Aventuras en la lluvia (cuento)

Aventuras en la lluvia
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Cuento para niños pequeños
Autor(a)(es)(as)Pedro Pablo Sacristán
GéneroCuento

Aventuras en la lluvia. Cuento sobre las vivencias que tenía un niño, cuando pasaba una temporada con su tía, que vivía en una casa muy antigua con un gran patio y flores.

Datos del autor

Pedro Pablo Sacristán nació en Madrid, España en 1973, y es el segundo de seis hermanos. Realizó estudios en el colegio privado en el que su padre trabajaba como profesor de educación física. Proviene de una familia muy modesta, con muchas dificultades económicas, por lo que a sus padres les costó sacar adelante a sus 6 hijos y darles una buena educación, con un sueldo mínimo.

Comenzó a leerles los cuentos que escribía a sus hijos cada noche, nunca pensó que podría dar lugar a algo tan apasionante, ni que creciera tan rápido y con tanto éxito su producción literaria que le permitió conocer gente estupenda, conocerse a sí mismo y profundizar en sus propios valores, y disfrutó plenamente de cada hora que dedicó a esta aventura. Dedicó la mayor parte de su tiempo a escribir libros, a hacer talleres de cuentos, charlas, etc.

Personajes

Una niña, su tía y varias hadas

Cuento

Lo que les voy a contar ocurrió hace mucho, mucho tiempo, cuando yo iba a visitar a mi tía Nina. Ella vivía en una casa antigua, con un gran patio y muchas flores. A mí me encantaba ir a dormir con Nina porque podía jugar en su jardín por las mañanas, ayudarle a cocinar y sobre todo…¡Desayunar en la cama!

Siempre tendía para mí un sofá que estaba contra una pared de su dormitorio. Allí me acostaba cada noche y mientras me dormía, me gustaba mirar una gran mancha de humedad que había en esa pared. Buscaba adivinar en esa mancha formas, caras, personajes. Una noche de lluvia ocurrió algo muy extraño. De pronto, vi salir de la pared algo extraordinario. Parecía un fantasma de algodón…pero oscuro, tan oscuro como las nubes que anuncian chaparrones. Sentí que tocaba uno de mis hombros mientras se transformaba en una dama gris de increíble belleza y decía con voz muy profunda, pero dulce y amable:

-¡Buenas noches! Soy Tormentosa, un hada buena a pesar de mi color.

Queréis venir a pasear conmigo?- y me tendió su mano. Mano delgada, transparente y con perfume a lluvia.

Estaba tan sorprendida que no alcancé a responderle cuando me di cuenta que llevada por la fuerza de algo invisible, dejaba la tibieza de mi cama e iba penetrando en la pared, justo en el centro de la mancha de humedad…

-Vení, vení, vamos a dar un paseo que te encantará- dijo el hada y comenzamos a subir, subir, cada vez más rápido hacia el cielo. Íbamos por un camino con muchas curvas y atrás de nosotros sonaban relámpagos, rayos y centellas…Se oían unos truenos tremendos y a pesar de eso no sentía miedo.

Viajaba confiada aferrando la mano de Tormentosa, mientras la lluvia caía sin parar por debajo de nosotros y parecía ondular con tranquilidad haciendo un rumor muy, muy suave…

Tormentosa me sonreía y me levantaba más y más, hasta que tan suavemente como habíamos subido, comenzamos a bajar. Lo hacíamos entre una niebla que se despejaba de a poco, al mismo tiempo que íbamos hacia una zona llena de luz. En un momento, estábamos frente al sol y a nuestro alrededor aparecieron siete personajes más ¡ Eran siete hadas, bellas y transparentes como Tormentosa, suaves y amables como ella y como ella me sonreían…! En lugar de varita mágica tenían un pincel dorado en una de sus manos y una paleta de colores en la otra.

Fueron surgiendo de la niebla que nos había rodeado flores, plantas, animales, cosas, todos sin color…Al llegar hasta donde estábamos Tormentosa y yo, cada una de las siete hadas fue saludándonos y eligiendo una flor, una planta, un animal, una cosa. De a poco fueron llenando a cada uno de colores, hasta que todos estuvieron listos, como los vemos todos los días. Mi amiga Tormentosa pintó el humo de una chimenea, un hermoso caballo, varios pajaritos y un gato gordo y brillante que parecía un pompón de seda…Yo estaba tan asombrada que no podía pronunciar ni una palabra. Todavía me esperaba una sorpresa mayor: me di vuelta para mirar el camino que acabábamos de recorrer y vi ante mí que ese camino era nada menos que…¡El Arcoiris! Tenía cada uno de sus espléndidos colores.

Mientras tanto, me tomaron de las manos Tormentosa y sus compañeras y comenzaron a bailar cantando: es mirar las plantas, las flores y todo brillar; pues cada gotita de un gran chaparrón pinta los colores y lucen mejor! ¡Hagamos la ronda de la luz y el sol, y cantemos juntos esta canción!”

También yo canté y bailé con ellas, llevando el compás con las palmas de las manos ¡Sentía ganas preguntarle tantas cosas a las hadas! Cuando terminase la canción lo haría, estaba segura. Ya estaba lista para comenzar a soltar mi curiosidad .De pronto, escuché la voz de mi tía Nina que decía:

-¿Así que ahora cantas dormida ? Me parece que te hace falta un buen desayuno ¡Vamos, que te traje té con leche calentito y pan con dulce de duraznos, ése que hago especialmente para vos!

Pensé que si le contaba lo que había visto, mi tía no me creería.

Ella, por su parte me dijo:

-¿Te gustó el paseo por la mancha de humedad? Como se enfriaba el desayuno y tenía que ir a le escuela, no pude contestarle. Eso sí, siempre que llueve creo que Tormentosa y sus amigas vienen a visitarnos, porque todo queda luminoso y reluciente, como recién pintado por las hadas.

Fuentes

https://www.ecured.cu/Pedro_Pablo_Sacrist%C3%A1n

https://cuentosparadormir.com/infantiles/cuento/aventuras-en-la-lluvia