Caonabo

Caonabo
Información sobre la plantilla
ParkCaonabo.png
Cacique indígena dominicano


Caonabo. Cacique indígena dominicano, natural de la isla de Guadalupe. Temido por su ferocidad en el combate. Fue esposo de la princesa Anacaona. Su trágico fin está ligado al del Fuerte de la Navidad. Es símbolo hoy por hoy de la rebeldía latinoamericana y dominicana.

Historia

Según Hernando Colón, Caonabo era oriundo de las tribus Caribes, algo que contribuyó a que fuera especialmente temido por los otros caciques, ya que Caonabo era muy conocido por sus habilidades de combate y por su ferocidad. Estaba casado con la princesa Anacaona y gobernaba sobre la región del Cibao, rica en minas de oro. Algo después del ataque de Punta Flecha, recibió la visita de algunos españoles del Fuerte de la Navidad que buscaban el preciado metal. Incitado por Anacaona, según confesó ella más tarde, que vió la codicia y crueldad de los españoles, mató a Rodrigo de Escobedo, Pedro Gutiérrez y varios de sus hombres que con ellos llegaron a las minas y, envalentonado, poco después, atacó por la noche el Fuerte de la Navidad destruyéndolo y asesinando a la escasa docena de españoles que al mando de Diego de Arana, habían quedado para su guardia.

Captura de Caonabo

Pintura del momento de su captura

Decidido a vengar la muerte de los hombres del fuerte, Colón mandó a Alonso de Ojeda con nueve españoles a Maguana para capturar a Caonabo, pero como luchar contra él era muy arriesgado ya que contaba con muchos hombres aguerridos, el capitán recurrió a un ardid. Los indígenas tenían en gran estima el latón y otros metales que los españoles llevaban, y les llamaban turey por creer que procedían del cielo, pues tal era el nombre que le daban a este. Por tanto, Ojeda recurrió a unas esposas y unos grillos muy bien labrados y bruñidos, asegurándole a Caonabo que eran un presente de Colón. El astuto capitán le dio a entender que habían venido del cielo y que los reyes de Castilla se adornaban con ellos. Después le solicitó que fuese con él al río Yaque a lavarse, donde le pondría los tureyes y lo montaría en un caballo para que sus hombres lo admirasen. Sin ningún temor a que los españoles le hiciesen daño por estar en su tierra y tener muchos hombres a sus órdenes, Caonabo acudió al río y Ojeda lo puso sobre su cabalgadura, sujetándole las manos y los pies con las esposas y cadenas, para luego regresar a la Isabela con él mientras fingía que paseaban. Se cuenta que estando Caonabo preso en la casa de Colón, cada vez que Ojeda entraba a verlo se levantaba y lo reverenciaba. Preguntado por qué no hacía lo mismo con el Almirante, ya que Ojeda era inferior en rango, respondía que el descubridor no había osado ir a su tierra a apresarlo y en cambio el capitán sí.

Muerte

Tras ser capturado y entregado a Cristóbal Colón, éste juzgó que no podía condenarle a muerte, siendo uno de los cinco caciques principales de la isla y resolvió llevarlo consigo de regreso a España en marzo de 1496. Según Bartolomé de las Casas, Caonabo murió durante aquel viaje, al naufragar el barco.

Fuente

Encaribe, Enciclopedia de Historia y Cultura del Caribe