Clavo de herrar

Clavo de herrar
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Clavo robusto con una cabeza formada y precisa que permite asegurar las herraduras en los caballos.


Clavo de herrar. Es un clavo robusto con una cabeza formada y precisa, de flancos definidos y ángulos especialmente formados en la punta del clavo, todo esto tiene como resultado un mejor control en el momento de colocar el clavo.

Principales características

  • El cuello piramidal asegura un ajuste perfecto en las claveras de las herraduras, evitando que éste se descabece.
  • El cuerpo adelgazado y los bordes biselados desplazan menos casco y evitan que éste se desgarre.
  • Duración, resistencia, fácil manejo. Estas propiedades garantizan la protección del casco, manteniéndolo bien balanceado por más tiempo y sin problemas al retirar el clavo.
  • Una punta fina y una guía precisa le facilitan la entrada y le garantizan la salida.

Importancia del herrado del caballo

El herrado del caballo es un hecho rutinario, al que muchos no le prestan la suficiente importancia, sin embargo un herrado bien hecho es un trabajo exigente y que debe ser realizado por una persona preparada y especializada.

El casco del caballo crece, al igual que las uñas, continuamente. Se estima que cada mes el casco crece entre 6 a 10 m/m. como término medio, en función de diversos factores, entre los que se encuentran, la edad, la alimentación, el trabajo, la estación del año, el clima, etc. Este crecimiento se ve compensado por un desgaste continuo producido por el terreno. Un caballo desherrado, para compensar el desgaste de sus cascos en un día de trabajo, tendría que permanecer en reposo de dos a nueve días, según las condiciones del suelo en el que ha trabajado.

En estado salvaje, cuando sus cascos se vuelven sensibles por el excesivo desgaste, el caballo busca los terrenos más húmedos y blandos para desplazarse. Cuando, como consecuencia de la domesticación, pierde esta posibilidad es necesario proteger de alguna manera el casco del desgaste, para ello el hombre ha desarrollado a lo largo de la historia, y lo sigue haciendo, diferentes formas de protección, la más eficaz y más difundida es el herrado con herraduras metálicas tradicionales. Podríamos definir la herradura como una banda o tira metálica, curvada sobre uno de sus bordes, que se aplica al casco, sujetándola al mismo con clavos implantados en la pared, con el objeto de evitar el desgaste de dicho órgano.

Como todos sabemos, el caballo es un animal herbívoro, siendo una presa en la naturaleza. Para defenderse de sus depredadores el caballo ha desarrollado una gran capacidad de huida, pudiendo alcanzar una gran velocidad en un corto espacio de tiempo.

Para llegar a su forma actual el caballo ha evolucionado a través de miles de años, hasta llegar a ser un animal ungulado perisodáctilo. Ungulado nos indica que tiene cascos, que son estructuras protectoras de tejido córneo duro al final de sus miembros; este tipo de tejido es igual al tejido de las uñas, es un material tubular de queratina. Perisodáctilo es el ungulado que tiene un número impar de dedos en cada miembro, como sabemos el caballo tiene un solo dedo (el corazón), quedando vestigios evolutivos de los otros cuatro.

Secuencia del herrado de un caballo

Los siguientes pasos, desde sacar la herradura hasta haber clavado una nueva luego de desvasar, es un aporte de Daniel Anz dirigido al nuevo herrador que se encuentre en la búsqueda del herrado correcto. 39 fotografías con datos útiles que le aportarán una gran cantidad de ideas para adaptar a su trabajo diario.

Al pretender extraer la herradura, se debe sujetar bien fuerte el pie del caballo entre nuestras piernas, en caso de ser una mano, y sobre ellas, en caso de ser una pata.

La herramienta utilizada para cortar o desdoblar los remaches es un corta remaches. Para no romperlo, éste debe ser golpeado con un martillo con cabeza de plástico. El golpe de martillo debe ser suficientemente fuerte como para cortar o desdoblar el remache.

Para extraer la herradura se debe utilizar una tenaza especial, fuerte, ancha y con una abertura amplia, para poder realizar una buena palanca al hacer fuerza con las manos.

La palanca con la tenaza de extraer herraduras debe realizarse siempre siguiendo la dirección de la herradura. Si se hace fuerza hacia el costado, se romperá la pared del casco mediante los clavos.

Nótese que la posición de la tenaza respeta la dirección de la rama de la herradura. Al hacer palanca y levantar la herradura, se puede extraer ésta con pocos tirones bien firmes o se puede sacar clavo por clavo, hasta que la herradura se haya liberado.

En la zona de pinzas, la tenaza debe continuar respetando la dirección de la herradura. Recuerde, con la tenaza no debe hacer palanca hacia adelante, porque romperá la pared mediante los clavos todavía sujetos al casco.

Luego de haber retirado totalmente la herradura, hay que asegurarse de que no haya quedado algún clavo oculto en la pared, porque cuando se trabaje con la gubia o la tenaza de desvasar, a éstas se les puede dañar el filo. Es útil limpiar la palma del casco con un cepillo de acero, con el fin de ver bien la zona y eliminar posibles piedras que, luego, desafilarán las herramientas.

La forma de tomar la mano del caballo es colocándola entre las piernas y por sobre las rodillas. Presionando la cuartilla del miembro con los músculos sartorio. Para una mejor sujeción, la punta de los pies debe apuntar hacia adentro. Recuerde contar con calzado de seguridad y protector de piernas mientras realiza el trabajo.

Para limpiar la palma se utiliza una gubia. De ellas, existen para herradores diestros y zurdos., realice el trabajo mediante movimientos de muñeca, no de brazo, y presione con el pulgar de la otra mano para facilitar el trabajo. Mantenga la herramienta afilada para evitar que se afloje el mango. Las gubias de doble filo no son muy buenas porque no se puede ejercer correcta presión con el pulgar.

Al limpiar la palma]] y ranilla, sólo se debe eliminar el material que se encuentra suelto. El objetivo es descubrir el límite entre la pared que creció y lo que debe permanecer en el pie, por pertenecer al caballo. Se debe conservar la forma natural de la ranilla para que la misma pueda cumplir su función.

Fuentes