Augusto Arango

Augusto Arango
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NombreAugusto Arango Agüero
Nacimiento18 de marzo de 1830
Camagüey, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento26 de enero de 1869
Puerto Príncipe, Las Tunas, Bandera de Cuba Cuba
NacionalidadCubana

Augusto Arango Agüero. General de Brigada del Ejército Libertador cubano. Participó en varias acciones que se fueron llevadas a cabo en Camagüey.

Datos biográficos

Nació el 18 de marzo de 1830 en la provincia de Camagüey.

Actividades en las que participó

El 4 de julio de 1851 ocurrió el alzamiento de Joaquín de Agüero junto a un grupo de camagüeyanos entre los que se encontraba el joven Augusto Arango; de momento no fue apresado junto al líder, por lo que participó en el desafortunado ataque a Las Tunas y en la acción de San Carlos, donde fue herido de gravedad y recibió un tiro de gracia, pero logró sobrevivir.

Tras dos meses de convalecencia marchó a Estados Unidos y regresó después que el gobierno español dictó una amnistía para todos los que participaron en los sucesos del año 1851. Continuó en las actividades conspirativas integrando la Junta Revolucionaria de Camagüey y más tarde la Logia Tínima. Al producirse el alzamiento de Carlos Manuel de Céspedes en La Demajagua, Augusto Arango marchó al campo con un grupo de hombres.

Participación en la toma de Guáimaro

El 4 de noviembre tomó el poblado de Guáimaro, donde consiguió armas y municiones para su tropa. Se mantuvo junto a Ignacio Agramonte en la reunión del paradero de Las Minas, que se pronunció en contra de la actitud conciliatoria de su hermano Napoleón.

Méritos obtenidos

Al quedar constituido el Comité Revolucionario de Camagüey fue designado general en jefe de todas las tropas que operaban en el territorio. Arango permaneció en este cargo hasta que lo sustituyó Manuel de Quesada.

A partir de este momento se le asignó una partida de 400 hombres e instaló su cuartel general en la finca La Atalaya, cerca de Nuevitas.

Movimiento insurreccional

Posiblemente el 24 de diciembre de 1868,[1] dirigió exitosamente el combate de Arenillas contra el conde Valmaceda. Para lograr contener el gigantesco puntal de refuerzos comandando por Valmaseda, los insurrectos principeños, dirigidos por Augusto Arango Agüero, colocaron junto al camino, desde El Desmayo hasta Consuegra, en el barrio de Cascorro, nada menos que cerca de 30 colmenas de abejas, y en el paso del río Arenillas prepararon un «patitas pa’ qué te quiero» con toros salvajes. Se trataba de una inventiva muy propia del lugar. Cuando al ganado bravío le vino encima aquel montón de abejas, «pica que te pican», los desaforados animales no dejaron nada a su paso.[2] Además, a las colas de los cuadrúpedos salvajes se les enlazó cuero seco, que al originar estridente ruido espantaron aún más al conde de Valmaseda y a sus hombres.[2] La auténtica arma de guerrilla ideada por los lugareños no solo paralizó la misión de la potente tropa enemiga, sino que estos en su «sálvese quien pueda», dejaron carretas con avituallamientos y otros aseguramientos en medio del camino, como reconoció posteriormente el propio general español Valmaseda.[2] Los españoles dejaron tres muertos, según consigna un testigo, y llevaron cinco heridos. Los patriotas penetraron en el potrero Consuegra, en el que celebraron alegremente la Nochebuena.

En 1869 el capitán general Domingo Dulce, decidido a acabar con el movimiento insurreccional adoptó varias medidas, entre las que se encontraba la supresión de la censura de prensa y las comisiones militares; dictó una amnistía que concedía la libertad a los prisioneros políticos; hizo una exhortación a deponer las armas en el término de 40 días y decidió negociar directamente con los jefes insurrectos, para lo cual envió dos comisiones una Camagüey y otra a Manzanillo y a Santiago de Cuba. Hasta La Atalaya llegó la referida comisión y logró convencer a Augusto de que mostrara el plan de reformas al Comité Revolucionario.

Muerte

Los miembros del Comité rechazaron la propuesta y Augusto, creyéndose amparado por la amnistía marchó a Puerto Príncipe a entrevistarse con Julián de la Mena, teniente gobernador del territorio. Augusto Arango y su ayudante Juan Betancourt Nápoles cayeron en la trampa y fueron asesinados en las inmediaciones del Casino Campestre el 26 de enero de 1869.

Fuentes