérdida de la conciencia y al paro cardiorrespiratorio.

No obstante, habitualmente estas lesiones no alcanzan tal gravedad, y a pesar de su cuadro clínico alarmante, su evolución es muy favorable, pero no debemos olvidar que este tipo de lesión puede ser una de las manifestaciones de un gran traumatismo torácico donde existen otras de mayor magnitud y gravedad.

Tratamiento

El tratamiento será puramente sintomático, siempre que después de producido el cuadro inicial no existan factores que agraven el mismo, y este regresa espontáneamente sin secuelas. El reposo y la observación son importantes, al menos, durante 72 horas.


Debe tenerse en mente

Como una posible complicación del traumatismo de tórax y abdomen. La pérdida de conciencia de forma temporal usualmente puede acompañar a esta

condición, probablemente a consecuencia de un edema cerebral leve y transitorio, como el que presentó nuestro paciente, el cual se resolvió sin ninguna secuela; las convulsiones son muy raras. La hemorragia conjuntival es invariablemente presente. La coloración violácea a menudo se corrige en pocos días. las lesiones asociadas más frecuentes son las de pared torácica y pulmones, encabezando la lista fracturas costales, neumotórax, hemotórax, contusión pulmonar. Las lesiones a grandes vasos son raras. Los trastornos visuales son muy comunes. La fisiopatología es controversial. Sin embargo, no amerita un tratamiento específico y el manejo está enfocado a las lesiones asociadas.


Conclusiones

La axifia traumatica representa una entidad poco frecuente que debemos tener en mente como una complicación del trauma y abdomen para no subdiagnosticarla por si misma. No amerita un tratamiento especifico ya que esta encaminado al manejo de las lesiones potencialmente fatales. El pronostico depende de la severidad de las lesiones acompañantes.

Fuente

  • García Gutiérrez, Alejandro y Pardo Gómez, Gilberto: Cirugía, Selección de temas, Editorial Ciencias Médicas, La Habana, 2003.