Combate de Soroa

Combate de Soroa
Información sobre la plantilla
Combate5.JPG
Combate con una tropa española por fuerzas del Ejército Libertador al mando de Antonio Maceo.
Fecha:24-25 de octubre de 1896


Combate de Soroa. En este macizo montañoso ubicado en la entonces provincia de Pinar del Río, entre los días 24-25 de octubre de 1896, fuerzas del 6to Cuerpo del Ejército Libertador, bajo el mando del lugarteniente general Antonio Maceo, sostuvieron un importante combate contra tropas españolas dirigidas por el coronel Enrique Segura.

Localización

Las alturas de Soroa se encuentran en la sierra del Rosario, cordillera de Guaniguanico, a 10 km al norte de San Cristóbal y 7 km al noroeste del pueblo de Candelaria, municipio del mismo nombre, antes en la provincia de Pinar del Río, hoy de Artemisa. Su altura media es de 300 m.

Contextos

Antonio Maceo, después de separarse de Máximo Gómez en la antigua provincia de La Habana el 7 de enero de 1896, marchó hacia occidente para la culminación, tras fieros combates, de la invasión en la provincia de Pinar del Río, lo cual logó el 22 de ese mes. Regresó combatiendo a La Habana y el 15 de marzo comenzó su segunda campaña pinareña en la que también obtuvo heroicas victorias contra las fuerzas españolas.

Desarrollo

Desde el 23 de octubre de 1896 algunos destacamentos cubanos que actuaban bajo las órdenes del brigadier Juan Rius Rivera habían sostenido acciones con las tropas del Regimiento de Zamora, que trabajaban en obras de fortificación en la meseta de Soroa.

Ese día por la tarde llegó al lugar el coronel español Enrique Segura con el grueso de su brigada, compuesta por batallones de los regimientos de Mallorca y Mérida, además del de Zamora, y ocupó la altura conocida como Brazo Nogal. Maceo llegó a Soroa el 24, en horas de la mañana, incorporó a sus fuerzas el destacamento de Rius Rivera y tomó posiciones en la altura conocida como Loma Cansavaca, pero en el trayecto atacó al batallón del Regimiento de Zamora para conocer sus fuerzas.

Desde las 07:00 horas los cubanos habían visto el campamento de Segura, en Brazo Nogal. Alrededor de las 09:00 horas el jefe español comenzó a moverse en dirección a la meseta, para prestar ayuda a los hombres del Zamora, que sin haber podido terminar las obras de fortificación recibían, en sus improvisados parapetos, el fuego cerrado y certero de los insurrectos, y sufrían numerosas bajas.

Maceo previó el movimiento de Segura aún antes de que este empezara el avance, y desplegó el Regimiento de Vidal Ducasse con la orden de atacar por el flanco a la columna que avanzaba, desplegada en dos líneas, en dirección a la meseta. La primera línea sufrió grandes pérdidas, entre ellos varios jefes y oficiales. Maceo atacó entonces la segunda línea, que adoptó la formación triangular, y con cerradas descargas y ataques al machete por la propia infantería deshizo dos de las líneas convergentes de la formación enemiga, una de las cuales fue prácticamente aniquilada por la escolta del Cuartel general de los insurrectos. Al ver la situación de su vanguardia, Segura introdujo en combate su segundo batallón para tratar de mantener el terreno alcanzado y la lid se convirtió temporalmente en un combate de posiciones, tipo de acción que, como señala Miró Argenter, no se avenía con el temperamento del lugarteniente general del Ejército Libertador, quien trató inmediatamente de iniciar la ofensiva sobre las tropas del Regimiento de Zamora con dos compañías sacadas de la altura de Cansavaca.

En tres ocasiones sus intentos de asalto fueron rechazados desde las firmes posiciones que ocupaba el enemigo. En una de las acometidas los cubanos lograron apoderarse de la bandera del Regimiento de Zamora. A las 18:00 horas, con la caída de la tarde, se suspendió el combate y se reanudó al amanecer del 25, cuando Segura ordenó abrir fuego.

Durante la mañana se produjeron lances de ataques y contraataques por parte de ambos contendientes, sin que la pelea se decidiera. Alrededor de las 11:00 horas cesó el combate y posteriormente hubo algunas escaramuzas complementarias. Esta acción, como señala Miró Argenter, no fue victoriosa para ninguno de los beligerantes, aunque las pérdidas de los españoles resultaron mucho mayores que las de los cubanos.

Los colonialistas tuvieron alrededor de 500 bajas; sin embargo, en el informe de Valeriano Weyler a Madrid solo se reconocieron 179, entre ellas 22 muertos, 110 heridos y 47 contusos. Las bajas cubanas fueron 11 muertos, entre ellos el coronel Francisco Frexes, y 56 heridos, de los cuales siete eran oficiales.

Fuentes

  • Arcadio Ríos. Hechos y personajes de la Historia de Cuba. Recopilación Bibliográfica. La Habana, 2015. 320 p.
  • Diccionario enciclopédico de Historia Militar de Cuba. Tomo II. Acciones combativas. Centro de Estudios Militares de las FAR, 2006.
  • Fermín Peraza Sarausa. Un hombre del 95. El general Peraza, La Habana, 1950. Págs. 81-82.
  • José Luciano Franco. Antonio Maceo. Apuntes para una historia de su vida, 3 t., La Habana, 1973. Tomo III. Págs. 304-308.
  • Comisión Provincial Guerra de Independencia de Pinar del Río. Cronología de los principales acontecimientos de la Guerra de Independencia en Pinar del Río. [Sin autor.] Pág. 6.
  • José Miró Argenter. Crónicas de la guerra, 2 t., La Habana, 1981. Tomo II. Págs. 494-508.