Chancro bacteriano de las drupáceas

Chancro bacteriano de las drupáceas
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Chancro bacteriano de las drupáceas. Es una enfermedad ampliamente extendida de drupas pero puede causar daño principalmente en la cereza, la cereza amarga y la ciruela. Se halla presente en casi toda Europa pero causas daños preocupantes hasta cierto grado en Inglaterra.

Nombre de la enfermedad

  • Pseudomonas mors-prunorum

Organismo causal

  • Pseudomonas mors-prunorum wormald
  • Pseudomonas mors-prunorum var. Persicae prunier et

Rango de huésped

  • Cereza, ciruela, cereza amarga, albaricoque, melocotón, almendra.

Incidencia e importancia

Los daños en las flores y en los brotes pueden alcanzar del 20-60%. La deficiencia en la cosecha puede ser del mismo grado. En plantaciones jóvenes la ruina total o parcial de los árboles puede suponer perdidas económicas serias.

Síntomas

La infección aparece más frecuentemente alrededor de los brotes en las ramitas. Las ramitas infectadas a menudo no brotan y los brotes jóvenes se marchitan. Hay zonas marrones hundidas alrededor de los brotes también marrones que después se transforman en heridas cancerosas cubiertas con resina. Las flores con frecuencia se marchitan. En la flor se presenta manchas edematosas mientras que hay manchas marrones cuadradas sobre las hojas. Los jóvenes frutos infectados por la bacteria se caen y las delicadas hojas marrones rojizas con manchas cuadradas se ponen porosas. La descomposición y el daño afecta solo a algunas ramas donde las heridas en las que aparece cáncer cubierto con resina contienen bacterias en grandes cantidades.

Ciclo de la enfermedad

Ya que la bacteria no muere hasta la mitad del verano su aislamiento solo puede llevarse a cabo en invierno y primavera. La bacteria con forma de palo mide 2.5 de largo y 0.5 de ancho. Se mueve con cilia polar. Infecta a través de heridas pero en otoño es capaz de penetrar la planta a través de las bases de la hoja y de multiplicarse en los haces musculares. En primavera el patógeno llega desde las heridas cancerosas hasta las partes jóvenes donde sobrevive en forma epifita. En otoño antes de la caída de la hoja- cuando el tiempo es más lluvioso y el aire más húmedo- la bacteria se multiplica y llega a la planta. Durante el invierno ataca los brotes y los tejidos circundantes, el resultado de esto es la pudrición de los brotes y ramitas en primavera.

Control

Una poda en el tiempo adecuado a finales de primavera disminuye de manera considerable el peligro de infección. Debemos prestar mas atención para evitar heridas innecesarias. La formación rápida de callo debe fomentarse mediante la aplicación de un tratamiento para la herida ya que de esta manera la probabilidad de una infección disminuye. La pulverización repetida con contenido de cobre durante la caída de la hoja y el resto de los estadios de los árboles también disminuyen el riesgo de infección. Como consecuencia las poblaciones de bacteria que se multiplican en la superficie de las hojas pueden ser mermadas de manera considerable.

Referencias