Conjunto de Riquiánez (España)
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Conjunto de Riquiánez. Constituye una excelente atalaya de observación desde la que se divisan amplias zonas de la comarca norte y que, según algunos historiadores, fue un punto de observación y defensa para la población aborigen. En esta zona aún queda constancia de algunos de los usos tradicionales propios de la actividad agrícola, ganadera y artesana, por lo que constituye un conjunto de bienes etnográficos de primer orden. Es considerado Espacio Natural Protegido desde 2013.
Sumario
Topónimo y origen
El término Riquiánez surge por contracción del nombre de su antiguo propietario Enríquez Yánez, mencionado muy tempranamente en la primera referencia documental correspondiente a la solicitud de tierras que hace su yerno Juan de la Rosa el 11 de febrero de 1517 al Consejo General. Después en los repartimientos de [[1534, confirmados el 7 de junio de 1538, se le adjudicaron a la viuda del conquistador Alonso Muñoz veinticinco fanegas de secano en la Montaña de Enríquez Yánez. Con posterioridad es mencionado en la relación de bienes fundacionales del Mayorazgo de Pedro Cerón y Sofía de Santa Gadea, en su agregación de 1576.
Conservación de bienes etnográficos
En el llano de su cima y en las faldas del Conjunto de Riquiánez se localizan un conjunto de bienes etnográficos de primer orden, con estanques de barro masapés, eras, hornos de teja y de ladrillos, goros, gambuesas, acequias y cantoneras. Entre estos bienes se destacan:
- Ocho estanques de barro en Visvique y Santidad, y otros tres más, aún con agua en Hoya Aríñez, construidos con arcillas-sedimentos de naturaleza fonolítica, barro conocido en Arucas como masapés. Se trata de embalses hechos con amplios muros de arcillas muy impermeables formados con masapés. Embutidos en las depresiones del terreno, pueden presentar tanto una planta oval como cuadrangular.
- Siete hornos de teja y ladrillo esparcidos por el Lomo de Riquiánez, destacando sobre todo el situado en la parte más elevada a 460 metros de altitud, conocido como El Horno de Riquiánez, es el de mayor tamaño y mejor conservado, activo desde finales del siglo XVIII hasta el primer tercio del XX. Se trata de una estructura cilíndrica de 6 metros de altura por 5,5 de diámetro con una capacidad de 10 a 12 mil tejas por hornada a cielo abierto. En algunos de estos hornos se cocieron ladrillos para la construcción de la actual Iglesia Parroquial de Arucas entre los años 20 y 30 del pasado siglo XX. La situación de tantos hornos en este lomo o montaña se debe a su riqueza en agua y arcilla al pie de su falda.
Criterios de ecologistas en la actualidad
Para los ecologistas norteños, el Conjunto de Riquiánez cuenta con un espacio natural único, de incalculable valor medioambiental y patrimonial porque se trata de una unidad geomorfológica bien definida (interfluvio alomado) con materiales basálticos (fonolitas del Ciclo I), donde se desarrollan numerosas muestras de especies de flora endémica canaria (con un proceso notable de regeneración natural, especialmente el fayal-brezal) y fauna protegida, unido a elementos de interés cultural, tanto etnográfico (hornos de tejas, balsas y estanques de barro, eras…) como arqueológico. En especial hay que resaltar la relevancia que posee el hábitat prioritario de los “Brezales secos macaronésicos endémicos”, cuya recuperación y regeneración espontánea destacan en este espacio.
Fuente
- http://www.arucasonline.com/recursos_turisticos/detalle/54-El_Conjunto_Etnografico_de_Riquianez.html
- http://lomoblanco2015.blogspot.com/2018/01/proyecto-riquianez-conocemos-y-cuidamos.html
- http://toponimograncanaria.blogspot.com/2012/08/riquianez-montana-y-laderas-de-arucas.html
- http://www.arucasonline.com/recursos_turisticos/detalle/54-El_Conjunto_Etnografico_de_Riquianez.html
